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Tr3s palabras… y algo más.
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Libro electrónico179 páginas2 horas

Tr3s palabras… y algo más.

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Tr3s palabras… y algo más... es un volumen en el que su autor Emir García Meralla hace una recopilación de artículos escritos y publicados donde realiza un análisis critico acerca de la música, álbumes, temas, músicos cubanos y otros aspectos interesantes acerca de los diferentes géneros que integran el amplio caudal de la cultura musical cubana.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento24 jul 2019
Tr3s palabras… y algo más.
Autor

Emir Gracía Meralla

EMIR GARCÍA MERALLA (La Habana, 1965). Musicógrafo, periodista, guionista y consultor cinematográfico en temas musicales. Desde hace anos trabajos suyos sobre acontecimientos de la música cubana se publican regularmente en diversos medios cubanos y extranjeros. Guionista de la película Facundo Bacardí la leyenda del ron, producción de la Televisión de Cataluna, y asesor del largometraje cubana Bailando con Margot. Tiene dos libros publicados: Hágase la timba (Ediciones Nicosia, 2001) y Apuntes para un baile inconcluso (Ediciones Cubanas, 2018).Tr3s palabras... y algo más... (Locos X la música) es su primer libro digital donde se aborda un análisis crítico de la discografía del sello BISMUSIC en los últimos 15 anos, desde una perspectiva amena.

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    Tr3s palabras… y algo más. - Emir Gracía Meralla

    TR3S PALABRAS... Y ALGO MÁS...

    Locos X la música

    Emir García Meralla

    Música

    Edición y corrección: Nancy Maestigue Prieto

    Diseño y composición: Rafael Lago Sarichev

    Conversión e-book, ajuste de imágenes y revisión: Rafael Lago Sarichev

    © Emir García Meralla, 2018

    © Sobre la presente edición:

    Ediciones Cubanas Artex, 2018

    TR3S PALABRAS… Y ALGO MÁS…

    Colección Arte / Música

    ISBN: 978-959-7245-77-3

    Sin la autorización de la Editorial queda prohibido todo tipo de reproducción o distribución del contenido.

    Ediciones Cubanas, ARTEX

    5ta. Ave., esq. a 94, Miramar, Playa, Cuba

    E-mail: editorialec@edicuba.artex.cu

    Telf: (53-7) 204 5492, 204 3586, 204 4132

    https://www:youtube.com/user/BisMusicOfficial

    SINOPSIS

    Tr3s palabras… y algo más... es un volumen en el que su autor Emir García Meralla hace una recopilación de artículos escritos y publicados donde realiza un análisis crítico acerca de la música, álbumes, temas, músicos cubanos y otros aspectos interesantes acerca de los diferentes géneros que integran el amplio caudal de la cultura musical cubana.

    SOBRE EL AUTOR

    Emir García Meralla (La Habana, 1965). Musicógrafo, periodista, guionista y consultor cinematográfico en temas musicales. Desde hace años trabajos suyos sobre acontecimientos de la música cubana se publican regularmente en diversos medios cubanos y extranjeros. Guionista de la película Facundo Bacardí la leyenda del ron, producción de la Televisión de Cataluña, y asesor del largometraje cubana Bailando con Margot. Tiene dos libros publicados: Hágase la timba (Ediciones Nicosia, 2001) y Apuntes para un baile inconcluso (Ediciones Cubanas, 2018).

    Tr3s palabras... y algo más... (Locos X la música) es su primer libro digital donde se aborda un análisis crítico de la discografía del sello BISMUSIC en los últimos 15 años, desde una perspectiva amena.

    ÍNDICE

    TR3S PALABRAS… Y ALGO MÁS…

    LA EVOLUCIÓN DE DAVID BLANCO Y LA MÍA

    JACKELINE VELL O CÓMO MIRAR EL POP DE OTRA MANERA

    POP CUBANO: ENTRE EL IR Y EL VENIR DE UNA UTOPÍA

    CUBANOS POR EL MUNDO E INTERACTIVO… ¿Y LA MÚSICA QUÉ…?

