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El Único Libro Que Necesitas Para Establecer Límites Saludables: Cómo Dejar de Complacer a la Gente, Decir No, Tener Relaciones Felices, Dejar de Pensar Demasiado y Aumentar Tu Confianza.
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El Único Libro Que Necesitas Para Establecer Límites Saludables: Cómo Dejar de Complacer a la Gente, Decir No, Tener Relaciones Felices, Dejar de Pensar Demasiado y Aumentar Tu Confianza.
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El Único Libro Que Necesitas Para Establecer Límites Saludables: Cómo Dejar de Complacer a la Gente, Decir No, Tener Relaciones Felices, Dejar de Pensar Demasiado y Aumentar Tu Confianza.

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Libérate del Complacer a los Demás: Domina el Arte de Establecer Límites Saludables

Si siempre has deseado la libertad de establecer límites firmes pero compasivos, pero te encuentras atrapado en el ciclo de complacer a los demás, entonces sigue leyendo...

Dentro encontrarás la hoja de ruta que me guió desde la debilitante posición de sacrificar mis necesidades a convertirme en alguien a quien la gente realmente respeta, en lugar de permitir que se aprovechen de mí.

¿La diferencia fundamental? Desbloquear los secretos para establecer límites que transforman relaciones y elevan tu autoestima.

La mayoría de las personas que anhelan relaciones más saludables no se dan cuenta del poder transformador de establecer límites.

Escribí este libro para desvelar el misterio para ti.

Hoy, disfruto de una vida donde establezco límites sin culpa, cultivo relaciones significativas y me regocijo en el resplandor del amor propio y la confianza.

Los métodos dentro de estas páginas son tan potentes; se integran sin problemas en tu vida, ayudándote gradualmente a reescribir años (o décadas) de complacer a los demás.

Dentro, descubrirás:

  • Las 7 Maneras Comprobadas de Establecer Límites que Fomentan Relaciones Saludables
  • Las 4 Cosas Esenciales que Debes Saber Sobre el Establecimiento de Límites
  • Por Qué las Acciones 'correctas' Comúnmente Percibidas Pueden Obstaculizar Tu Progreso – Y Qué Hacer en Su Lugar
  • Cómo Lograr la Asertividad Sin Sacrificar la Empatía
  • Desmitificando 5 Mitos Dañinos Perpetuados por el Enemigo Común del Establecimiento de Límites
  • Un Truco que Ahorra Tiempo y Cordura y que Requiere Solo Un Cambio Simple en Tu Enfoque
  • Una Técnica Poderosa Avalada por Influencers y Figuras de Autoridad, Empoderándote para Mantenerte Firme en Tu Autoestima
  • El Mayor Error que la Mayoría de la Gente Comete en el Ámbito de Establecer Límites – Y Cómo Evitarlo
  • Los 3 Mejores Recursos para Apoyar Tu Camino Hacia el Establecimiento de Límites Sin Culpa

¡Y Mucho Más!

Si Deseas una Vida Donde Confíes en Establecer Límites, Cultives Conexiones Significativas y Abrazes el Amor Propio y la Confianza, ¡Empieza Hoy Mismo!

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento9 abr 2024
ISBN9798224236800

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    El Único Libro Que Necesitas Para Establecer Límites Saludables - Natalie M. Brooks

    1

    EL ARTE DEL NO SALUDABLE: ACEPTAR TU PODER

    Imagina que llevas una bolsa grande y pesada todo el día. En esa bolsa hay cosas para el trabajo, cosas para otras personas y tal vez algunos objetos que tú quieres. Ahora, imagina que alguien se te acerca con otra cosa y te pide que la metas en la bolsa. Sientes los brazos cansados, la espalda dolorida y no tienes más espacio. Pero, ¿qué ocurre si sigues diciendo cada vez que alguien te lo pide? Esa bolsa se volverá demasiado pesada, y puede que te caigas bajo todo ese peso.

    En la vida, esta bolsa es como tu tiempo y tu energía. Cuando la gente te pide que hagas cosas -como ayudar en un proyecto, acudir a un acto o asumir una tarea extra- es como si te pidieran que metieras algo más en tu bolsa. No todo cabe, y no todo debe caber. A veces, tienes que decir no para evitar que tu bolsa se llene demasiado.

    El poder de decir no no consiste en dar la espalda y dejar a la gente fuera; consiste en saber lo que ya está en tu bolsa y cuidarlo bien. Si tenías pensado sentarte, levantar los pies y simplemente tomarte una noche libre para descansar, eso ya es algo importante en tu bolsa. Mantener ese tiempo para ti es tan clave como cualquier otra tarea que tengas.

