Manu
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Una noche de otoño, un hombre se pierde en un laberinto de pensamientos locos e insensatos, en su pequeña vivienda ubicada en Bas du Fleuve Saint-Laurent. Además, un gato amarillo lo molesta, y también, aquella voz que se inmiscuye, una voz que lo guía. ¿Será una voz amiga o no? ¿Cuándo, cómo y dónde terminará este enredo? ¡Ay, caramba!
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Manu - Yves Patrick Beaulieu
El hombre es lo que proyecta.
Manu
Amarillo, veo amarillo. Veo un gato amarillo que tiene ojos amarillos que me contemplan. Está allí detrás de la ventana y me observa.
Escucho una voz en mi mente; me dice que no hable alto. ¡No hables contigo mismo, Emmanuel! ¡Todos te van a escuchar! No es mi intención; ocurre cuando me siento molesto. Hace años que sucede. Me recojo casi siempre en el silencio, después de que la voz interviene.
Me encuentro en una edad en la que ya no se hace preguntas. Si hablo solo, es así. Cuando escucho esta voz fría decirme lo que tengo que hacer, tiendo a molestarme, solamente porque solicitó algo.
Entonces, es la alarma que suena sin razón. Se manifiesta más que lo habitual y no me parece normal. Un crujido en la ventana. Mi corazón lucha; veo que es el gato que araña la ventana de la sala.
Hacerse notar, hacer ruido, fruncir el ceño a los demás, molestar, solo sirven para eso. El silencio. Sí, el silencio. Me gusta el silencio.
Di un paso hacia la ventana y luego me detuve; momento de subir la bragueta de mi pantalón jean.
El broche del pañal, como de costumbre, no aguantó.
¿Tienes algún problema, Emmanuel? No, no tengo ningún problema.
El gato está siempre allí, sentado en el borde exterior de la pared; me mira con indiferencia.
Un auto pasa a toda velocidad, deja un charco de agua en la acera, entonces, distingo a una mujer que vio mi rostro a través de la ventana. Se va. Mejor así, no me gusta que me miren.
Antes, estaban esas personas