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Viaje De La Doncella: 1, #1
Viaje De La Doncella: 1, #1
Viaje De La Doncella: 1, #1
Libro electrónico422 páginas9 horas

Viaje De La Doncella: 1, #1

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"¡Capitán Drake! ¡Capitán Drake!"
Eric levanto la vista...era Karina, aún más bella con la luz plateada de la luna, y caminando directamente hacia él con el brazo extendido, sosteniendo algo brillante en la mano que él reconoció como la mancuernilla de oro que le faltaba. Aumentó su paso, y al alcanzar la mancuernilla con la mano izquierda, el tacto lo encendió con un repentino deseo de sentir los suaves y llenos labios de Karina. Al instante envolvió su brazo derecho alrededor de su cintura, arqueándola ligeramente de la espalda mientras él cubrió sus labios con los suyos. El momento impulsivo hizo que Karina dejara escapar un pequeño gemido al caer dentro los ardientes brazos del apuesto capitán…

***
(1790) Un apuesto capitán descubre a la hermosa prometida de su medio-hermano abordo de su barco disfrazada de chico de cabina, a quien le robo un beso la noche que se conocieron. Sin embargo, sus emociones fueron asediadas por segunda vez... ¡al darse cuenta de que el prometido descartado envió piratas en su persecución! (¡Lee hoy!)

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IdiomaEspañol
EditorialM.I. Speer
Fecha de lanzamiento4 ago 2020
ISBN9781393231431
Viaje De La Doncella: 1, #1
Autor

M.I. Speer

M. I. Speer, born in Chicago, lives in southern California. She is a proud mother of two adult children and four grandchildren. She writes in the evening while listening to inspiring instrumental music. Favorite genres: Young Adult, romance, fantasy, and scify.

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    Vista previa del libro

    Viaje De La Doncella - M.I. Speer

    Viaje De La Doncella

    M. I. SPEER

    Text copyright © 2013| M. I. Speer

    All Rights Reserved

    (Todos Los Derechos Reservados)

    Contenido

    Prólogo

    CAPÍTULO 1: La Visita

    CAPÍTULO 2: El Puesto de Manzanas

    CAPÍTULO 3: Un Jinete se Aproxima  (Lunes por la mañana)