    Por ejemplo, pensemos en tu amigo que te pide que cuides a sus hijos una tarde. Si dices porque sientes que tienes que hacerlo, en realidad estás diciendo no a ese escaso tiempo de tranquilidad que te prometiste a ti misma. Tu paz y tranquilidad se esfuman, mientras que tu maleta se hace más pesada al tener que añadir el cuidado de los niños.

    La Dra. Brené Brown, una voz inteligente y comprensiva sobre temas como el valor y el amor, nos dice que para decir no hacen falta agallas. No es fácil porque te puede preocupar molestar a los demás o hacerles creer que no te importan. Pero poner límites es un acto de bondad contigo mismo. Significa poner un círculo alrededor de tu tiempo y decir: Este espacio es para mí.

    Por eso decir no es tan liberador. Cada vez que lo haces, recuperas un poco de control sobre tu bolsa. Tú decides lo que entra y lo que se queda fuera. Te sientes bien sabiendo que puedes elegir, y de ahí viene la libertad. De repente, no te limitas a llevar lo que todo el mundo te da, sino que eliges y seleccionas las mejores cosas que hacen que tu día sea más alegre, tus pasos más ligeros y tu vida mejor.

    Decir no es como decirle a tu bolsa: No todo cabe, y no pasa nada. Cuando haces esto, dejas espacio para las cosas que te encanta hacer y las personas con las que te encanta estar. Tu energía es limitada, pero cuando la dedicas sólo a lo que realmente importa, disfrutas mucho más de tu tiempo.

    Para empezar, tómate un poco de tiempo para pensar en lo que llevas ahora mismo. ¿A qué has dicho que podrías querer quitar? Recuerda que es tu bolsa. Puedes elegir, y eso es algo poderoso.

    SUPERAR LA CULPA DE DECIR "NO

    Muchas mujeres se enfrentan a un sentimiento difícil cuando se trata de la simple palabra no. A menudo, se sienten mal cuando la dicen. Esto ocurre porque el mundo que nos rodea a veces hace que las mujeres sientan que siempre deben ser amables y decir para ayudar a los demás. Existe esta regla oculta de que las mujeres siempre deben estar ahí para todo el mundo, cuidar y decir a todo lo que se les pida.

    Pero esto es lo que hay que recordar: no no es una mala palabra. Cuando dices no, no estás apartando a la persona; simplemente no estás de acuerdo en hacer lo que te pide. Y eso está bien.

    Imaginemos una situación. Digamos que hay una mujer llamada Emma. John, compañero de trabajo de Emma, necesita que alguien ocupe su lugar en el trabajo un día en que Emma tenía previsto quedarse en casa. Emma lleva toda la semana deseando que llegue su día libre. Si Emma le dice a John que no, no significa que no le importen sus necesidades. Lo que realmente significa es que Emma se está ocupando de su propia necesidad de descansar y tener tiempo para sí misma.

    Para que las mujeres se sientan menos mal por decir no, tienen que ver las cosas desde otra perspectiva. Quizá necesiten reflexionar mucho sobre lo que creen acerca de ser dignas y querer hacer feliz a todo el mundo. Quizá les hayan dicho toda la vida que siempre deben hacer lo que quieren los demás. Pero esto no es cierto.

    El primer paso es saber que lo que tú necesitas y cómo te sientes es muy importante. Imagina que tú eres el responsable de tu felicidad, no nadie más. No le debes a nadie el hacer que siempre sonría o se sienta bien.

    Para ayudarte con esto, prueba algo llamado autocompasión. Piensa en ello como si fueras un amigo de ti mismo. Si tu mejor amigo se sintiera mal, no serías malo; serías amable. Así que, cuando seas duro contigo mismo, detente un momento. Piensa: ¿Qué le diría a mi amigo en esta situación?. Probablemente le dirías que está bien decir no y cuidarse.

    Kristin Neff, profesora de la Universidad de Texas, explica muy bien la autocompasión. Dice que se trata de tratarnos a nosotros mismos tan bien como trataríamos a un buen amigo. Cuando somos amables con un amigo, no le hacemos sentirse mal por decir no o por querer tiempo para sí mismo, ¿verdad?

    Así que, la próxima vez que quieras decir no pero sientas que te invade la culpa, intenta recordar estas cosas:

    1. Decir no a algo no significa decir no a una persona. Podéis seguir siendo amigos o buenos compañeros de trabajo.

    2. Tus necesidades, como necesitar tiempo para relajarte o hacer cosas que te gustan, son superimportantes.

    3. Sé un buen amigo contigo mismo con palabras amables y comprensión, sobre todo cuando te sientas mal.

    Todo esto puede parecer duro al principio. Puede que te preocupe lo que piensen los demás o que les estés defraudando. Pero con el tiempo, al igual que cuando mejoras en un deporte o en un arte, decir no te resultará más fácil. Te sentirás mejor y, ¿adivina qué? Tu empezará a significar mucho más porque lo dirás cuando realmente puedas y quieras. Y eso hace que tanto tú como tu seáis más especiales.

