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El Secreto De La Princesa Leah
El Secreto De La Princesa Leah
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Libro electrónico285 páginas4 horas

El Secreto De La Princesa Leah

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AL CUMPLIR SUS 18 AOS LA PRINCESA LEAH, CONOCER A UN JOVEN PRNCIPE DEL CUAL ELLA SE ENAMORAR; CUYO AMOR NO SER CORRESPONDIDO, PORQUE YO; ALEXIS MAYS NAGUS EPISCU, MARC A LA PRINCESA CON EL SORTILEGIO DE QUE EN EL ANIMAL QUE MS AME SE CONVERTIR.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento27 jun 2012
ISBN9781463331757
El Secreto De La Princesa Leah
Autor

Wilian A. Arias

Yo nací el 4 de Julio de 1987 en una familia amorosa. Crecí en El Salvador, Centroamérica, en un pequeño lugar llamado San Juan Gualárea, perteneciente a la ciudad de El Sauce, Departamento de La Unión. Viví con mi madre y con mis hermanos hasta que cumplí diecinueve años. Mi madre es lo mejor que la vida me ha dado, mi padre no estuvo nunca a mi lado. Al cumplir los dieciocho años mi madre decidió que deberíamos seguir otro camino. Buscando mejorar nuestras vidas viajamos a Estados Unidos. Fue muy duro el cambio para mí, pero lo necesitaba. En ese cambio también encontré la oportunidad de abrirme paso como escritor. Sabía que ahí estaba lo que yo quería; atrás había dejado un pasado. En este momento es para mí un gran placer presentar al mundo una de mis obras más queridas. Un cuento original que atrapará los sentidos del lector a medida que lo vaya leyendo.

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    El Secreto De La Princesa Leah - Wilian A. Arias

    El Secreto de la

    Princesa Leah

    Wilian A. Arias

    Copyright © 2012 por Wilian A. Arias.

    Corecciones por el periodista: Ramón Jiménez.

    Diseño gráfico: Manuel Medina.

    Foto de portada: La Diosa del Mar.

    Número de Control de la Biblioteca del

    Congreso de EE. UU.:                     2012911294

    ISBN:               Tapa Dura                  978-1-4633-3177-1

                   Tapa Blanda               978-1-4633-3176-4

                            Libro Electrónico         978-1-4633-3175-7

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Esta es una obra de ficción. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Todos los personajes, nombres, hechos, organizaciones y diálogos en esta novela son o bien producto de la imaginación del autor o han sido utilizados en esta obra de manera ficticia.

    Para realizar pedidos de este libro, contacte con:

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    Suite 200

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    Fax: 01.812.355.1576

    ventas@palibrio.com

    415082

    Contents

    PERSONAJES

    LA MARAVILLOSA LISTA DE LOS ANIMALES

    29238.png

    Y MIRARÁ EL REFLEJO DE LA MEDIA LUNA MIENTRAS ES BESADA POR SU VERDADERO AMOR.

    005_a_wsdegfhj.JPG

    EL AMOR Y LA AMISTAD: DOS ARMAS PODEROSAS CONTRA CUALQUIER CLASE DE MALDAD.

    PERSONAJES

    Los monarcas del Reino de Cristal.

    El rey: Dylan Guerra.

    La reina: Cristal Ninfos de Guerra.

    La princesa.

    Leah Cristal Guerra Ninfos.

    El cazador.

    Joan Baltazar Lord.

    El hechicero.

    Alexis Mayús Magus Equus Episcu.

    Las hadas madrinas del Bosque.

    El hada de la Naturaleza.

    El hada de los Sentimientos.

    El hada de la Fe.

    Personajes por orden de aparición.

    El príncipe de Bronce (Bronx).

    Los cazadores tontos.

    Toto y Tetó.

    LA MARAVILLOSA LISTA DE LOS ANIMALES

    Los venaditos.

    El macho: Pelitos.

    La hembra: Sol.

    Y otros venados de la manada.

    La gata:

    Fifí.

    Las ardillas.

    Hembra: Bellotas.

    Macho: Bellotín.

    Los monos.

