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Tu mano me invita: Aurora
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Libro electrónico261 páginas3 horas

Tu mano me invita: Aurora

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Información de este libro electrónico

Toda persona tiene una historia que desea recordar, puede ser cualquier acontecimiento que requiera aceptación y espacio ya que es alimento del alma que yace encaprichada. El tiempo no es el hilo que nos une sino el que nos transporta hasta los anhelos más remotos.

El relato es el inicio de una serie de tres novelas diferentes en el tiempo pero unidas a través del linaje. Esta primera se centra en Aurora y Jhony, dos jóvenes que desde la infancia son ineludibles almas gemelas, van sobreponiéndose a diferentes desdichas mientras el destino les tiene previsto un juego de coexistencia en donde los valores, la superación personal, la amistad y el respeto son fundamentales para no ceder a la perturbación. Unen episodios fraternales en complicidad con notas musicales, poemas y libros que los obliga a acariciar recuerdos invaluables para el corazón. Así logran redescubrir que a partir del sismo de 1985 tienen un pacto intangible que losconserva unidos.

Lograr una vida plena requiere atravesar caminos complicados pero bastos de apoyo mutuo. Ambientada en Coyoacán, en el corazón de México, con sus virtudes de pueblo-ciudad que se niega a olvidar lo esencial de sus orígenes, sus tradiciones, sus hermosas calles coloniales, su gente digna de reconocimiento.

De una serie de tres novelas consecutivas: manos eternas.

1. Tu mano me invita - Aurora

2. Tu mano me invita - El regreso

3. Tu mano me invita - Pro génesis

IdiomaEspañol
EditorialCaligrama
Fecha de lanzamiento28 may 2015
ISBN9788416339983
Tu mano me invita: Aurora
Autor

Fredo de León

Con más de quince años en labores oficiales, Fredo de León ha realizado múltiples acercamientos sobre la situación que viven día a día personas que han sobrevivido a los embates del abandono familiar y social. Su apego por el rescate y reforzamiento de los valores éticos y de las tradiciones mexicanas, lo han llevado a realizar acciones de mejora social y del entorno natural. Al combinar diferentes contextos es como ha logrado crear la presente obra a fin de rememorar tanto el andar de su propia vida, colmada de retos entre los estados de Tlaxcala, Puebla y la Ciudad de México e incidir de alguna manera en las generaciones de su entorno inmediato. Iniciado a corta edad en el ambiente literario ha ido marcando una pauta en su pensar a partir de experiencias de antaño y las revueltas que se generan al paso de las etapas, en la persistencia de momentos que no pueden ni deben olvidarse. Egresado de la Universidad Tecnológica de Izúcar de Matamoros, ha dedicado parte de sutiempo a reencontrarse con la literatura después de incontables sucesos que le hicieron pasar por publicaciones académicas, compromisos radiofónicos y presentaciones públicas, compaginando sus labores profesionales y su pasión por la escritura.

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    Tu mano me invita - Fredo de León

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    Título original: Tu mano me invita

    Primera edición: Mayo 2015

    Fotografía de portada de Fredo de León

    © 2015, Fredo de León

    © 2015, megustaescribir

    Ctra. Nacional II, Km 599,7. 08780 Pallejà (Barcelona) España

    El texto bíblico ha sido tomado de la versión © Sagrada Biblia (Sagrada Biblia de Magaña), Editorial Paulinas, 1978. Autor P. Agustín Magaña. La versión es posterior a las de 1960.

    Las opiniones expresadas en este trabajo son exclusivas del autor y no reflejan necesariamente las opiniones del editor. La editorial se exime de cualquier responsabilidad derivada de las mismas.

    Quedan prohibidos, dentro de los límites establecidos en la ley y bajo los apercibimientos legalmente previstos, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, ya sea electrónico o mecánico, el tratamiento informático, el alquiler o cualquier otra forma de cesión de la obra sin la autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. Diríjase a Thinkstock, (http://www.thinkstock.com) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

    Contacto: alfa1205@hotmail.com

    Contents

    Prólogo

    Capítulo 1

    Capítulo 2

    Capítulo 3

    Capítulo 4

    Capítulo 5

    Capítulo 6

    Capítulo 7

    Capítulo 8

    Capítulo 9

    Capítulo 10

    Capítulo 11

    Capítulo 12

    Capítulo 13

    Capítulo 14

    Capítulo 15

    Capítulo 16

    Capítulo 17

    Capítulo 18

    Capítulo 19

    Capítulo 20

    Capítulo 21

    Capítulo 22

    Capítulo 23

    Capítulo 24

    Capítulo 25

    Capítulo 26

    Capítulo 27

    Capítulo 28

    Capítulo 29

    Capítulo 30

    Santiamén

    Epílogo

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    Iniciamos un camino juntos, y así debe seguir.

