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Partida: Saga Willow Darby
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Libro electrónico171 páginas2 horas

Partida: Saga Willow Darby

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Willow Darby está en unas vacaciones familiares por primera vez en años. Es el feriado del 4 de julio en Mackinac Island y Main Street está repleta de turistas de todas partes del mundo. Momentos antes de que llegue el último trasbordador para devolver a los pasajeros a tierra firme, lo que parecían ser sonidos de fuegos artificiales se convierten en una explosión de gritos y caos. Hannah y June Darby están perdidas. Para salvar a su familia, Willow deberá depender de la única cosa que el entrenamiento militar nunca podrá reemplazar.

IdiomaEspañol
EditorialEric Viele
Fecha de lanzamiento18 sept 2019
ISBN9781071507032
Partida: Saga Willow Darby

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    Partida - Cole Steele

    Prólogo 

    El vehículo de seguridad blanco con letras azules en sus puertas, completó otra ronda. Todos los estacionamientos que patrullaba estaban llenos. Sus intermitentes luces amarillas reflejaban varias patentes de otros estados. La mayoría de los turistas que habían llegado antes del inminente feriado de fin de semana, estaban tanto en la isla como tomando un trasbordador en la mañana siguiente. 

    Pequeñas olas golpeaban contra el área del muelle y envolvían sus postes de madera. Envases vacíos se mecían suavemente con su rítmico paso. Habían sido limpiados y rellenados para el próximo apogeo de temporada vacacional.

    Una solitaria figura esperaba pacientemente en las sombras. Se movía con sigilo y velocidad luego de que el vehículo de seguridad se fuese. Hubo una ventana de unos pocos imprudentes minutos, mientras los lotes sobrecargados eran patrullados desde la calle. Dos semanas de cautelosa exploración habían provisto la oportunidad de abordar el trasbordador más cercano sin ser detectado.

    El compartimento superior de la última fila del barco había sido abierto.  Un chaleco salvavidas junto con un artefacto de flotación fueron rápidamente removidos. Un espacio vacío estaba a punto de ser llenado cuando las intermitentes luces amarillas aparecieron inesperadamente.  Bashier Aliev se acostó a lo largo de un amplio tramo de asientos. Su corazón palpitaba tan rápido que podía escucharlo latir en sus oídos. La luz fuerte e intensa del vehículo de seguridad penetró en el trasbordador. A través de las anchas ventanas vidriadas, el rayo se movía lentamente de pasillo a pasillo. Su único ocupante no detectado se mantuvo inmóvil. Poco después de que el sonido de la crujiente grava se desvaneciese cuando el  vehículo de seguridad se retiró del estacionamiento, una silueta trabó a la puerta del compartimento superior y desapareció en la noche.

    UNO

    Tres generaciones de mujeres Darby posaron para una foto grupal, estaban en el muelle esperando un trasbordador para volver a la isla. Willow Darby hizo lo mejor que pudo para capturar el momento en que la familia logró hacer una escapada o cualquier cosa que fuese similar a una vacación. El divorcio de un ex esposo apostador la había dejado en bancarrota, incluyendo las cuentas de jubilación que él había vaciado falsificando firmas. Para complicar el asunto, él no había mostrado ningún interés en continuar su relación con su hija. Willow raramente, o nunca, vio un cheque de manutención.

    Su hija, Hannah, miraba cómo una familia de patos flotaba gentilmente sobre las olas. Ocasionalmente agarraban algunas migajas que les tiraban otros pasajeros. Los patitos se habían aventurado lejos de su madre y estaban en inminente peligro, con la embarcación bajando la velocidad y acercándose al paredón.

    Hannah tenía una expresión preocupada en su rostro. Estaba haciendo lo mejor que podía para guiarlos hacia la orilla, paseándose por el muelle por sobre ellos.

    No te preocupes, Hannah. Se moverán cuando lo necesiten, o la madre los empujará hacia adelante, dijo  June.

    ¿Estás segura, nana Bug? preguntó ella.

    Hice este viaje con tu mamá y tu abuelo una vez, cuando ella tenía alrededor de tu edad. Ella hizo lo mismo que has estado haciendo.