    CAPÍTULO 4: Invitación a Harmon Hall

    CAPÍTULO 5: Encuentro al Atardecer

    CAPÍTULO 6: El Secreto de Charles

    CAPÍTULO 7: La Carta

    CAPÍTULO 8: Viaje a Harmon Hall

    CAPÍTULO 9: Harmon Hall

    CAPÍTULO 10: El Amanecer Rojo

    CAPÍTULO 11: El Anillo de Compromiso

    CAPÍTULO 12: Desayuno a Bordo de la Doncella del Mar

    CAPÍTULO 13: Paseando por el Pueblo

    CAPÍTULO 14: No Voy a Casarme con Lord Harmon

    CAPÍTULO 15: Anuncio de Compromiso

    CAPÍTULO 16: Karina se Convierte en Aarón

    CAPÍTULO 17: Aarón, el Chico de Cabina

    CAPÍTULO 18: Angus el Escocés

    CAPÍTULO 19: Aarón, Puedes Quedarte

    CAPÍTULO 20: Regreso a Pembroke Hall

    CAPÍTULO 21: La Florida

    CAPÍTULO 22: Descubierta

    CAPÍTULO 23: Visita de Diedra

    CAPÍTULO 24: Huesos y Calavera

    CAPÍTULO 25: Nueva Providencia

    CAPÍTULO 26: De Nuevo en la Doncella del Mar

    CAPÍTULO 27: Promesas de Amor Sobre las Olas

    CAPÍTULO 28: Dama o Bucanero

    CAPÍTULO 29: Mar, Viento y Fuego

    CAPÍTULO 30: La Mañana Siguiente

    CAPÍTULO 31: De Entre los Muertos

    CAPÍTULO 32: Parada de Descanso

    CAPÍTULO 33: Un Nuevo Comienzo

    CAPÍTULO 34: El Anuncio a Bordo

    CAPÍTULO 35: Nueva Inglaterra, Nuevo Plan

    CAPÍTULO 36: Yucatán

    CAPÍTULO 37: La Doncella del Mar llega a Nueva Inglaterra

    CAPÍTULO 38: Un mensaje de Lord Pembroke

    CAPÍTULO 39: La Nota

    CAPÍTULO 40: Detención del Capitán Drake

    CAPÍTULO 41: Caso en Contra, Lord Harmon

    CAPÍTULO 42: Nate

    CAPÍTULO 43: Rescate en el Bosque

    CAPÍTULO 44: Mensaje para el Capitán

    CAPÍTULO 45: Corte Río Roble

    CAPÍTULO 46: Sherman Craft

    Prólogo

    Lord Gunther Harmon, un rico comerciante, llega a Pembroke Hall después de ser urgentemente convocado por su moribundo colega de envío marítimo, Lord Charles Pembroke. Charles, un viudo anciano cerca de la bancarrota, desea proteger de la ruina a su única hija Karina, (por parte de su segunda esposa Serafina). Después del secuestro y el asesinato de la hija de un colega, ha mantenido a Karina oculta al público desde la infancia. Para asegurarse de que no se quede desamparada después de su fallecimiento, él ha dado su mano en matrimonio al mucho mayor, Lord Gunther Harmon, el comerciante de envío más exitoso de la zona.

    Clip:

    ¡Capitán Drake! ¡Capitán Drake!

    Eric levanto la vista...era Karina, aún más bella con la luz plateada de la luna, y caminando directamente hacia él con el brazo extendido, sosteniendo algo brillante en la mano que él reconoció como la mancuernilla de oro que le faltaba. Aumentó su paso, y al alcanzar la mancuernilla con la mano izquierda, el tacto lo encendió con un repentino deseo de sentir los labios suaves y llenos de Karina. Al instante envolvió su brazo derecho alrededor de su cintura, arqueándola ligeramente de la espalda mientras él cubrió sus labios con los suyos. El momento impulsivo hizo que Karina dejara escapar un pequeño gemido al caer dentro los brazos ardientes del apuesto capitán...

    Inglaterra, primavera 1790

    CAPÍTULO 1: La Visita

    Un fresco lunes por la mañana, Karina Pembroke , que recientemente había celebrado sus dieciocho años, estaba a punto de montar a caballo con su amiga más cercana, Lynétt Adams, la hija de una de las asistentas de cocina, cuando su papá Charles la llamó al estudio. Pensó que era raro que su padre la llamara mientras él tenía compañía. No queriendo desobedecer a su padre anciano y enfermo, ella arregló su cabello y sacudió su hábito azul real de manga larga, adornado con encaje blanco estilo abanico sobre el pecho, que usaba para montar a caballo. Karina bajó corriendo las escaleras y tocó la puerta del estudio.

    Pasa, Karina, me gustaría presentarte a un viejo amigo y colega, Lord Gunther Harmon.

    Gunther se levantó y se volteó para saludarla. Era un hombre algo calvo con una barba gris y una poderosa contextura, ya en la mitad de los cincuenta años. Él se sintió inmediatamente impresionado por su belleza vibrante, y depositó un beso en el dorso de su mano.

    Es un placer absoluto conocerla mi querida señorita. Puedo añadir que es mucho más hermosa de lo que imaginé.

    Karina sonrió tímidamente pero se sintió incómoda ya que no estaba acostumbrada a recibir elogios de los hombres.

    Es usted muy amable, señor. Me complace conocerlo también.

    Ella era impresionante. Gunther se preguntaba cómo Charles había logrado mantenerla oculta durante todos estos años.

    Siéntate un rato con nosotros, Karina, dijo Charles.

    Pero Karina estaba ansiosa por marcharse.

    Papá, tú sabes que esta es la hora en que monto a Relámpago, Lynétt ya lo ha sacado por mí, ¿podrías darme permiso de retirarme, por favor?.

    Tenemos un invitado, dijo Charles mientras la fulminaba con la mirada.

    Está bien Charles, deja que se vaya, interrumpió Gunther. No quiero imponerme en tus planes para hoy, querida, tenemos bastante tiempo para que nos conozcamos mejor.

    Karina se preguntó qué quería decir con eso.