    Tres es un número perfecto,

    para Dios y para mi vida: Leonor, Maribel y Elzy.

    Sin ustedes nada tiene sentido: Mary Paz y Leonardo.

    Gracias por el apoyo incondicional de José Luis Merino Núñez.

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    No sólo es una vida, fue cada momento.

    Con profundo agradecimiento: Mamá Jose y Emilio de León Flores

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    PRÓLOGO

    Las palabras son vectores, o deberían serlo, tienen dirección, sentido y trayectoria… tienen en sí mismas un prodigio que denota existencia, construyen o devastan, recuerdan o excluyen, aman o detestan … así es como se fusionan sentimientos y casualidades en el corredor de la memoria, no hay términos medios en ellas. De nada sirven esas palabras si al final en su destino nadie las escuchó, si no hubo una reacción al descifrarlas en un mundo en que casi todo tiene nombre.

    No es fácil describir la vida, miles han intentado encontrar ese propósito y ahora yacen entre el polvo alguna vez animado; aunque en este débito no pretendo descifrarla pues no escribo de religión aunque sí hablo de Dios, no escribo de poesía aunque si hablo de Amor…, hay muchas formas de explicar que el tumulto de ideas surcan a cada momento, por cada contexto singular y que ahí es en dónde debería estar preparado el lápiz y la hoja antes de que desvanezca la razón…

    La gran metrópoli llamada Ciudad de México, es fascinante y desquiciada a la vez, no guarda nada y expone todo…, su carácter expresivo de colores, incesantes ruidos, fastuosos territorios y atemorizantes leyendas; de no haber sido aquí el origen de la identidad mexicana habría necesidad de cambiar la historia y lo que somos en este suelo pulcro y omiso, por eso decidí empezar en este lugar, para a posteriori decir como los legendarios abuelos justificaban cualquier venturanza De aquí pa´l real…. Con su majestuosidad y grandeza sabemos que, aún, hay vidas que prefieren las décadas pasadas o que por lo menos no les roben sus recuerdos, innatos a su conciencia.

    Todos desean conocer la magna ciudad y pocos la viven, así se llevan los días a veces calcinantes, abrumadores y aglomeradores, los que ya aprendieron ven en cada oportunidad un tablero de ajedrez con reloj de mil manecillas, elegir su pieza y saberse mover es la clave para ganar un buen día. Pasar del entorno jovial y estable del hogar a la deshumanización en el transporte es un contrato firmado a contravoluntad. Por otra parte hay quienes encuentran aún la magia de los antiguos fundadores, el aroma de su poder y magnificencia… ¿qué diría hoy Tenoch si viera su pueblo, en lo que se ha convertido?, quizás desearía conquistar ahora corazones y no territorios… ahora tendría un atractivo suelo con tapiz multicultural transgeneracional.

    No se puede entender la mexicanidad si no se disfrutan sus matices, sus sazones, sus afectos… todo cuán nacionalista osa exponerse al mundo pugna por defender su origen esté donde esté. Es increíble que el tiempo aunque haya alcanzado a todos por igual aún se conserve la expresión provincial en el corazón de México; no por demás teñido como lugar mágico, ha sido es y será Coyoacán un lugar que deba enorgullecer a cualquiera que se diga mexicano o mexicana. Cada espacio en cualquier acera tiene guardados los recuerdos de los abuelos cuando se conocieron, los ventanales caprichosos que más allá de permitir la entrada de un halo de luz era límite forzado a los besos furtivos del antaño atardecer; los callejones atiborrados de supersticiones encaprichadas con lo tenebroso y por si hiciera falta el encanto natural, aún con la abundancia de la piedra y el betún, la frescura de sus parques son sin duda una demostración de que hasta la más amplia ciudad del mundo puede recuperar su armonía con la naturaleza… Si fuera necesario señalar en dónde queda el corazón de México esto sería precisamente en Coyoacán.