    ¿De veras?

    El abuelo se arrodilló junto a ella ese día en el muelle. Juntos miraron a una pata y sus pequeños, iguales a éstos en el agua.  Él le enseñó a tu mamá la palabra ‘instinto’ y su significado.

    ¿Instinto?

    Tu mamá tenía un sigmatismo debido a que en ese momento le faltaba un diente de adelante. Cuando intentó repetir la palabra, casi escupió todo sobre tu abuelo.

    Willow Darby caminó hacia ellas por las tablas de madera que formaban el muelle, sosteniendo tres pasajes.

    Recuerdo eso.

    Todos reímos tan fuerte ese día.

    Le dio a cada una un pasaje blanco y perforado. Éstos tenían la página web de la compañía y un número de teléfono escrito en letras azules, junto con la imagen del trasbordador en el que estaban a punto de embarcar.

    Los patitos estarán bien. Sólo observa.

    ¿Por el instinto? preguntó Hannah.

    Willow se arrodilló junto a su hija. Acercó a Hanna, así estaban mejilla con mejilla. La pata se movió rápidamente sin aviso, y agitó sus alas mientras sobrevolaba el agua. Por alguna razón, Hannah, las mamás siempre saben qué hacer. Llámalo naturaleza, o incluso instinto.

    El trasbordador de las once hacia Mackinac Island anunció su arribo en el muelle, y trajo con él muchas grandes olas.   Un llamado decreciente salió del pico de la pata, causando que las pequeñas patas palmeadas se batiesen furiosamente bajo el agua, con el fin de alcanzarla y llegar a un lugar seguro.

    Adiós patitos.

    Hannah tomó la extendida mano de June Darby.

    ¿Lista para un viaje en barco?

    Sí, nana Bug, pero nunca he estado en uno antes.

    Está bien. Siéntate junto a la abuela y mira por la ventana. Puedes ver el Mighty Mac en el camino.

    ¿Mighty Mac? ¿Quién es ese?

    June Darby señaló al gran puente suspendido que conectaba las penínsulas superior e inferior de Michigan. 

    Mami, ¿podremos ir en eso también? preguntó.

    Willow volteó antes de que abordasen.

    Quizás más tarde, linda. Disfrutemos nuestro viaje por ahora.

    Vamos, pequeña, dijo June.

    Bueno, nana Bug.

    June Darby recordó cuando Hanna le dio su apodo. Fue un día después de la escuela. Se quedaron junto a la puerta principal mientras esperaban que Willow la fuese a buscar. Ella todavía trabajaba como policía de patrulla en ese momento. El ex de Willow, Ron, no era nada confiable y casi siempre llamaba para decir que estaría trabajando hasta tarde. Willow había sido la responsable desde el comienzo de la relación y eso molestaba muchísimo a la mayor de las  Darby.  Hannah le había preguntado a su abuela cuál era su nombre de pila, ya que nunca se lo habían dicho.

    June, dijo ella.

    Hannah la miró sorprendida.  ¿Quieres decir que te llamas así por un bicho, nana?

    Sólo porque pico como uno, dijo June.

    June Darby pensó que era claramente aceptable adornar el conocimiento, aunque los bichos eran completamente inofensivos. A veces estiraba un poquito las verdades para hacer que los momentos fuesen más entretenidos.

    June comenzó a perseguir a Hannah por la casa para pellizcarla, mientras que Hannah se retorcía de risa descontroladamente. Willow entró en medio de la excitación.

    Mamá, vas a hacer que se haga pis.

    Basta, déjala ser una niña. Yo casi me hago un poquito también, rió June enérgicamente, mezclado con un ataque de tos.

    Bueno, demasiada información. Gracias por compartirla.

    Eso no es nada, espera a que sea realmente vieja y debas volver a cambiar pañales, June le guiñó un ojo a Willow.

    Definitivamente demasiada información.

    Hannah había dejado de correr y miraba a June inquisitivamente.

    ¿Usas pañales, nana Bug?

    No ahora, boba.

