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Memorias De Un Gigoló - Volumen Segundo
Memorias De Un Gigoló - Volumen Segundo
Memorias De Un Gigoló - Volumen Segundo
Libro electrónico139 páginas1 hora

Memorias De Un Gigoló - Volumen Segundo

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Antes de que Oliver pueda embarcarse en su nueva aventura, necesita cortar lazos con su antigua vida. Parte de su nueva vida incluye un nuevo lugar donde vivir. Se instala en La Casa, conoce a varias de sus compañeras de piso, y luego intenta instalarse. Por supuesto, nada es fácil para Oliver. Pero al menos tiene a Olga para ayudarle a aprender todo lo que necesita saber. Antes de ir con su primer cliente millonario, ella le da un curso introductorio sobre como ser un gigoló.

IdiomaEspañol
EditorialLivia Ellis
Fecha de lanzamiento21 mar 2015
ISBN9781507105870
Memorias De Un Gigoló - Volumen Segundo
Autor

Livia Ellis

Livia Ellis is blond with blue eyes and comments that she only runs if a gun-wielding maniac is chasing her. She is a lover of yoga and a bit of a shoe hound and says she may have had issues passing up handbags. Currently, she is trying to learn to play the Irish harp. She enjoys both theater and concerts, as well as reading fantasy and science fiction. She admits she adores Star Trek and has a picture of herself (dressed as a nun) and the late Patrick Swayze (dressed as a medieval warrior) in a frame (yes – she did cry when he died). Ellis describes herself as a perpetual student with a vivid imagination although she admits that she is only sexually adventurous on paper. She says she never knows what to say when people end a conversation with ‘god bless.’ Ellis occasionally plays the lottery – but generally only when she’s feeling really poor. She loves to travel and speaks French fluently. She is always happy to find readers who enjoy what she writes. Memoirs of a Gigolo is a 12 part series. Ellis was nominated as author of year by the Bi-Writers Association in 2013. The Memoirs of a Gigolo Omnibus, Volumes 1-4 was nominated for the best Bi-Sexual Novel of the Year.

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    Memorias De Un Gigoló - Volumen Segundo - Livia Ellis

    Livia Ellis

    Traducido por Cinta Garcia de la Rosa 

    Memorias de un Gigoló - Volumen Segundo

    ––––––––

    Escrito por Livia Ellis

    ––––––––

    Copyright © 2015 Livia Ellis

    ––––––––

    Todos los derechos reservados

    ––––––––

    Distribuido por Babelcube, Inc.

    ––––––––

    www.babelcube.com

    ––––––––

    Traducido por Cinta Garcia de la Rosa

    ––––––––

    Diseño de portada © 2015 Livia Ellis

    ––––––––

    Babelcube Books y Babelcube son marcas registradas de Babelcube Inc.

    Memorias de un Gigolo - Volumen Dos

    Livia Ellis

    Copyright © 2012 Livia Ellis

    ––––––––

    Todos los derechos reservados.

    ––––––––

    ISBN:1480225762

    ––––––––

    ISBN-13:978-1480225763

    DEDICAToria

    Para C

    CONTENidos

    Prólogo

    Mi aventura, mi odisea, mi único mito si lo preferís, ha empezado. Y es sólo ahora, muchos años más tarde, que me veo a mí mismo y a la época que pasé como empleado de La Casamentera como un tipo de moderno viaje heroico. ¿Por qué? Yo era un prostituto. Yo no era Héctor, o Ulises; ni siquiera era Luke Skywalker. Pero entonces, quizás lo era. No hay ningún prerrequisito que diga que un héroe tiene que ser perfecto. De hecho, ellos generalmente tienen defectos. Yo era un hombre con defectos. Aún lo soy. Así que, ¿cómo reconcilio el tiempo que pasé siendo un puto con eso del viaje mítico? Reúne todas las condiciones. Había recibido mi llamada - la oferta para vender mi cuerpo a cambio del dinero que necesitaba desesperadamente. Había rechazado esa llamada - dudé, cuestionando mi propia habilidad para prostituirme. Había aceptado el desafío - acepté dinero por los servicios sexuales prestados. ¿Soy Hércules, yendo de trabajo en trabajo cumpliendo penitencia por mi arrogancia? ¿O soy Orfeo, aventurándome en un desconocido mundo subterráneo para salvar a mi amor verdadero - mi hogar? He conocido a mi guía: Olga. Ella se convertirá en mi Merlín, mi hada madrina, mi Obi-Wan Kenobi. De sus manos recibiré mis armas; seré guiado por su sabiduría. Aprenderé que, cuando la ignoro, lo hago a mi cuenta y riesgo. He partido hacia mi viaje mientras me encamino hacia la casa donde viviré con el rebaño de trabajadores de La Casamentera. Entro en un nuevo mundo, uno muy diferente al mundo del que procedo.

