El Sello Purhépecha: Episodio I El Despertar

Por Jesus Xiuocelotzin

Los Mitos de Cthulhu se presentan a La raza de guerreros Purhpechas de Michoacn, Mxico. Quienes se enfrentan a su destino al verse involucrados en una profeca proveniente del inicio de los tiempos. Terrorficas emanaciones comienzan a forzar a un joven a encontrar la forma de poder proteger la integridad de El Sello Purhpecha. Una trepidante historia que mantendr al lector clavado en una constante persecucin por las calles de la ciudad de Ptzcuaro, Michoacn y la rivera del Lago, adentrndose en los secretos umbrales de la Isla de Janitzio, lugar de refugio y custodia de los msticos milenarios Guerreros Purhpechas.

• Idioma: Español
• Editorial: Palibrio
• Fecha de lanzamiento: 2 may 2013
• ISBN: 9781463341046

Jesus Xiuocelotzin

Nacido en los Estados Unidos de Norteamérica en Septiembre de 1973 y tras la muerte de su madre en 1979 regresaron a México, lugar de nacimiento de sus padres y donde fue registrado como mexicano en el año de 1981 en la ciudad de La Piedad, Michoacán. Estudio en el Colegio Salesiano en Uruapan Michoacán y después en el Colegio La Salle en La Piedad Michoacán para terminar su educación primaria en la Ciudad de Pátzcuaro Michoacán en la escuela primaria Benito Juárez. Comenzó su camino espiritual sin darse cuenta y siguiendo el camino Kundalini por medio de una serie de revistas que conseguía en los puestos localizados en el centro de la ciudad llenando su imaginación con sueños de grandes guerreros de la antigüedad y entrelazando las historietas de ficción con la magnífica historia de nuestros antepasados Aztecas, Mayas, Toltecas y otras grandes civilizaciones que glorificaron el México Antiguo. A los 12 años comienza a entrenar las artes marciales continuando así con el camino espiritual que después de 3 años, al cumplir 15 se encuentra con la escuela de artes marciales Tao Chi Tai Lung ubicada en el Antiguo Ex convento Jesuita antes de ser restaurado. Lo derruido del lugar se combinaba con el misterio de las artes marciales que entrenaban por las tardes y le daban un toque de misticismo y el matiz de templo que necesitaba su mente para sentir que estaba viviendo el camino del guerrero de la manera mas emocionante. Estando estudiando en la Escuela preparatoria Felipe Carrillo Puerto entró a dar sus servicio social al CREFAL donde le ayudaba a los Ingenieros en el área de mantenimiento del Sistema de Cómputo de las instalaciones por lo que tenia acceso a algunas áreas restringidas al público como es el interior de la Biblioteca Pública donde su mente viajaba día con día tratando de descifrar cual era el motivo de que existieran tantos libros nuevos y antiguos recopilados en ese lugar. Fue ahí donde escribió el primer capítulo de lo que ahora es el episodio 1 de la saga de El Sello Purhépecha esto fue en 1988. En 1989 es introducido a la obra de H.P. Lovecraft escritor norteamericano creador de los mitos de Cthulhu los cuales estudia profundamente siguiendo una ruta que llenaba de emoción su mente al descubrir un mundo tan lleno de intensidad y misticismo. Pasados 10 años y buscando introducirse en un concurso de novela y habiendo investigado bastante información en relación a las leyendas de la región y encontrándose viviendo en la ciudad de Tacámbaro, Michoacán. Comienza a escribir el Episodio 1 basándose en sus conclusiones de sus estudios en los Mitos de Cthulhu y las leyendas de la región fue así que continuó con la creación del Episodio 2 que ubica su historia más en esta última ciudad llena de historias antiguas y leyendas impactantes.

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Copyright © 2012 por Jesus Xiuocelotzin.

Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.:   2012918724

ISBN:   Tapa Dura              978-1-4633-4103-9

             Tapa Blanda           978-1-4633-4102-2

             Libro Electrónico   978-1-4633-4104-6

Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

Esta es una obra de ficción. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Todos los personajes, nombres, hechos, organizaciones y diálogos en esta novela son o bien producto de la imaginación del autor o han sido utilizados en esta obra de manera ficticia.

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431262

Índice

Capitulo I.-   Primer Encuentro

Capitulo II.-   Tariácuri

Capitulo III.-   Soledad

Capitulo IV.-   Segundo Encuentro

Capitulo V.-   Janitzio

Capitulo VI.-   El Conocido

Capitulo VII.-   El Sello

Capitulo VIII.-   El Palacio Huitzimengari

Capitulo IX.-   La Búsqueda del Necronomicón

Capitulo X.-   Necros

Capitulo XI.-   No’Onglo

Agradezco a todas las personas que me abrieron la puerta

para encontrar la información necesaria

para escribir este libro.

Le dedico este libro

a mi esposa Evelia y a nuestros hijos Jesús, Alan Moisés, a nuestra adorada hija Ashley

a quienes amo con todo mi Corazón

y a nuestro angelito Kevin Daniel

que nos guarda desde el cielo.

y en especial a mi padre y hermanos

por quienes sin su apoyo no habría logrado llevar a cabo esta labor.

