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Dos Veces Princesa 2° Edición
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Libro electrónico139 páginas1 hora

Dos Veces Princesa 2° Edición

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Princesa, cuando cumplas quince primaveras, de ti todo recuerdo se borrará, todo lo veréis nublado, y os hallaréis empezando nueva vida, donde ni vuestro nombre recordareis. Nada más poseeréis la cobertura de los dones que las demás hadas para ti han obsequiado, con eso deberéis identificar vuestra nueva vida. Que se cumpla lo que ahora he dicho.

IdiomaEspañol
EditorialAWABOOKS
Fecha de lanzamiento4 feb 2023
ISBN9798215222607
Dos Veces Princesa 2° Edición
Autor

Wilian Arias

Wilian Antonio Arias nació en el municipio de El Sauce, en el salvadoreño departamento de La Unión, en 1987. Aunque en un principio se estableció en Washington, D.C., y Virginia, actualmente radica en el Estado de Los Ángeles, California. No hay duda que Arias añora el lugar donde tiene sus raíces: San Juan Galares; ya que todas sus novelas y cuentos giran alrededor de hechos —algunos reales y otros producto de la imaginación— que suceden en los sitios que fueron parte de su vida: ríos, haciendas, caballos, vacas y todo tipo de animales domésticos que son parte del quehacer diario en los hogares campesinos de los países latinoamericanos, en especial en el oriente su país. Arias solo logró finalizar sus estudios de secundaria (bachillerato) para emprender junto a su madre el viaje con rumbo Norte. Su travesía por Guatemala y México hasta llegar a Estados Unidos estuvo llena de todo tipo de obstáculos, como sucede con la mayoría de inmigrantes. Pero también ha sido un obstáculo su adaptación a una cultura diferente. Sin embargo, a pesar de la dureza de los cambios, Arias encontró el ambiente perfecto para desarrollar sus dotes de escritor autodidacta, que lo practica desde que era un niño. Hasta la fecha el joven autor ha escrito seis libros que han sido publicados por la editorial Palibrio, SHARED PEN Edition y FT Editores § Sherezade Martinez.

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    Dos Veces Princesa 2° Edición - Wilian Arias

    Dos Veces Princesa

    Título original:

    DOS VECES PRINCESA -2° EDICION

    Autor:

    ©Wilian Arias

    Corrección:

    FERNANDO HERRERA YANEZ

    Diseño de portada:

    Fred J. Pérez.

    Sello: Independently published by Awabooks

    Segunda edición: noviembre, 2022

    Los Ángeles, California

    No se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea este electrónico, mecánico o por fotocopia, por grabación u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los autores. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Art. 270 y siguientes del Código Penal).

    princesa-2princesa-1

    1

    —¿Q ué es eso? ¿Qué es ese alarmante escándalo? —voceaba una meliflua vocecita, era una hermosa hada madrina, sosteniendo un cojín, con un grabado en rojo donde se leía su nombrecillo: " Hada de los sueños ".

    Cinco hadas sobrevolaban entre las nubes, y allá en la ciudad, los habitantes rumiaban que eran mágicos pajarillos de colores. Allá arriba, otra de las hadas dijo:

    —¡Malicia! Malicia se enojará.

    Las cinco hadas se reclinaron sus mejías entre sus palmas de las manos, de forma salerosa fruncieron sus ceños, se detuvieron para intercambiar esos rictus faciales con desconcierto, como motivo de preocupación, señaló entonces otra de ellas.

    —¡Y cómo le cuesta enojarse! —comentó otra de ellas—. El costo no es el problema, si no lo que nos hará.

    —Esos enojos impulsivos de Malicia causan muy graves estragos. Les apuesto que se desquitará con alguna de nuestras amadas ahijadas.

    —No creo se desquite con un mortal, en verdad los humanos no le hacen nada —dijo el hada Allis, quien portaba un vestido azul como suele manifestar el mar en algunas ocasiones.

    —Malicia es perjudicial cuando quiere serlo —otra hada tomó la palabra—, esos enojos de ella, siempre hacen mucho daño, es lo feo de ser un mal perdedor.

    —Lo sé —Allis masculló, miró a su alrededor en busca de su hermana Malicia—, es un problema con los seres que no saben aceptar sus derrotas, y ante sus pérdidas suelen llamar a otros tramposos.

    —Ya verán, malas amigas —a lo lejos, Malicia se escuchaba venir con su imponente voz. La perversa hada no se dejó ver; pero si infundió su enojo.

    En el continente La Esperanza, hay un reino llamado Coronalandia. ¿No lo conoces?, no te preocupes, conocerás todo cuanto desees saber de nuestra encantadora ciudad, donde los sueños de los mortales se mezclan entre la lucha, la envidia, la maldad y el amor.

    Eran tiempos donde la primavera mostraba belleza, y los árboles florecían cada mañana con sus bellos colores. Los jardines, los campos, hogares y bosques se abarrotaban de preciosos animales de colores: mariposas, avecillas, tortugas, conejos y otros. Las aguas brotaban dulces y apasionantes, las aves alegraban el campo con sus coros, el sol y la luna hacían hermosas labores. La madre naturaleza se sentía orgullosa de lo bello que lucía el mundo que Dios le había concedido proteger de la malicia de los mortales.