    DESARROLLA TU HABILIDAD PARA EL NO: PASOS PRÁCTICOS Y EJERCICIOS

    Decir no puede parecer una simple palabra, pero en realidad es una habilidad que marca una gran diferencia en tu vida. Puedes aprender a decir no con confianza, igual que aprendes a cocinar un plato nuevo o a montar en bici. Requiere algo de práctica y paciencia, pero cuando le cojas el truco, te sentirás más dueño de tus decisiones y de tu tiempo.

    Si te cuesta decir no, puedes empezar poco a poco. Piensa en un momento en que estés en el centro comercial. A menudo, la gente que quiere venderte cosas se te acercará y te ofrecerá productos. Puede que hagan que el producto suene increíble, aunque no lo necesites. Es un momento perfecto para practicar. Mantente firme, mírales a los ojos y di no, gracias. Mantén tus palabras amables pero firmes. Cada vez que hagas esto, mejorarás en decir no cuando más importa.

    Cuando digas no, la forma de decirlo es la clave. Sé claro, amable y seguro de ti mismo. Evita decir cosas como Creo que estoy ocupado o Quizá en otra ocasión. Estas palabras pueden hacer que parezca que no estás seguro. En su lugar, utiliza palabras que no dejen lugar a dudas sobre tu elección. Di Estoy ocupado o Tengo otros planes. Esto ayudará a la otra persona a entender que tu decisión es definitiva.

    Practicar con alguien de confianza también puede ayudar a desarrollar esta habilidad. Puedes fingir que te encuentras en distintas situaciones en las que necesitas decir no. Puede ser con un amigo, un familiar o incluso tú solo delante de un espejo. Imagina que la otra persona te pide que hagas algo que no quieres hacer. Luego di no de forma amable y clara. Hacer esto unas cuantas veces puede hacer que te sientas más preparado para las situaciones de la vida real.

    Por ejemplo, quizá tengas un amigo que siempre te pide ayuda pero nunca te devuelve la ayuda. Eso puede hacerte sentir que las cosas no son justas. Para cambiar esto, puede que sientas miedo de decir no, por temor a que pueda dañar vuestra amistad. Pero recuerda que tu tiempo y tus sentimientos también son importantes. Puedes decir algo como: Me importa mucho nuestra amistad, pero últimamente siento que doy mucho y no recibo mucho a cambio. Deberíamos ayudarnos mutuamente. Esto demuestra que valoras la amistad, pero también que quieres un equilibrio.

    A medida que practiques más el no, empezará a parecerte más natural. Y la verdad es que decir no a veces significa que estás diciendo a otras cosas que son importantes para ti, como pasar tiempo con la familia, trabajar en tus aficiones o simplemente relajarte. Aprender a decir no puede darte la libertad de tomar decisiones que mejoren tu vida. Se trata de saber lo que quieres y lo que no quieres, y de tener el valor de defenderte. Así que recuerda, ve paso a paso, sé clara y segura, y pronto decir no será tan fácil como decir .

    ABRAZAR EL IMPACTO POSITIVO DE DECIR "NO

    En la vida, a menudo nos encontramos en encrucijadas en las que tenemos que elegir entre decir y decir no. Puede parecer más fácil decir siempre a todo y a todos, pero no siempre es la mejor opción para nosotros. De hecho, decir no cuando lo necesitas puede mejorar tu vida. Puede hacerte más feliz, más sano y ayudarte a llevarte mejor con los demás.

    Imagina que siempre dices a todas las peticiones o invitaciones que te llegan. Puede que pienses que estás siendo amable y servicial, o que estás manteniendo la paz. Pero, con el tiempo, podrías empezar a sentirte cansado, frustrado o incluso enfadado. Puede que sientas que se aprovechan de ti o que tus necesidades y deseos no importan. Esto es lo que llamamos resentimiento, un sentimiento que corroe tu felicidad. Es como un pequeño susurro en tu interior que se hace más fuerte, recordándote que no te estás cuidando. Otra cosa que puede ocurrir es que estés tan ocupado y estresado que acabes agotado. Estás tan agotado que no puedes disfrutar de la vida ni dar lo mejor de ti mismo en las cosas que realmente importan.

    Hablemos ahora de un estudio publicado en el Journal of Social and Clinical Psychology. Este estudio mostró algunas cosas muy interesantes sobre decir no. Nos decía que cuando las personas dicen no a cosas que son demasiado para ellas, sienten menos esos desagradables sentimientos de resentimiento y quemazón. Es como si decir no fuera una palabra mágica que te ayuda a mantener la mente en paz y feliz.

