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Una Vez Que Amas A Un Sinvergüenza: Caballeros Escandalo, #3
Una Vez Que Amas A Un Sinvergüenza: Caballeros Escandalo, #3
Una Vez Que Amas A Un Sinvergüenza: Caballeros Escandalo, #3
Libro electrónico92 páginas1 hora

Una Vez Que Amas A Un Sinvergüenza: Caballeros Escandalo, #3

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En el pasado, Lady Iris Keene tenía planes de casarse con Daniel Andrews, el Conde de Hampstead. Después del devastador rechazo del conde, decidió no hacerlo, pero una vez su corazón fue entregado es difícil de recuperar. Algo que Iris descubre una vez que se cruza caminos con el sinvergüenza un año después...

Lo último que Daniel quería era involucrarse con Lady Iris Keene, pero estaba atraído a ella, y siempre lo estuvo. Es por eso que debía de alejarla. El matrimonio no es algo que él quiere o necesita. 

En la fiesta, ellos cruzan caminos más veces de lo que ambos querían. En el rumbo tenían que decidir si iban a seguir peleando contra lo que había en sus corazones o ceder.

IdiomaEspañol
EditorialMG Press
Fecha de lanzamiento8 mar 2023
ISBN9781667452340
Una Vez Que Amas A Un Sinvergüenza: Caballeros Escandalo, #3

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    Una Vez Que Amas A Un Sinvergüenza - Dawn Brower

    Prólogo

    Diciembre 1866

    Violet siguió a Iris por el rumbo prohibido. Iris no podía creer que su hermana, la que siempre seguía las reglas. sugiriera esta escandalosa caminata. Una vez que Violet había hecho la propuesta, Iris no le permitiría retractarse. Había tenido la esperanza de inspeccionar el tramo algún día, y esta podría ser su única oportunidad.

    Era un estrecho camino que estaba cubierto de nieve. Había algunas pisadas que guiaban el pasaje, Alguien yá había estado por aquí, pero iba a ser difícil determinar cuándo había sido la última vez que estuvieron ahí. La nieve no era muy profunda, pero sus faldas estarían empapadas después de su pequeña aventura. Eso no le importaba. El regocijo llenaba todo su ser.

    — Ésto es tan emocionante, — dijo Iris en un tono impresionado. Aplaudió. —Me alegra que hayas pensado en esto—

    —Me alegra que te lo estés pasando tan bien.— Respondió Violet, pero no sonaba tan apasionada como Iris se sentía. Bueno, una pena. Ella tendría que ver cómo arreglárselas, le gustase o no.

    —¿Cuántas parejas crees que se escabullen por este camino?— Iris aceleró su ritmo y ahora corría por el tramo. Aún pudo escuchar el quejido de Violet mientras se movía por la nieve.

    —No vayas tan lejos,— Violet exclamó.

    A Iris no le interesaba escuchar a su hermana. Desapareció entre los árboles. Sería tan fácil encontrar un lugar donde esconderse con un caballero. Si ella viniera por este camino, ella esperaba que el hombre a su lado fuera el Conde de Hampstead.

    Era el hombre más guapo en dónde los ojos de Iris pudieron haberse posado. Su cabello era de apariencia oscura y sedosa, pero eran esos ojos lo que la atraían.

    Eran tan azules que eran casi del color del hielo, que ahora caía de las ramas del árbol. Un azul de tintura más clara. Espeluznantes de ver; aún así, tentadores al mismo tiempo. Temblaba ante el pensamiento de captar la atención del conde.

    —Lady Iris,— un hombre la llamó.

    Se detuvo en seco. No podía ser...¿Por qué el Conde de Hampstead estaba caminando por El Rumbo del Escándalo? Aún más importante, ¿por qué llamaba su nombre?

    Iris giró y se encaminó a la dirección de su voz. Estaba emocionada por explorar el trayecto prohibido, pero ahora... Ésta era la oportunidad que ella había estado esperando.