    Está bien, Karina, pero regresa pronto al mediodía, Lord Harmon nos acompañará a la comida del mediodía.

    Karina asintió y salió corriendo por la puerta. No podía esperar más para irse. El hombre la miraba como si tuviera dos cabezas y su comentario acerca de conocerse mejor la hizo sentir incómoda.

    §

    Hasta ahora la vida había sido más que justa, pensó Gunther. ¡Salud, riqueza y ahora la posibilidad de una joven y bella esposa con una generosa dote y un imperio de envío naval al alcance de sus dedos! No había tiempo que perder. Finalmente, él y Charles estaban del mismo lado.

    §

    Karina corrió a los establos ansiosa por montar a caballo con Lynétt, que ya estaba montada sobre Tormenta y trotaba alrededor del establo junto a Relámpago. Karina llegó algo sin aliento pero lista para salir.

    ¿Por qué tardaste tanto tiempo? preguntó Lynétt. Relámpago está impaciente.

    Papá insistió en que conociera a un colega suyo. Nunca lo había hecho antes, y me hizo sentir incómoda. El hombre no dejaba de mirarme... me inquietó mucho. Antes de irme, hizo un comentario acerca de tener suficiente tiempo para conocernos mejor. Me pregunto qué quería decir con eso. Tengo un mal presentimiento sobre esto.

    ¿Quién es?.

    Lord Gunther Harmon.

    ¿Es guapo?.

    No, es canoso y grueso, con más pelo en la cara que en la cabeza.

    Suena encantador, bromeó Lynétt.

    Muy chistosa, Lynétt, Karina le lanzó una sonrisa sarcástica. Será mejor que nos vayamos, debo estar de regreso al mediodía. Nuestro encantador huésped, Lord Harmon, nos acompañará a la comida del mediodía.

    ¿Tal vez tu padre lo haya contratado para ser tu mentor?.

    Karina montó a Relámpago. ¡Espero que estés correcta! ¡Jía!.

    Ella tiró de las riendas, y ambas chicas cabalgaron sobre sus caballos.

    CAPÍTULO 2: El Puesto de Manzanas

    Unos días antes, la Doncella del Mar , una de las más grandes naves comerciales disponibles, había atracado en un pequeño puerto inglés. Peter De Marco, de Massachusetts, un marinero a bordo de la gran nave, fue uno de los primeros en salir del barco por unos días luego de estar en la guardia nocturna. Después de una compra local de botas, se encontró con su excompañero de barco y buen amigo, Ed Long. Ed era marinero a bordo de otra nave, la Alondra , y estaba a punto de embarcarse en un viaje de dos días hacia el interior para visitar a sus padres.

    Después de un ferviente saludo y una conversación ligera sobre sus planes, incluyendo el deseo de Peter de conocer a las doncellas locales, Ed rió e invitó a Peter a venir con él a visitar a sus padres al interior.

    El mismo Peter de siempre... bueno, si tienes algo de tiempo ven al interior conmigo. Es hermoso y verde, y hay bastantes doncellas a quien rescatar.

    ¿Rescatar de qué?.

    ¡De los viejos ricos señores a los cuales están condenadas a casarse, y es tu oportunidad de salvarlas! bromeó Ed.

    Ambos se rieron y recordaron los buenos tiempos que pasaron juntos. Entonces Peter accedió a ir con su viejo amigo y ambos cabalgaron del área luego de hacer arreglos para alquilar caballos.

    Llegaron a la casa de Ed después de casi dos días. Ambos recibieron una cálida bienvenida de los padres de Ed, Joseph y Marie Long. Los chicos se bañaron y comieron y compartieron sus aventuras en la mesa. Después de muchas risas y conversación, Marie les dio las buenas noches a los chicos, pero Joseph se quedó con ellos platicando junto a la chimenea hasta la madrugada.

    Los padres de Ed eran gentiles y amables. Siendo huérfano, Peter sentía un profundo anhelo de ser parte de una familia así, y pensó que Ed estaba bendecido. Algún día, se prometió a sí mismo, él tendría una cálida familia propia, pero por ahora sólo disfrutaría de la buena compañía.

    El sábado por la mañana, después de ayudar a alimentar a los caballos y luego de un abundante desayuno, salieron a dar un corto paseo a caballo.

