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Una Esposa Por Contrato Para El Rey Asesino
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Una Esposa Por Contrato Para El Rey Asesino
Libro electrónico832 páginas16 horas

Una Esposa Por Contrato Para El Rey Asesino

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"Necesitas una buena esposa, una digna de ser la Reina" 

 

Esa fue la frase que le repetían constantemente al Rey Darién, de modo que terminó casándose hasta cinco veces, sin embargo, ninguno de sus matrimonios funcionó… inclusive la mayoría terminó de la peor manera existente. 

 

No era para menos, después del trauma vivido en su juventud en el que perdió al amor de su vida, el Rey estaba reacio a volver a intentarlo. 

 

Bien dicen "Nunca digas nunca" ya que todo cambiaría cuando su medio hermano y mejor amigo le aconseja tener un falso matrimonio, uno por contrato con una conocida suya; por más que luché y lo niegue esa mujer extranjera volverá loco de amor al atractivo Rey. 

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento9 mar 2023
ISBN9798215183243
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    Una Esposa Por Contrato Para El Rey Asesino - Yosebeth Kaori

    CAPITULO 01

    ¡B AM!

    El fuerte sonido de los disparos resonaba por todo el castillo.  

    Bam, Bam... 

    Uno seguido de otro y otro más. 

    El castillo del príncipe heredero se volvió un caos.  

    ¡Alerta máxima!  

    ¡El paradero y la seguridad del príncipe es prioridad!  

    Daban las órdenes los soldados superiores de seguridad del Reino de Esrud.  

    Un Reino de un mundo con tecnología avanzada un poco peculiar. 

    De inmediato fue alertado el castillo principal del Linaje Dorrerbell. El Rey Jonathan salió alterado exigiendo que trajeran a su hijo de inmediato. 

    —  No se preocupe su majestad, el paradero del príncipe ya fue localizado, estará acá lo más pronto posible. 

    Comento su mano derecha y consejero principal, el comandante Fierth. 

    El Rey se sentó en su trono con un rostro de terrible enojo. 

    Eran la 2:35 de la madrugada.  

    ...

    Mientras eso sucedía con el Rey Jonathan.

    En el terreno del castillo del joven príncipe de diecinueve años de edad.

    Una horrible noticia esperaba al rubio de ojos azul marino, quien era el príncipe heredero llamado Darién Dorrerbell De Esrud

    ¡La novia oficial había desaparecido!  

    ¡Darién abrió sus ojos de par en par!

    El pánico se apoderó de su cuerpo de inmediato provocando que comenzará a temblar...Su amada novia Ginelly había desaparecido.

    Esa con la cual había mantenido una hermosa y romántica relación de un año y ocho meses y a pesar de toda la oposición por los origines humildes de la chica, aún así Darién insistió hasta que se le acepto en su familia y se le permitió vivir con él; El proceso de aceptación para la boda ya se estaba llevando a cabo.  

    Darién la había elegido como su compañera por toda la vida. 

    ¡La amaba! 

    ¡La amaba demasiado y quería volverla su única esposa y su futura Reina!  

    ¡Por ella estaba dispuesto a cualquier cosa! 

    Por ella duro un año entero convenciendo a su padre, el Rey Jonathan en aceptarla. 

    Por ella daría su propia vida si así lo pidiera. 

    .....

    Ginelly Lorán.

    Una mujer con veinte años de edad, de aspecto inocente, cabello rojizo oscuro muy corto hasta el largo de sus hombros, ojos grandes y hermosos de un color dorado amielado, su gran sonrisa con un pequeño lunar al lado izquierdo de su delgado labio inferior.  

    Esa era la mujer que por accidente Darién conoció en el último año del instituto privado varonil de la capital.

    Una mujer hija de una de las Chef del instituto, Gini, como le decía su madre de cariño, había ido un día a dejarle algunas cosas olvidadas a ella; Cuando fue acosada por algunos engreídos estudiantes del último año de ese instituto.

    Darién no fue el típico príncipe que la ayudaría.

    Él odiaba meterse en problemas o llamar mucho la atención, aunque por su título y aspecto físico sus intentos siempre terminaban en vano. 

    El suceso que lo llevo hasta Gini ocurrió frente a sus ojos, cuando iba caminando hacía la biblioteca, fue en ese momento que Darién sintió atracción por primera vez en toda su vida sin siquiera darse cuenta de ello hasta más tarde.

    Vio como Gini se defendió por sí misma y logro huir de esos chicos con éxito.  

    Darién fue el primero en hablar, pues la felicito y ella sin saber que era el príncipe del Reino le trato con normalidad y hablándole informal, tuvieron una amena charla corta. 

    Ella se había sentido atraída y con un poco de curiosidad por el chico rubio y bastante guapo con quién comenzaba a entablar una amistad.  

    Ginelly comenzó a ir más a ese instituto con la excusa de ayudar a su madre, la cual era tan respetada en el lugar, que le daban libre acceso a su hija.

    Los encuentros entre Ginelly y Darién se hacían más y más frecuentes.   

    De la atracción que sentían y la amistad que crearon, nació inevitablemente el amor.  

    Para cuando ella se enteró de la verdadera identidad de Darién, poco le importaría.  

    ¡Ya estaba perdidamente enamorada!  

    Lo seguiría hasta el fin del mundo si era necesario.  

    Por eso cuando Darién le propuso mudarse con él y luchar juntos por su aceptación ella ni siquiera lo pensó. 

    No le importo el difícil camino que tomaría, sabía que si Darién estaba a su lado tomando su mano ella se sentiría capaz de continuar; después de todo Gini no era para nada una mujer que le gustará darse por vencida. 

    ...

    La noche de su desaparición, en medio del caos y ataque al castillo del príncipe heredero. 

    Darién salió corriendo liberándose de los guardias que le llevaban al terreno dónde se encontraba el castillo principal del Reino y hogar de su padre, el Rey Jonathan.    

    Los disparos se seguían escuchando dentro del castillo. No sabían cuántos infiltrados eran, ni de que grupo terrorista, oposición o reino enemigo se trataba. Uno de los soldados logró alcanzar a Darién quien corría lo más rápido que podía dejando a muchos atrás. Se le lanzó encima de él deteniendo a la fuerza a ese príncipe sobre el césped con el peso de su cuerpo. 

    — ¡Suéltame! ¡Maldita sea, sueltame! ¡ES UNA ORDEN! ¡No me toques o serás hombre muerto!  

    — ¡Lo lamentamos mucho su alteza! Pero tenemos órdenes directas del Rey de llevarlo con nosotros.  — Dijo uno de los soldados que se acercaban a él.

    — ¡NO! ¡Déjenme ir! ¡Gini está ahí dentro! ¡Debo ir por ella! — Gritaba desesperado y en llanto el príncipe Darién.  

    Darién luchaba para zafarse del agarré del soldado, lo rasguñaba, golpeaba, él incluso lo mordió varias veces, pero entre más lo hacía, más soldados lo retuvieron y lo llevaron consigo. 

    — Por favor su alteza, debe entender que por su bienestar debe venir con nosotros. —Dijo en tono pacífico uno de los soldados que le sostenía.

    Darién fingió calma y serenidad. 

    Sabía que era la única forma en que ellos bajarán la guardia y no fueran tan duros con él. 

