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Chupas: Una Novela Explícitamente Erótica
Chupas: Una Novela Explícitamente Erótica
Chupas: Una Novela Explícitamente Erótica
Libro electrónico172 páginas2 horas

Chupas: Una Novela Explícitamente Erótica

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Información de este libro electrónico

Iris y Lola se han mudado a un nuevo apartamento juntas, pero como Lola tiene que cumplir sus obligaciones de trabajo fuera de la ciudad, Iris se encarga de manejar la mudanza.

La chica de pelo rosa se lleva una grata sorpresa cuando el hombre alto, rubio y tatuado que la ayuda a recoger las cajas de su mudanza resulta ser su vecino; Stefan, un paramédico que comparte el apartamento de al lado con su mejor amigo y colega, Dante.

¿Qué pasa cuando juntas una atrevida y sexualmente fluida ilustradora con un paramédico curioso?

Iris no deja de sorprender a Stefan con cada acción erótica que se lo ocurre, pero cuando lo lleva a empujar los límites de su propia sexualidad sembrando pensamientos nunca antes contemplados con sus dibujos sugestivos, el atractivo vikingo no sabe si quiere que se haga realidad o solo quede sobre el papel la fantasía que ella tiene con él y Dante.

Esta novela está destinada exclusivamente a mayores de 18 años, contiene escenas explícitamente sexuales m/f, m/m, mmf, f/f y sexo en grupo.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento5 mar 2020
ISBN9780463814628
Chupas: Una Novela Explícitamente Erótica
Autor

Dulce Veneno

Dulce Veneno es mi alter ego. Soy una mujer que nació en el paraíso caribeño de Venezuela, y debido a la dictadura y el narcosecuestro de ese bello país, he hecho mi vida en las preciosas y libres costas mediterráneas de España. Amante del arte, la sensualidad, la pasión y las emociones intensas.Creo que el sexo es una parte fundamental de la vida que debe ser celebrado y disfrutado sin complejos ni tabúes, siempre y cuando sea consensual. La exploración sexual es una apasionada aventura de descubrimiento de ti mismo y la(s) persona(s) con quien(es) deseas emprender ese viaje.De todo corazón, quiero darle las Gracias a todos mis increíbles lectores, jamás anticipé la recepción que mis escritos han generado.Para aquellos que quieren saber de dónde viene mi pseudónimo... el apodo de Dulce Veneno ocurrió cuando un ex-novio me dijo que él sabía que tarde o temprano lo dejaría y le rompería el corazón.Si quieres contactarme, puedes escribir un correo a:dulcevenenoerotica@gmail.comO buscar Dulce Veneno Erotica por Instagram y FacebookBesos traviesos ;)Dulce Veneno

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    Chupas - Dulce Veneno

    Derechos de Autor

    © Dulce Veneno, 2020

    © De esta edición: Adoro Leer Universo Erótico, 2020

    © Foto de portada: Subbotina Anna

    Publicado por Adoro Leer Universo Erótico en Smashwords

    Este libro es un trabajo de ficción. Los nombres, personajes, lugares e incidentes son productos de la imaginación del autor o han sido usados de manera ficticia y no deben ser interpretados como eventos reales. Cualquier parecido con personas, vivas o muertas, eventos actuales, locales u organizaciones es coincidencia.

    Todos los derechos reservados.

    Ninguna parte de este libro puede ser reproducida, copiada o distribuida de ninguna manera sin permiso expreso del autor, salvo en casos de extractos breves citados en artículos de crítica o reseñas.

    Este libro está destinado a personas mayores de 18 años, ya que contiene escenas sexualmente explícitas. Todos los personajes en este obra son mayores de 18 años y los actos aquí descritos son consensuales.

    Todos los eventos que tienen lugar en este relato son ficticios, por lo que embarazos no deseados o enfermedades de transmisión sexual no ocurren, a menos que formen parte de la historia. En la vida real, tener sexo sin protección puede tener graves consecuencias permanentes; por favor, recuerden esto y siempre usen protección adecuada y hagan pruebas necesarias para asegurar que su pareja o ustedes mismos no sufran los estragos que pueden surgir de una enfermedad venérea o un embarazo no planificado.

    ¡Gracias por leer!