CAPÍTULO I

PRIMER ENCUENTRO

Es preferible que algunas cosas se mantengan bajo llave por toda la eternidad

E l baúl se encuentra aún ahí, desearía quemarlo para que nadie encuentre esos libros malditos. Ese ser que se encuentra en las profundidades del espacio-tiempo…, por ahora, trataré de viajar para equilibrar mis sentidos y tratar de olvidar los sucesos de la noche del 28 de septiembre…

Todo comenzó, el día en que solicité el trabajo de asistente de bibliotecario en la inmensa sala interior de la biblioteca del CREFAL en Pátzcuaro. Lugar donde se guardan miles y miles de libros que nadie había seleccionado. Mi trabajo no era muy grato al principio, pero con el tiempo se tornó fascinante, comencé a descubrir libros de una antigüedad mayor a cualquier otro que hubiera tenido por conocido hasta el momento. Día a día pasaba horas inmerso en las que para mí, eran fantasías primordiales, aparentemente simples sueños que surgían de las mentes de aquellos que habían escrito esos libros, pero gracias a ello, mis horas dentro de aquella inmensa sala, transcurrían sin sentir.

Aquel día que aparentaba ser como cualquier otro, marqué mi tarjeta a la hora de costumbre, 5 minutos antes de las 7:00 a.m., me dispuse a ordenar la sección de libros al fondo de la sala, cuando me di cuenta de algo inusitado. Había recorrido el lugar varias veces, pero no había reparado en ello. Una sección junto al inmenso librero de la derecha, un pequeño bloque de la pared que sobresalía de los demás, creí que mi vista me engañaba, pues me dio la impresión que tenía la forma de una puertecilla. Me tomó toda la mañana encontrar la manera de mover el estante que me separaba de aquella saliente, cuando tuve una vista más amplia de la pared, descubrí que en realidad era una puertecilla, de aproximadamente 60 cm de altura, no tenía cerrojo, en su lugar tenía una serie de grabados que al parecer debían ser posicionados en secuencia para permitir el acceso al interior de aquel misterioso recinto.

Intrigado me dirigí a la recepción donde se encontraba el bibliotecario, le comenté de mi descubrimiento, a lo que él simplemente me miró fijamente y se refirió con una seca expresión. Inmediatamente se giró y continuó sus labores sin tomar en cuenta mi presencia y como si aquella puertecilla no tuviera gran relevancia para llamar su atención.

Continué mi trabajo de acomodar libros en las enormes estanterías, pero en mi mente jugueteaba la idea de abrir la puertecilla y descubrir lo que en su interior se ocultaba por lo que cada vez que pasaba por aquel lugar, me inclinaba e intentaba acomodar las figurillas que formaban la cerradura, pero por más vueltas no lograba que encajaran para que abriera.

Varios días pasaron, una y otra vez intenté acomodar las piezas hasta que un martes, mientras me encontraba intentando abrir la puertecilla, a lo lejos vi la figura del anciano con la mirada fija en mi persona, un escalofrío hizo que mis nervios se tensaran al ver la expresión que provenía de aquel personaje tan particular. Sus ojos aparentaron ser encendidos por una llama de furia pero no se movió del lugar donde se encontraba parado mirando, fue un instante muy extraño, ya que al darse cuenta de que me había percatado de su presencia, encogió un hombro y giró un poco su cabeza, pero de reojo continuó mirándome un poco más hasta que se volvió y desapareció tras la puerta de la biblioteca.

Por mi mente se agruparon varias ideas acerca de esa mirada, ¿qué podría haber dentro de la puertecilla que hiciera que el anciano optara por ese comportamiento? Su actitud hacia mi, siempre fue un poco cerrada, pero no lo suficiente como para que me lanzara una mirada de esa naturaleza. Enseguida se incrementó el deseo de abrir el umbral desconocido que tenía frente a mí. Esto hizo que mi desesperación se incrementara, el anciano sabía algo, y yo ya no podía aguantar la curiosidad de conocer ese secreto, pero ¿cómo abrir la puerta?, ya había intentado durante varios días, saqué una hoja y un lápiz y dibujé las figurillas, dejé la biblioteca y me dirigí a mi casa a estudiar la forma de descifrar el acertijo.

Un escudo, un rechoncho pilar, un corazón un poco burdo… nada encajaba, me levanté de mi silla para relajarme, encendí el televisor y aquellas criaturas que en él comenzaron a reflejarse, lograron que mi mente se dispersara en distraída melancolía, dándome cuenta de que el tiempo transcurría y mi edad se iba alejando de la juventud, llevándome poco a poco al final en que, si mi vida no se dirigía a ningún otro sitio, el fantasma de la inmortalidad no se vería reflejado en mi persona, quedé dormido sentado en aquel mullido sillón.

Amanece, la luz se filtra por las cortinillas maltrechas de mi cuarto, el olor del chocolate llega a mi nariz y me reconforta, es bueno estar en casa. Mi familia es muy tranquila, el ritmo de vida es muy cómodo, no tenemos grandes mansiones ni viajamos a todo el mundo, pero vivimos muy felices y en este lugar que nos gusta tanto, Pátzcuaro.

El destino me llevó a trabajar en el CREFAL, ya que somos una de las familias que más conocemos nuestras raíces purépechas y gracias a eso nos ganamos un lugar en ese centro creado por las Naciones Unidas para el fomento de la educación y preparación de los formadores educativos. El 9 de mayo de 1951, esa fue la fecha en que se