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Madres Narcisistas e Hijas Adultas: Recuperación del Abuso, la Luz de Gas, la Manipulación y la Codependencia de un Narcisista + Escapar de los Miembros Tóxicos de la Familia
Madres Narcisistas e Hijas Adultas: Recuperación del Abuso, la Luz de Gas, la Manipulación y la Codependencia de un Narcisista + Escapar de los Miembros Tóxicos de la Familia
Madres Narcisistas e Hijas Adultas: Recuperación del Abuso, la Luz de Gas, la Manipulación y la Codependencia de un Narcisista + Escapar de los Miembros Tóxicos de la Familia
Libro electrónico190 páginas3 horas

Madres Narcisistas e Hijas Adultas: Recuperación del Abuso, la Luz de Gas, la Manipulación y la Codependencia de un Narcisista + Escapar de los Miembros Tóxicos de la Familia

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Si siempre has querido liberarte del asfixiante control del abuso narcisista, la manipulación y la codependencia, pero te encuentras atrapado en el ciclo de dinámicas familiares tóxicas, entonces sigue leyendo...

 

Este libro contiene los pasos exactos que me llevaron de sentirme impotente y abusado por una madre narcisista a recuperar mi vida y lograr amor propio en menos de un año.

 

¿Quieres saber cuál es la mayor diferencia entre esos dos períodos? El poder transformador de entender los comportamientos narcisistas y de implementar prácticas de amor propio.

 

El problema es que la mayoría de las hijas de madres narcisistas no saben cómo liberarse y recuperar sus vidas.

Escribí este libro para solucionar tu lucha con la liberación de la influencia tóxica de madres narcisistas.

 

Hoy, me siento empoderado y libre.

 

Y lo logré usando los métodos y enseñanzas exactos que se encuentran adentro.

 

Es hora de comenzar tu viaje de sanación.

Dentro encontrarás:

  • Las 7 Maneras Esenciales Para Liberarte Del Control De Una Madre Narcisista
  • Las 4 Claves Que Debes Saber Sobre La Recuperación Del Abuso Narcisista
  • Cómo Recuperar Tu Vida Sin Sacrificar Tu Cordura
  • 5 Mitos Dañinos Perpetuados Por Los Narcisistas Que Necesitas Desmentir
  • Cómo Ahorrar Energía Emocional Y Tiempo Con Solo Un Cambio Simple En Tu Estilo De Vida
  • Un Truco Transformador Utilizado Por Terapeutas Renombrados Que Te Ayuda A Recuperar Tu Amor Propio
  • El Mayor Error Que Cometen Las Hijas De Madres Narcisistas En Su Camino De Recuperación Y Cómo Evitarlo
  • Los 3 Recursos Recomendados Para Potenciar Tu Camino Hacia El Amor Propio Y La Liberación De Dinámicas Familiares Tóxicas

 

Si Quieres Liberarte Del Abuso Narcisista, Recuperar Tu Vida Y Lograr El Amor Propio Que Mereces... Entonces Desplázate Hacia Arriba Y Haz Clic En "Comprar Este Libro" ¡Hoy Mismo!

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento9 abr 2024
ISBN9798224339358

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    Madres Narcisistas e Hijas Adultas - Natalie M. Brooks

    1

    LA ANATOMÍA DEL NARCISISMO: DESVELAR LA MÁSCARA

    Cuando empezamos a pelar las capas de lo que significa tener una personalidad narcisista, nos sumergimos en un mundo que es mucho más que pensar bien de uno mismo. Se trata de una profunda creencia de que uno es mejor que los demás, de una necesidad continua de que los demás nos consideren geniales y de no ser capaz de comprender de verdad ni de compartir los sentimientos de los demás.

    La idea del narcisismo no es nueva. Proviene de una vieja historia griega sobre un tipo llamado Narciso. Vio su cara en el agua y no podía dejar de mirarla porque le gustaba mucho su aspecto. No podía apartarse de ella, y nos muestra una imagen de lo que significa estar totalmente absorto en uno mismo.

    Sigmund Freud, un famoso pensador sobre el funcionamiento de nuestras mentes, profundizó en esta idea del narcisismo. Lo relacionó con cómo nos vemos a nosotros mismos, sintiéndonos de primera o sin valer gran cosa.

    Hoy en día, existe toda una lista de signos que los expertos utilizan para averiguar si alguien padece lo que se denomina Trastorno Narcisista de la Personalidad. Esta lista se encuentra en un gran libro que los médicos utilizan para comprender los distintos trastornos mentales.

