Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Inocencia vendida: un romance oscuro de chico malo
Inocencia vendida: un romance oscuro de chico malo
Inocencia vendida: un romance oscuro de chico malo
Libro electrónico240 páginas4 horas

Inocencia vendida: un romance oscuro de chico malo

Calificación: 4.5 de 5 estrellas

4.5/5

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

VASH
Se suponía que iba a ser sólo una noche. Un último pecado antes de volver al camino correcto. El peor tipo de pecado, tomar a una chica inocente y desatar todas mis fantasías más oscuras sobre ella. Ninguna palabra de seguridad. Completamente confidencial.

AUBREY
Llevaba una máscara, pero todavía recuerdo muchas cosas. El color de sus ojos. El olor de su colonia. Y los dos tatuajes de armas en sus caderas apuntando directamente a su ver**a.

Era el diablo encarnado, devastadoramente guapo y haciéndome desear cosas que siempre me habían sido prohibidas. No se suponía que me gustara. Se suponía que odiaría su toque y odiaría que me vendi a un hombre tan malvado.

Pero no ...

IdiomaEspañol
EditorialBadPress
Fecha de lanzamiento7 abr 2019
ISBN9781547579556
Inocencia vendida: un romance oscuro de chico malo

Relacionado con Inocencia vendida

Libros electrónicos relacionados

Romance contemporáneo para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Inocencia vendida

Calificación: 4.533333333333333 de 5 estrellas
4.5/5

15 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Inocencia vendida - Sky Corgan

    CAPÍTULO UNO

    AUBREY

    ––––––––

    ¿En qué me he metido? Cada fibra de mi ser me está diciendo que corra, que salte de este escenario, que salga volando por las puertas dobles y nunca mire atrás. Aunque, es muy tarde para eso.

    Tuve muchas oportunidades para echarme atrás. Pude haberle enviado un correo electrónico al organizador y rechazado mi oferta. Podría no haber aparecido. O podría haberles dicho que cambie de opinión cuando si me presente.

    Pero no hice eso. Use mi determinación para poner un pie adelante del otro. Todos mis sentidos retrocedieron y mi cuerpo entró en autopiloto. Apagué con éxito las partes de mí que piensan y sienten. Parecía tan fácil. Quizás porque nada de esto parecía real hasta ahora.

    Hubo momentos cuando me estaba poniendo el vestido negro en los que mi corazón se aceleraba mientras consideraba lo que estaba haciendo. Tener listo el maquillaje y el peinado ayudaron a tranquilizar mi mente. Mientras observaba mi reflejo en el espejo, pensaba que lucía como una modelo. Me imagine en el escenario de unos de esos musicales de Broadway que tanto amo. El público me animaba. ¿Cómo podrían no amarme? Había estado trabajando para esto toda mi vida, moldeándome para el teatro.

    Pero primero tengo que dominar este escenario. Un escenario lleno de vergüenza y humillación. Tengo que superar esto sí quiero que mis sueños se hagan realidad.

    Recuerda porque estás aquí, me repito como un mantra una y otra vez en mi cabeza. Una vez que esta noche acabe tendrás suficiente dinero para pagar la terapia si la necesitas. Con suerte, tendrás suficiente dinero para no tener que depender de alguien más.

    Mantengo la vista al frente como me dijo el organizador, pero mi visión periférica está fija en cualquier otra cosa que no sea los rostros frente a mí. Mirarlos aumenta mi ansiedad. Mis palmas están pegajosas, y me preocupa que la transpiración haya llegado a mi frente para arruinar las toneladas de cosmético que estoy usando. La infinidad de luces que brilla desde el techo de la sala de conferencias del hotel parece que están quemando sutilmente mi carne.

    Mi mirada traidora cae sobre los rostros que me rodean, y siento una respuesta de huye o lucha. Huye. Huye. Huye.

    No, no puedo huir.  Estoy comprometida con esto.

    Tanta gente. No. Muchos hombres.