    La hembra: Alicia Monarca (con nombre real Kakania).

    El macho: Kong-King (nombre real Kakony)

    Los cuervos.

    El macho: Malas Noticias.

    La hembra: Malandra Cuervuche Viuda de Del Buche.

    La paloma.

    Curucú.

    Los sapos.

    Hembra: Saltarina.

    Macho: Sax-Sapo.

    Los pájaros.

    Macho: Ni Tú.

    Hembra: Ni Mu.

    El hijo de los pajaritos.

    Ni Yo.

    La tortuga.

    Paso Lento.

    El conejo.

    Orejas.

    Las ratas.

    Hembra mayor: Ratera.

    Macho mayor: Ratero.

    Los hijos de las Ratas.

    Hembra: Ratita.

    Macho: Ratito.

    El caballo del cazador.

    Duque.

    La yegua.

    Luna.

    La zorra.

    Zorraid Zeus.

    La hormiga.

    Átomo

    El zompopo.

    Moles

    Las cucarachas.

    Cuquita Solar y Cuco

    La hermana de Cuquita.

    La cucaracha Cuca Chita

    La mano del hechicero.

    El Servidor.

    EN ESTA HISTORIA VAMOS A VIAJAR A DOS MUNDOS DISTINTOS PERO ENTRELAZADOS EL UNO CON EL OTRO.

    ES EL MOMENTO EN EL QUE LA NATURALEZA NECESITA NUESTRA PROTECCIÓN, YA QUE ESTÁ MUY DÉBIL ANTE LOS DESASTRES NATURALES Y LOS CAUSADOS POR EL HOMBRE.

    Había una vez, un reino gobernado por unos reyes muy buenos, que tenían por hija a una princesa muy bella, quien tuvo la mala suerte de que una persona de malos sentimientos se enamorara de ella.

    El Reino la Flor Viva.

    En este Reino trabajaba un joven guardia, encargado de la seguridad de la princesa Cristal, quien se enamoró de ella.

    Así es como todo comenzó con Alexis, el joven guardia que por conseguir que su amor se cristalizara, pretendía ganarse a la doncella con halagos. Se desconocía que secretamente era practicante de la hechicería; pero nunca pensó él en hacer uso de sus artes oscuras para ganarse el amor de la princesa. Era tan grande su amor que había puesto en peligro su vida al declarársele; ya que poco antes de tomar la decisión de manifestar sus sentimientos, había tratado de enamorarla, dejándole diferentes presentes en secreto. Después de que él se le declaró y recibió el no de la princesa, hizo que ella llegara a pensar que la estaba acosando con palabras y regalos, los que le rechazaba definitivamente.

    Un día el joven se presentó ante los reyes y pidió la mano de la princesa Cristal; pero ya se sabía que le negarían semejante petición. Tal y como lo pensó, los reyes negaron la petición al fiel servidor e incluso lo desterraron, al momento que la princesa contó todo a sus padres. Les dijo que desde hacía mucho tiempo el guardia venía pretendiéndola; aunque ella no le permitiera tales pretensiones, él se tomaba la libertad de no acatar las explicaciones que ella le brindaba.

    Al joven Alexis lo desterraron de aquella región donde se ubicaba el Reino La Flor Viva; aquel joven después de su destierro subió a lo más alto de un cerro, ubicado entre los montes cercanos a la ciudad. En medio de una oscura y escalofriante tormenta, los rayos y los truenos ayudaron a que ese lugar fuese donde él hiciese un juramento; dándole cabida a una venganza contra los reyes de ese Reino, tal y como también juró, que el desprecio de la princesa Cristal hacia él, sería la peor desgracia para ella porque se vengaría, así fuera en un miembro de la familia que ella formara. Entonces sería así como la princesa tendría un enemigo que la perseguiría a donde fuera, sin que ella se lo imaginara.

    Muchos años más tarde.

