Sobre avivar el fuego trató aquella noche de viernes llamada El Festín. En la invitación digital de @laeroteca* (quien organizó todo) la frase "Hay llamados que no se repiten" me hizo no dudar. Acepté. Enseguida elegí mi en la cabeza: negro, transparencias, encaje, medias, siluetas cortas… cliché o no, mi sensualidad empezó ahí. Luego vino el rocío de mi más unos toques en las muñecas de y mis labios deslavados. La curiosidad me llevó hasta una casona en la Roma; en la entrada, un balcón y, ahí, dos mujeres semidesnudas contoneándose tomadas de los barrotes al ritmo de la sensual música. Me quedé admirándolas. Me distrajo solo el hombre de buen ver que de pronto ya bailaba a mi lado también con las notas y para ellas. Empezó mi experiencia.
Performances eróticos inmersivos
Feb 20, 2023
4 minutos
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