    Índice

    Derechos de Autor

    Índice

    CAPÍTULO 1

    CAPÍTULO 2

    CAPÍTULO 3

    CAPÍTULO 4

    CAPÍTULO 5

    CAPÍTULO 6

    CAPÍTULO 7

    CAPÌTULO 8

    CAPÍTULO 9

    CAPÍTULO 10

    CAPÍTULO 11

    CAPÍTULO 12

    CAPÍTULO 13

    CAPÍTULO 14

    CAPÍTULO 15

    CAPÍTULO 16

    CAPÍTULO 17

    CAPÍTULO 18

    CAPÍTULO 19

    CAPÍTULO 20

    Acerca de la Autora

    Adoro Leer Universo Erótico

    Para Lucía,

    entre gustos y colores hay de todos los sabores;

    y las conversaciones contigo

    siempre son deliciosas e inolvidables.

    Te adoro.

    CAPÍTULO 1

    Era lo más colorido que jamás había visto. Stefan no podía quitarle los ojos de encima a la mujer de largas piernas bronceadas que se mantenían elegantemente balanceadas sobre unos altísimos tacones con estampado de cebra, un corto vestido liviano de tirantes de un vibrante turquesa y cabello lacio hasta los hombros color rosa como el algodón de azúcar. 

    Estaba tan hipnotizado observándola, que ya para cuando se percató que la mujer tecnicolor pretendía entrar al edificio con una torre de cuatro cajas de cartón más alto que ella entre brazos, fue demasiado tarde.

    –Déjame ayudarte –salió de la boca de Stefan cuando la caja más alta se tambaleó. Intentó atajarla en el aire, pero no llegó a tiempo, dos cajas cayeron al suelo y la mitad de su contenido rodó por el piso.

    –¡Mierda! –exclamó y apoyó las cajas que no habían caído para recoger sus pertenencias dispersas. ¿Por qué no podía ser la caja con sábanas o libros? Bueno, una había sido la de libros y revistas, pero la otra era su preciada y privada colección de juguetes sexuales. Casi rompe la chupeta con los dientes al oír una voz masculina decir– muchos hombres podrían estar intimidados por una colección así. 

    Alzó la mirada y vio un hombre que parecía sacado de un libro de mitología nórdica. Una barba frondosa tan rubia como su cabello que estaba sujetada con una cola a la altura de su nuca, ojos azul hielo que resaltan contra el tono dorado de su piel y una sonrisa traviesa que provocó una voltereta involuntaria de su estómago. 

    En vista de la situación atípica en la que se encontraba, Iris recurrió a su carácter altanero y rebelde, era su mecanismo de defensa automático.

    –¿Te asusta una mujer que sepa cómo arreglárselas a solas?

    Stefan ignoró el comentario y procedió a pasarle cada uno de los vibradores y penes plásticos más cercanos a él. Solo faltaban las perlas anales violetas que aún sujetaba en su mano. 

    Iris lo contempló durante unos momentos mientras él observaba el misterioso juguete que consistía en una serie de pelotas de silicona que iban de menor a mayor tamaño. Quedó cautivada por los intrínsecos dibujos que llevaba tatuados a lo largo de su brazo, su fascinación quedó interrumpida cuando el vikingo que estaba arrodillado en el piso junto a ella habló por segunda vez.

    –¿Qué le dijo la banana al vibrador?

    Iris lo miró confundida por unos segundos. 

    –¿Qué? –preguntó extrañada.

    –¿Por qué estás temblando?, ¡¡si es a MÍ a quien va a comer!!

    Alzó las cejas, divertido con su propio chiste y anticipando la reacción de ella.

    Cuando las palabras cobraron sentido en su mente, una sonrisa dibujó el semblante de Iris y luego soltó una risa negada.

    Stefan se puso de pie y le extendió la mano para ayudarla a levantarse.

    Aceptó su gesto de cortesía, ahora parada frente a él pudo apreciar el tamaño imponente de este desconocido. Iris era considerada una mujer alta con sus 175 cm, pero este hombre seguramente debía medir dos metros, era enorme. Debe haber poco que pueda intimidar a este vikingo gigante, pensó ella.

    –Ese chiste es terrible –dijo aún con la sonrisa de oreja a oreja. 

    –Si es tan malo ¿por qué te estás riendo?

    –No me estoy riendo –fracasando en su intento de poner cara seria.

    Él soltó una risa y en un dos por tres recogió dos de sus cajas.

