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Abril: Historia de un amor
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Abril: Historia de un amor

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"Mientras el tren daba otra sacudida y empezaba a rodar suavemente, saludé con la mano y miré a la muchacha a los ojos. Sólo por aquella mirada he escrito esta historia". En este breve relato iniciático de Roth, el lector descubrirá no sólo la sensibilidad del autor en muchos de sus libros posteriores, sino también una historia cargada de signos, de misterio y de toda la belleza evocativa de este genial escritor.
 
"Leyendo esta breve historia primeriza, uno tiene la sensación de que Roth es capaz de escribir sobre algo sublime con muy pocas palabras y frases sencillas y, además, dotarlas de la ironía justa para que su maestría salga a relucir"
Neus Canyelles, Última Hora
"Una historia cargada de signos, de misterio y de toda la belleza evocativa de este genial autor austríaco".
Diario de Córdoba (Cuadernos del Sur)
"Afortunadamente, las palabras de la gran literatura, como la de Roth, nunca envejecen".
Ángela Pérez, El Imparcial
"Una historia cargada de signos, de misterio y de toda la belleza evocativa de este genial escritor".
Faro de Vigo (Sábado)
IdiomaEspañol
EditorialAcantilado
Fecha de lanzamiento27 ago 2020
ISBN9788417902995
Abril: Historia de un amor
Autor

Joseph Roth

Joseph Roth (1894-1939) nació en Brody, un pueblo situado hoy en Ucrania, que por entonces pertenecía a la Galitzia Oriental, provincia del viejo Imperio austrohúngaro. El escritor, hijo de una mujer judía cuyo marido desapareció antes de que él naciera, vio desmoronarse la milenaria corona de los Habsburgo y cantó el dolor por «la patria perdida» en narraciones como Fuga sin fin, La cripta de los Capuchinos o las magníficas novelas Job y La Marcha Radetzky. En El busto del emperador describió el desarraigo de quienes vieron desmembrarse aquella Europa cosmopolita bajo el odio de la guerra.  En su lápida quedaron reflejadas su procedencia y profesión: «Escritor austriaco muerto  en París».

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    Una narración muy peculiar. Un ritmo envolvente para una historia muy personal y particular.

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Abril - Joseph Roth

JOSEPH ROTH

ABRIL

HISTORIA DE UN AMOR

TRADUCCIÓN DEL ALEMÁN

DE BERTA VIAS MAHOU

ACANTILADO

BARCELONA 2020

La noche de abril en la que llegué estaba cargada de nubes y preñada de lluvia. Los contornos plateados de la ciudad, tenues, intrépidos, se alzaban por encima de una niebla desvaída, casi cantando hacia el cielo. Delicada y con finas nervaduras, una torrecilla gótica trepaba por las nubes. La esfera anaranjada del iluminado reloj del ayuntamiento parecía colgar en el aire de un cable invisible. En torno a la estación había un olor, dulce y seco, a hulla, jazmín y fragantes praderas.

El único coche de punto de la ciudad esperaba, impasible y cubierto de polvo, ante la estación. La ciudad debía de ser pequeña. Sin duda tenía una iglesia, un ayuntamiento, una fuente, un alcalde, un coche de punto. El caballo, castaño, no llevaba anteojeras. Largos mechones rojizos caían sobre sus poderosos cascos. Miraba la plaza embobado, benévolo, con los ojos muy abiertos. Cada vez que relinchaba, ladeaba la cabeza, como una persona a punto de estornudar.

Me subí al coche y por el camino fuimos dejando atrás un montón de bamboleantes sombrereras y maletas con seres humanos aferrados a ellas. Oí lo que se decían unos a otros y percibí la miseria de sus destinos, la pequeñez de sus vidas, la estrechez y la escasa importancia de sus penalidades. Sobre los campos, a ambos lados de la carretera, se derramaba la niebla como si fuera plomo derretido, simulando el mar y la inmensidad. Por eso, las sombrereras, las personas, las conversaciones y el coche de punto resultaban tan insustanciales y ridículos. Llegué a creer que en verdad a ambos lados se encontraba el mar y me sorprendió su calma. Tal vez esté muerto, pensé. La chimenea de una fábrica, que emergió de pronto ante un fondo de casas de color blanco, dándome un susto pese a su esbeltez, parecía un faro apagado.

Seres irrelevantes acampaban a ambos lados del camino: las avanzadillas de la ciudad. Confiados, ingenuos, yo podía ver lo que pasaba en su interior. Una madre bañaba a su hijo en una tina. La cuba tenía una cincha de hojalata lustrosa,

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