    Todos llevan mascaras para ocultar sus identidades. Todos ellos extremadamente ricos, influyentes, conocidos o una combinación de los tres. Me pregunto a cuantos reconocería si sus rostros estuvieran expuestos. Probablemente solo a un puñado.

    Pretenderé que son actores. Si, actores como yo. Eso me ayudara a superar esto.

    Sin embargo, yo soy la que está en el escenario. Es a mí a la que todos están mirando. Bueno, a mí y a las otras chicas. Estamos siendo evaluadas. Están decidiendo cuando valemos. Es degradante, hace que un profundo desagrado se arremoline dentro de la boca de mi estómago.

    ¿Cuánto valgo?

    No yo como persona. ¿Cuánto vale mi virginidad? ¿Cuánto vale mi total sumisión?

    ¿Cuánto vale mi educación? Me recuerdo a mí misma ¿Cuánto vale mi libertad?

    Esto es solo una noche. Una noche a cambio del resto de mi vida. Probablemente será un recuerdo atemorizante que me perseguirá por siempre, pero valdrá la pena. Ya me he convencido de eso. No puedo arrepentirme ahora.

    Rápidamente, me pregunto quién me ganará. Juzgando solo por el cabello, la demografía de los hombres en el salón es en su mayoría caballeros mayores. ¿Se les puede llamar así? Hombres que asisten a subastas privadas y silenciosas para comprar la virginidad de chicas apenas legales. Teniendo en cuenta que pueden hacer lo que quieran con nosotras, no hay una palabra de seguridad, dudo que gentil debería estar en la misma frase.

    Tanto cabello canoso. Tantas manos marchitas. Más de la mitad de los hombres tienen la edad suficiente para ser mi padre. Muchos de los otros tienen la edad suficiente para ser mi abuelo. Las máscaras no lo ocultan todo. Esto probablemente será una experiencia desagradable para mí. Definitivamente no como me había imaginado perder mi virginidad. Definitivamente no es lo que mis abuelos habían esperado para mí.

    Me criaron para ser una correcta muchacha cristiana. Se suponía que debía esperar hasta el matrimonio. Y eso era exactamente lo que había pensado hacer hasta que...

    Suspiro internamente. Debería haber estudiado más duro. O debería haber ahorrado más dinero cuando tenía mi trabajo a tiempo parcial bañando perros. O debería haber sido lo suficientemente inteligente como para saber que mi madre sería obstinada hasta el final y se negaría a pagar mi universidad.

    Quiere que siga sus pasos y me convierta en médico. Sin embargo, la medicina nunca ha sido mi pasión. Actuar lo es. Ella lo llama una opción de carrera frívola. Pocas personas que intentan llegar a Broadway alguna vez logran su sueño. Ella considera que actuar es un pasatiempo, no un objetivo de vida. Pero es lo único que he amado.

    Me pregunto si alguna vez ella sospechó hasta dónde llegaría para hacer realidad mis sueños.

    Mi mirada se desliza por la fila de chicas a mi lado. No puedo evitar preguntarme si alguna de ellas tiene circunstancias similares. ¿Qué las trajo aquí? ¿Por qué sacrificar tanto? Podría haber preguntado si no hubiese llegado en el último minuto posible. Tan pronto como aparecí, me llevaron al vestidor, me apresuré a ponerme el vestido y me llevaron a cabello y maquillaje. Apenas tuve tiempo para respirar o pensar. Aunque tal vez sea algo bueno. Porque hubo menos tiempo para cambiar de opinión.

    Un hombre se detiene delante de mí justo debajo del escenario. Él me mira antes de ingresar su oferta en su teléfono. Hay un pulso hueco dentro de mi estómago. Hago mi mejor esfuerzo para sonreír y lucir bonita, pero la sonrisa es completamente falsa. Está en un pulcro esmoquin clásico, pero está fácilmente en sus sesenta. Me siento mal ante la idea de tener sus manos sobre mí. ¿Realmente voy a poder superar esto?

    Intenta encontrar un lugar feliz dentro de ti. Trate de estar adormecida. ¿Es eso posible? Cuando manos extrañas y una lengua extraña y una polla extraña están sobre ti. Dentro de ti.

