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La hermana de mi mejor amigo 2: La hermana de mi mejor amigo, #2
La hermana de mi mejor amigo 2: La hermana de mi mejor amigo, #2
La hermana de mi mejor amigo 2: La hermana de mi mejor amigo, #2
Libro electrónico45 páginas47 minutos

La hermana de mi mejor amigo 2: La hermana de mi mejor amigo, #2

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Continuación de La hermana de mi mejor amigo 1

Esta no es la típica historia del chico malo que se enamora de la hermana de su mejor amigo. No, no esperes encontrar algo así en estas páginas.
Esta es la historia de un chico cualquiera a punto de abandonar la adolescencia. La historia de un chico dispuesto a casi todo para librarse de sus problemas.
Jaime no quiere despedirse de la adolescencia y comenzar a asumir las responsabilidades de un adulto, pero ¿acaso un adolescente es tan distinto a un adulto? Lo que ve a su alrededor parece confirmar, cada vez más, que no, que adultos y adolescentes son bastante parejos, sobre todo a la hora de hacer trampas para no tener que dar la cara.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 ene 2020
ISBN9781393321453
La hermana de mi mejor amigo 2: La hermana de mi mejor amigo, #2

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    La hermana de mi mejor amigo 2 - Laura Pérez Caballero

    10.

    Las carboneras, el sonido del viento en el vídeo, el suelo de graba desenfocado, lluvia sobre la pantalla.

    Se escuchaba la voz de Esther.

    —¿Cómo va esto?

    Un primer plano de Cassidy acercándose al iphone.

    —Ya está, ya está grabando.

    Para llegar a las carboneras hay que bajar por unas viejas escaleras de cemento. El cemento está levantado y en los bordes crecen el musgo y las malas hierbas.

    Se llega a un espacio más o menos cuadrado. El suelo también es de cemento, y todo huele a humedad. El ambiente es deprimente y recuerda los viejos callejones de las calles de los peores barrios. Es así, pero nos atrae.

    El cuadrado está rodeado de puertas. Las puertas están pintadas de verde, aunque ahora el color se ha desgastado y la mayoría están descascarilladas. Tienen unos agujeros en la parte superior, para que el carbón respire, como si el carbón respirara.

    La cámara enfoca un pantalón tejano, unas manos torpes desabrochándose, los dedos y los nudillos se ven enrojecidos por el frío. Hay otros tres chicos que están tumbados en el suelo, parece que no han tenido tanta dificultad en  bajarse los pantalones y los bóxer.

    —Empieza ya, Cassidy —dice uno de ellos.

    El iphone se mueve para enfocar a la aludida, que saca el dedo corazón en dirección a los chicos tumbados.

    —Yo elijo por quien empiezo.

    El iphone se vuelve impaciente hacia los tejanos que ya se están deslizando.

    Joder, aquel día hacía un frío de mierda. Era el primero de los dos bailes que se organizaban para recaudar fondos para el viaje de estudios. El baile de invierno.

    Cassidy llevaba un vestido de color coral que escasamente podía resguardarla del frío.  El móvil volvió a enfocarla mientras se desprendía de las medias y las bragas.

    —uh, uh, uh

    Uno de los chicos comenzó a levantar el brazo doblado por el codo y con el puño cerrado mientras se golpeaba el pecho con el puño imitando a un gorila.

    Le vi la cara perfectamente. Era Norberto, del mismo curso que Cassidy, catorce años. Sus ojos estaban dilatados y la piel de su rostro enrojecida.

    Cassidy se puso de pie sobre él, con las piernas separadas, y el chico sacaba y metía la lengua con rapidez sin despegar la vista de su falda color coral.

    Aquello no era un alivio para mí.

    El chico que se quitaba los pantalones con torpeza debido a la mierda que traía encima parecía haberlo conseguido y, por primera vez, entró en cámara.

    Detuve el vídeo.

    Escuché cerrarse la puerta de la calle. Mi madre y el escuincle acababan de salir para el gimnasio. La imagen de mi madre sobre una cinta de correr mientras aquel imbécil se curraba las abdominales se me hizo vomitiva. Nunca me hablaba, no trataba de hacerlo y yo lo agradecía. No necesitaba a un tipo haciendo de padre-colega.

    A las dos semanas de conocerle le busqué en facebook. Entré en su cuenta y encontré lo que buscaba. Entre las fotos en las que posaba con la camiseta levantada frente al espejo del baño para mostrar su tableta abdominal,

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