    Pero no se trata sólo de ti. De hecho, decir no puede hacer que tus amistades y relaciones familiares sean más fuertes y especiales. Piénsalo. Cuando no estás abrumado por hacer demasiadas cosas, tienes tiempo y energía para las personas que más te importan. Puedes decir a ayudar a un amigo a lo grande, o a pasar tiempo de calidad con la familia, porque no has dicho a otras cien pequeñas cosas que no son tan importantes. Las relaciones se vuelven más recíprocas, más equilibradas, cuando eres capaz de decir no de vez en cuando.

    Además, decir no puede ser una poderosa lección para los demás, especialmente para las chicas jóvenes. Les estás enseñando que está perfectamente bien pensar en lo que necesitan y quieren. Les dices que sus sentimientos importan y que tienen poder para decidir lo que quieren y lo que no quieren hacer. Al establecer límites y cumplirlos, les estás enseñando lo que son los límites. Los límites son como líneas invisibles que trazamos a nuestro alrededor y que ayudan a los demás a saber cómo tratarnos. Y cuando las chicas ven esto, aprenden que ellas también pueden poner límites y que los demás deben respetarlos.

    2

    DI TU VERDAD: CÓMO DOMINAR LA COMUNICACIÓN ASERTIVA

    En este capítulo, nos centraremos en una habilidad muy especial que puede hacerte la vida mucho más fácil. Hablamos de ser capaz de hablar de lo que necesitas de forma clara y firme. Esto se llama comunicación asertiva, y es clave para establecer y mantener buenos límites en tu vida.

    Piensa en la palabra asertivo. Suena como seguro. Y es una buena forma de pensar en ello. Cuando eres asertivo, estás seguro de algo y estás dispuesto a decirlo en voz alta, pero lo haces de un modo que es justo y amable.

    Ahora, profundicemos un poco más en lo que significa realmente la comunicación asertiva. Se trata de transmitir tus puntos de vista sin pisar a nadie. Es como ser embajador de ti mismo. Sales ahí fuera, le dices al mundo lo que necesitas, pero también escuchas y respetas lo que necesitan los demás.

    La comunicación asertiva no consiste en hacer berrinches o ser prepotente. No es decir ¡Quiero esto ya! y no preocuparse por los demás. En cambio, consiste en decir Esto es importante para mí, y me gustaría que encontráramos la manera de que funcione. Demuestra que tienes agallas, pero no estás aquí para empezar una pelea.

    Ahora bien, algunas personas pueden ir por la vida dejando pasar las cosas. Puede que digan a todo, incluso cuando en realidad no quieren. Eso es lo que llamamos comunicación pasiva. Es cuando te dejas llevar por la corriente, anteponiendo siempre las necesidades de los demás a las tuyas.

    Por otro lado, algunas personas pueden ser demasiado directas. Puede que exijan cosas, sin importarles cómo se perciben o cómo hacen sentir a los demás. Esto se conoce como comunicación agresiva. Es como ser una excavadora: consigues lo que quieres, pero dejas un desastre.

    La comunicación asertiva es el punto dulce justo en el medio. Es como caminar por una senda equilibrada en la que mantienes tu posición pero también un ojo abierto para no hacer tropezar a los demás. No se trata de ganar o perder; se trata de que todos lleguen a donde tienen que llegar, juntos.

    Cuando eres asertivo, realmente estás demostrando que te respetas a ti mismo. Estás diciendo: Oye, mis pensamientos y sentimientos valen algo. Pero aquí está la parte buena: también estás diciendo eso de los demás. Es como dar a todo el mundo un trato justo.

    Ser asertivo significa que cuando hablas de tus necesidades, lo haces con el corazón abierto y los oídos dispuestos a escuchar. Eres claro, pero nunca mezquino. Directo, pero nunca duro. Al defenderte con calma y sensatez, invitas a los demás a hacer lo mismo.

    Entonces, ¿por qué es esto tan importante para establecer esos límites de los que seguimos hablando? Los demás sabrán cuál es tu postura. Sabrán lo que te parece bien y lo que no. Y ésa es la base de esos buenos límites: saber y comunicar dónde están trazadas las líneas.

    Si aprendes a comunicarte asertivamente, tu familia e incluso tus compañeros de trabajo comprenderán mejor tus límites. Esto mantiene sanas las relaciones y evita malentendidos y sentimientos heridos. Permite que todo el mundo esté de acuerdo, construyendo un mundo en el que todos nos tratemos con dignidad y respeto.

    En definitiva, la comunicación asertiva consiste en ser tu propio defensor, de la forma más pacífica posible. Se trata de encontrar tu voz y utilizarla sabiamente. Quédate con nosotros, porque la siguiente parte te dará algunas herramientas de la vida real para poner esto en acción.

    EL PAPEL DE LA COMUNICACIÓN ASERTIVA EN EL ESTABLECIMIENTO DE LÍMITES

    La comunicación asertiva es como establecer las reglas de un juego: ayuda

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