Cuando era niña, solía meterme a bañar en las noches después de ir a entrenar Taekwondo o de regresar de la escuela. Hace unos días, me estuve acordando que me encantaba simular que estaba siendo reportera mientras me bañaba y que también, me gustaba imaginarme que daba conferencias, charlas de temas importantes, un mensaje de impacto al mundo. Dejaba la llave abierta corriendo el agua mientras imitaba lo que deseaba, cómo si me estuviera proyectando lo que quería de grande.

Esta foto la seleccioné porque como diría mi papá: “Fueron los inicios de tu podcast”. Internamente sabía que esto me encantaba pero era más mi miedo de decir que me gustaba y que me veía haciéndolo, que tarde mucho tiempo en aceptar mi amor por ello.

Hoy quiero tomarme un momento para recordarte lo especial que eres y lo valioso que es tu ser auténtico. En este ajetreado mundo, a menudo olvidamos la importancia de conectarnos con nuestro niño interior, esa parte genuina y llena de alegría que llevamos dentro.

Me gustaría animarte a que nunca dejes de ser fiel a ti mismo, a ese niño interior que te hace único y especial. Es esa chispa creativa, esa curiosidad sin límites y esa capacidad de encontrar la felicidad en las cosas más simples lo que te hace brillar entre la multitud.

En este viaje llamado vida, es fácil perderse en las expectativas de los demás o en las responsabilidades diarias, pero no olvides que, en última instancia, lo más importante es ser auténtico contigo mismo. Abraza tus pasiones, tus sueños y tus emociones con honestidad y sin miedo.

Esa autenticidad donde encuentras el significado y la plenitud. Así que no tengas miedo de abrazar tu niño interior, porque es esa parte de ti la que te guiará hacia la verdadera felicidad y realización.

Sé fiel a tu esencia, escucha tu corazón y sigue el camino que te haga sentir más vivo. Nunca dejes que las expectativas externas te alejen de lo que realmente eres.

Confío en que, al nutrir y honrar a tu niño interior, encontrarás una inmensa gratitud y satisfacción en cada paso que des en la vida. ¡Eres increíble tal y como eres!

Dicen que Dios tiene sueños, Ocho billones de sueños, Dicen que eres uno de ellos. ¡Mira qué hermoso destello eres de él! Un lisiado a la mesa se sentó, con vergüenza sus heridas ocultó, más al rey no le importó su condición. Bienvenido hijo mío, declaró. Y el lisiado en la historia era yo.

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