    Ahora, imagina un enorme iceberg flotando en el mar. Sólo vemos una pequeña parte que sobresale del agua, ¿verdad? Pero debajo hay mucho más. Es algo parecido a una persona con narcisismo. Por fuera, podemos ver a alguien que parece muy seguro de sí mismo y que lo tiene todo controlado. Pero lo que la mayoría de la gente no ve es lo que se esconde en el fondo: quizá sentimientos de no ser lo bastante bueno o miedos realmente grandes.

    Aunque parezca que las personas narcisistas se quieren mucho a sí mismas, puede que en realidad les cueste sentirse valiosas o queridas de verdad. Y las cosas que hacen para herir o controlar a los demás, como jugar a juegos mentales o mangonear a la gente, suelen ser formas de seguir sintiéndose bien consigo mismos.

    Así que, cuando pensamos en el narcisismo, es importante recordar el panorama general. No se trata sólo de que alguien piense que es el mejor. Se trata de lo que ocurre bajo la superficie, de las cosas que no vemos y que impulsan el comportamiento que sí vemos. Esta comprensión es clave, no sólo para saber qué mueve a una persona narcisista, sino para comprender cómo afecta a quienes la rodean y a sí misma. Se trata de ver todo el iceberg, no sólo la punta.

    NARCISISMO EN COLOR: NARCISISMO MANIFIESTO, ENCUBIERTO Y MALIGNO

    El narcisismo se presenta de distintas formas, como unos cuantos colores en una gran caja de ceras de colores. Cada color tiene un aspecto especial y se manifiesta a su manera. Echemos un vistazo a tres tipos comunes: narcisismo manifiesto, encubierto y maligno.

    En primer lugar, imaginemos a una persona que conocemos como narcisista manifiesto. Es como una persona que se pone delante de todo el mundo, hablando en voz alta de lo guay que es. Les encanta ser el centro de atención y se creen mejores que los demás. Un ejemplo que te puede venir a la mente es una madre que siempre habla a la gente de las grandes cosas que ha hecho. Habla de los premios que ganó hace años como si hubieran ocurrido ayer. Digamos que está en la fiesta de cumpleaños de su hija. En lugar de dejar que su hija brille, le cuenta a todo el mundo la vez que fue la estrella de la obra del colegio. Habla y habla, y no ve cómo eso hace que su hija se sienta pequeña e ignorada. Esta madre no pretende herir los sentimientos de su hija; simplemente no puede ver más allá de su propia necesidad de hacerse notar.

    El siguiente es el narcisista encubierto. Son más difíciles de detectar. Piensa en ellos como en la persona de una reunión que no alardea en voz alta, pero que encuentra la manera de hacer que todo gire en torno a ella. Pueden fingir estar tristes o dolidos para conseguir lo que quieren. Volvamos a una madre, esta vez una narcisista encubierta. Podría decir: Después de todo lo que he hecho por ti, ¿no puedes hacer esta cosita por mí?. Hace que su hija se sienta culpable por tener su propia vida o por querer pasar tiempo con sus amigos. Esta madre interpreta el papel de alguien que ha sido agraviado para obligar a su hija a hacer cosas por ella.

    Por último, tenemos a los narcisistas malignos. Pueden causar mucho daño porque mezclan su amor propio con un comportamiento mezquino y no les importan las normas. Una madre narcisista maligna puede decirle a su hija palabras crueles o, peor aún, hacerle daño para demostrarle quién manda. Lo hace para mantener el poder y salir siempre vencedora en casa. Cuando su hija intenta defenderse, esta madre puede arremeter contra ella o castigarla con demasiada dureza.

    Cada tipo de narcisista tiene su propia forma de actuar con los demás. Los narcisistas abiertos son fáciles de detectar porque siempre están hablando bien de sí mismos. Los narcisistas encubiertos actúan con discreción, pero tergiversan las cosas para convertirse en el centro de atención. Los narcisistas malignos son dañinos, utilizan el miedo y el dolor para mantenerse al mando. Reconocer estos tipos puede ayudarnos a entender por qué algunas personas actúan como lo hacen, sobre todo si están cerca de nosotros, como un familiar. Saberlo es el primer paso para manejar mejor estas situaciones y cuidar de nosotros mismos y de nuestros seres queridos.

