DEJAD QUE LOS NIÑOS VENGAN A MÍ, NO SE LO IMPIDÁIS PORQUE DE LOS QUE SON COMO ÉSTOS ES EL REINO DEL ROCK
Yo vengo de una infancia en blanco y negro donde este tipo de festivales eran inimaginables El corte Ingles o Radio Barcelona ocasionalmente organizaban algo para los críos de la época, todo bastante triste rancio y con olor a naftalina de ropa dominical. Los domingos amanecían más tarde, olían a Eko (bebida de cereales) y café barato, la vetusta radio de válvulas que había en el escueto comedor escupía una y otra vez la canción “Yo soy aquel negrito del África tropical que cultivando cantaba la canción del Cola Cao…”, mientras tu madre te ponía de bonito la SER o RNE emitían una sardana para acto seguido pasar al Tocadiscos flamenco de o los fantásticos boleros de o . Nuestros padres eran de posguerra y nos criaron en la calle, por tanto, mis matinales domingueras en los años 70´s consistían en jugar con un balón de plástico en la placeta del barrio con el ojo puesto a que no viniera el “guripa” (guarda de parques de la época en Barcelona) y te lo quitara, si lo conseguía no quedaba otra que jugar a las canicas o a las chapas.
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