SIEMPRE COMPAÑERAS, JAMÁS COMPETENCIA
Las mujeres separadas, las que no abrazan a las demás, somos mujeres DERROTADAS...
Nunca he conocido a una mujer de la que no pueda aprender algo, pero no siempre lo tuve presente. Acaso será porque cuando era niña aún crecíamos con la rancia idea de que nuestro fin único y último en la vida era conseguir a un hombre, hacernos sus novias por medio de una serie de tácticas parecidas a las más sofisticadas estrategias de guerra, casarnos y tener hijos. Eso nos llenaría la realidad y acabaría con los vacíos existenciales. Así, la media naranja, nuestro príncipe azul, llegaría a rescatarnos de una terrible permanencia en soledad. Eso en automático los convertía a ellos en grandes trofeos por los cuales había que luchar, y a las demás mujeres, en tu simple competencia. En la primaria, la más bonita es la más popular. La que vemos en las películas, aun a corta edad, es
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