Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Murmullos en la penumbra.
Murmullos en la penumbra.
Murmullos en la penumbra.
Libro electrónico59 páginas55 minutos

Murmullos en la penumbra.

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Antes de juzgarme con demasiada severidad necesito que tengas la mente muy abierta y que los mares sean capaces de creer en lo imposible y que lo que viví esta noche es digno, lo admito, para que usted sea candidato y se encuentre en un manicomio ...

¿Qué está ocurriendo en el pequeño poblado de Bally Beg a las afueras de Irlanda?

Extrañas desapariciones de los niños y algunos adultos.

Jacob Bolton y Andy Shepard dos columnistas de la sección de misterios de una revista amarillista de dudoso prestigio en el caso.

Tras dirigirse al apartado pueblo de Bally Comience sin altas expectativas (como siempre) descubriendo una aterradora realidad tras las misteriosas desapariciones de la gente a sus alrededores.

Sin herramientas y envalentonados con dos pequeñas linternas lo que quieren averiguar. Confianza en su intuición y buena suerte, descubrir una perturbadora existencia que se acecha en los bosques. Bally y lo que parece una rutina de trabajo, en realidad se traduce en la más terrible de sus pesadillas al llegar a la penumbra.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento22 jun 2019
ISBN9781393549086
Murmullos en la penumbra.
Autor

JONATHAN L. ROCHE

Jonathan L. Roche nació en la Ciudad de México un 23 de Enero. Se considera a sí mismo como un devora libros, siempre ávido de conocer nuevas lecturas. Su novela de ciencia ficción, "El Maestro del Tiempo" tuvo una gran acogida en la plataforma de Wattpad con mas de 250,000 lecturas y quedando como finalista en su concurso anual Wattys 2017. Actualmente continua escribiendo y esta a punto de publicar una segunda parte de este libro así como uno más de corte romántico.

Relacionado con Murmullos en la penumbra.

Libros electrónicos relacionados

Misterio para usted

Ver más

Artículos relacionados

Categorías relacionadas

Comentarios para Murmullos en la penumbra.

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Murmullos en la penumbra. - JONATHAN L. ROCHE

    Prefacio...

    Antes de juzgarme con demasiada severidad necesito que tengas la mente muy abierta y que seas capaz de creer en lo imposible ya que lo que viví esta noche es digno, lo admito, para que yo sea candidato a ser encerrado en un manicomio...

    ¿Qué está ocurriendo en el pequeño poblado de Bally Beg a las afueras de Irlanda?

    Extrañas desapariciones de niños y algunos adultos comienzan a atraer la atención de la prensa local.

    Jacob Bolton y Andy Shepard dos columnistas de la sección de misterios de una revista amarillista de dudoso prestigio toman el caso.

    Tras dirigirse al apartado pueblo de Bally Beg sin altas expectativas (como siempre) descubren una aterradora realidad tras las misteriosas desapariciones de la gente a sus alrededores.

    Sin herramientas y envalentonados con dos pequeñas linternas lo quieren averiguar. Confiados en su intuición y buena suerte, descubrirán una perturbadora existencia que acecha en los bosques Bally Beg y lo que pareciera una rutinaria tarde de trabajo, en realidad se convierte en la más terrible de sus pesadillas al llegar la penumbra.

    Murmullos en la Penumbra.

    Me siento desfallecer, aun así, continúo corriendo a toda velocidad, por lo menos a la máxima que me permiten mis piernas... ¿qué maldita y cruel broma del destino me había traído a este traicionero lugar llamado Bally Beg?

    Tengo mucho miedo, un miedo inconmensurable de muerte. Solo tres minutos más y llegare al pueblo, es lo único que me mantiene con aliento, ni yo mismo me imagine que podría recorrer esa enorme distancia en tan poco tiempo, pero supongo que la adrenalina y el miedo alimentan al cuerpo humano del deseo de salir bien librado de cualquier situación peligrosa, eso y quizás largas prácticas de antaño acondicionando mi cuerpo en el equipo de carreras de la universidad.

    Por fin, a lo lejos ya podía ver las luces de las casitas y los candiles con una acogedora y cálida luz brillante dándome la bienvenida después de tanta oscuridad. ¡Maldita sea! debí de haber hecho caso a las advertencias del encargado del hotel, pero mi estúpido prejuicio y mi excesiva confianza en que no encontraríamos nada fuera de lo normal fue lo que nublo mi sentido de discernimiento y aumento en gran medida mi estupidez. ¿Dios!... solo espero con todas mis fuerzas que el chiquillo lo haya logrado - Pensé.

    Desde que salí de aquellas malditas caverna no he parado de correr, eso fue hace ya treinta minutos, es normal que comience a marearme y ahora falta muy poco para que vomite mis pulmones, me siento cada vez más y más débil.

    No es fácil hacer una carrera maratónica sin haber tomado agua ni probado bocado en más de veinte horas, en especial cuando se tiene un buen golpe en la cabeza que aún continúa sangrando.

    Todavía se me revuelve el estómago al recordar las imágenes de los pobrecillos niños y la sensación al ver a esa infernal cosa masticando su carne de aquellos pobres desdichados. ¡Dios! fue el espectáculo más aberrante, abominable e intenso que jamás haya visto. Y, aun así, me atreveré a nombrar a la suerte, y es que yo tuve mucha suerte de no acabar como los otros, como todos ellos antes de... bueno antes de que pasara todo. Fue solo hasta que mi sentido de raciocinio me abandonaba, que me di cuenta de la urgente necesidad de escapar de aquel desdichado lugar, y gracias al que algunos llaman dios, mi urgencia de sobrevivir no me permitió desfallecer en el último segundo.

    Los primeros rayos del sol bañaban de luz a Bally Beg. Eran ya las 6:23 am, ¿tanto tiempo estuve entre la penumbra? – Me cuestioné.

    Toc, toc, toc, toc....

    -  ¡Por favor ábrame la puerta! – Toqué, brinque y grite suplicante en la primera casa que me encontré.

    Toc, toc, toc, toc, toc, toc...

    Más que golpear a la puerta, era un grito de auxilio desesperado para cualquier alma de gran o por lo menos pequeño corazón que me escuchara.

    Toc, toc, toc, toc, toc. – Insistí una vez más.

    -  Pero... ¿quién diablos toca a estas horas de la madrugada como desesperado? – Gritó una voz grave y molesta desde el interior de la casucha de madera.

    -  Justamente eso, un desesperado uno muy desdichado. Se lo suplico buen hombre ayúdeme, estoy mal herido, necesito ayuda, algo horrible ha ocurrido. – Le grite.

    El hombre abrió la puerta y al ver mi rostro deformado por el espíritu de la angustia y la desesperación decidió ayudarme, aunque para mayor seguridad (según él) decidió apuntarme con una escopeta mientras me hacía

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1