    Este es un hermoso lugar, Ed, me alegra que me hayas invitado. Y tus padres son maravillosos. Eres un hombre afortunado.

    Gracias, Peter, sí, soy bendecido en ese sentido y que ambos están en buena salud.

    ¡Un brindis a eso! Lástima que no tengas hermanas. ¿Dónde están esas hermosas doncellas de las que hablabas?.

    Bueno, viven en los alrededores del campo. La mayoría están escondidas hasta que acompañan a sus chaperonas o sus madres al mercado del pueblo. Mamá se irá pronto, quizá deberíamos acompañarla.

    Absolutamente, ¿cuándo se irá?.

    ¿Ves el caballo y la carreta que trae mi padre? Ella está a punto de irse. Le diré a papá que conduciré la carreta para que él pueda atender su negocio de herrería.

    Acompañaron a la señora Long en su viaje al mercado de la aldea. Ed tomó el lugar de su padre y llevó a su madre en la carreta, pero Peter prefirió montar a caballo.

    En el mercado, la señora Long fue de puesto en puesto llenando su canasta. Peter y Ed caminaban por el mercado, bromeando entre ellos y coqueteando con todas las lindas chicas que encontraban. A los 24 años, Peter era alto, bronceado y musculoso, de cejas rectas oscuras, ojos verde oliva y cabello rizado color miel atado a la nuca. Su atractiva apariencia y sonrisa atrajeron las miradas de más de una linda chica. Ed era más bajo de estatura y de contextura fornida, con cabello rubio y brillantes ojos azules.

    Frente al puesto de manzanas, Ed bromeó con Peter respecto a una corpulenta mujer de mediana edad de ser su pareja. Cuando la señora se alejó del puesto, reveló la hermosa joven que estaba bloqueando. Peter se sintió inmediatamente atraído por el encanto magnético de la joven y se acercó, dejando a Ed momentáneamente confundido hasta que vio por qué Peter había emprendido movimiento.

    Lynétt se paró con su canasta, escogiendo manzanas en el puesto mientras Graici, la cocinera de Pembroke Hall, se dirigía hacia el carnicero. Su pelo oscuro y sedoso partido a la mitad, pestañas oscuras más sus grandes ojos verdes complementaban su piel vainilla y labios rosados. Su capa parcialmente abierta revelaba una simple vestimenta y el perfil de una esbelta y atractiva figura y un seno modesto. Peter vislumbró una pizca de escote bajo su blusa blanca de campesina usada bajo un chaleco negro que llevaba con una falda larga color marrón. Sonrió para sí mismo mientras admiraba su encanto.

    Peter se movió a través de la multitud y cuando se acercó a ella, otra mujer con un niño se interpuso en su camino. Lynétt se movió ligeramente y Peter se estrechó entre ella y la mujer y el niño. Mientras Lynétt alcanzaba una manzana, Peter también alcanzó la misma, cubriéndole la mano con la suya.

    Hola, saludó Peter.

    Lynétt se volvió instantáneamente hacia la voz y alzó la vista hacia el apuesto rostro de Peter y sus juguetones ojos verde oliva. Avergonzada, se alejó inmediatamente y retiró la mano.

    Perdón, no quise sorprenderte, quería saber si estas manzanas son tan deliciosas como aparentan, preguntó Peter sonriendo de oído a oído.

    Pensando que Graici podría verlo hablando con ella, trató de alejarse, pero otro cliente la bloqueó.

    No lo sé, disculpa, respondió Lynétt.

    ¿Te vas tan pronto? Quería ayudarte a escoger manzanas.

    Peter coqueteó inclinándose sobre ella. Lynétt jadeó ante su atrevimiento y se alejó preocupada de que Graici pudiera estar observando.

    Lo siento. Tengo suficientes manzanas, gracias.

    Bueno, ¿entonces puedes ayudarme a escoger algunas?.

    No, no puedo, lo siento, tengo que irme.

    ¡Espera! Por lo menos dime tu nombre.

    Lynétt se puso tan nerviosa que se olvidó de pagar sus manzanas y comenzó a alejarse.

    Lynétt, querida... ¿estás olvidando algo? dijo Sally, la señora del puesto de manzanas.

