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Pet Shop Boys (epub): Plural
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Libro electrónico919 páginas14 horas

Pet Shop Boys (epub): Plural

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Información de este libro electrónico

Neil Tennant y Chris Lowe formaron Pet Shop Boys en 1981. Fascinados por la música disco, la acercaron al gran público, convirtiéndola así en objeto de consumo masivo con un trasfondo cultural poco común en la música pop. Calificados como irónicos y distantes, han logrado crear un estilo e imagen única que han mantenido durante más de tres décadas. Son creadores de un universo particular que han renovado con el paso de los años. Además, han sido notables sus contribuciones en disciplinas afines como el teatro, el diseño, la moda o el cine. Pet Shop Boys, plural es un estudio exhaustivo que repasa la extensa y fructífera carrera de la banda. El volumen es una biografía del dúo salpicada con numerosas anécdotas y detalles, muchas desconocidas para el gran público, y que pretende dar a conocer su aspecto ecléctico y plural, así como su significado en la música pop contemporánea.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento8 may 2023
ISBN9788419884336
Pet Shop Boys (epub): Plural

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    Pet Shop Boys (epub) - Francisco J. Barbero Ramírez

    Sinopsis

    Neil Tennant y Chris Lowe formaron Pet Shop Boys en 1981. Fascinados por la música disco, la acercaron al gran público, convirtiéndola así en objeto de consumo masivo con un trasfondo cultural poco común en la música pop.

    Calificados como irónicos y distantes, han logrado crear un estilo e imagen única que han mantenido durante más de tres décadas. Son creadores de un universo particular que han renovado con el paso de los años. Además, han sido notables sus contribuciones en disciplinas afines como el teatro, el diseño, la moda o el cine.

    Pet Shop Boys, plural es un estudio exhaustivo que repasa la extensa y fructífera carrera de la banda. El volumen es una biografía del dúo salpicada con numerosas anécdotas y detalles, muchas desconocidas para el gran público, y que pretende dar a conocer su aspecto ecléctico y plural, así como su significado en la música pop contemporánea.

    Biografía

    Francisco J. Barbero ejerce como docente. Apasionado de la música electrónica y los sintetizadores, es además coleccionista musical. Ha traducido la biografía de Wolfgang Flür titulada Kraftwerk: Yo fui un robot (ed. Milenio, 2011), considerada por el periódico británico The Observer como una de las mejores biografías musicales de la pasada década. Para este trabajo de investigación sobre Pet Shop Boys ha trabajado durante más de cinco años. En la actualidad prepara otro volumen sobre Franco Battiato.

    Portada

    F. J. BARBERO

    Pet Shop Boys

    Plural

    Créditos

    Proyecto financiado por la Dirección General del Libro y Fomento de la Lectura, Ministerio de Cultura y Deporte

    Financiado por la Unión Europea-Next Generation EU

    espai

    El editor y el autor se disculpan por cualquier error u omisión.

    Si se detectan, serán rectificados en cuanto tengamos oportunidad.

    Director de la colección Música de Editorial Milenio:

    Javier de Castro

    es una colección de libros digitales de Editorial Milenio

    © del texto: Francisco J. Barbero Ramírez, 2016

    © del prólogo: Jordi Bianciotto i Clapés, 2016

    © de las fotografías: los autores y propietarios citados

    © de la fotografía de la portada: Cindy Palmano

    © de las fotografías de la contraportada: Dan Cameron, Chris Floyd, Chris Nash, Derek Ridgers, Eric Watson, John Wright

    © de la edición impresa: Milenio Publicaciones, S L, 2016

    © de la edición digital: Milenio Publicaciones, S L, 2023

    C/ Sant Salvador, 8 - 25005 Lleida

    editorial@edmilenio.com

    www.edmilenio.com

    Primera edición impresa: mayo de 2016

    Primera edición digital: abril de 2023

    DL: L 373-2023

    ISBN: 978-84-19884-33-6

    Conversión digital: Arts Gràfiques Bobalà, S L

    www.bobala.cat

    Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, ) si necesita fotocopiar, escanear o hacer copias digitales de algún fragmento de esta obra.

    Agradecimientos

    Jordi Bianciotto, Nigel Bovey, Hugh Bryder, Javier de Castro, Dante Ariel Puglisi Barrera, Francesc Fàbregas, David Fielding, Pete Gooding, Guiness World Records Ltd., Francisco José Jiménez Solana, Chris Lowe, Andrea Masterallo, Editorial Milenio, John Ramage, Peter Salem, Dave Seaman, Neil Tennant, Annie Symons, Vicki Wickham y Blue Weaver.

    Cita

    La música es realmente la mediadora entre la vida de los sentidos y el espíritu.

    Ludwig van Beethoven

    Introducción

    Plural es un adjetivo definido por el DRAE como Múltiple, que se presenta en más de un aspecto. Nuestra intención es demostrar que Pet Shop Boys, son un grupo que aúna en un solo concepto tradición y vanguardia musical y estética. En ocasiones elevan lo popular a la categoría de culto y otras veces rebajan lo más intelectual al gran público.

    Escribir este volumen ha supuesto una ingente tarea de documentación cuya finalidad es la de compartir información y, sobre todo, dejar constancia y reconocimiento de la importancia del tema que nos ocupa: el dúo musical inglés por excelencia. Una banda que ha sabido reunir en sus composiciones de cuatro minutos todas las miserias y grandezas del tiempo que les ha tocado vivir (y opinar sobre el que no han vivido, como en las canciones que versan sobre tema histórico). Un tiempo retratado las más veces con una forma alegre, pegadiza, hecha para el consumo rápido, pero con un fondo que incluye cierta trascendencia y notoriedad.

    Neil Tennant y Chris Lowe han sabido unir la perfección estilística de la música pop con una intención bien clara: dignificar la música pop y elevarla a la misma categoría que el sobrevalorado rock. Tradicionalmente el pop ha sido menospreciado como género menor y ellos han reivindicado la importancia de dicho género como forma de entender nuestro mundo contemporáneo al reflejarlo, unas veces de manera más objetiva (‘Paninaro’, ‘West End girls’…) y otras a través del prisma personal de Tennant (‘It’s a sin’, ‘Love comes quickly’…). Llevan décadas defendiendo la música pop en general y la disco en particular. Tras una carrera tan fructífera y prolongada hay quien les compara con Rodgers y Hammerstein (los compositores de Sonrisas y lágrimas). Pet Shop Boys, plural está organizado cronológicamente aportando información detallada sobre la carrera del dúo.

    Nuestra intención ha sido valorar en su justa medida a un grupo, en particular que ha sabido crear himnos bailables, canciones de fácil consumo con un estilo ecléctico. También parece que el mundo editorial tiende más al rock y la intención es valorar la música pop de manera efectiva, respetuosa y justa. No se trata de hacer ver solo lo bueno de la banda o adular a sus integrantes desde un punto de vista personal, sino más bien de hacer una crítica constructiva de sus logros, aciertos, intenciones y también errores.

