5 Relatos Eróticos Lésbicos

Por Aurora Florbella

Sumérgete en el sensual mundo del amor femenino con estas cautivadoras historias. En este libro, te lleva a una dimensión apasionada donde sólo las mujeres se aman. 

 

La mujer de mis sueños

¿Por qué los más mínimos pensamientos sobre ella me dejan sin aliento? ¿Y por qué siempre me siento tan culpable? Desde el embriagador aroma de su perfume hasta su visionaria belleza, todo sobre ella está constantemente en mi mente, e incluso ahora, cuando estoy en casa, llena mis pensamientos y lucha por infectar mi imaginación y encender los deseos ocultos que siento por ella.

 

Fantasía sexual 

Estaba en una fiesta con unos colegas, pero la velada no era TAN festiva como para querer quedarme allí mucho tiempo.  Así que fui con uno de mis colegas a otro pub para encontrarme con unos amigos que estaban de marcha.
Entre ellos había un tipo con el que me había enrollado muchas veces. Era un juguete divertido, pero era más un compañero que otra cosa.  Había engañado a su novia conmigo, y aunque yo no lo sabía en ese momento -fue bastante al principio de la relación, tanto con su nueva novia como conmigo-, después no me pareció especialmente bien. La infidelidad es algo que no me gusta.  

 

Dos chicas juguetonas

Todo el mundo quería follársela. Era impresionante, alta, delgada y guapa, musculosa sin ser masculina. Su pelo rubio le llegaba hasta la mitad de la espalda y tenía un par de tetas perfectamente proporcionadas. La forma en que se movía hacía que los chicos de su clase la miraran con deseo cada vez que salía por la puerta.

Mi primera experiencia como amante secreto

Nos conocimos en un canal de chat online hace unas semanas, este será nuestro primer encuentro en la vida real. Nos conocimos en un canal de BBW, no es que yo sea una BBW, pero ella sí. Soy una mujer normal, delgada, casada, de 36 años, que se enamora de las chicas BBW con demasiada facilidad, especialmente de las que tienen entre 45 y 55 años. Mirenda tiene 52 años, está casada, tiene el pelo gris y es una BBW. Busca un amante secreto.

Colegiala

Svea es el nombre de mi novia y siempre he estado un poco celosa de ella, siempre consigue a los mejores tíos y esas cosas, pero después del colegio paseamos por la ciudad, cuando volvimos a casa nos desviamos a la tienda de condones, miramos consoladores y nos reímos un poco. algunos eran muy grandes y otros pequeños. "Imagínate lo bien que se siente cuando está girando dentro de ti", mientras ella se reía y lo devolvía a su sitio.

Trabajos de renovación

"Martin, soy yo", dije en voz baja, deslizando los dedos bajo mis bragas, que brillaban dulcemente. "Tengo un problema".
"¿De qué se trata? ¿Estás enferma?" La voz de Martin sonó inmediatamente un poco más alerta y preocupada.

"No, ni mucho menos. Pero no puedo dormir... I..." Suspiré, en parte por resignación ante mi estado y en parte por placer, porque mis dedos habían encontrado mi coño húmedo. Caliente, hinchado y palpitante de deseo...

"Oh, estás cachonda", dijo Martin, y por su voz me di cuenta de que sonreía.

Le devolví la sonrisa. "Sí. Estoy tumbada en la misma cama que Jeanette y...".

"Pues cógela".

• Idioma: Español
• Editorial: PrensaPrisma
• Fecha de lanzamiento: 5 abr 2024
• ISBN: 9798224011643

Vista previa del libro

Nota: Todas las personas que aparecen en este libro han alcanzado la mayoría de edad. Todos los actos sexuales tienen lugar por voluntad propia.

La mujer de mis sueños

Fantasía sexual

Dos chicas juguetonas

Mi primera experiencia como amante secreto

Colegiala

Trabajos de renovación

La mujer de mis sueños

¿P or qué los más mínimos pensamientos sobre ellos me dejan sin aliento? ¿Y por qué siempre me siento tan culpable? Me vuelve loca en el trabajo, parece estar en todas partes e incluso cuando no está tengo constantemente imágenes suyas en la cabeza que no se van y me distraen de mi trabajo, que luego ella se queja de que no es lo suficientemente bueno o de que tiene claras carencias. En realidad no puedo decirle que ella es la razón. Desde el embriagador aroma de su perfume hasta su visionario buen aspecto, todo lo relacionado con ella está constantemente en mi mente, e incluso ahora, cuando estoy en casa, llena mis pensamientos y lucha por infectar mi imaginación y encender los deseos ocultos que siento por ella. Mi imaginación es fuerte, mi voluntad se derrumba poco a poco y mi moderación se desmorona mientras estoy sentado en casa, y aunque es imposible, puedo oler su perfume, un aroma inconfundible, sensual y dulce que llena mis fosas nasales y domina mis pensamientos, debilitando aún más mi determinación.

Siempre he tenido un fuerte deseo sexual que a menudo no satisfacían mis parejas masculinas, y quizá por eso me siento atraído por ella: su belleza es sobrecogedora, su voz tentadora de tonos aterciopelados. Los constantes pensamientos sexuales sobre ella me vuelven loco y recorren mi cuerpo, siento un cosquilleo de deseo encenderse en mi interior y el anhelo de su tacto y la necesidad de su total atención adornan mi cuerpo. Veo sus dedos largos y bien cuidados, con uñas de dos centímetros de largo, meticulosamente arregladas y modeladas hasta el más mínimo detalle. Su top corto y ajustado, que muestra tan bien sus curvas femeninas, se ve realzado por su sujetador push-up, que hace que la visión sea casi celestial.

Oh, cuánto he anhelado recostar mi cabeza entre sus pechos, apoyar mi cara en esas sensuales almohadas, besar y lamer cada centímetro de su belleza impecable. Casi puedo sentir cómo mi lengua se desliza sobre ella, cómo mis labios se amoldan a su forma mientras abandono un delicioso abrazo lleno de lujuria y deseo eróticos. Le lamo el pezón, besándolo, chupándolo y lamiéndolo, sintiendo cómo se agranda y se pone rígido, mis dientes lo mordisquean y muerden suavemente mientras mi lengua lo acaricia, lo masajea y baila sobre él. Instintivamente, mis manos empiezan a abrir el grueso albornoz de rizo en el que estoy envuelta. Una mano se mete bajo la bata, busca mi pecho, los dedos se deslizan alrededor del pezón cada vez más grande, tocándolo, presionándolo, masajeándolo, pellizcando el pezón entre dos dedos y tirando suavemente de él. Mi respiración se hace más pesada, más frecuente.

Imagino cómo me tocan sus manos, cómo sus dedos pellizcan mis pezones entre ellas, se ponen más duros, más rígidos. La imagino masajeando ambos pechos, sintiendo mis pezones contra sus palmas, acariciando la superficie sensible de mis pechos, qué delicioso sería sentir su lengua deslizándose sobre mis pechos o sus labios envolviendo mis pezones, una boca anhelante y llena de deseo,