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Piel: Parte Diez
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Piel: Parte Diez
Libro electrónico45 páginas58 minutos

Piel: Parte Diez

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Es un monstruo. Un hermoso y terrible monstruo.

Las cosas comienzan a subir de temperatura en la tienda de muebles cuando Lucian decide tomar lo que quiere de Amy. A pesar de que no hay lugar más peligroso que ese para ponerse íntimos, ya que el trabajo de Amy está en juego.

Parece que la relación entre Lucian y Amy causa que todas las amistades de Amy se vean afectadas. La tensión es palpable con Janice, y Derrick se rehusa a perdonarla. Y para empeorar todo, Lucian parece haber vuelto a sus viejos hábitos.

¿Amy será alguna vez el final feliz que espera? ¿O Lucian sólo está jugando con ella hasta que termine su proyecto de diseño de interiores?

IdiomaEspañol
EditorialBabelcube
Fecha de lanzamiento17 ene 2019
ISBN9781547566365
Piel: Parte Diez

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    Piel - Sky Corgan

    CAPÍTULO UNO

    No hay forma alguna, en lo absoluto, en que folle en medio de una mueblería en donde usualmente hago negocios. ¿Que Lucian no sabe que hay cámaras por todos lados? Nos atraparán. Walter, o alguien más a quien probablemente he conocido en persona, nos verán. Eso es diez veces peor que ser espiados por el chofer de limusina de Lucian, quien seguramente lo ha visto teniendo sexo con docenas de mujeres sin darle importancia alguna.

    No va a suceder. Utilizo tanta fuerza como puedo reunir para alejarme de los brazos de Lucian. No soy tan tonta como para creer que se rendirá tan fácilmente. El hombre es tenaz cuando se trata de obtener lo que desea. Si quiero salir de ésta, necesito escapar.

    Doy grandes zancadas hacia el divisor de habitaciones, tratando de comprimir mi cuerpo regordete para cruzarlo antes de que Lucian pueda alcanzarme. Sin embargo, es muy veloz. Mi cadera ni siquiera ha pasado del otro lado, cuando siento sus brazos alrededor de mí, regresándome. No sólo regresándome, sino levantándome.

    Quiero gritar, pero eso atraería mucha atención hacia nosotros, y definitivamente no quiero que llamen a la policía sólo por estar siendo travieso. Si Tyra se enterara de eso, seguramente cancelaría su contrato y me obligaría a presentar cargos. Una situación mucho peor que en la que me encuentro.

    Lucian, le gruño, manteniendo un tono de voz bajo. Mis piernas se sacuden mientras intento separarme de sus brazos.

    Sin esfuerzo alguno, me lanza hacia la cama. Ésta cruje al sentir mi peso, y no puedo evitar hacer una mueca a causa del sonido. Maldita porquería de cama barata. Con razón está oculta detrás de todo.

    Lucian está frente a  mí, cubriendo el pequeño espacio entre el divisor de habitaciones y la cama. Sólo pude darle un vistazo por menos de un segundo a su descarada mirada de depredador antes de darme cuenta de darme cuenta de que estaba abriendo la cremallera de sus pantalones.

    Lucian, no. Coloqué mis manos sobre su ingle, como si eso fuera a lograr que no se sacara la polla. No fue así. Mis palmas tocan su suave y ardiente piel, al momento de que mi cara toma alrededor de diez tonos diferentes de rojo en un parpadeo.

    Lucian me tomó bruscamente el cabello, tirando de mí hacia él. Comencé a jadear por el esfuerzo. ¿Quieres complacerme? Pues comienza a chupar.

    Quedé boquiabierta, y francamente me sorprendió el hecho de que se haya aprovechado de la situación y haya intentado clavar su polla hasta mi garganta. Usualmente es bastante bueno para aprovechar cualquier abertura que pueda encontrar, explotando cualquier debilidad en mi exterior.

    El olor de su sexo invade mis fosas nasales y altera mis hormonas, sin embargo, éste no es el lugar, o momento adecuado, para excitarse. Mi mirada se precipita a los espacios en los dividores de habitaciones, después a las esquinas del techo y a las columnas, buscando cámaras de seguridad. Por un brevísimo segundo, pienso si debo rendirme ante

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