    Bilis se dispara por la parte de atrás de mi garganta cuando comienzo a mentalizarme de nuevo. No puedo hacer esto. No puedo. Yo solo...

    Gracias por su tiempo, caballeros. El coordinador pisa la mitad del escenario. La subasta ya está cerrada. Aquellos de ustedes que hayan ganado tendrán a su dama o damas entregadas a su habitación en breve.

    La velocidad de mi corazón se duplica.

    ¿Estaba tan perdida en mis pensamientos que me perdí el anuncio previo de que la subasta terminaría pronto? ¿Hubo incluso uno? Mi cuerpo está tan lleno de emociones inciertas y ansiedad que me siento drogada. Aunque no puedo estar drogada. No he bebido ni comido nada desde que llegue.

    El coordinador asiente con la cabeza hacia las escaleras, y sigo la fila de chicas frente a mí fuera del escenario. El resto de lo que pasa es un borrón. Creo que estoy en mucho shock para procesarlo todo. Simplemente sigo como un robot, de alguna manera logrando reprimir mi capacidad de sentir nuevamente.

    Me colocan una venda en los ojos, aunque no estoy segura de por qué. Mi mirada cae sobre la brecha entre la venda y mi cara donde puedo ver mis pies y la alfombra roja debajo. Alguien me toma del brazo y comienza a guiarme por el hotel. Solo puedo asumir que es un hombre porque la mano es bastante grande. Entramos al ascensor y subimos varios pisos. No hay ningún sonido ni ningún otro indicio cuando pasamos un piso, así que no tengo idea de cuán alto hemos subido. El ascensor se detiene. Luego me sacan de allí y llevan por un pasillo.

    Hacemos una pausa, y la mano suelta mi brazo. Oigo un poco de susurro, luego se abre una cerradura antes de que se gire la manija y la puerta cruje ligeramente en sus bisagras. Mi brazo es agarrado de nuevo, y me guían dentro. La alfombra cambia de rojo a verde bosque. No nos aventuramos muy lejos en la habitación antes de que me detengan de nuevo.

    Espera aquí, me dice una voz masculina.

    La mano deja mi brazo por última vez, luego escucho pasos retrocediendo. La puerta se abre y vuelve a cerrarse, y sé que estoy sola.

    Ahora vuelve la ansiedad. Estoy sola en una habitación, y hay un depredador no muy lejos. Al menos, el hombre que me compró se siente como un depredador. No tengo la menor idea de lo que me va a hacer más allá de tener sexo conmigo. Sin una palabra de seguridad y mi promesa de sumisión completa, las posibilidades son infinitas.

    Lo peor es que aún no estoy segura de lo que estoy recibiendo por esto. Los números no me serán revelados hasta que termine el acto atroz. Eso es para que no decida huir si no obtengo la suma que esperaba. Cuando originalmente pregunté por la subasta, el coordinador me dijo que algunas chicas iban por tan solo $ 10,000, mientras que lo más alto que había visto era $ 1.8 millones. Yo estaré feliz con cualquier cosa más de $ 200,000. Eso es lo que necesitaré para obtener mi título adjunto aquí y luego transferirme a Julliard en Nueva York para mi licenciatura en bellas artes. Cualquier cosa debajo de eso, y definitivamente me voy a odiar por el resto de mi vida.

    Es una gran apuesta. Más que probable, la mayoría de las chicas ni siquiera ganan $ 100,000 en esto. La esperanza de ser una de las personas con mayores ingresos es probablemente más un sueño imposible que conseguir un papel principal en Broadway. Sin embargo, no sé de qué otra manera conseguiré el dinero para asistir a Julliard, especialmente porque mi madre es una perra egoísta.

    Ella puede pagar para enviarme. Simplemente no lo hará.

    Frunzo el ceño, sintiendo frustración y depresión serpenteando a través de mí. Es fácil echarle la culpa a mi madre. Tal vez se sienta mejor pensar que no tenía otra opción, que esta era la única opción que me quedaba. Sé que no es cierto. Esta es la opción desesperada. Tengo suficiente ambición como para sacrificar todo.

