El Imperio Olvidado
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Esta novela corta narra las vicisitudes por las que tiene que pasar un oficial del ejercito español en los confines del Imperio, que otrora no se ponía el Sol, pero que a él le ha tocado, cuando estaba en su etapa final. Viviendo todas las penalidades de un ejército anticuado, carente del armamento idóneo y dirigido por unos mandos ineptos; etc. Producto de ese mal endémico que padece su país, donde las personas no son nombradas por su valía, sino por nepotismo o enchufismo de un padrino. El amor es lo que le ha hecho soportar todas esas penalidades con la esperanza de un mundo mejor.
A. Toledano de Diego
Mi vida ha transcurrido entre dos continentes, Europa y América, Madrid (1958) España y Rio de Janeiro (1966-1977) Brasil. Fruto de la emigración de mis padres, habiendo vivido parte de mi infancia y adolescencia allí. Siento un gran orgullo de expresarme en este maravilloso idioma llamado español. Ya que es un bien que atesoramos todos sus hablantes, frente a la pujanza de los medios en inglés. Presente en los cuatro continentes, mantenerlo vivo y fuerte es algo que, nos corresponde como entidad de todos los hispanohablantes. Cada día hay más interés por su aprendizaje donde cada vez hay más número de hablantes en el Mundo. Me entristece que es una pena que muchos hispanohablantes de los EEUU, se sientan acomplejados y se avergüencen de mantener su entidad, al punto que hay padres que solo les hablan a sus hijos en inglés. Como si quisiesen desterrar cualquier rastro que les identifique como hispanos. Como si fuesen ciudadanos de segunda categorí a los que se expresan en nuestra lengua en aquél país. Cuando justamente deberían estar orgullosos de hablar uno de los idiomas más ricos de la literatura universal. Y tampoco olvidar que más de la tercera parte de los EEUU, fue territorio hispano. Siempre sentí interés por escribir, pero por diferentes avatares de la vida lo fui posponiendo, como forma de plasmar mis ideas, pero ahora ha llegado el momento de dar rienda suelta a la fluidez de ideas, dejándolas escritas.
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El Imperio Olvidado - A. Toledano de Diego
El Imperio Olvidado
A.Toledano de Diego 2017
Primera edición Enero 2017
Diseño de portada ATdD
Registro de la propiedad intelectual
09-RTPI-00650.5/2017
Todos los derechos reservados
Ninguna parte de esta obra puede ser reproducida o transmitida de manera alguna, sin el previo consentimiento del autor.
Hecho en Madrid – España
Este libro ha sido escrito de manera espontánea, tal como fluían las ideas, sin ser escrito por
un negro, ni maquetado, ni pasado por un revisor ortográfico. De forma que todos los errores que puedan hallar en él, deberían quedar supeditados a la frescura de la escritura
.
Prefacio
Esta novela corta, narra las vicisitudes por las cuales tiene que pasar un oficial del ejército español, del otrora Imperio en que no se ponía el Sol. Pero que a él le tocó servir, en su etapa final decadente, cuando no era más que un espejismo de lo que fue.
Un ciclópeo gigante, quiso formar su Imperio a base del decadente español. Visto que era la tajada más débil a la que podía arrebatárselo. Como se negó varias veces a venderlo, tal como le proponían los EEUU, este país tiro de la fuerza para hacerse con él.
Vendiéndose como país liberador, que lo único que hizo fue hacer lo que tantos hacen…Quítate tú que me pongo yo
. Teniendo que luchar los filipinos en una cruenta guerra para librarse del nuevo amo, que les costó perder el 10% de su población entre 1899-1902, pasando Filipinas, Cuba, Puerto Rico y Guam a hacer parte del nuevo imperio de los EEUU.
España, aparte de bravuconadas para salvar la cara el inepto gobierno de cara a su pueblo, no hizo nada más que hacer una pantomima de plantar cara a un enemigo mucho más poderoso. Para de paso librarse de un imperio que le originaba más gastos que ingresos.
Con un ejército falto de medios y con unos mandos, que como suele pasar en este país llamado España, donde lo que impera es el nepotismo y enchufismo
, no son los que deben estar, sino los enchufados de turno, que tienen padrino.
Y eso nos condujo al desastre del 98, en un país que vio arrasada su flota, quedarse sin imperio y sumergirse en una profunda crisis.