    Pasaron varios años y los jerarcas del Reino La Flor Viva murieron repentinamente; la princesa Cristal se casó con un joven príncipe, heredero de la corona de un reino bastante lejano al de ella. Después de casarse se la llevó consigo a su imperio; se decía que por el amor que ella sentía renombró su reino, haciéndole honor al nombre de su esposa por lo que desde aquel entonces el reino se llamaría: Reino de Cristal, el cual se encontraba en un bello y natural bosque, que se llamaba El Anís.

    El Reino de Cristal, como su nombre lo decía, así era como su castillo se veía: reluciente con caminos bordeados de flores y brillantes fuentes de agua, un puente de cristal en medio de un pequeño lago donde los cisnes y los patos nadaban con otros animalitos agrupados.

    El Reino de Cristal, tenía en su apariencia un manto de dicha, poseía un majestuoso brillo, habían continuas fiestas llenas de alegrías, se caracterizaba por todos aquellos lindos habitantes que sonreían con el corazón; porque todo aquel que entraba allí, podía percibir la grandeza de la paz y el gran amor que rodeaba a todos sus habitantes. Era un Reino con mucha dicha, no había espacio para que la maldad estropeara la paz, la naturaleza estaba en armonía, muy bien cuidada por el hombre y los mismos animales.

    Alexis había llevado largos años aprendiendo todas las artes oscuras, leyendo libros en cantidades, recopilando los secretos más oscuros de las ciencias ocultas, recolectando diferentes venenos de fieras y hasta el de las mismas hierbas que le sirvieran para su venganza; y bien dicen que el tiempo llega, que no hay plazo que no se venza, ni venganza que no se cumpla. Y así fue, aquel joven hechicero, supo de la existencia del Reino de Cristal, averiguó todo cuanto pudo con ayuda de sus sirvientes, y sobre todo ordenó hacer una investigación para descubrir quién era la reina que lo gobernaba. Al descubrir que era la misma princesa que un día lo rechazó, su venganza comenzó, tomando la decisión de mudarse, primero al pueblo del Reino, se mezcló entre los habitantes usando un disfraz, obtuvo la manera de encontrar trabajo en el Reino, con el solo firme propósito de lograr su malvada venganza, en la que no se detendría ante nada por cumplir.

    Cuando llegó hasta al Reino de Cristal, se enteró que la reina estaba esperando la llegada de su primer descendiente; sabía que el primer miembro de la corona sería el punto débil para la reina, un miembro que para nadie era un secreto que sería una princesita, ya que las hadas se habían encargado de anunciárselo a los reyes, mediante sus predicciones mágicas.

    Con el pasar del tiempo, la reina Cristal, estaba esperando el nacimiento de la princesita, los habitantes del Reino de Cristal y los habitantes del bosque El Anís visitaban a los reyes, traían regalitos en gratitud por sus bondades y a la vez de felicitaciones por el futuro nacimiento de la princesita de Cristal.

    Por otra parte, el hechicero Alexis planificaba su venganza bajo el mismo techo de la reina, la cual iría contra la descendiente que estaba por nacer.

    En su venganza, no solo perecería la raza humana; sino también la de los animales y el resto de la naturaleza, que serían parte del hechizo que estaba a punto de finalizar para sus malévolos planes.

    Faltaba poco para el nacimiento, los reyes estaban inquietos, ya que ansiaban tanto tener entre sus brazos a la princesita.

    El Reino de Cristal.

    Esta tarde, el rey Dylan en compañía de su confidente, atendían las quejas de los muchos habitantes que comenzaban a ver los estragos del hechizo; que sin haber sido sorteado provocaba ya daños naturales.

    El rey Dylan: A mí no me importa lo que esté pasando con la naturaleza, mucho menos con el bosque; si hay sequía es porque no llueve, déjense de tantas cosas, ya lloverá. Cuando las lluvias decidan volver, todo será otra vez igual, no arruinen mis días con quejas inútiles.

    El habitante 1 dijo: Su Majestad, los árboles frutales se están secando, quienes negocien con frutas no podrán sobrevivir y mucho menos el resto de familias que viven de esos productos que comercian.

    El habitante 2 añadió: Las cosechas se nos están secando, dentro de poco moriremos de hambre y sed.