    Me siento cada vez más inquieta a medida que pasan los minutos. El impulso de quitarme la venda es grande. Aunque puedo meterme en problemas si lo hago. Además, probablemente sea mejor si me la dejo puesta. Si tengo suerte, mi John me dejará ponérmela todo el tiempo. Entonces podría salir de esto menos cicatrizada.

    Una imagen del hombre que se detuvo delante de mí debajo del escenario pasa por mi mente, y me estremezco por dentro. Lo más probable es que quienquiera que me haya comprado va a ser increíblemente viejo. No, definitivamente no quiero verlo. Sentirlo sobre mí será lo suficientemente malo.

    Por el amor de todo lo que es sagrado, apúrate. Mis pies empiezan a doler con estos tacos. Y cuanto más tiempo tengo para pensar, menos quiero hacer esto. Seguramente, tiene que haber alguna otra manera de conseguir al dinero.

    Sé que no hay. Esto es todo. La forma más rápida de conseguir lo que quiero. Sin embargo, mi moral me está gritando que me vaya, que no es demasiado tarde. La tensión dentro de mí está tan fuerte que estoy a punto de romperme. Decido contar hasta cien. Si no está aquí para entonces, lo tomaré como una señal de Dios de que esto está mal, de que el dinero caerá milagrosamente en mi regazo por algún otro medio, y me iré.

    CAPÍTULO DOS

    VASH

    ––––––––

    Ella es sexo andante, y ni siquiera lo sabe.

    Me siento, observándola. La habitación está llena de tensión sexual. Sé que ella lo siente. Ella siente todo tipo de tensiones. Podía decir desde la sala de conferencias que estaba tan insegura de lo que estaba haciendo. Como muchas de las otras chicas, le costaba mantener una sonrisa falsa en su rostro. La diferencia, sin embargo, era que ella apenas lo intentaba.

    Eso la hizo más atractiva. Eso y el hecho de que era un completo nocaut. Muy por encima de las chicas de pie alrededor de ella. baja de estatura con curvas demasiado voluptuosas para su pequeño cuerpo. Grandes tetas. Muslos gruesos. Rizos rubios que bajaban por su culo. Sus grandes ojos azules ocupan una gran cantidad de su cara de porcelana. Es casi irreal lo físicamente perfecta que es ella.

    No puedo esperar a escuchar su voz. Ya puedo imaginar que suena a miel. Dulce y alto y joven. El nerviosismo infundido en ella la hará aún más deseable.

    Ella no tiene ni puta idea de lo que planeo hacerle esta noche. Pensando en lo poco contaminada que está, sabía que exigiría un precio alto. Espero desesperadamente que todo en su perfil sea cierto. No soy tan ingenuo como para pensar que las chicas no mienten en estas cosas. No se puede verificar exactamente el historial sexual de alguien. Sin embargo, si lo que ella presentó fue verdad, la destruiré esta noche. Una inocente muchacha cristiana a punto de ser destrozada por un demonio.

    Pensar en todas las cosas que quiero hacerle me hace sentir malvado. Perverso. Como un cretino. Pero pagué buen dinero por esto, así que lo disfrutaré al máximo. Además, ella sabe para qué se inscribió. Si no estuviera dispuesta a lidiar con las consecuencias, entonces no estaría parada frente a mí en este momento con un vestido negro muy corto.

    Su respiración es inestable. Cambia su peso cada poca segunda. Sus pies probablemente no están acostumbrados a los ridículos tacos altos que le hicieron usar. Me paro lo más silenciosamente posible y sonrío cuando me doy cuenta de que la parte superior de su cabeza ni siquiera llega a mi hombro. Es como una muñeca. Una muñeca que planeo follar y romper y desechar.

    Dios mío, voy a ir al infierno por esto. Simplemente lo sé.