    –¿Adónde necesitas llevar esto?

    –Ay, gracias, pero no es necesario. 

    –A menos que quieras volver a intentar tu acto de malabarismo, no tengo problema en ayudarte a llevarlas a tu apartamento. 

    Iris lo miró con incertidumbre, entonces él añadió– Si te hace sentir mejor, prometo dejarlas en la puerta, no entraré a tu casa sin tu invitación y estoy seguro que nos volveremos a ver porque yo también vivo aquí. 

    –¿Cuál puerta?

    –A-96 –respondió sin titubear. 

    –¿En serio? Nosotras nos estamos mudando a la A-97

    –Pues con más razón déjame ayudarte vecina. Yo soy Stefan. 

    –Iris.

    Stefan sujetó las dos cajas con un brazo mientras sacó las llaves de su bolsillo. Abrió la puerta principal del edificio y esperó a que Iris trancara su auto, recogiera las otras cajas y pasara. 

    Subieron hasta el piso nueve, y allí Stefan dejó las cajas al lado de la puerta A-97.

    Iris encontró las llaves en su bolso y abrió la puerta, dejó las dos cajas en la entrada y se giró para darle las gracias a su amable, y deliciosamente atractivo vecino.

    –Gracias. 

    –Aquí para servirle señorita –dijo apoyado del umbral de la puerta, su cabeza prácticamente rozando el dintel–. Cualquier cosa que necesites estoy justo en frente –y le guiñó el ojo.

    Iris sintió unas ganas desesperadas por seguir conversando con este hombre, así que dijo lo primero que se le vino a la mente. 

    –Prácticamente todo sigue embalado, pero ¿te gustaría pasar a tomar un café?

    Stefan le regaló una sonrisa que le llegó hasta los ojos.

    –Me encantaría. 

    La siguió hasta la cocina abierta que se fundía con el espacio de la sala de estar. Las cajas amontonadas por todos lados confirmaban que apenas se estaban mudando. El único mueble a la vista era un sofá con estampados azul y verde.

    Iris se movía por la cocina buscando lo que necesitaba. Satisfecha que el café se estaba colando, se volteó para mirar a su invitado inesperado. 

    –¿Llevas mucho tiempo viviendo aquí? –preguntó para llenar el silencio cargado entre ambos. 

    –En abril mi amigo Dante y yo cumpliremos un año viviendo aquí. ¿Y tú? ¿Te estás mudando sola… o con tu novio?

    –Con mi mejor amiga –respondió Iris sacando la chupeta amarilla de sus labios fucsias con un sonoro pop– Lola.

    –Que bueno, me alegra saberlo. 

    –¿Ah sí? –preguntó Iris, jugando con la chupeta– ¿y eso por qué?

    –Porque si te estuvieras mudando con tu novio, seguramente se enoja conmigo si supiera lo que estoy pensando en este momento. 

    Iris tomó la carnada, emocionada por el giro que estaba tomando este día–. ¿Qué estás pensando?

    –Que me encantaría ser esa chupeta –respondió con voz ronca y dando un paso más cerca adonde estaba Iris. 

    –Jmmm –Iris terminó de cerrar la distancia entre los dos, inclinó el rostro levemente hacia arriba, sus ojos azul zafiro conectando con los azul hielo de él–. Todo el mundo le encanta ser chupeta, pero tú… ¿chupas?

    Stefan ya estaba más duro que una piedra, esta chica tecnicolor lo hechizó desde el primer momento que la vio, y con la coquetería de sus palabras y sus gestos, deseaba probarla toda, seguro que ella sería más dulce que cualquier caramelo.

    Tomó el palito blanco de su mano y probó la chupeta amarilla. Limón… dulce y ácido a la vez.

    Lo sacó de su boca–. No está mal, pero yo quiero la que está más rica.

    Cuando besó su boca, sus labios sabían a caramelo de limón. Iris rodeó su cuello con las manos, entregándose completamente al beso de su nuevo vecino, un estallido de mariposas revoloteando en su interior con la fuerza de un huracán.

    Las manos grandes y masculinas de Stefan la agarraban por la cintura, apretando su figura suave contra la rigidez de su cuerpo. Las suaves colinas de sus senos se estrujan provocadoras contra su pecho. La tela turquesa de su vestido se sentía efímera bajo

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