    LAS DEUDAS DEL ROJO O EL AMOR DE KELVIS

    OTRO GOLPE DE BAJO

    MÚSICA A LA CARTA O UN BUEN AÑEJO SONORO

    MÁS ALLÁ DEL OTOÑO: DEL VERSO, LA VOZ Y EL ALMA

    MARÍA VICTORIA Y PANCHO AMAT: SI DE RAÍCES SE TRATA... ENTONCES...

    LÁZARO VALDÉS Sr. O CÓMO LA MÚSICA FUNCIONA

    LA INDETENIBLE NOVEDAD DEL SON

    HAILA, TAL PARA CUAL

    GENTE CITADINA Y UN CoraSón QUE SE EXPANDE EN ENFUSIÓN (I)

    GENTE CITADINA Y UN CoraSón QUE SE EXPANDE EN ENFUSIÓN (II)

    GENTE CITADINA Y UN CoraSón QUE SE EXPANDE EN ENFUSIÓN (III)

    ENTRE LAS DOS AGUAS DE CELINA, MARÍA VICTORIA Y OTROS CANTOS Y RITOS

    EL QUE MÁS GOZA O ESAS COSAS DEL DANZÓN

    DE CUANDO EL SON TOMA LA RUTA DEL RETORNO O DA UN SALTO MÁS ALLÁ DE LO IMAGINABLE

    DE CUANDO EL CHARANGÓN DE REVÉ ERA EL COMIENZO DE ALGUNOS CAMINOS (I)

    DE CUANDO EL CHARANGÓN DE REVÉ ERA EL COMIENZO DE ALGUNOS CAMINOS (II)

    CIERTAS PALABRAS… DE MARTA Y DE HAYDEÉ

    FANTASMAS CLÁSICOS Y CUBANOS AL SAXOFÓN

    CANCIONES DE BOLSILLO… ALGUNAS COSTURAS NECESARIAS

    CAMARERO DÉJEME ESOS BOLEROS (I)

    CAMARERO DÉJEME ESOS BOLEROS (II)

    CASOS Y COSAS DE JUANA

    CALENTANDO EL RITMO CON EL CONJUNTO CASINO

    QUÉ JÓVENES SON AUNQUE DEL CAYO VENGAN

    FRENAR O NO FRENAR… ¿THAS IS THE CUESTION?

    ORQUESTA REVÉ: DEL AGUA AL ASFALTO… ¿…QUÉ SE COMENTA…?

    ADALBERTO ÁLVAREZ: APAGA EL FOGÓN Y PRENDE EL CD

    MARCANDO LA DISTANCIA

    GIRALDO PILOTO, KLÍMAX Y LA DEUDA QUE AÚN SUEÑA

    ADALBERTO ÁLVAREZ, EL SON Y UN GRAMMY AL DOBLAR DE LA ESQUINA

    BE (AT) CUBANO… CUBANO BOP

    Y VUELVE BIS OTRA VEZ CON EL CUENTO DEL TRABUCO

    NOVIA DE FRANK… NOVIA DE TODOS… NOVIA MÍA…

    TR3S PALABRAS… Y ALGO MÁS… [índice]

    La economía, como ciencia, es aplicable a todas las esferas de la vida, el hacer y andar de los hombres. De ese hacer y andar se ha definido a la música como un todo que agrupa dos de los peldaños sobre los que se ha alzado el saber: las matemáticas y la literatura. Imaginemos a Pitágoras de Samos músico y a Don Miguel de Cervantes matemático, agreguemos a nuestro coctel de sabiduría a Adams Smith como arreglista y orquestador…; solo faltan la guinda, la hierba buena, la angostura y el hielo. Lo servimos en un vaso de ocho onzas (bien largo); adornado con una rodaja de piña y podemos nombrar al trago de marras: Bolero.