    Su estilo les ha hecho famosos en todo el mundo y han sido y son una influencia seminal para otros artistas. Tratar una carrera tan dilatada ha sido una labor casi interminable. Para justificar el título del libro hemos tomado una cita que Neil pronunció hace años cuando se publicó su LP Very, dijo: Los Pet Shop Boys le parecen a todo el mundo una broma complicada porque mandan señales en diversas direcciones. Es como si todo el mundo quisiera descifrar el motivo de sus imágenes, representaciones escénicas, como si todo tuviera un lenguaje encriptado, cada una de esas direcciones apuntan a una definición de cómo es su mundo y por ende su música. Así pues, Pet Shop Boys podrían ser calificados como sofisticados, inteligentes, aburridos, cultos, osados, chovinistas, sinceros, irritantes, sarcásticos, reprimidos, estáticos, incautos, imaginativos, irreverentes, creativos, modernos, contemporáneos, superficiales, intelectuales, reflexivos, profundos, históricos, anodinos, discretos, banales, analíticos, etc. Una lista interminable que intentaremos justificar a continuación. Disfruten de la lectura.

    Prólogo. Sin mayores justificaciones

    Hay artistas que, con el tiempo, han ido perdiendo el prestigio del que disponían y degradando su carrera, con paso firme y alegre hacia el descalabro. Pet Shop Boys, en cambio, han seguido una trayectoria inversa: hace tres décadas eran tratados como carne de radiofórmula y hoy en día se los rifan los festivales más cool. Su tránsito de las discotecas de batalla a escaparates como el Sónar supone un interesante fenómeno, sobre todo si consideramos que ellos siguen siendo esencialmente los mismos. Sí, es probable que lo que haya sucedido es que quienes han cambiado hayan sido los demás. Ellos están allí donde estaban, pero el mundo recibe de un modo distinto sus canciones, que quizá ya no contienen propiedades para convertirse en hits universales pero que son, en cambio, apreciadas como delicatessen por el público más cultivado y la prensa especializada.

    Pet Shop Boys han sido siempre un eficaz producto pop postmoderno, capaz de integrar audaces e irónicas observaciones culturales en sus estribillos perfectos, de brindar diferentes niveles de lectura y de ofrecer miradas críticas, disidentes o simplemente reflexivas hacia aspectos políticos, sociales o religiosos. El ajuste de cuentas con cierta represión sexual en ‘It’s a sin’, la melancolía por el sóviet perdido en ‘My October symphony’ o el sarcasmo hacia el anglocentrismo en ‘Discoteca’ son solo algunas muestras de su uso de la canción para transmitir ideas, de su noción del pop como poderoso artefacto intelectual. No solo los cantautores de guitarra y taburete invitan a la reflexión: también es posible hacerlo en la pista de baile, bajo una apariencia de banalidad. Ahora bien, ninguno de sus mensajes habría llegado a ninguna parte si no fuera porque han venido envueltos en composiciones brillantes y esbeltas, de aspecto epicúreo, tocadas a veces por un aura de lánguida emotividad, funcionales y sexy.

    Hablar bien de Pet Shop Boys en 1986 era un acto temerario, visto quizá como una salida de tono, un gesto de provocación, una boutade. Hacerlo en 1996 ya era otra cosa, aunque todavía iba un poco a contracorriente, comportaba cierta voluntad de abrir ojos y sacudir prejuicios, puesto que, si bien el dúo ya había publicado un importante contingente de obra, no todo el mundo se había dado por enterado. Más aún en España, donde tradicionalmente ha primado un orden rockero de las cosas y un desdén hacia el pop de consumo. Pero, a día de hoy, en el 2016, tratar con admiración o respeto a Pet Shop Boys coincide con lo que se espera de un analista informado, con gusto, del entorno pop. Neil Tennant y Chris Lowe han accedido a un estatus de clásicos contemporáneos, y en este contexto llega esta obra que el lector tiene en las manos, un libro en el que su autor, Francisco J. Barbero, sabe que ya no tiene por qué perder el tiempo tratando de resaltar, contra viento y marea, las virtudes del dúo sino que puede dedicarse a examinar su obra dándolas por sentadas, tratando su corpus discográfico como lo haría un estudioso de cualquier otro referente pop intachable, los Beatles, Brian Wilson o David Bowie. A Pet Shop Boys ya no hace falta reivindicarlos. Mucho mejor, así la energía invertida en portar la bandera de su honor, Barbero la dedica a recorrer cada una de sus obras sin tener que justificarse.

    Así, Pet Shop Boys, plural resulta revelador porque atrapa con su enorme volumen de información, de pistas que sitúan la motivación, el trasfondo, de cada canción y cada álbum. Con cierta dedicación, no del todo corriente en nuestro periodismo pop, por la arquitectura musical y su lenguaje, por la observación de la naturaleza de las notas y acordes, de las líneas de bajo, patrones rítmicos y arreglos. Más allá del universo simbólico que encarna cada pieza, de su raíz inspiradora o sus connotaciones ideológicas, Barbero no se olvida en ningún momento de que estamos ante una obra de música.

    El relato es, naturalmente, inconcluso puesto que Pet Shop Boys siguen su camino, en un caso llamativo de longevidad indestructible y sin aparentes grietas: ni siquiera se han dado Tennant y Lowe temporadas de respiro para, por ejemplo, lanzar discos en solitario o impulsar proyectos paralelos. No, siguen comprometidos como unidad artística, y las obras que han lanzado en su etapa de madurez, con muestras como su particularmente inspirado álbum Yes (2009), invitan a seguir considerándoles como un ente creativo vivo, lejos del perfume de revival que acompaña a muchos compañeros de generación.

    Y he aquí la gran paradoja que sirve en bandeja una dulce victoria: mientras muchos contemporáneos que, en los años 80, disfrutaban de un mayor prestigio y se movían con más ínfulas han terminado instalados en la nostalgia crónica con trazos decadentes, ellos, los frívolos de la clase, han mantenido su rumbo despierto, sin depender del pasado y siendo objeto de culto creciente. Pet Shop Boys son un vivo ejemplo de que las cosas no son lo que parecen.

    Jordi Bianciotto

    1. Neil Tennant

    Llegaré a ser el papa o una estrella del pop

    Para Neil Francis Tennant la vida comienza el 10 de julio de 1954 en los suburbios de North Shields, una ciudad situada a 13 km de Newcastle, en el condado de Northumberland y junto a la desembocadura del río Tyne. A mediados de los años cincuenta, Newcastle era una ciudad industrial de astilleros, fábricas de acero y minas de carbón. Neil es el segundo hijo de una familia de clase media formada por William y Sheila Tennant. El padre de Neil proviene de una familia de clase media originaria de Edimburgo y su madre de una familia de clase trabajadora de ascendencia irlandesa. El matrimonio tiene tres hijos más: Susan (1952), Simon (1958) y Philip (1960). En 1957 la familia Tennant se muda a Brunton Park, en North Gosforth, un suburbio de Newcastle donde vivirán en una urbanización de casas adosadas de alquiler subvencionadas por el estado. Los Tennant residen en una casa con tres habitaciones. Viven rodeados de campo y granjas y, en ocasiones, los cerdos sueltos y las vacas que pastaban en los alrededores entraban al jardín que había en la parte trasera de la vivienda.

    Neil inicia su formación en un colegio de educación primaria llamado St. Charles. Su infancia transcurre sin sobresaltos. Es un niño más bien introvertido, tímido y soñador: «I was a lonely boy, no strength, no joy / in a world of my own at the back of the garden / I didn’t want to compete or play out on the street / for in a secret life I was a Roundhead general».¹ Pasa las horas muertas jugando con sus soldaditos y enterrándolos, subiéndose a los árboles o cabalgando sobre un caballo imaginario. A los ocho años, su juguete favorito era un tren con su propia vía sobre una tabla verde.