    Comenzaron a caminar. 

    Dos soldados lo retenían de cada extremo de sus brazos y varios más iban detrás de él para capturarle en cualquier momento si decidía volver a intentar huir. 

    ¡BAM! ¡BAM! 

    Comenzaron a escucharse más disparos, pero conforme más se alejaba Darién de su castillo el sonido era cada vez menor. 

    ¡BOOOM! 

    El ruidoso y rotundo sonido de una explosión dentro del castillo causó que un sector del mismo se derrumbara. Fue imposible para todos los soldados que se marchaban con el príncipe custodiado como para todos los que comenzaban a llegar para repeler el ataque no voltear sus miradas enfocadas al área de la explosión. 

    ¡Quedaron sorprendidos!

    CAPITULO 02

    Darién aprovechó la explosión y el pequeño momento de distracción de sus soldados para lograr librarse del agarré de ellos. Una vez lograda la hazaña, el joven príncipe rubio le quitó el arma a uno de ellos. 

    — ¡No me sigan! ¡Si lo hacen disparo! — Dijo atrevidamente el joven príncipe apuntando a su brazo izquierdo con el arma.

    Todos entraron en pánico. 

    Sabían que una pequeña herida en el cuerpo del príncipe heredero sería suficiente para sentenciar sus vidas, ellos no estaban dispuestos a arriesgar, así que se quedaron inmóviles viendo como el joven príncipe seguía amenazando con su bienestar físico. 

    Fue cuando una voz resonó desdé atrás del príncipe. 

    Caminaba lentamente hacía ellos mientras hablaba con una voz tranquila y suave, pero a la vez muy segura. 

    — No es necesario que se vaya a meter en medio de esos disparos y bombardeos su alteza. Ya hemos encontrado a su novia, la joven señorita Ginelly. Venga conmigo y podrá verla.  

    Darién veía al hombre alto y musculoso, vestido cuidadosamente con el uniforme representativo de la orden privada del Rey Jonathan. Reconoció de inmediato que ese soldado de cabello rubio tan claro que casi parecería blanco y ojos marrones, era uno de los consejeros más cercanos a su padre.  

    "Si se trata de ese hombre, probablemente no mienta" Pensó el príncipe Darién. 

    Darién entrego el arma al soldado que pertenecía y se marchó calmadamente siguiendo al consejero Real. 

    ...

    Una vez llegaron frente al Rey Jonathan, este sin levantarse de su trono y con un rostro furioso hablo fríamente. 

    — ¿Por qué te quedaste ahí? ¡Debiste volver de inmediato! ¡Tu vida es prioridad! ¡Eres el príncipe heredero! ¿A caso pretendes renunciar a tus privilegios? ¿Quieres dejar de lado tu título? ¡No eres mi único candidato! Piensa más y no actúes por impulso Darién. 

    Darién estaba cansado de las charlas y quejas del Rey Jonathan. Sabía que para su padre el nunca daría la talla, nunca sería el candidato perfecto, por qué sabía que él prefería que el título de príncipe heredero fuera para su primer hijo adoptivo llamado Tevyan el cual acortaban de cariño a Tevy era el primer hijo de la madre de Darién, el cual tuvo por accidente con otro hombre antes de su matrimonio con el Rey Jonathan. 

    Jonathan aceptó no solo a una esposa así; si no que también se encariño a tal grado con el pequeño Tevy, que lo adoptó y le dio su apellido y título de Príncipe Adoptivo el Rey veía a ese niño como su primer hijo aunque no lo fuera biológicamente, por lo que cuando nació Darién, quien era su segundo hijo biológico con esa mujer (el primero fue niña) y tomaría el lugar de príncipe heredero se enojó muchísimo con su esposa, quien no acepto su petición de abortar al bebé ya que después del nacimiento de la princesa, no quería más hijos.  

    — ¡¿Dónde está Ginelly?! — Preguntó Darién sin siquiera responder a su padre. 

    No le importaban las preferencias de Jonathan con su primer hijo Tevy ni siquiera le interesaba escuchar las quejas y regaños de este. Todo lo que quería y todo lo que pensaba en ese momento era en su amada mujer.  

    "Ginelly... ¡Tienes que estar bien! ¡Tienes que estar sana y salva!

    Eran esos los pensamientos desesperados y llenos de ansiedad del joven príncipe rubio. 

    El Rey Jonathan suspiro y viéndolo con una seria expresión se refirió de inmediato al tema. 

    — Tu novia ha muerto. 

    — ¿Que? — Preguntó de inmediato Darién pensando que había escuchado mal.

    — Murió. Ella está muerta. 

    — N-no... Estás mintiendo — Decía el joven príncipe tartamudeando — ¡No puede! No, no...no está... 

    En ese instante Darién sintió un frío recorrer todo su cuerpo, su mente estaba en blanco, no podía pensar en nada más muerta era la palabra que pasaba cientos de veces en su cabeza. Se le dificultaba tragar saliva, se le dificultaba incluso respirar bien, su cuerpo comenzaba a sudar fríamente y de pronto sintió una enorme debilidad en sus temblorosas piernas que lo hicieron perder el equilibrio. 

    Pero antes de que él pudiera caer al piso, el consejero Real, de aspecto rubio claro de ojos marrones presente, llamado Tomy sostuvo al príncipe ayudándolo a apoyarse en él. 

    Darién volvió su mirada a él. 

    — Quiero verla. — Dijo Darién con su temblorosa voz y con mucho esfuerzo.

    — No lo harás. — Interrumpió de inmediato el Rey Jonathan — No quiero que veas como se encuentra, no debes tener esa horrible imagen como tú última memoria de ella. 

    — ¡Tengo que verla! ¡Cómo sabré si de verdad está...está...! ¡No puede ser! ¡Debe estar viva! ¡Nunca la quisiste para mí! ¡Me estás mintiendo! ¡¿Dónde está?! ¡¿Dónde la enviaste?! ¡¿Que le hiciste?! 

    Darién gritaba desesperadamente con los bordes de sus ojos hinchados muy rojizos y sus lágrimas fluyendo sin parar. 

    — ¡Quiero verla! ¡Déjame verla! ¡Necesito hacerlo! Por favor...por...favor... 

    El consejero Tomy volvió a ver al Rey Jonathan asintiendo y el Rey suspiró. 

    — Primero Cálmate, es asquerosa la imagen desaliñada que estás presentando, eres el príncipe heredero ¡No seas tan patético! Solo fue una simple mujer del montón, mi hijo Tevy jamás reaccionaria de ese modo por tan poca cosa.  

    El consejero Tomy le entrego un pañuelo blanco al príncipe, haciendo una señal a uno de los soldados que resguardaba la entrada, el cual abrió la puerta e ingreso una sirvienta con una bandeja plateada en la cual llevaba agua y una pequeña caja negra y un sirviente con una silla en la cual sentaron a Darién. 

    Una vez tomó un poco de agua intentando calmarse; el consejero Tomy abrió la pequeña caja negra en la cual había un frasco de vidrio con cápsulas blancas. Le dio dos de ellas al príncipe quien lo veía dudosamente, sin embargo Jonathan le dijo fríamente tómala o no la verás en ese instante Darién las tomó sin siquiera pensarlo de más. 