    Mi verga ya se está hinchando en mis pantalones. La necesidad de tocarla es casi insoportable. El hombre primitivo en mi quiere quitarle ese vestido, doblarla sobre la cama y follarle el coño hasta que esté jadeando, lloriqueando debajo de mí. Sin embargo, eso sería un desperdicio de dinero. No que follarla sea un desperdicio de dinero. Apresurarse lo es.

    Por todo lo que gasté, cada momento debe ser saboreado. Ella me está dando un regalo invaluable. O, mejor dicho, pagué para quitárselo. Y a pesar de todas las cosas viles que quiero hacerle, no quiero que la experiencia sea tan desagradable que deje cicatrices. Soy un idiota, pero no soy un monstruo. Me doy cuenta de que ella es un ser humano, que tiene que vivir con esto por el resto de su vida.

    Ambos tenemos que hacerlo.

    La anticipación es la mitad del placer, me digo a mí mismo mientras me acerco un paso más a ella, preguntándome si ya es consciente de mí. No lo parece. No hay sonrisa en su rostro perfecto. Se ve nerviosa e infeliz. No puedo evitar preguntarme si su rostro se iluminará con una sonrisa falsa una vez que anuncie mi presencia.

    Parte de mí no quiere verlo. Siempre he odiado cuando las personas actúan falsamente. Pero ¿cómo reaccionará ella? Supongo que estoy a punto de averiguarlo.

    ¿Te gustaría un trago? Mantengo mis ojos fijos en su cara, esperando su reacción antes de que pasen rápidamente por el cubo de champán que el coordinador de envió a mi habitación antes.

    Ella es demasiado joven para beber. Dios, ella es apenas lo suficientemente mayor para ser follada. Aunque no me importa mucho la ilegalidad de eso. Ya hemos violado la ley esta noche. Una copa de champán para calmar sus nervios no dolerá. Además, es lo más de educado.

    Las comisuras de su boca se contraen cuando traga, pero no sonríe. Me enojo con una sonrisa ante el hecho de que ella todavía no lo está intentando. Eso me agrada mucho más de lo que debería. Quiero que todo, esta noche sea crudo y real.

    Una botella de agua estaría bien. Su voz es tan inestable como lo fue su respiración hace unos momentos. Sus manos vuelan instantáneamente juntas al frente para inquietarse. Es como si ella hubiera olvidado toda la pose.

    Estaba hablando de alcohol.

    Alcohol, ella repite como si fuera una palabra extraña. No. No gracias.

    Haz lo que quieras. Me acerco para abrir el tapón de la botella antes de servirme un vaso. Luego la llevo de vuelta a la cama y me siento en el borde para observarla un poco más.

    u voz no es tan alta como lo había imaginado, más parecido al chocolate con leche que a la miel, pero aun así es dulce. La forma en que sus labios se mueven cuando habla hace que mi verga se sacuda. Puedo imaginarlos envueltos a mi alrededor, chupándome. Pronto será más que una fantasía. Planeo desflorar cada uno de sus agujeros antes de que termine la noche. Quiero que su cuerpo me pertenezca por completo. Voy a tomar cada una de sus primeras cosas en las que pueda pensar para que no quede nada para nadie más. Cada vez que piense en el sexo por el resto de su vida, me recordará.

    Agito el champán en mi copa, un hábito que he adquirido por beber tanto vino, antes de tomar un sorbo. Es seco y burbujeante. No me imagino que le guste mucho. Ella se ve más como una niña del tipo de alcohol dulce. Me imagino que cuando cumpla veintiún años, comprará todas las bebidas con sabor a fruta en el bar. Si a la larga le gusta el vino, es probable que solo tome Moscato.

    Puedes quitarte la venda ahora. Déjame ver esos hermosos ojos grandes.

    Ella lleva sus manos a la cara, pero luego duda. Solo puedo imaginar lo que está pensando. La sala de conferencias estaba llena de viejos políticos y empresarios. Era fácilmente uno de los chicos más jóvenes de la sala, y de nosotros solo había un puñado. Probablemente espera que la haya comprado

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1