    Después estudiará en otra escuela de educación primaria llamada St. Oswald’s. Este centro será más del agrado del pequeño Neil. Aquí es conocido como Tigger Tennant y será donde finalice sus estudios primarios. No era un niño especialmente travieso, pero le sorprendieron varias veces besándose con su amiga Frances Macdonald junto a la estantería donde guardaban los libros de la clase. En otra ocasión prendió fuego al garaje de su padre mientras jugaba con cerillas.

    El único contacto del pequeño Neil con el mundo exterior, además de la escuela, eran los viajes que él y su hermano Simon hacían con su padre. El señor Tennant trabajaba como representante de una empresa sueca de cintas transportadoras y otros artículos de caucho. Más tarde se incorporó a la plantilla de la empresa familiar Tennant Rubber Ltd., dirigida por su tío Dick. Durante las vacaciones escolares, Neil y su hermano viajan acompañando a su padre y visitan Doncaster y otras localidades.

    El primer acercamiento de Neil a la música fue con los discos que su abuelo materno ponía en un enorme equipo de alta fidelidad, un sistema llamado Stereogram. Las bandas sonoras de películas musicales como Oklahoma! (dir. Fred Zinnemann, 1955) y South Pacific (dir. Joshua Logan, 1958) causan una gran impresión en Neil por la calidad musical de los temas y la potencia sonora del equipo de música. Pero también hay una canción en la mente de Neil que le convertirá en adicto al movimiento pop: ‘She loves you’, de los Beatles. Neil dice recordar cómo la beatlemanía comenzó y fue retransmitida en directo cuando el cuarteto interpretó dicho tema en el London Palladium. Dice que recuerda cómo se oía a la gente gritar desde la calle en directo por la televisión.

    La infancia de Neil está marcada de forma natural por la religión, no solo por la influencia de la misma en la sociedad de la época, sino por ser un niño bueno e inocente a quien no le costaba adaptarse a las normas. Ha declarado alguna vez que de pequeño solía pensar: Mi cumpleaños no es el día de ningún santo. Eso es porque está reservado para mí. Seré San Neil de Newcastle.

    Pertenecer a una familia católica hizo, como era normal en muchos niños, que fuera monaguillo desde los nueve a los catorce años. En lugar de ir a la reunión matinal del colegio, prefería ayudar a misa de ocho, cantada en latín, y luego desayunar lo que su madre le había preparado. Además hace voluntariado en la Legión de María con otros compañeros: visitaban un hogar para niños discapacitados de Gosforth y pasaban las tardes jugando con ellos a las damas o al ajedrez.

    En las Navidades de 1963 le regalan una trompeta de plástico y a su hermano Simon un tambor. De esta forma puede experimentar en primera persona tener un instrumento y tocar unas notas. De hecho, con tan solo nueve años escribe con su amiga Patricia un musical llamado The girl who pulled tails,² un número infantil influenciado por las canciones de los musicales de la época, como los de Gilbert and Sullivan. Este primer conato musical de Neil abría con una canción titulada ‘Has anyone seen my cat?’, cuyo ingenuo estribillo decía: Has anybody seen my cat / the one with the long tail?.³ Tan solo hicieron una representación en el jardín de la casa de su amiga y asistieron dos amigos como público. Estos se marcharon a media representación probablemente presas del aburrimento. No hubo más representaciones porque Neil se fue de excursión con los Boy Scouts. Al cumplir diez años y como regalo de cumpleaños, viaja con su familia a Edimburgo para visitar el castillo de la ciudad.

    Precisamente con diez años se compra su primer disco: el sencillo ‘Girl don’t come’ de Sandie Shaw. Su primer LP fue el llamado disco blanco de los Beatles, en realidad titulado The Beatles (EMI, 1968). Compró el doble álbum por cuatro libras con el dinero que le pagaron como extra. El primer concierto al que asiste es el de Jon Hiseman y su banda en el Festival de Newcastle de 1968. Jon Hiseman’s Colosseum es un grupo de jazz y rock progresivo que precisamente debutó en Newcastle.

    También a los diez años dice descubrir y quedarse fascinado con la voz de Dusty Springfield y el potente sonido que las acompañaba. Oía canciones como ‘Wishin' and hopin'’ y ‘I just don’t know what to do with myself’. Luego vendrían otros éxitos que fascinarían al joven Neil como ‘You don’t have to say you love me’ y ‘I close my eyes and count to ten’. De esta última dice fascinarle la voz susurrante de Dusty y el potente sonido de las notas graves del piano.

    En 1964 tuvo un breve arrebato por el ballet: quiso ser bailarín. Su madre, era aficionada y llevaba a sus hijos a ver las producciones de Ballet Real cuando visitaban Newcastle. Cierto día, Neil tomó prestado un libro de la biblioteca para aprender a bailar y obligó a su hermano para que le ayudara a hacer pasos de ballet. Su interés por la danza no duró más de tres semanas.

    Además, en casa tenían las bandas sonoras de películas basadas en musicales como My Fair Lady (dir. George Cuckor, 1964) o Sonrisas y lágrimas (dir. Robert Wise, 1965). Este hecho y la asistencia periódica a musicales como el primero citado o Camelot, en producciones itinerantes del West End, irán forjando en un Neil infante su pasión por distintos formatos musicales. Muchas de estas producciones iban de gira por el país antes de ser estrenadas en el West End londinense. Con solo once años solía asistir a dichos musicales que veía desde el paraíso del teatro, porque las entradas eran más económicas. También le gusta la música de los Beatles y los Rolling Stones.

    La primera canción con la que Neil dice ser consciente de la música pop fue al oír el tema ‘Telstar’, de la banda británica Telstar. El sencillo fue publicado en 1962 y fue el primer número 1 de un grupo británico en la lista Billboard. El pequeño Neil se quedaba admirado tratando de adivinar qué tipo de instrumento producía la melodía principal del tema. Se trataba de una clavioline, un primitivo teclado electrónico. Desde entonces Neil supo que ese era el futuro.

    Neil ingresa en 1965 en el centro St. Cuthbert’s Grammar School, donde estudiará hasta 1972. Este era un colegio de educación secundaria hoy llamado St. Cuthbert’s High School en el que también estudió el cantante Sting. La formación de Neil en este centro hará mella en el joven por sus represivas convicciones católicas. Años después escribirá recordando su paso por el colegio: «When I look back upon my life / it’s always with a sense of shame / I’ve always been the one to blame / For everything I long to do / no matter when or where or who / has one thing in common too / it’s a sin».⁴ Neil incluso recuerda cómo desde su primer día en el colegio le llamaban pijo porque no tenía un acento tan marcadamente Geordie⁵ como el resto de sus compañeros. Él nunca se sintió cómodo allí, se sentía como un forastero. Para colmo era un colegio donde se practicaba mucho deporte, algo que no encaja con el carácter de un Tennant preadolescente que pronto se decantará por otros intereses más intelectuales y artísticos. La estricta disciplina del colegio no corresponde con su carácter: History, someone had blundered / and a voice rapped «knuckle under!».⁶

    Su única participación artística en este colegio es su interpretación de la parte de soprano en dos canciones durante la representación escolar de la ópera cómica H.M.S. Pinafore, de Gilbert and Sullivan. Tiene trece años y actúa con un vestido porque hacía el personaje de prima Hebe. El motivo es su voz: canta como soprano y el papel que representa estaba pensado originalmente para mezzosoprano. Era normal que en colegios de educación segregada los propios alumnos tuvieran que interpretar papeles femeninos. Al igual que en la más pura tradición del teatro griego.