    La inquisitiva Hannah remarcó, pensé que sólo los bebés usaban pañales.

    Willow levantó a Hannah y le besó la frente, luego se volvió hacia June.  ¿Ves lo que has empezado?

    Es lo que pasa cuando te diviertes con tu abuela.

    La línea en el muelle volvió a avanzar hacia el transbordador. June vio la expresión en el rostro de su nieta que nunca había estado cerca de un barco. No podía esperar a escuchar lo que tendría que decir acerca de la isla misma.

    Luego de entregar sus pasajes y recibir el talón de vuelta por uno de los empleados en la entrada, ellas encontraron asientos en dirección a la proa del barco. Tenía grandes motores de combustible hídricos que permanecían en desuso mientras otros pasajeros que habían abordado buscaban asientos

    Acomódate junto a la ventana, Hannah.

    Willow había comprado un mapa de la isla y lo había descargado en su teléfono antes de que hubiesen manejado más de tres horas hasta el muelle.

    ¿Qué queremos hacer primero? preguntó Willow.

    June Darby se inclinó junto a ella.  ¿Iremos caminando por todo el lugar? preguntó ella.

    ¿Qué sugieres?

    Quizás alquilar una bicicleta o un carro llevado por caballos.

    Las bicicletas pueden ser mejores. Creo que todavía puedo llevar a Hannah y tu puedes ir en una tú misma.

    No he pedaleado en años, dijo June.

    Podemos averiguar si tienen unos de esos triciclos con tres ruedas grandes de abuela.

    Hannah sonrió.

    Te parece gracioso, ¿no es así, pequeña canalla? 

    Hannah intentó contenerse pero falló miserablemente. Estalló de risa segundos después. June se inclinó hacia su nieta y le dio un pellizco con su pulgar y su dedo índice.  

    Ten cuidado, no hay escapatoria,  Hannah, juguetona, buscó con sus ojos una ruta de escape.

    No le digas a tu mamá pero probablemente tomaré una de todas formas.

    Hannah sostuvo su meñique mientras miraba por la ventana. June estaba felizmente agradecida mientras ambas aseguraban su secreto con una promesa de meñique.

    El barco de más de ochenta pies comenzó a alejarse lentamente del muelle mientras las tres sentían el poder de los motores de combustible hídricos.  Un par de bronceadas piernas en un corto pantalón azul pasaron velozmente por su ventana en la pasarela ubicada sobre ellas. Pertenecían a una joven que trabajaba como ayudante en el muelle durante el verano. Quitó la última soga de un poste, la cual aseguraba a la embarcación. La soga fue arrojada a un par de expectantes manos que rápidamente se juntaron para atraparla. El nudo náutico fue colocado en un taco de metal.  Un sonido de estática salió del altavoz, seguido por un mensaje pre-grabado detallando instrucciones de seguridad, incluyendo los compartimentos superiores. La amistosa voz masculina explicaba la historia de las embarcaciones y sus contribuciones en tiempos de guerra antes de que la compañía se dedicase al esparcimiento.

    Bashier Aliev fácilmente recuperó la soga que le habían lanzado a bordo de su trasbordador. Éste también se dirigía a la isla y pertenecía a una de las muchas compañías que  inundaban los muelles de la ciudad. La ató rápidamente, luego abrió una puerta y miró dentro de la cabina llena de pasajeros esperando. Examinando algunas hileras, vislumbró sobre ellas los compartimentos asegurados. Satisfecho, cerró la puerta, trabándola con un sólido pestillo.  Se dirigió a la parte trasera de la embarcación donde todos los equipajes y bicicletas serían eventualmente descargados, una vez que llegasen de nuevo a puerto. No había ni un centímetro cuadrado desperdiciado, ya que era uno de los feriados de verano más concurrido. Gente de todo el mundo venía a visitar el popular destino.

    Bashier escuchó su nombre siendo llamado cuando el trasbordador comenzó a moverse. Provenía de una hermosa rubia, con un espectacular bronceado, parada a pocos pasos sobre el muelle.

    "¿Todavía planeas llevarme a ver los fuegos

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