    Todo estaba bien por unos minutos, el consejero Tomy lo ayudó apoyando uno de sus brazos en sus hombros y sosteniendo al príncipe de la cintura continuaron caminando por los pasillos hasta un salón no muy lejano. 

    Se abrió la puerta. 

    Ahí estaba Ginelly...

    Aunque era más Lo que quedaba de ella.  

    Darién se desmayó en ese instante. 

    No necesariamente por el susto o la fuerte impresión provocada por tan atroz escena sangrienta. Fue más causada por el medicamento que hace unos minutos atrás había ingerido.  

    — Debería dormir al menos unas veinticuatro horas su majestad, así que podemos encargarnos del problema en el castillo del príncipe y del falso cadáver.

    CAPITULO 03

    Falso. 

    Esa palabra hacía eco en la conciencia del Rey Jonathan. Había engañado a su hijo haciéndole creer que su amada novia había muerto, lo cierto es que ni siquiera habían dado con su paradero, pero necesitaban sacar a Darién lo más pronto posible de ese peligroso lugar, por lo que su consejero principal Fierth le dio la idea de engañarlo, de esa forma libraría también a Darién de la idea de seguir junto a esa mujer y detener su vida buscándola. 

    — Sabe que es curioso mi Rey, que el chico se enamoró de una mujer de orígenes tan humildes como usted de su ex esposa, él estaba dispuesto a arriesgar su vida por ella como usted una vez lo estuvo de esa mujer ¿Quién mejor persona para entender los sentimientos del príncipe Darién que usted mismo? Entonces. ¿Por qué ha sido tan cruel con el pobre niño?  

    — ¿De qué me sirvió amarla y haberla elegido? Mírame ahora, mira como termine. Amo a mi hijo y no quiero que acabé igual.  

    — Si, pero entre los dos amas más al príncipe adoptivo Tevyan. Todos saben que su favor está con él y probablemente Darién le guarde muchos rencores por eso y ahora con lo que pasó quizá sospechara toda su vida que usted tuvo algo que ver con la muerte de esa mujer. 

    El Rey Jonathan sabía que su segundo consejero Tomy, tenía razón. Pero no había vuelta atrás, tampoco había mucho que podía hacer al respecto, solo quería que Darién tenga la digna y correcta vida de príncipe heredero sin desviarse de las leyes a como él lo hizo en el pasado. Era una torcida forma de protegerlo, el Rey lo sabía, pero no le interesaba ser odiado por su hijo si en el futuro se volvía alguien fuerte, capaz y mejor que él.  

    Sin darse cuenta estaba buscando la forma de corregir los errores que él tuvo en su pasado a través de su hijo Darién. 

    ...

    Veinticuatro horas después. 

    La noche del siguiente día, el príncipe heredero Darién despertó. Se vio acostado en la cama de su habitación en el castillo principal, estaba limpio y usando una pijama de dos piezas color azul oscuro. 

    Darién se sentía agotado aún, su cabeza dolía demasiado y estaba procesando lo que había sucedido y lo que había visto antes de terminar en esa habitación dormido. 

    Lo recordó todo. 

    Darién volvió a recostarse en la cama viendo fijamente la decoración del techo sobre él, extendió su mano frente a su rostro observando el anillo que llevaba puesto, un anillo sencillo de plata el cual su novia Ginelly le había obsequiado.   

    — Muerta... -Susurro Darién. 

    El profundo silencio de la habitación esa noche lo hacía sentir escalofríos y su dura realidad poco a poco comenzaba atravesar su corazón como una profunda daga en su pecho.

    El agobiante dolor se volvía a hacer presente al igual que las lágrimas en las comisuras de los bellos ojos azul marino del príncipe. Las preguntas llenaban su cabeza una tras otra, no tenía más que dudas y necesidad de respuestas claras. 

    Pero pensó que nada podía ser más claro que el cuerpo que había visto frente a sus ojos de su amada Gini tan lastimado y ensangrentado. 

    Las lágrimas aumentaban y Darién comenzaba a sentirse tan mal que en un momento solo se inclinó al borde de la cama vomitando; Al escuchar el sonido tras la puerta, el guardia alertó del príncipe heredero. Pocos minutos después, ya había llegado el Rey Jonathan junto al médico Real, un señor mayor bastante canoso y de una barba corta y bien cuidada cuyos ojos verdes limón eran de un tono bastantes claro, el médico llamado Harry se acercó de inmediato a la cama en la que se encontraba sentado el príncipe Darién mientras apoyando su espalda a las gruesas y grandes almohadas glamurosa mente adornadas. 

    Unos minutos después, luego de realizar una revisión cuidadosa en el cuerpo del príncipe heredero, el médico con una seria expresión dijo que no se trataba de nada grave más que el impacto de la noticia y sus recuerdos.

    — Es normal que una persona reaccioné así o de distintas maneras peores cuando se pierde a un ser querido — Comentaba Harry al Rey Jonathan en privado. 

    — ¿No hay ningún problema con su salud? — Preguntó preocupado Jonathan. 

    — No lo hay su majestad, el príncipe heredero se pondrá mejor, solo debe asegurarse que coma sus comidas y meriendas sin saltarse ninguna y que no se quede en cama todo el día, es fácil caer en depresión cuando se pasa por el duelo de perder a un ser amado.  

    Jonathan odiaba a los médicos, tuvo que ver a muchos de ellos durante toda su vida por sus conductas adolescentes y sus depresiones. Odiaba la sola idea de que Darién pase lo mismo que él, sufriendo por una mujer. 

    Una mujer que Jonathan consideraba que no valía absolutamente nada. 

    ...

    Los días comenzaron a transcurrir y Jonathan no solo envío vigilantes las veinticuatro horas durante todos los días a Darién, sino también a algunos que ayudarían y se asegurarían que Darién recuperará su vida poco a poco, enviando también al psiquiatra del Linaje Real a visitarlo dos veces por semana. 

    Así transcurrieron los primeros dos meses, después de la muerte de Gini en la vida de Darién, hasta que el castillo de él estuvo apto y seguro para que lo vuelva a habitar. 

    — Me iré mañana. 

    — No quiero que te vayas, me preocupa tu salud. — Dijo el Rey Jonathan durante la cena familiar. 

    — ¡Ja! ¿Ahora te preocupas? Nunca lo hiciste antes cuando más te necesitaba en mi vida.  

    Jonathan guardo silencio. 

    Tevyan quien había llegado de visita al castillo principal para ver a su querido padre observaba en silencio la tensa conversación mientras comía su postre. 

    Una vez la cena termino, Tevy se acercó a Darién antes de marcharse. 

    — Escuché que la familia de ella no quiso recibirte en su funeral, lamento que hayas tenido que pasar por algo así. Pudiste imponerte o castigarlos al tratar al príncipe de esa forma. 

    Darién quien odiaba a Tevyan ni siquiera volvió a verlo a los ojos y solo se reía, una risa odiosa. 

    — ¡Tú no sabes nada! ¿Lamentas? Tú no lamentas nada. No finjas ser una buena persona conmigo ¡Te conozco! No eres más que un falso y maldito aprovechado. 

    Tevy sonrió ante el enojo de Darién y simplemente siguió su camino. 

    — Iré a pasar tiempo con papá. — Dijo mientras se iba. 

    Darién frunció el ceño y se fue molesto.