    Sus habilidades sociales en el colegio son normales, no llega a sentirse aislado aunque tampoco le gustó nunca el sentimiento de pertenencia a un grupo. Como estudiante es relativamente brillante, pero le cuesta mantener la atención en clase. Él mismo ha declarado: Estaba siempre ensoñando y era tirando a malo en las asignaturas de ciencias. En ocasiones respondía automáticamente en Física cuando el profesor preguntaba, sin llegar a entender cómo daba con la respuesta correcta. En definitiva, era un chico demasiado independiente que no se sentía como el resto de chicos: intuía que quería hacer algo especial con su vida.

    Su inadaptación al colegio (demasiadas reglas, como la de llevar el pelo corto), hizo que desobedeciera las normas, hecho que provocó que en ocasiones le mandaran de vuelta a casa. En esta época Neil llevaba el pelo largo por el cuello al estilo de los Beatles. En cierta ocasión, su profesor de Lengua Inglesa mandó una nota a sus padres que decía: Neil atiende cuando quiere y escribe lo que le da la gana. ¿En qué basa su superioridad?. Esta falta de atención se podía deber a que no le interesaba lo que pasaba a su alrededor. En casa discute cada vez más con sus padres. Pronto buscará otros intereses más afines fuera del colegio porque no acababa de sentirse del todo bien. Su nulo interés por el deporte provocaba las burlas de sus compañeros que en ocasiones le insultaban. Él sin responder a las provocaciones pensaba: Vosotros esperad sentados y ya veréis...

    Otra afición más del gusto del joven Tennant es coleccionar sellos. Entre las numerosas actividades que se hacían para celebrar el día de puertas abiertas de su colegio, había una exposición de la sociedad filatélica, a la cual pertenecía. Neil prestó su álbum pero nunca se lo pudieron devolver porque alguien lo robó durante la exposición.

    En 1966 consigue su primer trabajo. Consistía en repartir periódicos por el vecindario. Le pagaban entre una libra con sesenta peniques y tres libras (según día y servicio). Todo acabó cuando le echaron por intentar organizar una huelga entre los demás niños repartidores; como buen socialista ‒afirmaría años después–.

    Uno de los viajes que Neil hace con su padre va a cambiar su vida de manera radical. Cierto día de 1967, viajan hasta Londres porque su padre tenía una reunión con un representante de una compañía americana. Salen de Newcastle a las cinco de la madrugada y, tras siete horas de viaje, almuerzan en la cafetería Joyline. Antes de la reunión, William Tennant deja a su hijo en el centro de la ciudad con intención de recogerlo por la tarde. Neil coge el metro, pasea ante el Museo Nacional y es testigo de cómo Picadilly Circus está lleno de hippies. La ciudad causa un gran impacto en el joven Neil. Desde ese momento, cada vez que visite la estación de trenes de Newcastle, soñará con viajar a Londres.

    Neil se siente cada vez más atraído por la música. La primera película que dice recordar es The Young Ones (dir. Sidney J. Furie, 1961), protagonizada por Cliff Richard. Después llegaron los Beatles y lo cambiaron todo: los hermanos Tennant estaban literalmente obsesionados por el grupo. Tenían todos los sencillos del cuarteto y los escuchaban sin parar en un pequeño tocadiscos portátil. Uno de sus hermanos incluso era miembro del club de fans. Esto les permitía conseguir los flexidiscs exclusivos que enviaban a los socios. Neil afirma que la emoción que sentía de joven con la música pop no le ha abandonado nunca.

    Los años sesenta fueron una década muy musical, todo el mundo parecía estar interesado en los fenómenos musicales que nacían en las Islas Británicas. Familias enteras, también los Tennant, prestaban atención a una corriente tan juvenil como la música pop. Juntos veían los sábados por la noche la retransmisión del programa Top of the Pops desde el London Palladium.

    La única formación musical formal de Neil serán las clases de violonchelo que recibe para tocar en la orquesta del colegio, aunque las dejó al tercer año. Sin embargo, la tremenda influencia de grupos como los Beatles hizo que miles de adolescentes quisieran imitar a sus ídolos tocando la guitarra. Neil va a ser uno de ellos: En casa, mis hermanos y yo estábamos materialmente obsesionados con los Beatles. Aunque en casa no apoyaban especialmente su interés por su faceta artística, sus padres compran a su hermana Susan un piano. Neil aprenderá a tocarlo de forma autodidacta. Además, influenciado por la moda impuesta por los Beatles, pide a sus padres con doce años que le compren una guitarra. Con ella aprenderá de manera también autodidacta los acordes básicos que sacaba oyendo canciones de los Beatles, Moody Blues o Simon & Garfunkel. Luego aprendió más acordes con los libros de partituras de los Beatles. Así aprendió mucho sobre cambios de acordes y las estructuras de las canciones. A los catorce años comienza a componer sus propios temas.

    En cierta ocasión, Neil escribió al popular locutor de la BBC Simon Dee para pedirle una copia de Sgt. Pepper lonely hearts club band (Parlophone, 1967). El joven Neil le explicaba que era el cumpleaños de su hermana y no tenía dinero. El locutor le contestó en antena diciendo que no podía hacer eso. Sin embargo, a los pocos días recibió en su casa una copia promocional del disco mencionado.

    Desde los once años frecuentaba el Young’s People Theatre, un grupo de teatro para jóvenes aficionados situado en Heaton, a tres kilómetros del centro de Newcastle. Ensayaban en un local propio los sábados por la mañana. Neil entra por recomendación de su madre, que le dijo que tenía una amiga allí. Su capacidad histriónica no es la mejor, pero le divierte. Este grupo de teatro le permite desarrollar sus aptitudes como escritor y músico. Como actor formará parte del reparto en obras como Oliver!, donde con dieciséis años hará un papel secundario de médico. También formaba parte del coro. En otra ocasión interpreta a un huérfano en el musical Orphans Galore. A Neil le interesan especialmente las producciones que por entonces se hacían para Liza Minnelli y Frank Sinatra. En cierta ocasión declaró: Estaba fascinado por sus composiciones con acordes ascendentes. Otra producción en la que participó fue Under Milk Wood.

    Su primera incursión en el mundo artístico profesional tuvo lugar cuando participó como figurante en la película Mujeres enamoradas (dir. Ken Russell, 1969), basada en la novela homónima de D. H. Lawrence. El equipo de localizaciones estaba rodando en Newcastle en 1968 y necesitaban extras. Neil fue elegido y representaba a un niño pobre. Compartió escenas con el protagonista, Alan Bates, e incluso fue felicitado por el propio director de la película. Le pagaron tres libras cada día.

    Poco a poco deja de interesarse por la representación y se inclina más por la escritura y la composición. Dentro del grupo de teatro participó en tres obras (de las cuales Neil colaboró en el texto de dos de ellas y en la música de las tres). Una de estas obra se tituló Days. Se trataba de una recapitulación de extractos de distintos libros, poesías y obras de teatro. Le dio cierto hilo argumental e incluyó cuatro canciones compuestas por él mismo. La obra fue representada por dos amigos suyos. El experimento tuvo cierto éxito y se representó durante tres noches.

