HENRY MORGAN UN MONSTRUO AL SERVICIO DE INGLATERRA
MORGAN NACIÓ HACIA EL AÑO 1635 EN EL SENO DE UNA FAMILIA CAMPESINA EN GLAMORGAN, EN EL SUR DE GALES. Poco sabemos de sus primeros años, tan solo que siendo un joven adolescente sintió el deseo de la aventura y se embarcó hacia el Nuevo Mundo, estableciéndose en Barbados y luego, a la edad de 20 años, en Jamaica y después en la Tortuga, centro neurálgico del filibusterismo.
No sin esfuerzo, Morgan y otros compañeros lograron reunir el suficiente dinero para comprar un pequeño barco con el que se arrojaron al mar, como imaginará el lector, con la intención de capturar embarcaciones españolas repletas de oro. Así llegamos al año de 1660, en el que el pirata galés vuelve a establecer su hogar en Jamaica, donde su tío Edward Morgan acabada de ser nombrado vicegobernador.
La ocasión no la dejó escapar el oportunista Henry, porque poco después fue elegido para capitanear uno de los barcos que formaban la expedición dirigida por Mansfield, en un principio contra la colonia holandesa de Curazao. Durante los siguientes años Morgan sirvió a Mansfield hasta convertirse en el más aventajado esbirro del pirata holandés. Tras la muerte de este último en el año 1667, Henry ya era considerado como la gran promesa del filibusterismo, por lo que el nuevo gobernador de Jamaica, Modyford, se fijó en él para encargarle los trabajos más comprometidos.
A POR EL ORO ESPAÑOL
Por aquel entonces España e Inglaterra se encontraban en estado de paz, y cualquier acto de piratería patrocinado por las autoridades inglesas sería visto, a nivel internacional, como un acto de traición y deslealtad, algo que no les importó mucho a los british que, como en otras tantas ocasiones, decidieron actuar de forma traicionera, ruin y alevosa.
Sin ningún tipo de pudor, Modyford organizó una acción contra Cuba con la falsa excusa de que los españoles estaban preparando una expedición con la idea de reconquistar Jamaica. A la llamada del pirata acudieron unos 700 hombres (casi todos ellos filibusteros franceses e ingleses) con los que marchó, a bordo de 12 barcos, hacia la isla de Cuba.
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