El Secuestro

Por César Costa

Carolina Mendonça es una niña muy inteligente y animada. Es sobrina y admiradora del trabajo del Delegado Mendonça, un respetado policía. Su intención es seguir los pasos de su tío, y por eso, se convierte en una detective aficionada. En este caso, cuando el dentista de su amiga Camile desaparece, Carolina decide investigar, lo que la lleva a vivir diferentes y peligrosas experiencias. Por otro lado, el Delegado Mendonça tiene que resolver un difícil secuestro. Muchas emociones y aventuras están reservadas en este libro.

• Idioma: Español
• Editorial: César Costa
• Fecha de lanzamiento: 7 abr 2019
• ISBN: 9781547580446

Vista previa del libro

El Secuestro

Una Aventura de la Detective

Carolina Mendonça

César Costa

1° Edición

CopyRight © 2018 by César Costa

Todos los Derechos Reservados

http://www.cesarcosta.com.br

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Edición

César Costa

Tapa, Revisión y Diagramación

César Costa

Traducido del idioma Portugués

Leandro Gavira

Edición Digital

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AGRADECIMIENTOS

Muchas gracias a mi familia y amigos que me aguantan siempre.

— César Costa

DEDICATORIA

Para todos aquellos que, de algún modo, me incentivaron y apoyaron en este camino, y en este trabajo.

— César Costa

SUMARIO

Capítulo 1 - El Secuestro

Capítulo 2 - La Detective Juvenil

Capítulo 3 - Un Testigo Ocular

Capítulo 4 - Las Primeras Búsquedas

Capítulo 5 - Henrique

Capítulo 6 - Mucho Que Hacer

Capítulo 7 - El Cautiverio

Capítulo 8 - El Caso del Delegado

Capítulo 9 - Un Día Lleno de Emociones

Capítulo 10 - Tan cerca de la verdad

Capítulo 11 - En Un Sótano Oscuro

Capítulo 12 - La Secretaria del Doctor

Capítulo 1 - El Secuestro

La noticia estaba en todos los diarios. El secuestro llevaba ya cuatro días. La policía esperaba el llamado de los delincuentes, pero éste, nunca llegaba. Los padres de la chica secuestrada ya no aguantaban la falta de información y hacían pedidos diarios a los medios de comunicación, implorando la liberación de su hija. Toda la policía de Río de Janeiro estaba trabajando arduamente para descubrir el lugar en el que la niña estaba cautiva. El Delegado Mendonça sería quién se haga cargo personalmente de la investigación. El caso causaba mucha conmoción pública, y las autoridades ya estaban hasta el cuello, deseando una solución rápida.

- Si señor, lo sé. Las medidas razonables ya fueron tomadas. Secretario, no es preciso que me recuerde la importancia del caso, usted sabe bien que me intereso particularmente por este asunto. Sí señor, en cuanto tenga novedades.

Mendonça dejó el celular, suspiró profundamente y metió su teléfono móvil en el bolsillo del pantalón.

Se sentó por un instante para poner las ideas en su lugar. La torre de papeles encima de la mesa parecía interminable. Lo único que quería era que todo desapareciera, que nada de todo esto hubiera pasado. El Delegado estaba agotado. En los últimos tres días no había podido dormir más de cuatro horas por noche. Parecía cinco años más viejo, por toda la angustia vivida en aquellos momentos interminables. No aguantaba más. Si no hubiese sido por la ayuda que le brindó Fontes, ya habría caído en la desesperación total.

El Delegado Mendonça se secó el sudor de la frente, se levantó y fue hasta el baño de la comisaría. Se miró en el espejo y prácticamente no se reconoció. Estaba pálido y abatido. Pero lo peor era que no se hacía ni la más mínima idea de cuántos días más duraría su martirio. Se acordó de la joven en cautiverio, se imaginó cómo estaría sufriendo y se avergonzó por su egoísmo. Trató de sacarse de la cabeza las crueldades a las cuales la chica estaría siendo sometida, era demasiado para una mente tan cansada. Necesitaba seguir de cualquier manera, y resolver, cuanto antes, el problema. Se sentó en el inodoro, con la tapa baja, y apoyó los codos en sus muslos. Ni se dio cuenta cuando Fontes ingresó en el baño.

- ¿Delegado? - dijo el hombre, cautelosamente.

Mendonça levantó su mirada, desanimado.

- ¡Ah! Hola Fontes. Dígame que tenemos alguna novedad - imploró.

- Lo siento mucho Delegado. No hay ni llamada, ni una nota de rescate.

- No tiene sentido...

- ¿Cuál es