    Acoto, amigo lector, que la paternidad de la criatura sería compartida por muchos; de hecho cada maestro cantinero —bar tender se hacen llamar hoy, a tenor con los nuevos tiempos— tiene su propia manera de preparar tan sofisticado brebaje que por más de un siglo ha acompañado las cuitas, los desvelos y anhelos de amantes, seres despechados, naciones conmovidas y cuantas especulaciones se nos puedan ocurrir mientras se disfruta del placer del amor y el desamor.

    Por uno de esos vericuetos que tiene la vida, y que recorremos la mar de las veces en paralelo con ella, hace un tiempo que por estos lares se le conoce como «cheos» a quienes aman este coctel; y es que beber en los bares donde José José; José, que no Cheo, Feliciano, Roberto Carlos, y otros tantos campean por su respeto demerita a algunos y habla de cierta condición estética reprobable por los demiurgos del «buen arte y buen gusto». Otra causa para ser denostado como todo un vulgar «cheo» tiene origen lombrosiano e involucra al barrio o reparto en que se ha nacido y se vive en la ciudad… Aquí me permito citar a don Nicolás Guillén, cuando afirmo: «¡Puaf, pura porquería!».

    Lo anterior sirve de preámbulo para presentar el CD Así no más, de Emilio Veitías y TR3S Palabras; producido por BIS MUSIC y en el que está presente el amor por «lo cheo» de José (otro más) Manuel García y que fuera presentado en la edición veinte del CUBADISCO de 2016.

    Definamos que Emilio Veitías es conocido en el ambiente musical como baterista de agrupaciones de pop/rock, en los que ha dejado su impronta, de la que otros hablarán en su momento; pero por obra y gracia de la vida, acompañado de una guitarra se nos presenta hoy con once temas en los que manifiesta su pasión por el bolero; pero no el bolero de martillo y punteo de guitarra, o aquel otro de orquestaciones fastuosas, vinieran de conjuntos o jazz band; tampoco es el bolero de dos guitarras y requinto de los grandes tríos. No, es el bolero de estos tiempos, cargado de influencias del blues, del funky, o de la bossa nova; y que refleja las inquietudes y frustraciones amorosas de su generación y/o de quienes lo rodean.

    Son temas sencillos, sin grandes alardes lingüísticos, ni imágenes rebuscadas, que están pensados para la cotidianidad del hombre que vive en tiempos de Facebook y Twiter, y se soportan musicalmente en una formación cercana a lo acústico que no pasa de un simple trío de dos guitarras y batería, más algunos añadidos sintetizados —o secuenciados— para dar color musical.

    Pero este decir no surge de manera espontánea, no es el agua tibia, tuvo antecedentes en los años sesenta con las composiciones de Armando Manzanero que cantaban a lo cotidiano desde la humildad y evitando los desgarramientos superlativos presentes en las obras de quienes lo precedieron. La referencia más cercana, en nuestro contexto, bien se pudiera encontrar en algunas composiciones de Osvaldo Rodríguez o de Vicente Rojas, salvando las sabidas distancias estéticas.

    Así no más es un disco calmado, tal vez interpretando la personalidad de Veitías, superado el instrumento de percusión, que no satura mientras se escucha, por lo que el aburrimiento o la saturación parecen desterrados en su música.

    Emilio Veitías ha bebido de la buena literatura; debe haber leído los poemas de Jorge Luis Borges, las novelas de José Donoso y el teatro de Pirandello; pero también carga en sus alforjas con lo mejor del jazz, el rock y el pop hecho en el mundo y aquí, incluyo la rebeldía inagotable de los Rolling Stone y la genuflexión propia de la clase media de Los Beatles. Del mismo modo que no reniega de Sindo Garay, de María Teresa Vera y de Benny Moré; pero también sabe de la existencia de Los Panchos, del Trío Taicuba; de Silvio, Pablo, Sabina; con ellos tiene 180 grados del circulo vital en que mueve su música; la otra mitad de esta circunferencia corresponde a «o cheo» y no se avergüenza de ello, gesto loable de quien con hidalguía sabe de la virtud de toda la música.