Madrid, 2 de Enero de 2017
En Manila
El teniente Arellano da una patada a una caracola de mar, mientras otea el horizonte. Mirando la inmensidad del mar. Juguetea caminando por la orilla, embebido en sus pensamientos. Mañana partirá en un bergantín, con una docena de cañones en cubierta, además de la tripulación van con él 12 hombres Le han encomendado, inspeccionar la Micronesia española, que engloba las islas Palaos, las Marianas y las Carolinas, corre el año 1897, para comprobar la no ocupación por potencias extranjeras. Ya que Alemania, Gran Bretaña y Estados Unidos, han mostrado su interés por ellas, al considerarlas res nullius
. Y España, aunque las descubrió a través de los exploradores españoles Toribio Alonso de Salazar y Diego de Saavedra el 22 de Agosto 1526, en que avistaron la isla Taongui o Bartolomé. No siendo hasta el 1 de Enero 1528 que el descubridor Álvaro Saavedra tomo posesión de las mismas islas Uluti en nombre del Rey de España Carlos, bautizándolas como islas Carolinas en su honor. Siendo visitadas el archipiélago en 1542, 1545 y por Legazpi en 1565, ya que en el Pacífico español, amplias zonas estaban sólo teóricamente bajo el dominio de la Corona española. Vista la desidia por ocuparlas y colonizarlas realmente, pues en aquellos años había un territorio inmenso por colonizar desde California hasta la Patagonia, como para molestarse siquiera por esas insignificantes islas. Pero el gobierno del final del siglo XIX, parecía no haberse dado cuenta que aquél otrora inmenso imperio había ido reduciéndose hasta quedar reducido a su mínima extensión de lo que fue. Solo despertando algunos, ante la voracidad colonizadora de las potencias europeas de la mitad en adelante del XIX. De ahí las prisas y la falta de medios, para hacerse con ellas a los ojos de las demás potencias.
Rumbo a las Palaos
El bergantín, parte de Manila en las islas Filipinas, con el amanecer, surcando las aguas límpidas, cortando el océano Pacífico, con su quilla, que deja atrás un surco de espuma.
La tripulación haciendo sus quehaceres, mientras el teniente Arellano, va haciendo anotaciones, de todo lo que tendrá que organizar para que la empresa salga lo mejor posible. Ya que les llevará varios meses inspeccionar ese universo de islas y atolones. Pues el auge del imperialismo ha puesto sus ojos en cualquier porción de tierra desprovista de dueño o no ocupada. Y las islas españolas de la Micronesia, son un bocado apetitoso.
Como estado religioso que es España, el capellán se dispone a agradecer a dios junto a los hombres, por los alimentos que ingerirán en el almuerzo. Más de uno se estará acordando de Restituto el cocinero, mientras degustan las lentejas, cada vez que impactan contra sus dientes, las piedrecillas, que éste no se ha molestado en quitar. Profiriendo alguno…¡ Restituto cabrón! Que has vertido la saca directamente en la olla. Éste no les hace caso, es un curtido veterano.
-Cuando de repente, el teniente Arellano le dice a Restituto, ¿son lentejas con carne?
-No, ¿por qué?
-¡Joder!, porque tienen más bichos que lentejas. -Ya sabe teniente, son las provisiones que nos envía la armada.
Ponen rumbo a las islas Palaos, primer punto del periplo que les aguarda, en Koror.El imperialismo está en su apogeo y las potencias europeas buscan nuevos territorios que colonizar. De ahí que pongan su ojo sobre cualquier porción de tierra que no haya sido ocupada de facto.
Las Marianas
Después de visitar las islas Palaos, ponen rumbo a las islas Marianas, donde harán escala en la isla principal Guaján, a donde irán a la localidad de Agaña, única población de la isla donde los hombres buscarán los servicios de las lumias, en busca del desahogo necesario, después de un mes sin tocar puerto desde Manila. Ya que unos meses les llevará en tiempo, el recorrer el extenso archipiélago de las islas Carolinas occidentales compuestas por las islas Yap, Sorol, Ulea, Uluthi e islotes y atolones y las orientales compuestas por Ponapé, Ualan, Truk, Pingueelap, Mortlok e islotes y atolones también, que con unos 2658 km2 y rodeadas por un inmenso océano.
Al día siguiente, saciados los hombres de sus necesidades carnales, embarcan en El Formidable
, el que será su casa durante unos meses. Poniendo rumbo hacia las islas Carolinas Occidentales, para seguir con su cometido.
Piratas del Pacífico
Los días van transcurriendo tranquilos, empachándose de ver agua y más agua por todos los lados, deteniéndose en cada isla o pedazo de roca que se encuentran. Haciendo la correspondiente cartografía de lo avistado, ya que muchas, jamás se había hecho pie antes a pesar de 300 años transcurridos desde su descubrimiento. El día seguía rutinario, cuando de repente, se ven sorprendidos por un disparo de cañón de un bajel situado a babor. Enseguida nos damos cuenta que son piratas que andan por la zona. Como les vemos muy decididos en venir hacia nosotros para realizar el abordaje, el capitán de navío, sitúa el barco en posición de descerrajar una andanada de artillería. Dándose la orden una salva de los cañones del bergantín caen encima del bajel osado. Haciendo blanco tres de los disparos sobre el mismo, que empieza a arder. Empezando a hundirse inmediatamente, lo que hace que la tripulación se tire al mar, para intentar a nado, alcanzar la costa de una isla, que dista como dos kilómetros. Nos damos la vuelta y nos marchamos, al poco rato se oyen unos desgarradores alaridos, conscientes que esos pobres diablos, de no ser que tengan en suerte arribar al islote, serán pasto