    LA FORMACIÓN DE UN NARCISISTA: FACTORES GENÉTICOS, AMBIENTALES Y PSICOLÓGICOS

    Comprender el narcisismo puede ser como intentar resolver un puzzle con muchas piezas. No es algo que la gente elija como un traje nuevo o qué desayunar. El narcisismo es como una gran olla de sopa compuesta de distintos ingredientes. Los ingredientes son las cosas de la vida de una persona, como sus genes, la forma en que fue educada y su propia personalidad.

    Empecemos por los genes. Al igual que puedes heredar la nariz de tu padre o los ojos de tu madre, también puedes obtener de tus padres formas de pensar y actuar. Los científicos han investigado y aprendido mucho para descubrir que el narcisismo está escrito en parte en nuestros genes. Imagina los genes como un libro de la vida con muchas historias diferentes. Algunas de estas historias pueden indicar si una persona puede actuar de forma que se considere narcisista. Por ejemplo, si una madre es portadora de estas historias, podría transmitirlas a sus hijos, como una receta familiar.

    Pero los genes son sólo el principio. Imagina que coloreas con ceras azules y amarillas. Por sí solos, son simplemente azul y amarillo. Pero cuando los mezclas, obtienes verde. Así es como nuestro mundo nos moldea. La parte de la mezcla proviene de los lugares y las personas con las que crecemos. Esto incluye a nuestros padres y el tipo de hogar que tenemos. Si a un niño o una niña siempre se le dice que es el mejor pase lo que pase, o si se le trata muy mal, puede empezar a pensar que es más importante que los demás o que siempre debe ser perfecto. Ésta puede ser una de las formas en que una persona llega a mostrar rasgos narcisistas. Lo utilizan como escudo para proteger sus sentimientos.

    Por último, está la parte que tiene que ver con lo que somos por dentro: nuestra personalidad. Algunos niños son líderes natos; no tienen miedo de ser los primeros en levantarse o de hablar alto. Si un niño así no recibe amabilidad y apoyo en casa, puede utilizar su fuerte voluntad de formas que a los demás les parezcan egoístas. Esto se debe a que nuestro entorno puede empujar a nuestra personalidad a mostrarse de distintas formas, igual que el viento y el sol pueden hacer que un árbol se incline y crezca de una determinada manera con el tiempo.

    Así pues, el narcisismo no es una simple cuestión de una sola causa. Es el resultado de los genes, el entorno y la personalidad danzando juntos a lo largo de la vida de alguien. Como en una tarta de tres capas, cada capa desempeña un papel, y no puedes tener la tarta completa sin todas ellas. Las personas con rasgos narcisistas no se despertaron un día y decidieron ser así. Es importante recordar que se trata de una mezcla compleja que les ha convertido en lo que son. Comprender esto es como encontrar las esquinas de un puzzle: es el primer paso para ver el cuadro completo.

    EL IMPACTO DEL NARCISISTA: UN EFECTO DOMINÓ

    A la sombra de una madre narcisista, un niño suele cargar con heridas y luchas silenciosas que parecen invisibles para el mundo exterior. Ésta es una verdad que no se dice fácilmente, pero que sienten profundamente quienes la viven. Imagina una hija: puede crecer bajo la mirada de una madre que parece todo amor y luz a amigos y extraños. Sin embargo, en casa, la historia es diferente. El espejo de la madre es unilateral, y sólo refleja sus propias necesidades y deseos.

    Para esta hija, su vida puede parecer una búsqueda constante y cuesta arriba para ganarse el amor de su madre, un premio que parece siempre fuera de su alcance. Puede que estudie más, que practique más y que sonría más, todo con la esperanza de que, de algún modo, sea suficiente para atraer la atención de su madre y, lo que es más importante, su corazón. Esta creencia de que la perfección es el billete hacia el afecto es pesada, recubriendo cada elección y cada sueño. El peso de esta expectativa le susurra: Sólo lo mejor merece mi amor.

    Este impulso incesante hacia la actuación impecable no es gratuito. El precio se paga en una autoestima que parece menguar cada vez más, escurriéndose como el agua entre los dedos, por muy fuerte que se agarre. Una pequeña equivocación, un pequeño error, y su mundo se tambalea: un recordatorio de su madre de que el amor se gana, no se da gratuitamente. Es una poderosa lección empaquetada en la desaprobación, que puede dar forma a toda una vida de búsqueda.

