En la pelicula Manhattan, Woody Allen se sorprende cuando la joven Mariel Hemingway le dice con cierta malicia: «¿Por qué no hacemos… cosas prohibidas?». Él piensa por un momento esa proposición erótica y responde: «Tendré que ir a por mi traje de buzo».
En la sexualidad la fantasía puede ser un ingrediente importante y también un catalizador de la excitación. Las fantasías sacan a la luz los deseos ocultos de una persona y los obstáculos que la separan del placer.
Del sexo reproductivo al sexo recreativo
Las fantasías sexuales eran pecaminosas en algunas religiones, y hasta la psiquiatría las ha considerado como una perversión de personas insatisfechas e inmaduras. Hoy aparecen más bien como un componente más de la vida.
La capacidad de fantasear y jugar es inherente al ser humano. ¿Por qué no ha de estar presente la fantasía erótica, junto a otras sensaciones placenteras? Este aprendizaje, si se