    CAPITULO 04

    ¿Q ue podría ser más triste que volver a la habitación que compartimos y que ya no estés más?   

    Incluso ha sido remodelada y ya no queda ni un rastro de tus pertenencias aquí, pero sigo viendo la estructura y con ello me basta para imaginar tu larga y delgada silueta moviéndose por los alrededores. 

    Miro tu balcón favorito y salgo a él reposando mis brazos en sus bordes. La brisa fría de la noche no se compara con el frío que dejó en mi corazón tu partida. Pensando en cuantos momentos pasamos juntos, en lo feliz que fui aunque sufrí. Sentía que todo valía la pena si al final seguíamos juntos, si al finalizar el día podía verte directamente a los ojos, tú dulce sonrisa me daría la fuerza de continuar. 

    Ahora veo al cielo sin saber qué pasará en mi futuro y como podré continuar. 

    ¿Podré olvidarte algún día?

    ¿Cómo podría si ni siquiera quiero hacerlo?  

    ¿Podré dejar este amor de lado y comenzar uno nuevo? 

    ¿Cómo podría si tú eras todo lo que yo más amaba y deseaba?  

    Siento que me volveré loco, que en un momento no podré más. 

    ¿Qué hago para que no me duelas de esta forma tan asfixiante?  

    Te reirías de mí si me vieras en este momento. 

    Hecho todo un desastre. 

    Lo único bueno, es que ahora soy capaz de responder a mi padre sin titubeos, incluso de encarar a Tevyan... Ahora que siento que nada me importa, mi personalidad ha dado un giro.  

    Pero cambiaría todo por tenerte a mi lado una vez más, por hablarte, por verte y abrazarte... 

    Ginelly. 

    ¡Te extraño!

    ¡¿Por qué te fuiste así?!

    ¡¿Por qué has tenido que morir?!

    ¡No es justo!

    ¡No lo es! 

    AÚN RECUERDO PERFECTAMENTE el día en el que te conocí por primera vez. 

    Ese día de invierno a finales de año, las hojas de los árboles habían caído por completo y el cielo estaba cubierto por sus densas nubes grises, las ráfagas frías de viento eran más y más frecuentes, sin embargo aún no comenzaba a llover. En aquel entonces aún tenía diecisiete años pero estaba cerca de cumplir mis dieciocho. 

    Era un día más en el instituto capital perteneciente a la familia Real. Era un receso más en el que prefería ir a la biblioteca y leer para evitar el contacto con ese montón de engreídos que se acercaban a mí buscando una amistad cuando realmente solo quería sacar provecho de mi posición como príncipe heredero. Todos ahí buscaban lo mismo y eso realmente era un fastidio.  

    Caminaba por el largo pasillo techado que unía un edificio con otro, con intenciones de ir a la biblioteca; Fue cuando escuché el sonido de una voz alterada masculina gritando. Normalmente ignoraría algo así y seguiría mi camino. 

    ¿Por qué hice lo contrario ese día en particular? 

    ¡Ni yo mismo lo sé! 

    Quizá solo estaba un poco aburrido de la misma rutina. Cuando llegue al lugar, vi a tres chicos del último año como yo, uno de ellos hablaba en un tono bastante alterado, desde el ángulo en el que me encontraba solo podía ver las espaldas de ellos, no fue hasta que me acerque un poco más que note que había una joven acorralada a la pared. Ellos parecían estar burlándose de ella y sus ropas sin marcas importantes. 

    "¡Que infantiles! ¿En serio molestan a una mujer por algo así?" Pensé en un instante. 

    Era obvio que ella no pertenecía a ese colegio por lo que pensé que probablemente era familiar de alguien que si asistía, pero descarté de inmediato esa suposición al notar sus simples atuendos, todos los que iban a ese instituto eran adinerados. Un familiar de un estudiante jamás iría así, la reputación de ese estudiante se vería afectada, entonces creí que sería familia de algún profesor pero incluso ellos vestían adecuadamente y a la altura de un instituto tan digno en el Reino. 

    Mi mente dejo de sacar suposiciones en el momento en que ví como la chica abofeteó a uno de ellos. 

    — ¡Déjame en paz! — Gritó ella molesta. 

    — ¡¿Quién te crees que eres?! ¡¿Por qué golpeas a mi amigo?!  — Gritó otro de los chicos. 

    Ese la agarró con fuerza de su corto cabello rojizo oscuro causando que la chica cayera al suelo, pero ella se puso de pie de inmediato arrebatando una bolsa oscura que llevaba el tercer chico, ella salió corriendo del lugar. 

    Me sorprendió. 

    Pensé que ella se pondría a llorar y haría lo que ellos decían hasta que se cansarán de molestarla y se marcharán, pero no fue el caso. Ella se defendió y sin causarles daños mayores a ellos para no meterse en serios problemas, simplemente huyó lo más rápido que pudo. 

    Los dos chicos estaban preocupados por el que había sido abofeteando por ella. Yo veía a distancia como le preguntaban si estaba bien, sí ocupaba ir a la enfermería y como uno de ellos sugería que averiguaran quien era y la demandarán o enviarán a alguien a darle una lección por maldita no podía creer lo que escuchaba decir de chicos supuestamente dignos en la alta clase.  

    "¿Es en serio? ¡Ellos fueron los que iniciaron!" Pensé viendo a la dirección donde ellos estaban. 

    Uno de los chicos finalmente me notó e hizo una expresión de enorme sorpresa, parecía susurrarle algo a los otros dos y todos se acercaron a mí. Haciendo una reverencia, reían nerviosos diciendo que solo bromeaban y que todo fue un juego con la chica, se terminaron disculpando conmigo por presenciar algo así y rápidamente se marcharon. 

    Otra ráfaga de viento helado se volvía a hacer presente, pero en esta ocasión acompañada de pequeñas gotas de agua, recordé que el sector donde la chica había salido corriendo no era más que un parque lleno de árboles pequeños estanques, arbustos y algunas bancas. 

    — Ella no llevaba ningún paraguas... —Susurré para mí mismo.  

    Las gotas de lluvia comenzaban a caer con más fuerza, impulsadas con el viento que causaba un constante movimiento de una dirección a otra; Yo me dirigía hacia ese sector buscando a la chica de origen humilde. 

    La vi sentada en una de las bancas bajo la copa de un frondoso árbol. Parecía que estaba intentando escapar del agua. 

    Cuando me acerque a la chica ella posó su mirada directamente en mí. Noté como sus ojos me recorrían de pies a cabeza y una vez nuestras miradas se encontraron ella hizo un gesto de desagrado. 

    — ¿Qué quieres? ¡¿También eres amigo de ellos y vienes a molestarme?! 

    Al estar de pie frente a ella noté como ambas rodillas estaban raspadas y con un poco de sangre en una de ellas. Probablemente había sido cuando le jalaron su cabello y cayó de inmediato al suelo, ella ni siquiera parecía preocupada o llorosa por estar lastimada. 

    Toda mi vida me había cruzado con mujeres frágiles y educadas, la que menos era educada era mi madre y aun así era bastante sensible. Mi hermana mayor Juriania también lo era e incluso la esposa de mi hermano adoptivo Tevyan quien vivió y creció con nosotros desde niña.  