    Estos niños, incluida la hija de nuestra historia, pueden anhelar la ternura de su madre, su atención y su apoyo suave e incondicional. Sin embargo, a menudo se enfrentan a un desierto emocional, un lugar donde rara vez cae la lluvia nutritiva del afecto. Esta hija puede estar sentada en su habitación, luchando contra una sensación de abandono que la corroe, sintiéndose como una planta que intenta prosperar sin agua en un suelo estéril.

    El impacto de la negligencia de una madre narcisista tampoco se limita a una relación solitaria. Se extiende como un lento veneno, alcanzando las raíces de otros vínculos familiares. La necesidad de control y manipulación de la madre puede retorcer en nudos la dinámica familiar. Hermanas y hermanos, padres y otros parientes, pueden convertirse en peones de un juego más amplio que la madre juega, a menudo sin darse cuenta del todo. ¿Y la hija? Puede encontrarse sola, apartada de una auténtica conexión por las maniobras de su madre: una figura solitaria en un hogar abarrotado.

    La experiencia de esta hija no es una historia singular, sino que refleja la historia de muchos que han tenido que navegar por las traicioneras aguas de crecer con un padre narcisista. Cada día es un acto de resistencia contra la atracción de esta marea tóxica, intentando mantenerse a flote en un mar donde las olas de la manipulación chocan implacablemente.

    Cargar con esta realidad, comprenderla y hablar de ella, es el comienzo de un viaje. Es un camino que deambula por el dolor y la confusión, pero que también se dirige hacia la curación y el autodescubrimiento. La historia de la hija, como la de tantas otras, es una historia de resistencia, por mucho que ésta se vea puesta a prueba por la agitación de un amor por el que hay que luchar, en lugar de darlo libremente.

    2

    DESENMASCARAR AL NARCISISTA: EL TIRA Y AFLOJA ENTRE MADRE E HIJA

    Navegar por la relación entre una madre narcisista y su hija es como moverse por una zona de guerra emocional invisible. Esta zona de guerra suele estar oculta a los ojos de los demás. Para las personas ajenas a la familia, la madre puede parecer muy cariñosa y amable. Pero la verdad de su comportamiento a menudo sólo aparece cuando están a solas con ella.

    En esta zona de guerra, las hijas se sienten atrapadas. Se esfuerzan mucho por hacer feliz a su madre y, al mismo tiempo, lidiar con sus sentimientos. Es como si estuvieran atrapadas en un mundo confuso en el que las cosas a menudo no tienen sentido. Esta confusión puede hacer que las hijas se cuestionen lo que piensan y sienten. Pueden estar siempre al límite, haciéndose preguntas en silencio como: ¿Lo recuerdo bien? ¿Sucedió realmente como yo creo que sucedió?.

    Caminar sobre cáscaras de huevo: así es la vida para estas hijas. Y no es un camino fácil ni cómodo. Viven cada día sin saber qué puede molestar a su madre o hacer que diga palabras duras. Este tipo de preocupación no es sólo algo que sienten en sus mentes; con el tiempo puede hacer que sus cuerpos se sientan mal. Pueden tener problemas de estrés que no desaparecen, sentirse cansados todo el tiempo o incluso enfermar más a menudo.

    Esta preocupación tampoco se queda dentro de casa. Viaja con ellos por el mundo, influyendo en su forma de relacionarse con amigos, compañeros de trabajo o pareja. Esos mismos patrones de ansiedad que aprendieron en el trato con su madre pueden aparecer una y otra vez, afectando a su posibilidad de tener relaciones buenas y afectuosas con los demás.

    Una madre narcisista suele encontrar formas de hacer que las emociones de su hija trabajen para ella. Puede que siempre esté pidiendo más amor, más tiempo, más de todo a su hija. Si la hija intenta compartir lo que siente o lo que necesita, la madre puede ignorarla o hacerle sentir que sus sentimientos no son importantes. Otras veces, puede utilizar la culpa para mantener a su hija cerca y bajo control, haciéndola sentir mal por querer su propia vida o felicidad.

    A medida que la hija crece, también lo hace el sentimiento de que siempre debe anteponer a su madre. Aprende a dejar de lado sus propias necesidades y deseos, no los considera importantes. Esto puede llevarla a sentirse perdida o confusa sobre quién es y qué quiere realmente en la vida.

    Comprender estas pautas es un gran paso para las hijas. Pueden empezar a ver que sus luchas forman parte de un panorama más amplio, en el que han estado intentando dar sentido al difícil comportamiento de su madre. Este conocimiento puede ser poderoso. Puede ayudarlas a buscar el cambio y el crecimiento y a recuperar el control sobre su propia salud emocional.

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