    Otra obra que escribió para el mismo festival fue The Baby. El argumento trataba la angustia de una pareja adolescente que descubren que la chica está embarazada cuando estaban a punto de romper la relación. El chico cree que tener al bebé podría ayudar a seguir con la relación, cosa que no sucede. En el argumento la pareja reflejaba sus discusiones y el hecho de que al final pierden al bebé. La obra se representó en el teatro universitario de Newcastle y tuvo buenas críticas. Como hemos dicho, Neil escribió música para estas obras, pero prefirió no actuar.

    Con dieciséis años, Neil Tennant era un joven más bien reservado que ocultaba su soledad tras una fachada de superioridad. Dudaba entre llegar a ser el papa o una estrella de pop –ha declarado en numerosas ocasiones–. Al parecer, consideraba glamurosa la vida del papa. Otra fantasía de juventud era ser el zar de Rusia. Esta apariencia impedía una relación normal con la mayoría de chicos de su entorno. Pronto comenzó a hacer amigos en colegios cercanos como el Catholic School. Se hizo amigo de algunas alumnas del centro, se iba a fumar a escondidas con ellas y faltaba a clase. También conoció a otros adolescentes del Sacred Heart Convent School. Con estos amigos, miembros también del grupo de teatro, comenzó a acudir a la Literary and Philosophical Society. Una biblioteca donde se podía leer y charlar con los amigos y que le hizo sentirse orgulloso de ser miembro de un club que él consideraba una especie de mundo secreto donde dar rienda suelta a sus aspiraciones intelectuales. Neil y sus amigos acudían a la biblioteca para leer, tomar café e investigar. Aquí pasará horas ojeando manuales antiguos, descubriendo así su pasión por los libros y la lectura. En particular prefería las novelas cómicas de Edward Frederic Benson (1867-1940).

    En cierta ocasión, aprovechando que sus padres estaban de vacaciones, Neil invitó a sus amigos a su casa. Pasaron la noche escuchando música y sobre las tres de la madrugada alguien sugirió hacer una sesión de espiritismo con una tabla güija. Escribieron las letras del alfabeto en trozos de papel y colocaron un vaso en el centro, se sentaron alrededor de la mesa del salón y preguntaron si había alguien allí. El vaso se movió y describió las letras formando un nombre: Oscar Wilde. El vaso comenzó a moverse formando el mensaje: Mis queridos niños, sois tan jóvenes, no cometáis mis errores. Entonces alguien preguntó quién era. El vaso se movió y describió las letras formando un nombre: Oscar Wilde. Ellos les preguntaron si era feliz y la respuesta fue un tajante: No.

    Neil concluye sus estudios de secundaria y decide continuar estudiando para prepararse los exámenes que permiten el acceso a la universidad.

    Dust

    La obsesión por la música va a hacer que Neil necesite dar a conocer lo que componía. En 1970, todavía con quince años, forma un grupo con influencias de la música folk y hippy llamado Dust. Además de Neil, en el grupo estaban originalmente sus amigos Christopher Dowell y Pauline Hadaway. Meses después entrará Maureen McGarvey formando así un cuarteto. Las chicas eran las que cantaban y los chicos tocaban sendas guitarras. Las letras estaban escritas por Neil y Pauline. Una de sus principales influencias era la Incredible String Band, una banda de folk psicodélico pionera de la llamada música global por integrar influencias de diversos géneros musicales. Sin embargo, lo que gusta en Newcastle es el rock progresivo (el propio Neil asiste en su ciudad a un concierto de Led Zeppelin a inicios de 1970, cuando habían sacado ‘Whola lotta love’, el único tema de este género que dice tolerar). Pero a los miembros de Dust les gustan además los Beatles y David Bowie.

    La primera actuación del cuarteto fue en 1970 en un colegio de Gateshead, una ciudad cercana a Newcastle. Al año siguiente llegan a tocar en el Festival de Newcastle. También hicieron una breve sesión en la radio local que se grabó en una casete con fines promocionales. La nota informativa que acompañaba la cinta decía: Grupo formado originalmente el pasado marzo por Pauline, Neil y Christopher. Neil (16) va al St. Cuthberts Grammar School. Pauline (15) va al Central High School. Christopher (16) va al The Royal Grammar School y Maureen (16) al Grammar School of the Sacred Heart. Maureen se unió al grupo en septiembre pero los otros tres se conocieron en el People’s Theatre. Les gustaría dedicarse exclusivamente a esto pero tienen pocas oportunidades.

    La cinta se titulaba DUST – sing their own songs y contenía cinco temas. El título, duración y explicación de cada tema era el siguiente: ‘What is the colour of the wind?’ (2 min 55 s), con Neil a la guitarra; ‘The sun of the peaceful day before war’ (2 min 35 s), cantada por Maureen y Pauline; ‘Can you hear the dawn break?’ (2 min 31 s) con dúo de guitarras a cargo de Christopher y Neil y cantada por Pauline; ‘To the waters and the wild’ (2 min 6 s) en la que Neil tocaba de nuevo la guitarra y cantaba Maureen, y la quinta y última era ‘Ace of hearts’ (2 min 45 s) con Christopher a la guitarra y cantada por Pauline. Todos los temas fueron escritos por Neil Tennant excepto el último, firmado por Christopher Dowell.

    La tercera y última actuación de Dust tuvo lugar en un concurso de nuevos talentos en el recién inagurado Festival de las Artes de Newcastle que se celebró en los jardines de la Plaza Eldon. Llegaron a la final, pero no ganaron por una actuación un tanto desafortunada. Durante la misma, Neil tocaba la guitarra, una de la chicas los bongos y Christopher, que sabía tocar varios instrumentos, la cítara. Tras la presentación de su amiga Krysia tocaron tres temas. Durante la segunda canción, Neil se dio cuenta de que la cítara estaba afinada medio tono por debajo de su guitarra. Tennant trató de llamar la atención de Christopher tocándole disimuladamente con el mástil de la guitarra, pero el joven siguió tocando alegremente la pieza hasta el final. Eso provocó que quedaran los segundos. Les ganó un grupo de Cranlington llamado The Soda Pops, que usaban mirlitones⁷ y además bailaban.

    Este hecho y las diferencias musicales de los integrantes de Dust, provocaron la ruptura del grupo. Neil forma entonces un grupo inspirado en T. Rex y Christopher formó otro grupo de música folk. A partir de entonces van a rivalizar con sus respectivas formaciones. Ensayaban los sábados en casa de una amiga y en distintas habitaciones. A la hora de mostrar sus creaciones al resto de amigos, Neil se burlaba de las composiciones de Christopher. Hasta que el padre de una de sus amigas escribió una obra para el Young’s People Theatre. Se trataba de un drama sobre un desastre pesquero y le pidió a Neil que compusiera la música. Pero su rival consiguió que el mismo padre también le pidiera que escribira otras canciones para la misma obra. Neil se sintió muy molesto.

    Una vez disuelto el cuarteto, Neil siguió componiendo canciones en solitario y se planteó ser cantautor. Pero la mala experiencia en Dust con sus rivalidades internas le apartan durante una década del deseo de formar otros grupos y de actuar.

    Por entonces los sábados por la noche Newcastle era un lugar violento y el joven Tennant se siente un extraño en su propia ciudad. Suele ir a la tienda principal de discos de la ciudad para oír el álbum Hunky dory (RCA, 1971) de David Bowie. Sabe que tiene otras aspiraciones y comienza a soñar con marcharse a Londres. Por esta época, los sábados por la noche pasea con su amiga Maureen hasta la estación central de trenes de Newcastle. Para ambos la estación simboliza marcharse a un nuevo lugar donde vivir. Está claro que su ciudad natal se le queda pequeña ante sus ambiciones personales y artísticas.