    Conocí cientos de mujeres diferentes en toda mi vida al ser príncipe heredero, en eventos, reuniones y fiestas lujosas, todas delicadamente decoradas y con apariencias perfectas y glamurosas, tan frágiles como flores. 

    Pero esa chica no era nada así. 

    Su cabello rojizo oscuro, estaba desaliñado y corto hasta el largo de su cuello, llevaba un gorro negro de tela que se veía bastante viejo, los lóbulos de sus orejas estaban perforados pero no llevaba pendientes en ellas, su falda era de un largo un poco por arriba de sus rodillas, una falda tan corta y sin siquiera llevar pantimedias con el frío que hacía, solo traía unos zapatos cerrados color negro como su gorro y falda y un abrigo rosado que parecía ser algunas tallas más grandes de las necesarias, pues incluso cubrían la mitad de sus manos que ni siquiera estaban enguantadas.  

    Ella me veía fijamente, una expresión de preocupación y desconfianza estaba tallada en toda su cara. Supuse que era normal después de lo que le había sucedido con los tres chicos de hacía solo unos momentos. 

    En ese instante la lluvia comenzó a caer con gran intensidad. Tanto que el frondoso árbol no era suficiente para detener el agua y las gotas eran más y más frecuentes filtrándose bajo su copa, abrí mi maletín colegial y saqué de ahí el pequeño paraguas que llevaba conmigo por ser invierno. Extendí mi mano ofreciéndolo a la chica, la cual se puso de pie en ese instante rechazando el paraguas. 

    — ¡No! ¡Lo necesitas! ¿Qué pasará si llegas todo empapado a tu siguiente clase? — Dijo ella con una expresión preocupada viéndome fijamente a los ojos.

    Fue hasta ese momento en el que tenía su rostro más cerca del mío, noté sus grandes ojos de un color dorado amielado. 

    ¡Eran hermosos! 

    También vi que tenía un muy pequeño lunar bajo su labio inferior justo en el lado izquierdo. Ella era una chica bastante linda y resaltaría mucho más si no vistiera como lo hacía. Pero ese no era asunto mío. 

    — No hace falta, mis clases del día ya han finalizado, además, tengo una habitación en el edificio de estadía estudiantil. Podré ir a cambiarme, así que tú la necesitas más, por favor, acepta. 

    Ella me veía en silencio con una expresión más calmada y tomo de mi mano el paraguas. 

    — ¡¿Que?! ¡Wow! ¡Es de la marca mundial que pertenece a la familia Real! — Gritó ella sorprendida. 

    Yo me sentí un poco incómodo en ese momento, no quería resaltar por mi estatus. Nunca me sentí bien con ese hecho. Pero para mí sorpresa, ella no dio con el hecho de que yo era el príncipe heredero de Esrud.  

    — ¡Debes ser de una familia súper adinerada para tener productos de esa marca! 

    Dijo ella mientras abría el paraguas y se cubría de la lluvia con él. Respiré aliviado de que no se haya dado cuenta.  

    — ¡Te lo devolveré la próxima vez que nos veamos! Gracias por ser amable conmigo. Mi nombre es Ginelly pero mi familia me llama Gini si quieres, también puedes hacerlo.  

    — Es un placer conocerte Ginelly, mi nombre es... 

    En ese instante dude si decirle o no mi verdadero nombre, pero pensé que era muy poco probable que nos volviéramos a ver.  

    Ella sonrió. 

    — ¿Cuál es? ¿No te gusta tu nombre? 

    Quizá había pensado que como lo odiaba no quería mencionarlo o que era un nombre feo y vergonzoso. Yo sonreí de vuelta. 

    — Soy Darién. 

    — Es un gusto Darién, tienes un hermoso nombre. Probablemente te preguntes que hace alguien como yo en un lugar tan fino y privado como este instituto... Verás soy hija de una de las Chef del instituto y venía a entregar un atuendo extra que mi madre olvidó. — Decía ella levantando la bolsa oscura y moviéndola. 

    Me sorprendí en ese instante, ya que todos sabían que cualquier empleado del instituto Real ganaba muy bien y ella lucía bastante humilde para ser hija de una Chef. 

    — ¡No me veas así! Se lo que debes estar pensando, pero mi familia tiene muchos gastos y no me gusta desperdiciar dinero en cosas que no son necesarias... — Dijo ella ligeramente sonrojada. 

    — Lo lamento, no era mi intención avergonzarte con mi expresión, seré más cuidadoso.   

    Ginelly se reía a carcajadas cuando recién me había disculpado.

    CAPITULO 05

    — ¡Tú sí que pareces alguien digno que estudia aquí!  Eres muy diferencia de esos otros chicos ¡Son unos maleducados y odiosos! Lo que me hace sentir terriblemente mal al ver cómo has quedado empapado por mi culpa. 

    — Estaré bien — Dije elevando mi mirada al cielo. — Soy bastante saludable, aún si me enfermo seguro sanaré pronto, además hacía muchísimo tiempo que no estaba bajo la lluvia. 

    — ¡¿Que?! ¡Con mucha más razón debes cubrirte! Me imagino que debes ser alguien de tan importante familia que no dejan ni que uno solo de tus cabellos se moje.  

    Decía ella asustada acercándose a mí de inmediato y cubriéndome con el paraguas, el cual era bastante pequeño, lo que causó que Ginelly quedará completamente fuera de él y se comenzará a mojar.

    Pero yo volví a entregárselo.  

    — ¡No lo hagas! Puedes quedarte con él, yo me iré ya mismo a los dormitorios así que no tienes que preocuparte más.   

    — ¡Te lo devolveré cuando vuelva a venir! — Gritó ella mientras yo comenzaba a irme.

    Me gire e hice un gesto de despedida a Ginelly con mi mano para continuar rápidamente mi camino a los dormitorios.

    En ese momento no le di tanta importancia, ella solo era una chica algo distinta con las que estaba acostumbrado a tratar. Pero que muy probablemente no volvería a ver, Ginelly se daría cuenta de mi verdadera identidad y nunca se volvería a acercar a mí.... Al menos eso fue lo que pensé.  

    Pero me equivoqué. 

    Cinco años después.

    Tap, tap, tap...

    Resonaban los pasos del Rey Darién, quién iba apresurado por qué tenía una visita muy especial e importante para él. Los guardias abrieron la enorme puerta anunciando la presencia del Rey de Esrud. 

    — Su majestad el Rey Darién ha llegado.  

    Dio el aviso al especial invitado, el mayordomo principal del Rey llamado Roberto un hombre de unos cuarenta años bastante serio quien había trabajado para el Rey Darién desde que esté era un joven príncipe en su castillo.  

    El Rey ingresó con una enorme sonrisa en su rostro y se acercó hasta la mesa en la que estaba tomando café su invitado. 

    — Todos pueden retirarse, no quiero a nadie aquí. — Dijo Darién en tono autoritario. 

    Los guardias se retiraron a pesar de que las leyes prohibían que se quedara solo con algún invitado, mucho más si este era alguien tan importante y de otro Reino. Pero, sabían que objetar contra un Rey como Darién sería mínimo arriesgar sus puestos y en el peor de los casos sus vidas.   

    — ¿Cómo has estado Nelly? ¡No esperaba tu visita! No tenía nada listo, así que me he sorprendido mucho. Eres un Rey, no deberías venir sin previo aviso a otro Reino. — Dijo Darién. 