    Nuestra vida no tiene final, no etéreamente, aunque sí lo tengan nuestros días, lo que no culminaran son los hechos, las huellas dejadas, el cariño regalado, el abrazo oportuno, el beso sincero… la actualidad nos forzará a seguir en el camino a su ritmo, no hay de otra, pero lo que si será permisible es adaptarla al puro gusto para no quedar relegados. Esta tecnología prodiga un mejor nivel de vida, no para todos, sí para la mayoría, aprovecharla es una decisión personal obligatoria en el escenario social. Por lo tanto es imposible separarla de nuestra propia evolución.

    Por el preciso momento en que cada uno se cautivó, en ese instante en que supiste que esa persona salvaría tu vida sin ser tú alguien especial antes del suceso, ahí dejas un archivo entero en el registro mental exclusivo para ella y no olvidarla jamás… Todo sentimiento debe madurar para ser invencible, debe ser intenso para ser digno de existir, para esto su mejor aliado es el tiempo quien le lleva la cuenta, y su armadura es la constancia quien tiene a cada palmo huellas de la batalla.

    En este lugar llegar a tu edad es supervivencia, llegar a la mía es milagro. Así describo episodios que marcaron caminos muy parecidos a la de muchos pero nada comparado; ojalá pueda explicarme que en el contexto general yo quizá no debí haber escrito nada sin embargo aquí dejo rastro de que sí lo hice…

    El autor.

    CAPÍTULO 1

    La vida siempre es generosa con quienes creen en ella.

    En noviembre las lluvias ya casi se fueron, es tiempo de empezar los preparativos del fin de año, es algo que siempre se hace con cierto regocijo pero con mucha nostalgia, bastante melancolía. No se deja de pensar en que casi se va un año más y que los propósitos que se hicieron al principio no se cumplieron, o al menos hubo algún intento por realizarlos…

    En medio de aromas de flores de cempuazuchitl, incienso, dulce de calabaza, mole, tamales y pan de muertos, la magna ciudad desborda tradición en sus colonias pobres y sumisas al ritmo de la modernidad; es un teatro de colores que entorpecen los diálogos en la vendimia cerca de los polvorientos panteones. Las tumbas con altares grisáceos la mayor parte del año hoy se ven blanquecinos, vibrantes, como si sus inquilinos realmente esperaran las visitas anuales.

    Entre anhelos y recuerdos tristemente alegres Aurora decora un sepulcro familiar, dos tumbas de granito y mármol blanco, obra magnífica de expertos escultores mexicanos; en el más antiguo yace su padre Rodrigo quien murió a consecuencia del fatídico sismo del 85*, imborrable suceso de la memoria nacional. Apenas recuerda que ella iniciaba en la escuela, eran sus primeros días en el preescolar, la maravilla de una nueva vida apenas comparada con la que se vive en el hogar, las nuevas amigas, descubrir las letras, los números, los sonidos y los colores, todo fantástico e interminable; cuando en lugar de que su mamá la estuviera esperando en la casa de la vecina que las llevaría a la escuela estaba Marcos, amigo de la familia y podría decirse que era un tipo de tutor pues estaba al pendiente de ellos…

    ― ¿Y mi mamá…?

    Normalmente, en otra situación, sería una pregunta sencilla de responder cuando no hay ningún problema en medio, sin embargo la terrible noticia nunca será fácil de decir cuando se trata de confesarla a una pequeña niña, cuando se supone que uno de los seres que más ama en la vida siempre estaría con ella… ese día fue distinto, para ella y para miles de personas. Rodrigo trabajaba en una fábrica de textiles desde su juventud, siempre tuvo en mente tener una familia por lo que cuando se unió a Sofía sacó sus pocos ahorros para construirle una casa de cuatro habitaciones más la cocina. Considerando la precariedad de esos tiempos y del entorno, su situación era emergente, por lo tanto su trabajo les satisfacía. En el lamentable día Rodrigo salió como siempre 5:45 de la mañana rumbo al trabajo, el horario era obligatorio si deseaba llegar puntual a las 7 en punto… así que la despedida no ameritaba un protocolo diferente, no se vislumbraba la calamidad… un dulce beso a Sofía y a sus dos pequeñas hijas, que aún dormían, fue el último acto de amor…