    Los estudios no le motivan demasiado y a partir de los dieciséis años falta a clase cada vez con más frecuencia. Finalmente a los diecisiete años consigue superar los dos cursos preparatorios para la universidad. La mejores notas las obtiene en Lengua Inglesa e Historia. En el resto solo consigue el nivel básico.

    Poco más le queda por hacer en su ciudad natal. Entre 1970 y 1971 consigue sus primeros trabajos de verano: en los dos últimos veranos en el St. Cuthbert trabaja como ascensorista. Al año siguiente trabaja como empleado en una casa de apuestas llamada Ladbrokes. Aquí trabajó cada sábado por la mañana durante un año.

    Por otra parte, su naturaleza inquieta hace que se vaya cuestionando todo. Poco a poco se va distanciando cada vez más de la iglesia y todas sus celebraciones. Y el sueño de su familia de que se ordenara sacerdote va perdiendo fuerza. En 1971 se confiesa por última vez.

    El 24 de marzo de 1972 asiste a un concierto de su ídolo David Bowie en una sala de conciertos de Newcastle llamada Mayfair Ballroom. Bowie estaba realizando por aquel entonces la gira mundial Ziggy Stardust. El local estaba medio vacío. Neil tomó fotos de su ídolo y cuando fue a verle a la salida, el cantante ya se había marchado.

    Un estudiante de historia en Londres

    Neil Tennant se va a estudiar a Londres en septiembre de 1972, con dieciocho años recién cumplidos. Durante diez semanas comparte habitación con otros dos chicos en una residencia para universitarios situada en el distrito de Holloway. Allí vivirá hasta el inicio de las vacaciones de Navidad. Tenían las paredes decoradas con pósteres del Che Guevara y los Beatles.

    La intención de Neil era entrar en la Universidad de Nottingham para estudiar Historia y Arqueología, más por capricho que por interés para su futuro profesional, pero no tenía las notas adecuadas. Además echó una solicitud en la Universidad de Aberystwyth (Gales) para estudiar lo mismo, pero tenía que pasar demasiadas pruebas y desistió del intento. También pensó en hacer un curso sobre Estudios de la Comunicación en la Universidad Politécnica Central de Londres, pero no entró porque se durmió antes de la entrevista de acceso. Finalmente se matricula en el North London Polytechnic (hoy llamada London Metropolitan University).

    Tras las vacaciones de Navidad, alquila un piso en Tottenham (en la calle Mount Pleasant) con unos amigos de Newcastle. Allí vivirá durante más de tres años. El barrio estaba poblado por inmigrantes de las Indias Occidentales que le harán valorar la música reggae que diariamente se escuchaba por el barrio. Logra así una nueva influencia musical. Sus compañeros de piso son Bill, un estudiante de moda, y su amiga de infancia Krysia. Otras amistades de la época son John Cooper, hoy día vicario en Emmerdale, y Christopher Dowell, antiguo miembro de Dust, que se fue a Londres para estudiar en la Universidad de Exeter.

    Un fin de semana viaja a casa de sus padres y asiste a un concierto de David Bowie. Aquel 8 de junio de 1973 por fin consiguió un autógrafo de su ídolo. Cada vez que vuelve a Newcastle a visitar a sus padres, estos suelen acompañarle a la estación en coche cuando se tiene que marchar. Solían entrar en la cafetería de la estación para tomar café. En cierta ocasión, su madre le ofrece un cigarrillo. Era su forma de darle la bienvenida al mundo de los adultos.

    Cierto día de 1974, John Cooper llega al piso de Neil acompañado de otro joven también oriundo de Newcastle llamado Eric Watson. Este último había llegado a la ciudad del Támesis para estudiar Bellas Artes. Krysia y Neil habían salido juntos pero, tras dejar la relación, Krysia y Eric se enamoran y se van a vivir juntos. Neil sale por entonces con una chica australiana llamada Caroline.

    Imitando a David Bowie, Neil se oxigena el pelo y poco después se lo tiñe de rojo. Cada vez que regresaba a casa de sus padres se lo volvía a teñir de su color original, algo que no engañaba a los padres. Cuando en su facultad todos llevan pelo largo, él lo lleva corto y además usa zapatos de mujer con plataforma, tan de moda a principios de los 70. Los vecinos del piso de abajo no se quejaban por el ruido que hacía con las plataformas, sino porque usaba esos zapatos.

    Sin embargo, aunque Bowie causa gran impacto en Neil, son los Beatles los que mayor influencia tienen en su concepción musical. Fueron los Beatles los que me hicieron querer ser una estrella del pop –declaró en 2013 a la revista MOJO–. En esta época pasa por varias fases: la fase Beatle, la de cantautor de los 70, la de tocar música disco con una guitarra, la fase rock o la fase new wave influida por Elvis Costello.

    Para ayudarse en sus estudios, era común buscarse un trabajo en alguna fábrica durante las vacaciones de verano. Neil decía que no le gustaba mancharse las manos, así que decide buscar trabajo en el Museo Británico. Normalmente no contrataban estudiantes en el museo, pero él llamó para preguntar creyendo que no le iban a dar la oportunidad, sobre todo teniendo en cuenta cómo se presentó a la entrevista: vestido todo de blanco, pantalones de campana, zapatos amarillos y azules de plataforma y el pelo teñido de rojo. Le dieron el trabajo inmediatamente.

    Le contrataron como ayudante en la biblioteca de manuscritos y su trabajo consistía en llevar un carrito con manuscritos originales (como El Mesías de Haendel, o manuscritos del compositor Gustav Holst). Dada su afición por la lectura, no tardaba en ojear manuscritos de literatos y compositores ilustres. Incluso dice haber encontrado la libreta de direcciones de George Bernard Shaw. Este trabajo también le permite consultar decenas de manuscritos históricos relacionados con sucesos políticos. Para Neil es un lugar con encanto, un sitio especial e incluso misterioso.

    A la biblioteca acudían investigadores de todos lugares, Neil buscaba el manuscrito que le pedían y lo entregaba al investigador que lo solicitase. Aquí trabajó dos años durante los veranos de 1973 y 1974. Durante este período sigue componiendo canciones que solo tocaba ante amigos. Lo hacía por placer, sin mayor aspiración, pues en ocasiones consideraba que ya había perdido la oportunidad de hacer algo serio en la música.

    Sin saber lo que le depara el futuro, escribe la que sería su primera crítica musical en el periódico New Musical Express. Fue sobre un concierto de Sex Pistols. Eric Watson fue quien le llevó a verles. También por esta época tiene sus primeras experiencias con LSD, tan de moda en los 70. Un día nublado tuvo una mala experiencia, un mal viaje. Él mismo reconoce que el consumo de ácido hizo que su concepción del mundo cambiara para siempre. Dice que se dio cuenta de que todo el mundo y todas las cosas obedecían a un patrón, incluso la basura tirada por la calle obedecía al mismo patrón que ordenaba el mundo. Esta experiencia le hizo entender la realidad de manera distinta el resto de su vida. En otra experiencia con ácido en 1974 afirma haber hablado con una rosa.