    1 el Hotel

    Olga y yo salimos de La Agencia juntos en la parte trasera de un taxi. No es como el Rolls Royce conducido por Bruno, pero es mejor que el metro. Antes de ir a La Casa, insisto en regresar al pequeño y horrible hotel al que había ido a lamentarme la noche anterior después de mi asunto con Elon. Una habitación en La Casa era el mejor bonus del contrato que podía haber recibido, por muchas razones. No siendo la menor de ellas el hecho de que realmente necesitaba un lugar donde alojarme.

    ––––––––

    Antes de la oferta para vivir en la casa, tenía tres opciones. Podía hacer las paces con Elon, quedarme en el sombrío hotelucho poblado por mochileros hasta que se me acabara el dinero, o inmediatamente marcharme a mi casa en el campo. El hotel ofrecía demasiados riesgos para la salud y la seguridad, incluso para un hombre que estaba deseoso de mantener sexo con completos extraños a cambio de dinero. Eso, y una noche de estar rodeado por hordas de turistas que viajaban en manada, me habían hecho perder los nervios. Si no hubiera recibido la oferta de vivir en la casa, me habría dirigido al hotel para pasar una última noche, y luego hacia la Estación de Paddington por la mañana para coger el tren hacia Exeter. Porque eso habría costado menos. Coger el tren a Exeter esa noche habría costado más que la combinación de una noche en el hotel y el billete para el primer tren de la mañana. Odio tener que pensar en esas cosas. Odio tener que vivir y respirar con £20.

    ––––––––

    Tenía que volver, pero sólo para recoger la bolsa con mis cosas que había dejado en la consigna de equipaje.

    ––––––––

    Olga me mira por encima de sus gafas de sol.

    ––––––––

    ¿He dormido de verdad en ese lugar?

    ––––––––

    Sí.

    ––––––––

    Me he duchado a conciencia esta mañana, ¿verdad?

    ––––––––

    Sí.

    ––––––––

    Si le paso piojos o chinches o...

    ––––––––

    Lo pillo.

    ––––––––

    Ella pone una cara de disgusto.

    ––––––––

    Olga elige quedarse en el coche mientras yo entro a recoger las pocas cosas que conseguí sacar de casa de Elon la tarde anterior. Me hice una pequeña promesa a mí mismo de que nunca me alojaría en un lugar donde la mesa de billar está en el vestíbulo, hay un letrero que advierte de la prohibición de traficar con drogas en el recinto, y que sólo cuesta £20 la noche, sin incluir el depósito de seguridad por la toalla (en singular). Tengo valores. Ahora están en su punto más bajo, pero eso sólo me da el incentivo para luchar más.

    ––––––––

    No me puedo quejar demasiado del hotel. La realidad es que está plagado de turistas cachondas a las que les gusta follar. Perfecto para el hombre que necesita compañía sin complicaciones. Las dos chicas holandesas (¿o eran danesas?) que conocí la noche anterior están fuera, fumando con un grupo de personas que son huéspedes del hotel. Camino hacia ellas mientras me acerco al hotel. Una de las dos se gira hacia mí, me saluda, y me ofrece un cigarrillo. He dejado de fumar. Además, tengo un poco de prisa.

    ––––––––

    Las Chicas Holandesas (o posiblemente Danesas). Me encantan las chicas holandesas (¿danesas?). Especialmente me encantan estas chicas holandesas (¿danesas?). ¿Quiénes son las Chicas Holandesas (¿Danesas?)? Fueron mi puerto sexual en la tormenta de la noche anterior. Regresando al momento en que salí precipitadamente de casa de Elon con un nivel de clase y sofisticación que provocaría que un grupo de niñas de doce años me

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