    El Rey Nelly del Reino de Chirth reía a carcajadas ante los infantiles regaños de su medio hermano menor Darién. 

    .....

    Nelly era el hijo producto de una infidelidad de la esposa del Rey Jonathan padre de Darién, la cual se había dado un año después del nacimiento de la princesa Juriania y primer hija biológica del Rey Jonathan, la madre de Tevyan y Juriania engaño a Jonathan con el Rey del Reino de Chirth a quien ella conocía desde hacía mucho tiempo y el cual siempre fue odiado por el Rey Jonathan, esa fue la razón principal de que su matrimonio no funcionará. Ya que Jonathan no podía perdonarla por engañarlo con su peor enemigo. Su esposa buscando su perdón luego de tener al hijo producto de esa traición, lo entregó a su padre biológico el cual gustoso se lo llevó y lo volvió su único heredero, la esposa del Rey Jonathan intento luego de eso restaurar su relación con él. 

    La cual no consigue del todo repararla, pero al menos Jonathan la perdona al ver sus esfuerzos e intentan juntos que las cosas funcionen, es cuando se da el embarazo de Darién, cuando Jonathan se enteró estaba molesto ya veía a Tevyan como su único hijo varón y probable heredero, tenía miedo que naciera un niño y que le quitaría inevitablemente el puesto a Tevyan en el Reino.  

    Sus miedos se hicieron realidad y Darién fue el heredero inminente. 

    Así mismo este siempre se llevó bien con su medio hermano Nelly, algo que Jonathan lo hacía enfurecer y por lo que nunca pudo mostrarse realmente cariñoso con su hijo Darién, aunque si se preocupara por él.  

    .....

    Una vez ambos estaban sentados tomando café, Darién continúo hablando. 

    — La próxima vez avísame con tiempo Nelly. No quiero tener que hacerte esperar como hoy. 

    Nelly lo veía seriamente. 

    — Tenía que hablar contigo. No tienes idea de todas las preocupaciones que tiene nuestra madre por todos los rumores que andan rondando sobre ti. 

    Darién dio un profundo suspiro, pasando su mano derecha por su cabellera rubia. 

    — Son solo rumores sin sentido Nelly. 

    — Tienes cinco matrimonios fracasados en un lapso de cinco años ¿Es eso algo sin sentido? ¿Qué está pasando realmente Darién?  

    — Todos fueron arreglados por mi padre, consejeros y los ancianos del Linaje Real, no tuve opción más que casarme por cumplir y dejar de escuchar sus estúpidas quejas. 

    — Si, pero que cuatro de las cinco murieran... ¿Por qué hacerlo? ¿Tienes idea de cómo eres llamado? 

    — No. 

    — ¡El Rey Asesino! Así te llaman fuera del Reino de Esrud y en tu propio Reino creen que estás maldito y que ellas mueren por qué hay alguien que te odia tanto que busca matar a todas tus parejas, claro esos rumores se basan en la perdida de tu novia. El punto es que ahora las mujeres temen cansarse contigo o ser elegidas para ello y sabes que no puedes permanecer soltero mucho tiempo o dejar en una vacante eterna el título de Reina de Esrud lo digo por tu bien Darién, por qué me preocupas.  

    Darién veía fijamente el café en su taza, veía el reflejo de su rostro en él "El rostro de un esposo asesino" Pensó con una expresión cabizbaja. 

    — Eres afortunado hermano, has estado junto al amor de tu vida desde niños y ahora es tu esposa. Vives un amor perfecto. Yo no, yo desde la perdida de Gini no he vuelto a ser realmente feliz, por eso he aceptado los matrimonios obligados. 

    El Rey Nelly dio un sorbo a su café, mientras su mirada observaba penetrante a su hermano menor Darién, quien veía fijamente la taza con una expresión realmente deprimida. 

    El silencio se apoderó del lugar. Nelly supo que debía tomar cartas en el asunto por el bien de ese Preciado hermanito que aunque ya era Rey y cargaba con enormes responsabilidades, seguía siendo un ser humano de solo veinticuatro años. 

    — Tengo una idea hermanito, de hecho, esa es la razón por la que he venido hasta acá sin previo aviso. — Decía Nelly colocando la taza en su respectivo lugar y viendo sonriente a su hermanito menor. 

    — ¿Que tienes en mente? — Preguntó Darién bastante curioso. 

    — Hasta el momento te has sentido molesto por esos matrimonios obligados y probablemente la razón del que te canses de esas mujeres es por qué no estás listo para amar de nuevo y ellas buscan atención y ser tratadas como una esposa en toda regla, tú simplemente NO quieres y NO te interesan. ¿Es así o me estoy equivocando? 

    Darién veía sorprendido a su hermano, siempre admiró lo analista e inteligente que era Nelly. 

    — Sí. — Dijo Darién sin titubeos. 

    — La forma más rápida de cumplir con las reglas y que no sigan molestándote o insistiendo con ese tema es que te cases con una mujer y NO LA MATES. Esa actitud es bastante irracional e infantil, si no quieres a alguien déjala, no es necesario lastimar inocentes Darién.  

    — Realmente fuiste criado por un buen y pacífico padre Nelly... Tu forma de pensar es poco común de dónde vienes.  

    El comentario de Darién no era para menos, ya que el Rey Nelly provenía del continente vecino apodado Guerrero por sus muchos caos.  

    Nelly sonrió. Sabía que su padre era un grandioso hombre y nunca lo culpo por haberse enamorado de la madre de Darién o por ser el un producto de una infidelidad. 

    "Todos son libres de enamorarse de quién quieran

    Ese era el pensar de Nelly, el único problema es que la mujer que quería su hermanito Darién llamada Ginelly estaba muerta, o bien, eso era lo que se había dado a conocer. Pero Nelly tenía sus dudas al respecto, no solo lo extraña que fue la muerte de la novia de Darién, si no también que había fallecido en un ataque a gran escala al castillo del príncipe Darién, era algo grave que debía ser investigado pero el padre de Darién NO LO HIZO. 

    Cerró el caso poco tiempo después y nunca le dio importancia mayor, se enfocó en qué Darién siguiera con medicamentos y doctores especializados en su salud mental, que después de todo no habían hecho gran trabajo si Darién se había vuelto alguien inestable, lo suficiente para acabar con la vida de cuatro inocentes mujeres.

    Nelly no sabía la causa de que Darién explotará con esas mujeres y pensó que su hermanito no era alguien tan maldito para hacer algo así "Probablemente ellas dijeron o hicieron algo que desataría la irá en Darién" era eso lo que pensaba Nelly, pero sabía que su hermano no le diría nada al respecto, no quería, lo notaba con solo verlo en esa visita. 

    — Dices que... ¿Tengo que casarme con una mujer y jurar no hacerle daño? Es lo mismo que me han dicho todos mis consejeros estos años ¿Porque volvería a hacerlo? ¡Estoy cansado de eso! Yo... No quiero más matrimonios Nelly. 

    El joven Rey sin duda se notaba ya exhausto de ser obligado a dejar de amar a Ginelly. Su hermano mayor lo sabía. 