    Neil estudió en la universidad hasta julio de 1975. Finalmente se diplomó en Historia. Su nota final fue de 2.1. Pero no quiere marcharse de Londres. Piensa en hacer unos estudios de posgrado sobre Historia Imperial y la Commonwealth. Buscó trabajo en una casa de apuestas, de nuevo en Ladbrokes. Su trabajo consistía en anotar en una pizarra los resultados de partidos y de carreras de caballos, pero los clientes se desesperaban porque era lento y tenía una letra casi ilegible.

    No cesa en su empeño de ser cantautor. Por esta época revisa temas en solitario como ‘Telephone blues’ (originalmente incluida en su obra de juventud The Baby). Compone otros nuevos como ‘A man on the television’ o ‘Summer rain’. Acude a tocarlas en audiciones de discográficas que buscaban nuevos talentos. Algunas mostraban interés pero nunca se decidieron a ficharle. Llegó a tocar incluso en una audición para la discográfica que fundó Elton John llamada Rocket Records y en la cual publicaba sus discos desde 1972. Cada vez siente más que ya nunca tendrá éxito en la música y se limita a tocar para sus amigos en las reuniones y fiestas que celebran en sus pisos.

    En 1976 alquila una habitación en el barrio de Knightsbridge. Visita con frecuencia a sus amigos Eric y Krysia en su piso donde pasan veladas cenando, bebiendo vino, hablando de música y escuchándola: Tom Waits, Kraftwerk, David Bowie... Neil se decanta más por Elvis Costello, pero hablan de todos los estilos que conocen o están de moda: new wave, punk, pop, rock, clásica. A Neil no le gusta el punk. A quien más admira es a David Bowie, sin despreciar a grupos como Roxy Music, otro de los sus grupos favoritos, especialmente su segundo LP For your Pleasure (Island Records, 1973). Neil sacaba prestados discos de la biblioteca de Chelsea. Eran discos de The Clash, Elvis Costello, Billie Holiday y Noël Coward.

    Tennant pasaba las tardes en compañía de sus amigos escuchando discos como Innervisions (Tamla/Motown, 1973) de Stevie Wonder o el sencillo ‘God save the Queen’ de Sex Pistols. Tres discos tendrán una influencia decisiva en Neil: uno de Billie Holliday titulado The lady sings the blues (Clef Records, 1956), Transformer (RCA Records, 1972) de Lou Reed y The rise and fall of Ziggy Stardust and the spiders from Mars (RCA Records, 1972) de David Bowie.

    Marvel y el mundo editorial

    Sin saber muy bien qué hacer con su futuro, una amiga periodista (más tarde profesora) le informa a primeros de julio de 1975 sobre un anuncio en una publicación especial para periodistas llamada UK Press Gazette. Buscaban a un editor de producción para Marvel Comics. Fue a la entrevista y acto seguido viajó hasta Newcastle para celebrar su veintiún cumpleaños. El mismo día de su cumpleaños le regalan una guitarra nueva. Esto vuelve a animarle en su empeño musical.

    Cuando Neil era pequeño consiguió un disco de Cilla Black titulado Cilla sings a rainbow (Parlophone/EMI, 1966) y ahora es su disco favorito. La música sigue siendo una de sus mayores pasiones. De hecho, sigue empeñado en ser cantante y continúa componiendo. Desde que llegó a Londres se presenta a cuantas audiciones puede. Para las audiciones, Neil llevaba la guitarra que le regalaron para su cumpleaños. No disponía de grabadora donde registrar sus composiciones, así que tenía que memorizar todos los acordes. Cantaba dos canciones y una tercera la tocaba al piano. Únicamente le decían que tenía algo que todavía no había desarrollado. En una de estas audiciones se presenta ante el cantante y productor Jonathan King, que había puesto un anuncio en la prensa para buscar jóvenes talentos para su discográfica. Neil se puso sus mejores galas, fue al estudio de ensayo y tocó dos canciones al piano. King le dice con mucha diplomacia que sus canciones son demasiado introspectivas.

    A las tres semanas le llamaron para comunicarle el resultado de la entrevista: el trabajo era suyo. El hecho le disgustó levemente porque prefería haberse tomado un año sabático. El trabajo editorial consistía en adaptar la publicación mensual americana a todo color en cómics semanales en blanco y negro para el mercado británico. De esa forma, tenía que anglicanizar los americanismos⁸ que hubiera en las viñetas para evitar confusiones ortográficas a los niños británicos. Además debía supervisar las ediciones de Spiderman, El planeta de los simios y Conan, el Bárbaro entre otros. En ésta última publicación en particular, las protagonistas femeninas aparecían ligeras de ropa o con un escote demasiado pronunciado. Neil señalaba dichas viñetas y en el departamento de maquetación les dibujaban corpiños más decorosos.

    Las primeras seis semanas que constituyeron el período de prueba le pagaban veinticinco libras semanales. Luego le subieron el sueldo a treinta libras. Le pagaban los viernes y, teniendo en cuenta que pagaba dieciocho libras de alquiler a la semana, era frecuente que comenzase la siguiente semana sin apenas dinero.

    Neil también se ocupaba de escribir artículos varios sobre el mundo del cómic, de la página de las cartas de los lectores y de hacer concursos promocionales entre los mismos. Incluso llegó a organizar un evento cuando Stan Lee, creador de los superhéroes de Marvel, visitó Londres a finales de 1976 con motivo de la presentación de su libro Bring on the bad guys: Origins of the Marvel Comics villains (ed. Simon and Schuster, 1976) sobre el origen de los villanos que él mismo creó. Neil organizó una firma de libros y creyó que no acudiría nadie pero, ante su sorpresa, acudieron unos dos mil jóvenes. En otra ocasión hizo que el dibujante Herb Trimpe hiciera un dibujo de El increíble Hulk que apareció en portada de la revista Time Out.

    Por iniciativa propia, sugiere a la dirección crear una nueva sección en la publicación. La idea era hacer una serie de entrevistas a personajes conocidos que fueran aficionados a los cómics. Fue entonces cuando hizo su primera entrevista. El famoso elegido fue Marc Bolan, cantante del grupo T. Rex. Bolan era fan declarado de los cómics de Marvel. En el momento de iniciar la entrevista y tras escuchar la primera pregunta, le indicó educadamente a Neil que su grabadora estaba apagada y tuvo que enseñarle cómo funcionaba. Una situación que Tennant calificó de humillante. No en vano en la redacción de Marvel le apodaban Nebbo, acortamiento de nebuloso. Una forma de aludir de forma simpática a su dispersión mental y despiste. Bolan le regaló una copia de su nuevo disco, Futuristic dragon (EMI, 1976). Neil estaba tan nervioso que dice que su mayor arrepentimiento es no haber pedido que se lo firmara, sobre todo porque Bolan falleció en un fatídico accidente de tráfico en 1977. Otro ilustre entrevistado fue el músico escocés Alex Harvey.

    También le ofrecieron disfrazarse de Spiderman para salir en programas infantiles de la cadena televisiva ABC, pero lo rechazó. Precisamente, en uno de los actos que hacían para niños en la cadena ABC conoce a un tipo llamado Tom Watkins.