    Así no más, bien puede ser una puerta para que los puristas musicales entiendan que «ser cheo» está en la idiosincrasia de cada uno de nosotros, o ¿es que acaso una decepción amorosa, o el sentir la adrenalina y el despertar de las hormonas cuando se descubre «el objeto/sujeto amado» requiera de Vivaldi y Debussy para vivirlo…» y qué decir entonces de quienes al amor ponen poesía de Rimbau?: pacatos y epatantes… José (nos siguen, será coincidencia) Ángel Buesa es más reconfortante y terrenal.

    Economía y literatura hay en esta producción y por qué no un poco de filosofía que trasciendo a Kant y a Spinoza (yo confio más en Chacumbele cuando del corazón se trata), que muestra otra arista del pop cubano actual.

    Y hablando de economía suscribo entonces la frase del compositor cubano Osvaldo Farrés, una vez terminada la audición de este disco, cual cheo cotidiano: «¡Cómo me gusta!».

    LA EVOLUCIÓN DE DAVID BLANCO Y LA MÍA [índice]

    Confieso que estoy en franca evolución musical; ahora; además de la buena salsa, la buena rumba y un buen timbón comienza a gustarme el pop. Digo pop y afirmo que comienza a gustarme no por modismo o por la sencilla razón de que es necesario estar en la onda pop para no salir del candelero; simplemente comienza a gustarme y al igual que con las mujeres y el buen ron soy selectivo. Los años de vida me permiten ese desliz.

    Del pop que comienza a gustarme tengo mis parcelas y en una de ellas me he permitido un surco para David Blanco, quien poco a poco ha venido llenando mis expectativas y superando mis cada vez más odiados niveles de exigencias. Hagamos justicia a mi gusto y de paso a este «otro Blanco» de la música cubana.

    Hace ya unos diez años en la oficina de Federico García, que por aquel entonces era uno de los zares de la música cubana cuando presidía Caribean Production Inc.; tuve la suerte de conocer al productor musical español Cejú Monzón quien entre tragos y fanfarronerías propias del mundillo de la música me habló del potencial de algunos jóvenes músicos que había venido descubriendo y que pensaba lanzar en el mercado español; lo que a diferencia de su compatriota García, su mundo era el de la música pop, el rock y otras tendencias. En aquella oportunidad no hubo nombres aunque meses después Federico García, su compañía y sus sueños musicales desaparecieron del mapa social; no así Cejú Monzón que hubo de mudarse a unas cuadras de mi casa y por vez primera me habló de David Blanco, cuyo nombre retuve asociándolo con el de los «otros Blancos» de la música cubana (en especial el gran JUAN y sus hijos Juan Marcos y Enmanuel); a pesar de que para aquel entonces mis sueños musicales se concentraban en las noches habaneras dentro de la revista Salsa Cubana.

    Pero soy un hombre de música y me corren notas por las venas.

    Una vez superado el error del Milenio volví a encontrar al promotor español y con detenimiento escuchamos las maquetas de lo que sería el primer disco de David Blanco y cuál fue mi sorpresa al encontrarme con «otra» interpretación de la música cubana desde el pop que no había imaginado. Eran las bases del disco que lanzó a Blanco al mercado tanto cubano como español, el mismo año en que Moneda Dura ponía a bailar a toda Cuba con aquello de la Buena onda, una timbita light como la definiera mi amigo Helio Orovio. Entonces lo cubano aún hacía furor en el mundo y si no girabas en la órbita de lo tradicional (sones de tónica y dominante reciclados a cualquier precio) estabas fuera de lugar. Era cierto había otra zona de la música cubana que desde lo auténticamente nacional se comenzaba a abrir paso con una pluralidad asombrosa; solamente tenía una pose indefinida y era que le llamaban «fusión» y en el saco de la «fusión», además de uranio caben cualquier cosa y cualquier gente.

    Sin embargo

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