Canto a México
Por Ernesto Cardenal
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Canto a México - Ernesto Cardenal
CARDENAL
CANTARES MEXICANOS
I
Las plumas de quetzal se secan
los mosaicos de plumas de colibrí se descoloran como las flores
los mosaicos de turquesa, de jade, de obsidiana y de nácar
caen como flores.
Los collares de caracoles y de jades se desgranan
como sartas de flores de cacao…
Las vasijas blancas como hojas de códice
con las figuras en rojo claro y rojo oscuro
amarillo
y verde turquesa
las vasijas de barro rojo color de chile rojo
y las de barro rojo de Oaxaca como frutas maduras
o anaranjadas como fuego
se marchitan y se quiebran.
Si es pirámide
se desmorona.
Las plumas de quetzal empalidecen
¡y están llenas de polvo!
¡Oíd las lamentaciones que hago yo, el Rey Netzahualcóyotl!
El universo es un juego de pelota
en él jugamos con dos pelotas: el Sol y la Luna
contra los poderes infernales
y no sabemos quién ganará (el que pierda morirá).
Y ved el signo del Sol en el centro del Calendario
—el signo del Sol está en el centro—
por la mañana es Tonatiuh (el Águila que asciende
)
porque es como un águila que sube al nopal por la mañana
estrujando las rojas tunas de los corazones humanos
y es Cuauhtémoc a la tarde
(el Águila que baja
)
La pelota de caucho sube y baja, y va y viene
y los hombres debemos jugar con esta pelota.
La muerte y la vida: la tinta negra y roja
la doble tinta con que pintan sus códices los poetas.
El lago de Texcoco y de Tenochtitlan
(el lago de la Luna
)
que es como un espejo de obsidiana a la luz de la luna
y a la luz del sol, azul-verdoso
de tranquila turquesa
esmeralda y oro
lago de aguas de flores, donde nada el ánade
y va y viene nadando
y vuela graznando y moviendo la cola llena de sol
se secará también un día como se secan las flores.
El lago de Texcoco y de Tenochtitlan (el lago de la Luna
)
será como un sueño que tuvimos una noche de luna.
Y que en el día se evapora.
Y en su lugar se levantarán polvaredas.
Por eso mi canción es triste
y la acompaña con un son triste el teponaztli
¡No preguntéis por qué el teponaztli tiene tan triste son!
Sólo venimos a soñar aquí en la tierra
y dejar unos manuscritos iluminados
como sueños.
La cerámica de los toltecas está bajo la tierra
esparcida como pétalos de flores.
Hemos pintado el interior del cielo en cueros de venado
¿pero acaso nuestros descendientes entenderán el Códice?
Nuestros poemas en papel de maguey, de yuca y de palma
serán llevados por el viento como el polvo de Texcoco.
Los que vieron la corte del anciano rey Tezozómoc
el tirano:
y vieron los danzantes vestidos de tigres y de pájaros
y los tocadores de huehuetl coronados de flores
y los jardines resonantes con las sonajas de sus fuentes
ahora sólo verían este montón de piedras
donde el tecolote canta a la muerte.
Oprimió a los débiles, a los humildes, a los macehuales
que andan en el monte cargando leña o buscando magueyes
y ahora entre las acequias y baños del poderoso rey Tezozómoc
encuentra su leña y su maguey el macehual.
Los reinados de los reyes son breves como las rosas.
¿Qué se hicieron los príncipes vestidos de plumas de quetzal
y las princesas de ojos de obsidiana?
Buscadlos en sus ollas reales
que hallaréis llenas de polvo.
Se fueron como el humo del Popocatépetl…
Sólo son sombras de Mictlán, la Región del Misterio.
No os admiréis si tiene el teponaztli tan triste son.
Yo, Netzahualcóyotl,
pronto estaré en mi olla de barro, confundido con el barro
(unos cuantos huesos con collares)
fui hecho de barro como vasija
como vasija de barro que vuelve al barro
y el Rey de Texcoco será entonces igual a cualquier macehual.
Pero mirad el Sol: cada día renace de Mictlán, la Región de los
Muertos
y el lucero Quetzalcóatl muere y renace de nuevo.
¡Mirad cómo brilla en las mañanas el lucero Quetzalcóatl!
Mirad el maíz: muere y
renace tiernecito después de las primeras lluvias enviadas
por Tláloc.
Si no hay en la olla sino polvo
es que estoy siendo molido como en piedra de moler por la madre Cihuacóatl
¡y revivirán mis huesos floridos!
Quetzalcóatl me sacará de Mictlán.
Nadie puede alterar este Códice, de la tinta negra y roja
las pinturas que cantan en honor de Aquél por quien todos
viven
el Dueño del cerca y del junto.
II
No he venido a hacer guerras en la tierra
sino a cortar flores
yo soy el rey cantor buscador de flores
yo, Netzahualcóyotl,
su palacio lleno de cantores
no de militares.
Cortador de las flores de cacao…
No Cacaos (las MONEDAS
para comprar y vender en los mercados, y no beberlas)
sino la flor.
Atesoren los millonarios sus Cacaos, los dictadores,
sus xiquipiles de Cacaos
y yo las flores.
Mis valiosas flores.
La flor de cacao es más valiosa que el cacao
oh, señores.
Yo corto las flores de amistad. ¡Flores
de amor, Dictadores!
Flores de canto.
Y sólo busco en el canto la Amistad, la reunión
de los cantores. Los Concursos Literarios
bajo enramadas de flores.
Xiquipiles de cantos.
Xiquipiles de flores.
Anhelo la Hermandad, la Nobleza
de los poetas.
La Corporación
.
Mi corte es de cantores
Señores generales, Señores Tigres,
mi corte es melancólica y de atabales.
Y yo no MANDO.
Yo, Yoyoncito
(el Rey Netzahualcóyotl)
ando siempre cantando.
Mi canto es amistad hermanos.
Sólo en las flores hay Hermandad.
Abrazos
sólo en las flores.
La confederación de amigos poetas son esas flores. La reunión
de amigos.
Este poema es una flor.
Yo voy cantando esa hermandad.
Pero se secan las flores de cacao.
Del cielo viene el cantor.
Del interior del cielo las flores y los cantos
sí, de su Interior. Brotan