    A finales de 1977 deja Marvel y entra en una editorial llamada Macdonald Educational donde trabajará durante los siguientes cinco años. Aquí será editor de una exitosa colección de libros sobre decoración, cocina, peces tropicales y diversas tareas domésticas. También en este trabajo editó un libro muy popular titulado The dairy book of home management (Macdonald Educational Publishing, 1980), un libro de tareas domésticas con capítulos sobre jardinería, cocina o electricidad. El volumen podía conseguirse con las etiquetas de las botellas de leche y algo de dinero. El libro se hizo tan popular que llegó a ser el más vendido del Reino Unido. Se vendieron un millón cuantrocientas mil copias en tan solo mes y medio. En esta editorial supervisó además un libro sobre cocina familar francesa titulado French family cooking, otro de ajedrez, otro de squash, un manual para tocar la guitarra titulado Playing the guitar, etc.

    En cuanto a sus inquietudes musicales, su hermano Simon le decía que tenía que hacer algo con las canciones que componía. En 1978 se muda a un apartamento en King’s Road, en el barrio de Chelsea. Cierto día vio un anunció en el Melody Maker para hacer una audición en Clapham, al sur de Londres. La persona encargada de valorarle quedó impresionada y también le dijo que tenía algo y que debería hacer su propio grupo. En 1980 Neil ganó un dinero extra en el trabajo y alquiló un estudio al sur de Londres. Allí acudió con su hermano Simon y Sarah, la novia de este último, para grabar con su guitarra varios temas: ‘The taxi-driver’, ‘She’s so eclectic’ y ‘The man on the television’.

    Neil estuvo a punto de trabajar para la revista Reader’s Digest, pero una tensa discusión sobre política en la entrevista final con el editor le cerró las puertas del trabajo.

    Durante esta época tuvo lugar una disputa sobre despidos que llevó a cabo el sindicato nacional de periodistas. Neil, afiliado a dicho sindicato, participó en un encierro por turnos para ocupar las oficinas. Incluso fue uno de los negociadores. Finalmente, y gracias en parte a sus gestiones, el total de la plantilla de trabajadores fue readmitida.

    Después de cuatro largos años en la editorial, en 1981 es contratado por otra editorial, ITV Books. Aquí será el responsable de editar libros de cocina, de squash, etc. Sus contribuciones más destacables fueron un libro llamado Animals in action y otras colecciones de libros. Esta editorial solía también publicar libros relacionados con películas.

    Smash Hits

    En 1981 la revista musical para adolescentes Smash Hits encargó a ITV Books la edición de un libro sobre la película del grupo Madness, Take it or leave it (Dir, Dave Robinson, 1981). Aquí se encargará de la edición de un libro homónimo. Neil recuerda entonces que su amigo Eric Watson había hecho un curso preparatorio de fotografía y que había comenzado a especializarse en esta disciplina. Así que pide a Eric que haga las fotos del libro. Watson tuvo oportunidad de fotografiar a los miembros de Madness y Neil le llevó las diapositivas a Dave Hepworth, editor de Smash Hits. Además comisionó a Steve Bush (por entonces diseñador de dos de las publicaciones más importantes del Reino Unido a inicios de los años 80, Smash Hits y The Face) para que diseñase el libro.

    Desde entonces Eric Watson se convirtó en el fotógrafo más representativo de Smash Hits y fue quien más portadas firmó. Por su objetivo pasaron músicos como Adam Ant, Culture Club, Eurythmics, Madonna y muchos más artistas del momento.

    En la revista quedaron encantados con el trabajo de Neil. Cierto día Dave Hepworth le llamó por teléfono para invitarle a comer y le ofreció un puesto fijo en la revista. Hepworth sabía de los amplios conocimientos musicales de Tennant. Así pues, Neil entró a trabajar para Smash Hits en junio de 1982 como editor de noticias. La primera entrevista que hizo fue a Yazoo, que por entonces triunfaban con el sencillo ‘Only you’. Pronto comienza también a viajar al extranjero. Para su primera entrevista en otro país viaja a Estocolmo, donde entrevistará al grupo Squeeze. Con su despiste habitual, Neil pregunta a los integrantes de la banda lo mismo que le acaban de responder. En Smash Hits también acompaña al grupo escocés Big Country durante una gira. En otra ocasión entrevista a Paul Weller, con quien mantuvo una acalorada discusión sobre el dinero.

    Pero su verdadero trabajo importante para la publicación fue cuando le encargaron la edición del anuario de 1982. Smash Hits sacaba a finales de año un libro como resumen de las noticias más destacadas publicadas por la revista. Pronto comienza a destacar por su creatividad y el humor que imprime en sus escritos. Una idea que se le ocurre a Neil para la Navidad de 1982 fue regalar un flexidisc con cada copia de la revista. Con una duración de algo más de doce minutos y simulando estar en una fiesta, destacadas estrellas del momento como ABBA, Bananarama, Culture Club, Madness, o The Police felicitan las fiestas navideñas mediante una grabación de voz.

    El trabajo en la revista musical amplía aún más su espectro musical. Conoce diversos estilos con todos los discos promocionales que llegan a la redacción. Vivió en primera persona el interior de los mecanismos de promoción y difusión de la música, así como el ascenso de los actos musicales más importantes de inicios de los años ochenta.

    En la misma revista coincide con un antiguo amigo que también iba los sábados por la mañana al Young’s People Theatre: Dave Rimmer. En su libro publicado años más tarde y titulado Like punk never happened - Culture Club and the new pop⁹ (Faber and Faber, 1986), Rimmer afirma que Neil Tennant, Eric Watson y él mismo eran conocidos en la redacción como la mafia de Newcastle. Rimmer define en el mismo libro a la revista The Face como la "prima mayor de Smash Hits", queriendo decir que estaba destinada a un público más mayor, aunque igualmente joven. También dice que los periodistas del New Musical Express eran sus competidores y les llamaban los del playpen.¹⁰

    Sin embargo, Neil no olvida su pasión por la música y la composición. Años después reconocería que volviendo a casa desde la redacción de Smash Hits escribió no pocas canciones sentado en el autobús.

    Al año siguiente a Neil le ascendieron al puesto de editor adjunto. Aquí realizó numerosas críticas de discos, conciertos y entrevistas a las más importantes estrellas de música pop del momento. Además editó los anuarios de los años 1982, 1983 y 1984.

    Precisamente en agosto de 1982 viaja por primera vez a los Estados Unidos para entrevistar a Genesis. Mike Rutherford tuvo que llevarle en su coche hasta Nueva York porque el autobús de la gira se averió. Neil recuerda cómo pararon para pagar el peaje de la autovía y detenerse junto a una furgoneta en la que se oía ‘Planet Rock’ de Afrika Bambaataa, sonidos con los que dice estar obsesionado y que asociará a partir de ahora con la ciudad de los rascacielos. Durante el mismo viaje entrevistará a Kool and the Gang.

    El éxito de la revista en el Reino Unido (se vendían hasta ochocientas mil copias cada quincena), hace que desde la dirección se plantearan sacar una versión americana. A finales de 1983, Neil es enviado de nuevo a Nueva York por la dirección de la revista. Su misión es asesorar a David Keeps en el lanzamiento de la versión americana de Smash Hits que allí se llamaría Star Hits y que saldría desde el inicio de 1984.

    Un recurso usado por Neil y otros compañeros en las entrevistas de Smash Hits consistía en desconcertar a la estrella entrevistada con una pregunta inusual. La pregunta clásica que Neil solía hacer era: ¿Tu madre juega al golf?. Esta pregunta la consideraba reveladora sobre la familia del artista porque su madre, padre y hermano Philip jugaban al golf. De hecho, su madre fue la Capitana de las damas del club de golf de Newcastle. Otra pregunta extraña que hacía Neil era "¿Conoces a alguien

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