    Una mujer dijo: Los animales se están muriendo de sed, el paso de los años y el gran descuido con la naturaleza nos está cobrando muy caro, el no haber cuidado de los recursos que se nos dieron para vivir.

    Otro habitante agregó: El río de El Anís está lleno de basura, residuos de fábricas, todas las aguas están contaminadas, tanto así que hasta los peces se mueren.

    El rey Dylan: ¿Y esperan que yo vaya y les limpie el río? Háganlo ustedes que lo necesitan mucho más que yo.

    El habitante 1 dijo: Es que su majestad, sin agua los seres vivos moriremos; la tierra y el agua van de la mano, y tanto uno como el otro están contaminados.

    El habitante 2: Cuidar el medio ambiente es tarea de todos, lo que proponemos es que se nos de dinero para hacer siembras de árboles, reforestar zonas que antes eran arboledas y hoy son solamente puros desiertos. Los taladores han destruido todos los alrededores, los pescadores han acabado con casi todas las especies marinas.

    La mujer habitante dijo: Si no lo hacemos a tiempo, lamentaremos el no haber actuado con responsabilidad.

    El rey Dylan: Los leñadores, los cazadores y los pescadores pagan sus impuestos, yo estoy satisfecho; ellos pagan y no les puedo prohibir la tala, si con ello es que sobreviven.

    El habitante 1: Su Majestad, vamos a morir todos y ni siquiera los que están dentro del palacio sobrevivirán, porque sin medio ambiente no seremos nada. Necesitamos el agua para vivir, el aire para respirar, los frutos para alimentarnos, los árboles para que el aire se purifique, un medio ambiente sano, no contaminado. Hagamos esto hoy antes de que para mañana sea tarde, y ya no podamos ver las plantas florecer, las aves cantar, las aguas brotar, los peces el agua decorar, y el aire no lo podamos respirar, porque de solo respirarlo nos producirá intoxicación.

    La mujer habitante: Pronto el bosque El Anís y sus alrededores serán inmensos kilómetros de soledad desierta, la gente hasta huirá de tan alta temperatura, la falta de agua y alimentos hará que todos dejen este Reino, será como vivir en el desierto del Sahara.

    El rey Dylan: Yo no puedo perder los impuestos que me pagan por proteger una línea de árboles que nacerá de nuevo, no puedo perder mi dinero por prohibir la caza, cuando los animales nacen, crecen, se reproducen y mueren. Para entonces, cuando este bosque esté desierto —cosa que no pasará, pero si pasara yo tendré la forma de comprar agua y alimentos— me sobrarán monedas para eso y más.

    El habitante 1 enfadado dijo: Entonces cuando esté desierto, por proteger cazadores, pescadores y taladores, usted señor rey, deberá arrojar sobre la tierra sus monedas de oro; y verá si con eso hace que nazcan frutos y agua dulce. Cuando pague por cavar un pozo, el agua que salga será la más caliente que se haya imaginado; porque sin árboles el agua no podrá ser fresca, el aire no será más que artificial y el planeta de purificado pasará a convertirse en lo más semejante al Infierno. Será así su nueva vida, una vida sucia y artificial, será como vivir un Infierno en lo que fue un Paraíso ¿Qué podrá hacer con ese mundo caliente? ¡Nada!

    El rey Dylan: Podría ordenar que te den una paliza, y hasta dártela yo mismo por ser un soberbio y altanero.

    Habitante 1: Hágalo, castígueme, pero cuando abra sus ojos a la realidad, entonces lamentará no haberme escuchado y hasta haberme castigado; porque no hay nada más cierto, que lo que dice la gente la verdad no peca; pero sí que incomoda.

    El habitante 2 dijo: Llegará un momento en que los árboles no nos darán más sus frutos, las aguas secas se quedarán, las flores con sus colores ya no estarán, y todo se verá marchito como la misma vida. Toda la naturaleza de nuestro Reino desaparecerá por la contaminación ambiental que se agrava continuamente, y será entonces que usted necesitará de esa naturaleza que hoy desprecia y no cuida, porque cree que lo tiene todo a manos llenas. Pero verá que la naturaleza no se compra, si usted Su Majestad no hace un llamado a tiempo a todos los habitantes para que cuiden la naturaleza, en pocos años los últimos árboles que con esfuerzo nos dan sombras, madera, alimentos y respiración, morirán.