    Lynétt jadeó de vergüenza.

    ¡Oh, Sally! Por favor, perdóname exclamó Lynétt. Sintiéndose avergonzada, pagó a la mujer por las manzanas.

    Ah, Lynétt... qué nombre tan lindo, ¿vienes aquí a menudo? bromeó Peter.

    Maldición, ahora sabe mi nombre, pensó Lynétt mientras buscaba nerviosamente a Graici. No, lo siento, y he terminado de comprar manzanas. Debo irme. Graici, la señora con la que vine, vendrá a buscarme pronto, y no quiero que nos vea hablar.

    ¿Por qué?.

    ¡Porque eres un extraño... y un hombre!.

    No puedo dejar de ser hombre, pero déjame presentarme. Mi nombre es Peter De Marco, a tus órdenes, dijo Peter mientras se inclinaba en reverencia. Y ahora qué sé que tu nombre es Lynétt, ya no somos extraños, agregó mientras sonreía.

    Tonterías, no sé nada más sobre ti ni te he visto por aquí antes. Por lo tanto, eres un extraño, y no debo hablar con hombres extraños.

    Te aseguro que no soy extraño, tal vez flechado de amor, pero no extraño.

    Por favor, vete... si Graici me ve hablar contigo, se lo dirá a mi madre.

    Bueno, ¿cuándo podré verte de nuevo sin Graici?.

    ¡Nunca!.

    Nunca es mucho tiempo.

    Por favor vete.

    ¿No sería mejor si Graici no estuviera presente? ¿Me hablarías entonces?.

    ¡No!.

    ¿Acaso soy alguien tan desagradable con quien conversar?. Lynétt se apartó de él. Vas a romperme el corazón, pero si te molesto, mírame directamente a los ojos y me iré enseguida.

    En desafío, Lynétt se volvió y lo miró directamente a los ojos, y luego Peter comenzó a alejarse. Maldición, ¿por qué es tan guapo?, pensó ella.

    ¡Espera! Digo. ¡Es tarde! ¡Es tarde!.

    Ella se volteó, cerró los ojos y se mordió el labio inferior. ¿Por qué hizo eso?, se preguntó. Peter sonrió para sí mismo. Después de todo, él siempre había encantado a las damas en el pasado. Empezó a acercarse a ella de nuevo. ¡No! ¡Quédate donde estás! ¿No entiendes? Me meterás en problemas.

    Entonces presentadme como un viejo amigo.

    No, ella sabe que no tengo amigos varones, y ella no es alguien en quien confió. Si le dice a mi madre, no se me permitirá volver.

    Bueno, debe haber una amiga con la que puedas venir.

    Tengo una amiga en quien confío, pero no puede venir.

    ¿Por qué no? preguntó Peter.

    Porque no le permiten respondió Lynétt.

    Bueno, trae a una amiga que sí se le permita.

    Sólo tengo una amiga de confianza, Karina, y no se le permite salir de Pembroke Hall.

    Lynétt instantáneamente cubrió su boca con los dedos. Había dicho demasiado. Tengo que irme ahora. Ha sido interesante conocerte, Peter De Marco. Ten un buen día.

    ¡Espera!, dijo Peter.

    Lynétt se alejó, pero él siguió caminando detrás de ella a cierta distancia hasta que ella se detuvo.

    ¡Tienes que dejar de seguirme!.

    Una pregunta. ¿Dónde está Pembroke Hall? ¿Está lejos?.

    Esas son dos preguntas. Sí, es una gran propiedad más allá del bosque. Así que ten un buen día y adiós.

    Puedo seguir detrás de ustedes, entonces ¿por qué no te sales a escondidas y me ves más tarde esta noche... a solas!.

    Claro que no, ten un buen día, jadeó Lynétt, molesta ante su audacia.

    Peter sonrió por dentro. Al parecer, le gustaba a Lynétt, prácticamente le dio direcciones. Observó cómo Lynétt se encontró con la señora mayor a quien llamaba Graici. Luego ambas pusieron sus canastas dentro y subieron a bordo de una pequeña carreta tirada por caballos. Peter volvió a reunirse con Ed por un momento y le dio unas palmadas a su amigo en la espalda.

