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Los Accidentes Pasan
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Libro electrónico32 páginas29 minutos

Los Accidentes Pasan

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Información de este libro electrónico

Una historia que relata la vida de dos niñas que a pesar de vivir en el mismo país forman parte de dos realidades muy diferentes, un accidente logra que crucen caminos y aprendan a dejar sus prejuicios de lado.

IdiomaEspañol
EditorialCarolina Coz
Fecha de lanzamiento1 nov 2014
ISBN9781310603297
Los Accidentes Pasan

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    Los Accidentes Pasan - Carolina Coz

    Los Accidentes Pasan

    Carolina Coz

    Capítulo 1 - Rosita

    El camino para bajar el cerro era arcilloso y accidentado, Rosita había aprendido a usar sus manos, al igual que el resto de su cuerpo, para mantener el balance mientras caminaba en sus chancletas que ya hacía mucho tiempo estaban gastadas. Las escaleras tenían baches y huecos pero el camino se le hacía bastante familiar, agarrándose de las paredes coloridas de las casas de madera, continuó su descenso.

    -Rosita, por favor, espérame pues.

    Su hermano menor Edison estaba parado en la cima de las escaleras, aún no había bajado ni un solo escalón y sus cachetes ya estaban colorados por el frío.

    -Ya, pero rápido Edison.

    El niño con la cara color escarlata se apresuró a bajar cautelosamente cada uno de los escalones de cemento; si bien era un niño que acostumbraba a salir seguido a las calles traicioneras de Lima, Rosita no pudo contener sentir una protección maternal hacia esa criatura que había sido expuesto a muy temprana edad a una realidad que para ella era muy cruel.

    Con la bolsa de caramelos en una mano y sujetando firmemente a su hermanito con la otra, Rosita siguió su viaje a las bulliciosas calles de San Juan de Lurigancho.

    . . .

    -Rosita, tengo que ir al baño.

    Rosita y Edison estaban parados al lado del semáforo, sus bolsas de caramelos de limón, chicha y fresa estaban medio llenas después de casi todo un día de pararse al lado de los automóviles y ofrecer su mercancía. El sol estaba por ponerse y el cielo le hacía recordar a la cresta rojiza de su gallo favorito con sus varias sombras de anaranjado, rojo y amarillo.

    -Aguántate hasta llegar a la casa.

    -Pero es una emergencia.

    Rosita divisó un baño público que quedaba al otro lado de la autopista, sus paredes eran color verde mohoso y no se veía muy higiénico pero era mejor que el silo que tenían en su casa de madera y ladrillos.

    Al prenderse la débil luz roja del semáforo, Rosita y Edison comenzaron a cruzar la calle, Edison jalaba la mano de su hermana desesperadamente mientras corría al baño ya que no podía aguantarse más.

    Las chancletas de Rosita se deslizaban por el suelo y temerosa de caerse intentó parar a Edison quien terminó por

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