    El rey Dylan: ¡Largo! ¡Largo de aquí impertinentes! Ninguno de ustedes arruinará mi alegría, si quieren naturaleza, cuídenla ustedes que la necesitan más.

    El confidente: ¡Fuera! ¡Fuera de aquí! Lárguense o de lo contrario serán castigados y encerrados en el calabozo, alimentados únicamente a pan y agua, también serán severamente castigados durante sus quince días de encierro.

    Mientras tanto el malvado hechicero Alexis, preparaba una venganza aterradora, donde hasta la naturaleza sentiría el peso de tanto odio, que hoy su alma poseía.

    El cuarto del cocinero Alexis.

    Había tres pequeños frascos de vidrio, en ellos el malvado Alexis tenía cautivas a las tres hadas madrina del Reino, en su venganza no permitiría que las hadas protegieran a los reyes ni a la princesa.

    Alexis: Queridas hadas madrina, yo no sé por qué, pero ustedes tuvieron la muy mala suerte de escuchar mis planes; y ahora no son libres, nunca más volverán a ser vistas por los habitantes de este Reino. Ahora mis bellas hadas madrina se van a morir ¡jajaja! No sin antes disfrutar mi triunfo sobre el bien, y ser parte del gran final que le tengo a la princesita, a la que aún sin haber nacido ya odio y le tengo un ardiente final. He sido tan bueno que le traje el Infierno, bueno, le traje no, le traeré el Infierno a su palacio. Tendremos el honor de ver princesa a la barbacoa, sí, me la comeré frente a ustedes, y no las invitaré a semejante banquete, al cual llamaré, el banquete de cristal, el banquete real ¡jajaja! Y no se van a morir sin antes conocer mi plan completo; ahora, mientras espero el momento jugaremos ¿Qué les parece si jugamos a las adivinanzas? Voy a adivinar sus nombres, los cuales deben ser espantosamente ridículos, como su misión en este palacio. Hada de la Naturaleza, querida hada, tú que das creación a la naturaleza, fíjate que vas a tener el privilegio de ver como la naturaleza se muere lentamente ¡jajaja! ¡Huy! No te gustó, poco me importa si te gustó o no; se me ocurrió arruinarte todo el trabajo natural que has hecho, sí, arruinar toda lo natural que rodea al Reino de Cristal ¡jajaja! Sin naturaleza el mundo no es nada, este es el fin, y a partir de hoy las tinieblas gobernarán sobre las tierras mágicas, esta tierra será desierta y ardiente ¡jajaja! Serán un Infierno puro, ya no habrá más aire fresco, los árboles verdes desaparecerán, ni sus frutos podrán dar, no habrá vida, porque yo acabaré con todo, esa es mi bella misión, traer la oscuridad a la maldita vida de la reina y de su gobierno. Cuando vea el final del Reino de Cristal, mataré a la reina, toda su sangre en una copa caerá, la alzaré entre mis manos, y como símbolo de mi triunfo en alto la mostraré a mi nuevo pueblo; la alzaré en alto y la beberé como el vino mas sabroso, el que llamaré vino rojo de cristal.

    El hada de la Naturaleza intentaba hablar, pero el malvado hechicero no la escuchaba, debido a que la mantenía dentro del frasco.

    Alexis: Sí, morirán los arbolitos, las agüitas, los estúpidos animalitos; no habrá más frutos deliciosos, no habrá más florcitas de colores. Tampoco habrá más sonrisas de niños tontos, todo será desierto, la tierra de este Reino se volverá ardiente, como las llamas del fuego, como la lava de un volcán ¡jajaja! ¡Ah! ¿Quieres hablar? ¡Huy! Como vez, no se me da la gana de que hables ¡Ay! ¿Vas a llorar? A ver, escucho, será que te dejo hablar, bien, oiré lo conveniente.

    El hada de la Naturaleza: Si has de acabar con mi trabajo, al menos deja que la tierra siga fértil, para que no muera la raza humana, tú misma raza.