    Después de las 7:18 el miedo, la desesperanza, la duda y la desdicha se apoderaron de cuanta persona vivía en el centro-sur del país, sobretodo de los habitantes de la vasta Ciudad de México… Sofía aún sin entender la magnitud del desastre preparó a sus hijas para el kínder que estaba cercano a su casa, con la inquietud de saber de las noticias dejó a sus hijas encargadas y salió apresurada a obtener información… posteriormente trató de comunicarse con Rodrigo pero en la fábrica no entraban llamadas telefónicas, habían caído postes de luz y teléfono, hubo casas dañadas y algunos edificios destruidos fueron el común de ese día… cerca de las 11 otra vecina le dio la mala noticia: la fábrica donde trabajaban sus esposos se había derrumbado también… había, lamentablemente, muertos y desaparecidos… ella perdió la razón por un instante, no sabía qué hacer, mil ideas se le vinieron a la cabeza y no querer enterarse de más; para su suerte (y de ahí en adelante) Marcos les tendió la mano desinteresadamente…

    Así, el nudo traumante en la garganta apretaba, sofocaba, dolía por no encontrar palabras que una pequeña de 3 años pudiera entender y que no fueran lacerantes…

    ― Tu mami no pudo venir mi niña…, me pidió que yo las llevara a casa.

    No era extraño que Marcos compartiera momentos desde hace tiempo, o que en un escape fortuito se fueran a algún parque a jugar en ese pasto verde y fresco a la sombra de armoniosos laureles y álamos enormes… Marcos disfrutaba de esos sublimes momentos pues sentía una realización personal al no tener hijos propios, por lo tanto compensaba esos sentimientos junto a Aurora, ayudando a Rodrigo y a Sofía a cuidar de sus hijas, principalmente de Aurora, cuando ellos inmersos en el trabajo y las actividades diarias no podían hacerlo. Lamentablemente ese día quedaría grabado en la mente de la niña, el beso que le diera a su padre en esa mañana era la última reminiscencia paternal que llevaría siempre y que no pudo sentirle en medio del sueño. Él disfrutaba verle su delicada sonrisita, ser recibido con abrazos y besos cada tarde, amén de su insistencia a que desayunaran un poco más… ya no sucedería nunca más…

    Al otro extremo del panteón se encuentra Jhony, también hace la ceremonia típica de flores y veladoras ante la mejor persona de su vida, quien le dedicó total esfuerzo y vida consagrada para hacer de él un buen hombre, digno a la vida, respetable y respetuoso con los demás. Natividad dejó en él su sello de honorabilidad en medio de un grupo social que poco valoraba tal cualidad humana. Jhony es un muchacho con un rezago de socialización de la que no ha descubierto la razón, se muestra hostil y tímido cada vez que intenta colectivizar, incongruencias personales, pero más bien es falta de seguridad debido a que fuertes momentos en su vida han marcado el sigilo de sus pasos. El hastío en su estómago hace que desee probar ―aunque sea una sola vez― aquellas comidas familiares que daban regocijo al hogar, fuere como fuere… cada músculo de su cuerpo necesita ese calor protector, todo mundo lo necesita.

    El frío tumultuoso empieza a calar la piel, se siente bien para empezar la temporada, aquí en la ciudad de los palacios es un ir y venir de gente, toda desconocida, aunque caminas siempre por los mismos lugares todos los días, a la misma hora, en esta ciudad la probabilidad de volverte a encontrar con un desconocido por lo menos dos veces en un año es casi nula; sin embargo cuando se trata de dejar huella en otra persona es el destino el que se encarga de hacer que se volteen a ver en el vagón del metro, juntar manos en los manubrios de los microbuses para no caer… o al menos esa es la justificación más sutil para decir que siempre habrá una rosa escondida en el alma, sólo se necesita abrirse al mundo, sacarla y regalarla, nunca sabes cuándo será la próxima vez que la verás.

    Aurora y Jhony, viéndose a la distancia en el camposanto del Xoco, recuerdan a quienes les dieron la vida y las fuerzas para ser de su destino un camino de afecto; él se acerca y la abraza, no hay palabras, sólo flores y veladoras. Es una despedida obligada y un hasta pronto mamá y papá.

    CAPÍTULO 2

    No hay árbol sin alimento del sol.