    ¡Le gusté! Nos vemos en tu casa más tarde.

    Peter le hizo un guiño de conspiración. Ed le dio un empujón juguetón. Peter siguió a Lynétt y Graici a cierta distancia hasta que llegaron a la finca. Observó detrás de los árboles cuando descargaron las canastas y entraron. Una vez satisfecho de saber dónde encontrarla, montó su caballo y se dirigió de nuevo a la casa de Ed.

    CAPÍTULO 3: Un Jinete se Aproxima  (Lunes por la mañana)

    Después de que Karina había dejado a su papá y a Lord Harmon en el estudio, ella y Lynétt cabalgaron sobre Relámpago y Tormenta a través de kilómetros de pasto verde. Era un frío pero hermoso lunes por la mañana. La luz del sol se filtraba entre los árboles y el viento soplaba a través del sedoso cabello oscuro de Lynétt y la ondulada cabellera color oro y miel de Karina. Después de un tiempo, comenzaron a disminuir su paso. A lo lejos, la figura de un hombre a caballo podía verse acercándose a ellas. Lynétt sonrió al reconocerlo; Karina permaneció perpleja.

    ¿Qué te trae por aquí? preguntó Lynétt.

    Tú, te dije que quería verte, contestó Peter. Lynétt se sonrojó.

    Mis disculpas por mi incomodidad el otro día, no estoy acostumbrada a tener pretendientes. Lynétt se volvió hacia Karina, todavía con expresión perpleja. Karina, este es Peter De Marco. Nos conocimos en el mercado del pueblo el otro día. Peter, esta es mi amiga Karina Pembroke.

    Ah, sí, la que nunca va al mercado contigo.

    Sí, desafortunadamente.

    Karina sintió una punzada de celos ante el apuesto pretendiente de Lynétt y lamentó no poder ir al mercado del pueblo con ella y Graici.

    Es un placer conocerte, Peter.

    El placer es todo mío, dijo Peter mientras se inclinaba.

    Qué contraste con el hombre que su padre le había presentado más temprano, pensó ella, ya que Peter era alto, musculoso y guapo. Desmontaron. Lynétt estaba mucho más cómoda sin la compañía de Graici.

    Me siento halagada de que hayas venido, le dijo Lynétt.

    Te seguí a ti y a la señora mayor hasta llegar al claro del bosque. Hoy es mi segundo intento. Empezaba a perder la esperanza..., dijo mientras extendía la mano para tocar un mechón de su cabello. ...Quería ver esos ojos verdes esmeralda de nuevo.

    Lynétt se sonrojó. Karina vino al rescate de Lynétt y rompió el silencio.

    ¿No eres de por acá? preguntó Karina.

    No, sólo estoy de visita con un amigo de la zona que me dijo que había muchachas hermosas por aquí, se inclinó hacia delante y dijo ...tenía razón. Las muchachas se rieron. "En realidad, soy de Massachusetts pero vivo y trabajo a bordo de la nave Doncella del Mar. Nos estamos preparando para llevar otro envío a América".

    ¿Entonces te vas?, preguntó Lynétt, sonando decepcionada.

    Sí, no quería irme sin volver a verte. Pasará un tiempo antes de que regrese.

    ¿Entonces viajarás a América pronto? preguntó Karina.

    Sí, en una semana, pero mi amigo y yo nos vamos de aquí mañana, confirmó él. ¡Oh, casi me olvidaba!.

    Se dio la vuelta y se acercó al caballo y empezó a hurgar en su mochila. Karina aprovechó la oportunidad para hablar con Lynétt.

    Qué guapo, ¿cómo se conocieron?.

    En el mercado, en el puesto de manzanas mientras Graici fue con el carnicero. Yo estaba escogiendo manzanas, y ambos alcanzamos la misma manzana... bueno creo que él lo hizo a propósito.

    Sin duda, declaró Karina.

    Di la vuelta y quedé sorprendida por su altura y cercanía a mí. Solo vi su cuello y luego levanté la vista y vi su increíble sonrisa. Sentí que me saltaba el corazón y empezamos a hablar. Bueno, él conducía la mayor parte de la plática, yo en la mayoría lo despedía. Tenía miedo de que Graici nos viera y le dijera a mamá. Antes de irme, me preguntó dónde vivía, y si podía volver a verme. Tenía miedo y le dije que no, pero le dije que vivía más allá del bosque. Realmente no esperaba que viniera a buscarme.