    — Lo es, precisamente por eso quiero que te cases con alguien con quién no te sientas obligado a complacer, atender, amar o darle el trono. Quiero que tengas un matrimonio falso para que dejen de molestarte y te den el tiempo suficiente a qué vuelvas a sentirte bien para intentarlo por ti mismo de nuevo. 

    — ¿Matrimonio falso? ¿Quieres que engañe a mis consejeros, mi Linaje y todo el Reino con un matrimonio por contrato? — Dijo Darién analizando la propuesta de su hermano.

    CAPITULO 06

    — Exacto. Es simple y es lo que ahora mismo necesitas para tu paz interna. No tienes necesidad de dañarla por qué ella no se meterá contigo y a su vez cumplirá con las obligaciones de Reina sin que le des el título oficial. La gente creerá que lo tiene y eso será suficiente por un tiempo. 

    Por supuesto Nelly no era un Rey tan simple y tenía muchos más planes en mente, pero debía ir poco a poco por qué se trataba de su pequeño y apreciado hermanito.  

    Por el tono y la forma de expresarse de Nelly Darién supuso de inmediato que esté ya tenía a alguien en mente para encargarse de ese asunto. 

    — ¿Tienes a alguna mujer en mente que haga algo así? yo no conozco a ninguna mujer que quiera casarse y trabajar sin ser tomada en cuenta por su propio esposo para nada. Las mujeres son muy sensibles y... Exigen más de lo que quiero darles. 

    Nelly reía ante la respuesta de su hermanito, sin duda era alguien inexperto en el tema y que seguía atrapado en la sombra del amor de un pasado que no se sabía si seguía o no con vida. 

    — Tengo a una candidata perfecta para ese puesto, pero tienes que prometer que no vas a matarla. 

    Darién guardo silencio. 

    Nelly continúo hablando al respecto. 

    — Su nombre es Imery Klou. Es una reciente amiga de mi esposa Remi. Así que debes ser bueno con ella, no en el sentido que te esfuerces de más o que la trates como una verdadera esposa, simplemente con no matarla será suficiente. 

    Darién no entendía cómo Nelly conocía a alguien así. Una mujer dispuesta a tanto, debería ser alguien bastante fuerte y capaz y el no creía que eso fuera posible. 

    Pero estaba hablando con Nelly, un Rey en un caótico país perteneciente al continente guerrero, en el cual tanto hombres como mujeres tenían privilegios igualitarios en lo militar y posiciones importantes.  

    El único hecho es que solo los hombres podían ser Reyes, pero aparte de ese detalle, las mujeres podían ejercer mayores cargos y tener mejores beneficios que en los otros continentes y sus Reinos. 

    .....

    — Imery... — Darién susurró el nombre de esa mujer. 

    Esa la cual sería su nueva candidata a esposa y era una conocida de su hermano favorito y una amiga de la esposa de este. Una mujer que sabía que no podía lastimar y probablemente tampoco fuera alguien para tomarse a la ligera. La mayoría de las mujeres en el continente guerrero sabían manejar armamentos y sabían defenderse muy bien. Al menos eso era lo que Darién conocía del tema y de lo que había escuchado.    

    — Cuéntame más de esa Imery Klou y que es lo que hará exactamente. — Preguntó Darién tomándose muy en serio el elegirla o no como candidata a ese matrimonio por contrato. 

    — Puedes tomarte el tiempo de establecer los límites que quieras en el contrato matrimonial y ella lo firmara obedeciendo cada regla, ella es bastante inteligente y sabe defenderse muy bien así que aunque intentes lastimarla no podrás hacerlo. Aunque use el término Falso para describir la relación que tendrán no implica que el matrimonio sea falso, realmente vas a casarte con ella; te acompañará en todo evento y se presentará como tú Reina, pero no vas a coronarla ni darle ningún privilegio que no quieras, ustedes se divorciaran cuando creas que estás listo para continuar de verdad o cuando te enamores realmente. Por supuesto Imery tendrá prohibido relacionarse más de lo debido contigo, así como tú NO puedes usarla como objeto sexual. Esto último solo lo digo para aclarar que debes respetarla ya que te ayudará a evitar esas molestas exigencias de tu gente, a cambió ella te respetará también a ti y no tienes que preocuparte por qué se enamore o quiera algo contigo ya que su recompensa por este trabajo será dada en mi Reino elevando su rango actual. 

    Una mujer de otro reino, en su propio país como su esposa y Reina, era algo que quizá les costaría a sus consejeros y Linaje Real aprobar. Pero Darién lo haría de todas formas, por qué aunque ellos estuvieran en desacuerdo e intentarán deshacerse de esa mujer o matarla, Nelly había dicho que era alguien capaz que no se dejaría hacer daños. 

    La descripción de la mujer la volvía perfecta para el papel a desempeñar. 

    Darién se levantó de su asiento e hizo una reverencia a su hermano agradeciendo por su ayuda y aceptando a la mujer como su nueva esposa. 

    Nelly sonrió. 

    — Perfecto, me alegra que hayas aceptado por qué habría sido totalmente en vano traerla conmigo a este viaje. 

    Darién abrió sus ojos de par en par. 

    — ¡¿Traer?! — Preguntó él sorprendido. 

    — Sí, así que después de la cena de esta noche si te parece bien te presentaré a Imery Klou. 

    Decía el Rey Nelly sonriendo y con una voz bastante calmada.   

    .....

    La noche de ese día había llegado.  

    Ambos hermanos habían cenado juntos y Nelly le dijo a Darién que iría por la mujer que sería su esposa, dicho esto Darién le dijo que la esperaría en el salón de reuniones especiales, luego de unas dos horas, esto para asegurarse de haber reposado su cena y no sentirse mal por si la mujer en cuestión resultaba ser alguien no agradable para él.  

    Sin embargo este era solo el pensamiento del Rey Darién para encubrir lo ansioso que comenzaba a sentirse y las ganas de abandonar el plan y no casarse nuevamente. 

    "Tranquilo, no será un matrimonio de verdad" se decía a si mismo Darién para sentirse mejor. 

    Sentado en el sofá individual del Rey, en ese salón especial para reuniones con personas del más alto estatus. Tomaba un poco de vino para relajarse.  

    Los minutos pasaban y Darién tomaba más vino.

    Hasta ese momento analizó bien la situación y se dio cuenta que ni siquiera le había pedido información más precisa de la mujer en cuestión a su hermano Nelly. 

    ¿Cómo era su personalidad? 

    ¿Cómo era físicamente? 

    ¿Qué trabajo hacía?

    ¿Qué papel tenía en el Reino de Chirth?

    ¿Cómo se volvió amiga de la esposa de su hermano Nelly?

    ¿Ella era alguien agradable y fácil de tratar? 

    Darién comenzaba a tener tantas dudas y las preguntas solo comenzaban a surgir una tras otra en su mente. 

    Comenzó a recordar sus cinco anteriores matrimonios. Cómo se dieron a cabo, como eran esas mujeres y como inevitablemente terminaron de una forma nada buena. 

    SU PRIMER ESPOSA. 

    La hermosa Tamira Wonsh, mujer de unas voluptuosas curvas, piel bronceada cabellera castaña oscura y ojos cafés claros, Tamira era hija de una familia importante en la capital dueños del mejor hospital privado de la zona. 

    Su padre un señor bastante mayor tenía una relación muy amistosa con el Rey Jonathan quien sin pensarlo unos meses después de la muerte de Ginelly, comprometió a Darién con Tamira. 