    No siempre los casos de paternidad biológica terminan en paternidad afectiva. No es posible llamarle padre a quien sólo cedió una célula, no aplica a los humanos socialmente estables, sólo a los animales… últimamente nuestra sociedad ha demeritado este concepto y lo ha hecho cóncavo. Quien realmente tiene el título es porque usó su tiempo en el propósito, porque usó las herramientas de amor, respeto y cariño hacia su progenie, no son herramientas que se puedan comprar en el tianguis, o que por medio de intersección divina le dedique corresponsabilidad a la impostergable llegada del nuevo integrante familiar. Cada cual, en su mente y corazón deberá llevar el saldo de sus actos, bajo cualquier circunstancia y modo, más ahora si se trata de un hombre adulto dotado de todo razonamiento coherente (bajo este supuesto), con madurez y templanza.

    Por lo que aprecia, un hombre pleno de fe logra obtener el ansiado reconocimiento filial y social a través de los años, no es un decoro inmediato aunque haya pagado los servicios médicos y las primeras sabanillas; no es en la puericia del infante solicitar un título cuando no se ha cursado la profesión completa, una diligencia a muy largo plazo (sin menoscabo de que es de toda la vida)… Tampoco es porque el aludido se haya acaparado en un minuto el deseo fortuito de hombría casual… ni la más fiel de las bestias lo hace así.

    Serán merecedores del privilegio, entonces, quienes sin quebrantar la bondad de las tiernas miradas y balbuceos de su linaje, gloríen sus logros, trofeos y fracasos, en su embrollada juventud que emprende el camino sinuoso y vean el temple absoluto del hijo adulto totalmente realizado; sólo así, porque sí, se dirá que no ha vivido en vano… haber dejado una semilla convertida en formidable árbol con valor humano.

    Por desgracia a veces las decisiones de querer mejorar la vida familiar traen consigo un daño colateral, o que no son deseos precisos y se convierten en pretextos obligados con tal de salir de largo al compromiso. No es menester de nuestro relato señalar puntualidad sobre el padre que debió cuidar y guiar a Jhony, pero los cambios obligados causaron en el pequeño un desequilibrio emocional e inseguridad personal, pues el marcaje social siempre se ensaña en quienes desafortunadamente no tienen tal resguardo.

    Para fortuna del chico, y bien se sabe en el mundo, siempre habrá alguien que estime desarrollar sus talentos de bondad mediando tutelaridad inmediatamente que su corazón lo indique… así fue como entre amistad y deseo se fueron dando las circunstancias que concluyeran en dejarle el papel más importante que una persona puede aspirar: guiar y educar. El bondadoso Marcos Agustín, hombre mayor, quien ya sospechaba que tal situación se iba a presentar en algún momento con la familia de Jhony, pues la inestabilidad económica fue desgastando ladrillo a ladrillo ese hogar… a pesar de los consejos y continuas súplicas que le daba a Cirilo, progenitor de Jhony, nunca fue tomado en serio.

    Marcos Agustín, ha sido amigo de las familias tanto de Jhony como de Aurora desde antes de que estos nacieran. Hombre maduro que no tenía esposa ni hijos, no se le conocían familiares cercanos y nunca hablaba de ello aunque se le preguntara. Vestía sencillo pero formal, elegante en ciertos momentos y cuidaba su aspecto así fuera un día cualquiera, buen corte que le denotaban respetables canas en el cabello y la barba cerrada. Tenía dos actividades que le dejaban ingresos, el primero un negocio de artículos deportivos que pudo hacer crecer con el tiempo después de dejar de ser bibliotecario por varios años; el segundo ser guía de turistas… siempre estaba listo por si lo llamaban de improviso a guiar turistas en el centro histórico, a Chapultepec o Xochimilco… Era experto de la zona de Coyoacán donde presumía abiertamente la grandeza de sus lugares, restaurantes típicos y modernos, bares cien por ciento mexicanos, casonas coloniales con centenarias decoraciones, calles tradicionalistas a pesar de la aglomeración vehicular, sus parques de los cuales aseguraba eran verdaderos bosques en medio del asfalto que impedían inundaciones y energizaban a sus habitantes, pero sobretodo la hospitalidad y honestidad de su gente… También era guía de turismo de montaña en el Parque Nacional Izta-Popo, ascendía por Amecameca hasta Paso de Cortés y de ahí podía subir al cráter del Popocatépetl o dirigirse al Iztacíhuatl según lo que los turistas contrataran y lo que

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