    ¿Cómo no me lo dijiste?.

    Temía una mala suerte si te lo decía y no quería que te burlaras de mí si no venía.

    Lynétt, siempre piensas así.

    Peter sacó una pequeña bolsa de tela y volvió hacia ellas. Giró la pequeña bolsa de tela y una brillante pulsera de oro cayó en su mano. Lynétt jadeó y lo miró.

    Por favor, dame la mano.

    Él tomó su mano y puso la brillante pulsera de oro sobre la muñeca de Lynétt.

    ¡Oh, Peter! ¡Es preciosa! No sé qué decir.

    Tu sonrisa es suficiente para mí.

    Lynétt se volvió hacia Karina, que también sonreía.

    Te luce hermosa, Lynétt. Me siento algo intrusa en este momento.

    Oh, por favor no, dudo que hubiera podido volver a verla para darle este pequeño obsequio si no tuviera una compañera como tú para huir de su madre y Graici. Peter sonrió.

    ¿Cómo estás seguro de que estoy de acuerdo con esto?.

    Lynétt mencionó que se confían todos sus secretos de chicas. Peter rió entre dientes.

    Karina se echó a reír. Continuaron platicando durante un rato hasta que Karina le recordó a Lynétt que debían volver.

    Peter, ha sido un placer, buena suerte en tu viaje y espero que vuelvas pronto.

    Gracias, igualmente, y sí..., miró a Lynétt, ...regresaré.

    Sonrió a Lynétt y luego se volteó y sonrió y se despidió de Karina.

    Para darles un poco de privacidad, Karina se despidió, montó a Relámpago y trotó adelantándose de Lynétt y Tormenta. Lynétt siguió hablando con Peter unos minutos más y Karina se giró justo a tiempo para ver a Peter ignorar la mano extendida de Lynétt y en su lugar sorprenderla con un beso que la arqueó de espalda. Karina jadeó; Lynétt parecía desmayarse en sus brazos. Después de esto, estará en las nubes, pensó Karina.

    Lynétt, me voy temprano mañana, quisiera que nos encontráramos hoy más tarde. Puedo volver y esperarte por los árboles detrás del establo, al atardecer.

    Peter... no puedo... ¡espera! ¿Cómo sabes de los árboles detrás del establo?.

    Bueno, te seguí a ti y a Graici más allá del claro del bosque. Las seguí todo el camino hasta los establos el sábado. Sonrió traviesamente.

    ¿De veras?.

    Peter asintió con la cabeza. Así que hoy nos podemos encontrar allí más tarde. Voy a dejar este pañuelo en la cerca, y luego ven a buscarme detrás de los árboles alrededor de la puesta del sol.

    Lynétt sonrió y asintió con la cabeza. Está bien, sólo por un rato... para que podamos platicar y me cuentes sobre tus viajes, pero mejor me voy ahora.

    Peter la ayudó a montar sobre Tormenta y le besó la mano.

    Recuerda, detrás de los árboles junto a los establos... Dejaré este pañuelo azul en la cerca... al atardecer.

    Lynétt asintió y salió cabalgando para alcanzar a Karina.

    CAPÍTULO 4: Invitación a Harmon Hall

    Al llegar a los establos fueron recibidas por el viejo Jim, el encargado del establo. Señorita Karina, su padre ha estado preguntando por usted.

    ¡Oh no! Lynétt, te hablaré más tarde.

    Momentos después...

    ¡Oh... está bien!, respondió Lynétt, todavía claramente afectada por el beso de Peter. Karina se lavó las manos en la bomba de agua junto al pozo y las secó palmeándolas en su vestido, luego corrió al comedor. Gunther se levantó a su llegada. Charles reprendió a su hija por la tardanza.

    Por favor, perdóname papá, Lord Harmon, perdimos la noción del tiempo.

    Toma asiento, Gunther y yo estamos muriendo de hambre, casi empezamos sin ti.