    Alexis: Lo pensaré, con la poca inteligencia que tiene el hombre, creo que ni cuenta se dará que la tierra aún desierta seguirá siendo fértil; bueno, eso dependerá de mi decisión, aún no sé si haré que el Reino de Cristal se convierta en un reino de calaveras humanas y de animales. Que bello será caminar y encontrarse por doquier con fósiles de humanos, imagínate que de repente pise el fósil del rey Dylan ¡Huy! Su Majestad, nadie le dijo que se muriera en medio de un camino ¡jajaja! En cada uno de mis pasos encontraría fósiles de humanos y animales; pero ustedes que tienen fe, recen, tal vez pueda yo, desistir de mi maldad y permitir que la tierra de Cristal siga siendo fértil.

    El hada de la Naturaleza: ¿Por qué lo haces?

    Alexis: ¡Oooh! No escuchó, no escuchó, no escuchó. No escuché, tengo orejas de pescado, no escuché, tengo orejas de pescado.

    El peso de la maldad aún no se conoce, y una profecía ya se ha escrito para con la vida de la que está por nacer.

    La alcoba de la Reina Cristal.

    La reina Cristal estaba con su dama de compañía; en su plática la reina extrañaba el desaparecimiento de las hadas del Reino.

    La reina Cristal: Me resulta extraño.

    La dama de compañía: ¿Qué le resulta tan extraño Su Majestad?

    La reina Cristal: Que desde hace ocho semestres, no he visto más a las hadas madrina, todas las tardes acudían a tomar el té conmigo.

    La dama de compañía: Seguramente están preparándole la bienvenida a la princesita, que nacerá en pocos días.

    En la corte del reino.

    En su trono el rey Dylan no tiene cabeza más que para hacer dinero, olvida que las quejas dichas por los habitantes de su reino son reales, un hecho que podría lamentar. A él solo le importa hacerse más rico y si el mundo se destruye, a él le da igual.

    El Confidente: Su majestad.

    El rey Dylan: Dime.

    El Confidente: Yo creo que los habitantes no exageraron, ya muchos comentan la degradación que nuestro planeta padece, ahora la naturaleza del Reino de Cristal está por perecer; si no cuidamos de nuestro planeta, en especial del Reino de Cristal, todo lo mágico y natural desaparecerá por siempre.

    El rey Dylan: No entiendes que si prohíbo la tala, la pesca y la caza, no recibiré el pago de los impuestos que cobro según mis reglas. No necesito tener mucho dinero para asegurar a mi familia, lo natural lo puedo comprar; si el agua de los ríos del reino llegase a faltar, la mando a comprar, así como también los alimentos básicos, hasta el mismo aire se puede comprar.

    El Confidente: Su majestad, no quiero ser pesimista, pero un día puede llegar a necesitar de los favores de la naturaleza y mucho más de lo que usted cree, la naturaleza se lo da. Usted aún no ha entendido lo importante que es la naturaleza, pero lo comprenderá un día, porque llegará el momento donde busque favores de ella y no los encontrará.

    El rey Dylan: Nunca, nunca, nunca necesitaré tanto de la naturaleza, si los frutos los podré comprar, en esta vida todo tiene un precio, todo se compra, árboles son árboles, nacen, crecen dan sus frutos y mueren; animales, quien quiere tontos y fastidiosos animales, ya te dije que todo se compra, el agua se compra. Me preocupa perder dinero por hacer prohibiciones, por defender la naturaleza; para eso hay otras personas encargadas, a mí me importa tener dinero para sostener mi Reino.

    El Confidente: Bueno, en otro caso, tal vez lo que está pasando con el medio ambiente, solo sea una mala racha, el invierno no está a nuestro favor, ya volverán las lluvias de antes.

    El rey Dylan: Tú lo has dicho, vendrán otros inviernos, que llenarán nuestros riachuelos, inviernos que darán vida a nuestra naturaleza. Por qué he de preocuparme por algo que no es mi culpa, no he de preocuparme por lo que hacen los habitantes, si por más que se les dice lo que

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