    —Lord Hampstead,— dijo sin aire cuando llegó a él. Su cabello oscuro era deslumbrante a contraste del fondo de nieve. Un pequeño montón cayó de una rama cercana y aterrizó en su hombro. Rió cuando frunció el ceño y se limpió.

    —¿Por qué está aquí?— preguntó.

    —Me han enviado a recogerla,— respondió en un tono simpático. —Su hermana está preocupada—

    Iris torció la boca. Le había contado a Violet su plan de atrapar a Lord Hampstead en matrimonio. Era un rebelde, y era uno de los infames Caballeros Escándalo. Era poco probable que pidiera la mano de una mujer en matrimonio.

    Iris quería ser su esposa, y haría casi de todo para volver su sueño realidad.

    —¿Mi hermana lo envió?— preguntó escéptica. Violet había estado firmemente en contra del plan de Iris.

    —Yo me ofrecí de voluntario,— respondió. —Lord Merrifield está acompañando a Lady Violet hasta que podamos unirnos de vuelta.—

    Una sonrisa pícara se formó en su rostro. No pudo evitar pensar si el destino le estaba ofreciendo exactamente lo que ella deseaba.

    Ésto no hubiera podido haber sucedido de mejor forma si lo hubiera planeado ella misma. Sería una tonta si dejaba pasar este momento fortuito.

    —¿Tenemos que regresar tan pronto?— Iris se acercó. —Mi hermana gusta románticamente del marqués. Quizás si tuvieran unos momentos a solas, podrían tener... una conexión—

    No era mentira del todo. Hubo un momento dónde Lord Merrifield mostró interés por Violet. Iris no estaba segura cuando ésto había cambiado o porqué, pero no estaba de más usar esa información presente a su ventaja. Violet la perdonaría por eso. Su hermana siempre la perdonaba.

    —¿De verdad?— Lord Hampstead arqueó una ceja, luego frunció la boca. —No estaba al tanto de aquello.—

    Miró por encima de su hombro. —Puede que haya cometido un error.—

    —Estoy segura de que se equivoca,— Iris alzó sus manos y las posó sobre su pecho.

    —No tiene parecido de alguien que haría algo tonto.—

    Bajó la cabeza, haciendo contacto visual con ella.

    —Trato de no parecer, pero parece que es un día para ellos.— Levantó su mano y quitó las suyas.

    —Necesitamos regresar. Por favor permítame escoltarla de vuelta con su hermana.—

    Iris hizo una mueca. ¿Qué había hecho mal?

    —¿No me encuentra bonita?—

    Lord Hampstead era un pícaro. ¿Qué acaso no todos los hombres de su calaña gustaban de aprovecharse de damas dispuestas?

    —Lady Iris...— desvío la mirada. —Su belleza o falta de, no es un problema aquí.— Dió un paso lejos de ella.

    El frío se filtró en sus adentros ante sus palabras. Él no creía que ella fuera bonita. Eso fue lo que ella escuchó en su tono. Había hecho el completo ridículo.

    —Ya veo,— dijo. —Así que, el pedirle que me bese no es algo que tampoco le interese—

    Bufó. No podía tentarlo. Lo que significaba que no había una buena oportunidad de seducirlo y capturarlo en matrimonio. De lo que sirvió su plan. Violet estaría aliviada de descubrir que Iris no estaría causando un escándalo.

    —Lady Iris,— dijo Lord Hampstead en un tono suave. —No quiere un hombre como yo. No soy un hombre bueno.—

    Alzó la cara y cruzó miradas con la suya tan fría.

    —No presuma de saber que es lo que quiero.— Su tono estaba lleno de amargura. —Pero tengo que saber algo antes...— negó con la cabeza. —Sólo necesito saber.—

    Iris dió un paso al frente y se abrazó de su cuello, se levantó para juntar sus labios con los suyos.

    No se movió por un momento, pero regresó el beso brevemente. Casi como si no pudiera evitarlo. Era todo lo que Iris había imaginado que sería. Dulce, sensual, y lleno del calor que amenazaba con consumirla. Pero terminó antes de que pudiera convertirse verdaderamente en el

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