    La comida ya estaba siendo servida.

    Tengo algunas noticias que compartir contigo. Lord Harmon nos ha invitado a asistir a una reunión social que tiene el próximo sábado. Tiene un anuncio que hacer, incluyendo su nuevo negocio en Francia, y ha solicitado nuestra presencia.

    Karina no estaba acostumbrada a asistir a las funciones de negocio de su padre.

    Papá, ¿es necesario que yo vaya?.

    Sí. Es un viaje de casi dos días, por lo que tendremos que salir pasado mañana.

    Disgustada, Karina miró su plato.

    Te explicaré todo más tarde. Ya no eres una niña, y hay responsabilidades de las que debes ser consciente. Viajaremos pasado mañana, espero que empieces a prepararte. Gunther vive cerca del puerto, así que viste abrigada.

    Ya veo. Papá, ¿es aconsejable que viajes?.

    No importa, vamos a asistir.

    Pero papá, ¿por qué es necesario que yo vaya?, insistió Karina. Charles se estaba agitando y su respiración se hacía difícil. Papá yo–.

    Enojado por su insistencia, Charles la interrumpió.

    ¡No discutas! ¡Vamos a viajar pasado mañana, así que tienes que preparar, eso es todo!.

    El esfuerzo de casi gritar causó que Lord Pembroke tosiera. No quería ningún argumento delante de Gunther. Esperaba que Karina fuera difícil, pero para que su plan tuviera éxito necesitaba ser firme. Karina se sentó en silencio en la mesa, confundida y molesta por el repentino cambio de su padre. Para aliviar la tensión, Gunther hizo una sugerencia.

    Tal vez tu compañera de montar pueda acompañarles a ti y a tu padre sugirió Gunther.

    Karina se alegró con la sugerencia. Volteó hacia su padre en busca de su aprobación... él asintió con la cabeza.

    Gracias, Lord Harmon.

    La idea de que Lynétt los acompañara fue un consuelo y por el momento se mantuvo en paz. Todavía preocupada por todo el asunto, Karina perdió el apetito y poco tiempo después pidió permiso para retirarse de la mesa clamando tener dolor de cabeza. Avergonzado por su conducta, Charles la despidió alegremente, diciendo que sería bueno que descansara un rato. Ella se levantó de la mesa, como lo hizo Gunther.

    Fue un placer conocerte, querida, espero que te sientas mejor y espero tenerte a ti, a tu padre y a tu compañera de montar como mis invitados el próximo sábado.

    Karina sonrió cortésmente y dijo: Gracias Lord Harmon. Al igual, fue un placer conocerle. Luego abandonó la mesa. Gunther no se frustró por los visibles signos de desaprobación en su futura novia. Con el tiempo ella se ajustaría a su destino, al igual que otras chicas jóvenes lo habían hecho cuando se les daba en matrimonio.

    Karina estaba perturbada por la determinación de su padre. Siempre había sido tan complaciente. Tal vez Lynétt tenía razón. Su padre no estaba bien y quería que estuviera más informada. Hablaría con él más tarde. Se acostó en su cama y pronto se durmió. Algún tiempo después fue despertada por golpes rápidos en su puerta. Era Lynétt, quien dijo en voz baja:

    ¡Karina, Karina, abre la puerta!.

    Era cerca de la puesta del sol, tal como se veía a través de la gran ventana de su balcón. Karina no tomó su cena y no hizo caso de los toques en la puerta. Lynétt siguió llamándola hasta que recibió una respuesta de Karina.

    ¿Qué pasa? ¿Hay algo mal?, preguntó Karina con voz soñolienta.

    Cuando Karina abrió la puerta, Lynétt pasó, cerró la puerta tras ella, y luego empujó a Karina contra la cama, forzándola a sentarse.

    ¡Tengo algo que decirte!.

    ¿Qué?.

    Karina pensó que probablemente tenía algo que ver con Peter.

    "Después que te retiraste de la mesa esta tarde, Darlín oyó algo mientras limpiaba la cocina.

    ¿Qué?.

    Ella escuchó a Lord... algo, que visitó a tu padre, decir que la reunión social que tiene el próximo sábado es un momento perfecto para anunciar el compromiso.

    "¿Te

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