    "¿Por qué no hacerlo?" Pensó Jonathan en ese momento.  

    Tamira era educada, muy dulce y sonriente, de buena familia, era muy hermosa, bastante decente y aceptable para ser la esposa del príncipe Darién. Era solo dos años menor que el, por lo que incluso en la edad era todo correcto. 

    ¡Sin duda se enamora de ella y olvidará a Ginelly! 

    Ese fue uno más de los pensamientos del Rey, pero subestimo los sentimientos de su propio hijo quien era alguien muy terco en cuanto al amor se tratase. 

    Por supuesto, se casaron después de unos meses, una gran fiesta de compromiso, poco después una enorme y glamurosa boda llena de lujos e invitados importantes en todo el Reino. 

    ¡Tamira será sin duda la nueva Reina! 

    Ese fue uno más de los pensamientos de Jonathan. Pero todos esos pensamientos no fueron más que ENORMES errores. 

    Tamira pidió el divorcio solo dos meses después de casarse con el príncipe Darién. Ella dijo Me dan el divorcio o haré todo para que la reputación del príncipe Darién caiga y Jonathan ante el temor de que se destruya la reputación de su hijo quien aún no había sido coronado Rey.

    Acepto la petición de la chica. 

    ¿Cuál fue la razón del que Tamira pidiera el divorcio? 

    Darién le había confesado amar aún a Ginelly y que jamás la amaría o tan siquiera la tocaría. A Tamira eso le pareció MUY ofensivo ¿Para que querría quedarse con un esposo así? Ni siquiera quiso intentar luchar y acepto las palabras del príncipe. 

    Fue la primera esposa que tuvo y su primer matrimonio rápido y fracasado. Ella volvió con su familia, tiempo después ella ya se encontraba felizmente casada y con dos hijos varones. 

    Su segunda esposa. 

    La decidida Samantha Draik, mujer bastante blanca, de ojos azules muy claros y cabello de un castaño tan claro que fácilmente se confundiría con un leve dorado. 

    Samantha era la hija de otra familia de buen estatus, pero que tenía grandes problemas económicos. Su padre ofreció en matrimonio a Samantha diciendo que cuando Darién se vuelva el Rey ella también pasaría a Reina y podría ayudar a las empresas familiares a prosperar nuevamente. 

    Jonathan sabía del tema, sabía que querían aprovecharse de su hijo, la mujer de aspecto bastante infantil pero de un terco y decidido carácter como el de su hijo, le pareció correcta.

    Pensó "Quizá si se enamore de ella, son similares, al menos ella intentará lograrlo

    Nuevamente el Rey Jonathan se volvía a equivocar. 

    Samantha murió dos meses después del matrimonio con el príncipe heredero de Esrud. 

    ¿Cuál fue la razón? 

    Samantha salió junto a Darién de paseo, ambos estuvieron en un largo viaje en bote por el lago más grande de las prioridades reales. Nadie más los acompañó y después el príncipe alerto de que Samantha se había ahogado. 

    Darién comento que habían tenido una fuerte pelea y ella cayó al fría agua, Samantha no sabía nadar y Darién no tuvo intención de ayudarla, el mencionó estar molesto por qué se burló de él y sus sentimientos por su fallecida novia.

    CAPITULO 07

    Nadie sabía si era verdad o no el testimonio del príncipe. Lo dejaron como Un desafortunado incidente aunque la familia de Samantha intento investigar más, poco después dejaron de insistir al mismo tiempo que sus compañías volvieron a prosperar. 

    Comenzaron a haber muchos rumores de que el príncipe asesino a Samantha y para cubrirlo pago una generosa suma a su familia. 

    El tema fue olvidado solo unos meses más tarde.

    Un año nuevo había comenzado y la tercera esposa del príncipe Darién llamada Karen Parix, había fallecido seis meses después de su matrimonio con el príncipe heredero. 

    ¿La razón? 

    Un incidente cabalgando su caballo. 

    Era normal, no había por qué sospechar o pensar que el príncipe tuvo algo que ver. 

    Pero era el caballo favorito y amado de Karen, el cual fue obsequio del mismo Darién poco después de la boda de ambos. Ella era una mujer de origines humildes a la que Jonathan casó con su hijo pensando que al Ginelly también haber sido una simple ciudadana, ahora sí, su hijo aceptaría felizmente a esa nueva candidata. 

    Ni siquiera Jonathan estaba muy seguro de lo que hacía, no quería a alguien humilde con su hijo pero valía la pena intentarlo. Sin embargo poco después del matrimonio se dio cuenta que Darién y Karen apenas se dirigían la palabra y que ella incluso vivía en una sección del castillo distinta y tenía prohibido ir a la zona del príncipe. 

    ¡Estaba cansado de lo mismo! 

    Después de la muerte de Karen, Jonathan lo encaro diciendo que si había hecho algo al caballo de está para que muriera. Darién solo se reía a carcajadas de su padre. 

    Él le dijo en ese momento Piensa lo que quieras, tu realmente no la querías para mí y yo menos poco después los rumores del Príncipe asesino tomaron más fuerza como también los de El príncipe maldito y desdichado ahora las mujeres en el Reino de Esrud tenían mucho miedo de ser elegidas para esposa del príncipe heredero y la facción que apoyaba al príncipe Tevyan se fortaleció. 

    Era el momento correcto en el que Jonathan podría darle la espalda a su hijo Darién, acusarlo de las muertes de sus dos últimas esposas y quitarle su título de heredero. 

    Pero no lo hizo. 

    Jamás podría hacerle algo así a Darién, prefería a Tevyan es cierto, pero ambos eran sus hijos y Darién era su hijo biológico con la mujer que había sido el gran amor de toda su vida. 

    Jonathan tomó una decisión que no creía capaz de tomar y para acabar con las masas en contra de su hijo y sacarlo del peligro, le dio el poder suficiente para defenderse. 

    Jonathan cedió su posición y corono a Darién como el nuevo Rey de Esrud algo que tomó por sorpresa a Darién quien no lo esperó pero tampoco se sintió feliz al respecto debido a la forma en que se lo había dicho. 

    Estaba un poco aliviado y lleno de temores. 

    "Ahora sí necesitarás una esposa que sea tu apoyo y pilar, ahora sí debes aceptar una Reina o te presionaran los consejeros y ancianos del Linaje, ya es tiempo de madurar hijo

    Esa fueron las palabras de Jonathan al retirarse. 

    Jonathan no volvió a elegir más esposas para Darién, ya había hecho suficiente y ya estaba cansado de ese tema.

    Así que dejó ese caso a los importantes del Linaje Real, quienes de inmediato se pusieron a investigar obligando al nuevo Rey a que se case con la que ellos consideraban Digna nueva Reina y Darién al ser tan joven e inmaduro y lleno de temores al tener solo un año siendo Rey, acepto a la mujer que le proponían. 

    La cuarta esposa, Cintia Ferill, mujer rubia de ojos plateados, digna, esbelta y hermosa, tercera de cinco hijas de la familia Ferill Dueños de una de las cinco empresas de barcos comerciales que se encargaban de la exportación de productos alimenticios del Reino de Esrud. 

    Cintia tenía dinero y gran belleza,

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