    El castillo del reino se ubicaba en medio de un pequeño bosque encantado de magia pura, existía un bello camino bordeado en jardines que iba desde la puerta del castillo hasta cortos kilómetros que lo separaban de la ciudad. Se podían apreciar los hermosos cerezos y las jacarandas que vestían de violeta la primavera, creando un camino hermoso hacia el quiosco donde la reina solía tejer y leer.

    Coronalandia, gobernado por los reyes Armando I y Katrina I, ambos monarcas bendecidos por sus incontables bondades. Los reyes esperaban la llegada del primer heredero a la corona. El pueblo se mostraba feliz con el anuncio de la llegada del primer hijo de los reyes, y faltando pocos días para el nacimiento del infante, un hada anunció a la reina que tendría una dulce y cantora princesita.

    Se hallaban las hadas en los aposentos de la reina Katrina, el hada Allis había sido seleccionada para anunciar el género del primer descendiente real.

    —¡Oh!, mi afable emperatriz, una niña tendréis, de cabellos brillantes como los rayos del sol. Ella ha de tener ojos azules como el manto del cielo, piel blanca como el plumaje del espíritu santo anunciando la paz, de sentimientos tan dulces como la misma azúcar, labios rojos escarlata que rivalizarán con el primor de una rosa. Pronto entre tus brazos le tendréis, reina mía, y una complaciente madre seréis.

    La reina Katrina expresaba ternura ante las maravillosas expresiones del hada, a quien contestaba:

    —¡Mi hija hermosa será!

    El hada madrina había desaparecido; mientras la agraciada emperatriz acariciaba su vientre, dando amor al ser dentro de su misma vida.

    Pasaron quince noches, y la última mañana del otoño, cuando las hojas de los arboles formaron colchones de hojas sobre los suelos de la ciudad, la hermosa infanta nació. Todos estaban dichosos celebrando tal momento, una alborada de emociones estremecía a toda la ciudad, con música, bailes, bombos y platillos.

    La emperatriz Katrina cargaba en brazos a su princesa, hallándose en la alcoba junto a su amado conyugue.

    —¿Cómo llamaremos a nuestra hija, rey mío?

    El soberano Armando, sin poder contener su alegría, respondía con una airosa sonrisa:

    —Nuestra hija llevará tu segundo nombre: Alondra. ¡Es tan brillante como el sol!

    —Alondra Alcatraz Castilla Arguello —satisfecha se hallaba la emperatriz, sonriéndole a su hija.

    —Así será —dijo el soberano.

    —Las hadas se manifestarán esta tarde para conocer a nuestra hija —agregó la emperatriz—. Luego la presentaremos ante la corte, después a la ciudad.

    Con la postrera del alba, se abrió la celestial constelación, junto al brillo de la luna sobre el firmamento. Cinco hadas madrinas aparecieron en la alcoba de los reyes, donde se podían apreciar muchos detalles para la bebé. Se le permitió hablar a la Hada del Canto.

    —Yo, Cantalicia, concedo para ti, linda princesa, el don del canto y la dulce voz para conquistar como un ángel a aquellos que te escuchen.

    La fascinante hada de la Fortaleza, mirando a la infanta en brazos de la emperatriz, le dijo:

    —¡Princesa mía!, te entrego la fortaleza, para que ante la adversidad nunca caigas, y si llegas descender, te levantes como el valiente soñador lo hace.

    El hada de los Sueños suspiraba, acariciándose el rostro con su delicada almohada, mientras se acercaba departiendo finura.

    —Sueños seguirás en tu vida. Con tu canto, el amor has de conquistar, pues es también el amor un sueño por alcanzar. Que tus sueños sean lejos de la superficialidad.

    Mientras todas escuchaban, había una de ellas entretenida, rimbombante, pues no en vano se estaba maquillando para hacerle honor a su talento. Era ella la representante de beldad, el hada de la Belleza, misma que guardó su cajita cosméticos y, sosteniendo una varita mágica con la punta en forma delineador, emitía sus dicciones para dar su virtud a la princesa.

    —Princesa, que en tu corazón siempre repose la belleza del alma, así como por gracia divina se te concedió la belleza de tu reflejo físico. Eres casi tan bella como yo —todas miraron al hada, quien agregó—: Está bien, eres más bella que yo.

    Todas tenían las enteras intenciones de asestarle un golpe a la vanidosa hada; pero Allis intervino, pues tenía que dar su don a la infanta.

    —Princesa, que a su corazón nunca le falte el amor para dar y recibir, que sea la casa donde moren los buenos sentimientos.

    Culminado su deseo, llegó la sexta hada madrina, la cual anunció la muerte de la princesa, pero estaba molesta por no haber sido invitada. El Hada de la Malicia, hermosa, vestida de negro, con unos ojos encantadores, cejas bien formadas, todo en ella mostraba el rostro

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