Recuperación del Apego Ansioso: La Guía Para Dejar De Pensar Excesivamente Y La Ansiedad En Tus Relaciones, Construir Vínculos Seguros Y Desarrollar El Amor Propio (Cuaderno de Relaciones Sanas)

Por Natalie M. Brooks

Si siempre has querido liberarte de las cadenas del apego ansioso, dejar de pensar demasiado en tus relaciones y desarrollar vínculos seguros mientras cultivas el amor propio, entonces necesitas seguir leyendo…

Este libro contiene los pasos exactos que me llevaron de estar enredado en la telaraña del apego ansioso a fomentar relaciones saludables y alcanzar un estado de calma y amor propio en menos de un año.

¿Quieres saber cuál es la mayor diferencia entre esos dos períodos?

El poder transformador de entender y superar el apego ansioso, como se insinúa en el contenido/métodos de este libro.

El problema es que la mayoría de las personas que luchan con el apego ansioso no saben cómo liberarse y construir conexiones seguras.

Escribí este libro para resolver tu lucha con el apego ansioso y guiarte en el camino hacia vínculos seguros y el amor propio.

Hoy, estoy en relaciones satisfactorias y seguras y disfruto de un profundo sentido del amor propio.

Y lo logré utilizando los métodos, prácticas y estrategias enseñadas dentro de este audiolibro.

Te mereces la felicidad, te mereces relaciones seguras, te mereces amor.

Dentro encontrarás:

• Las 7 Maneras Esenciales Para Superar el Apego Ansioso y Construir Conexiones Seguras
• Las 4 Ideas Clave Que Debes Saber Sobre Desarrollar el Amor Propio y Relaciones Saludables
• Cómo Desarrollar el Amor Propio Sin Sacrificar Tu Autenticidad
• 5 Mitos Dañinos Alrededor de los Estilos de Apego Ansioso
• Cómo Ahorrar Energía Emocional y Tiempo Con Solo Un Cambio Simple En Tu Estilo de Vida
• Un Truco Transformador Utilizado Por Terapeutas Renombrados Que Te Ayuda a Cultivar el Amor Propio
• El Mayor Error Que La Gente Comete Al Superar el Apego Ansioso y Cómo Evitarlo
• Los 3 Recursos Recomendados Para Mejorar Tu Viaje Hacia Relaciones Saludables y Amor Propio

Si Quieres Liberarte del Apego Ansioso, Construir Conexiones Seguras y Desarrollar un Profundo Amor Propio, ¡Empieza Hoy Mismo!

• Idioma: Español
• Editorial: Natalie M. Brooks
• Fecha de lanzamiento: 9 abr 2024
• ISBN: 9798224723188

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DESENREDAR LOS HILOS DEL APEGO ANSIOSO

Comprender el apego ansioso es como saber por qué algunas flores se aferran fuertemente a la tierra. Imagina que tienes un jardín en el que una flor siempre parece marchitarse, por mucho que la riegues. Descubres que necesita algo más que agua: necesita la seguridad de que el sol seguirá brillando y de que no la arrancarán. Las personas con apego ansioso son como estas flores, que necesitan una confirmación continua de que son queridas y de que su relación es segura.

Una persona con un estilo de apego ansioso puede encontrarse a menudo preocupada por sus relaciones. Pueden sentir un fuerte miedo a quedarse solos o a perder a alguien importante para ellos. Estos sentimientos intensos a menudo conducen a comportamientos que pretenden mantener lazos estrechos con su pareja o amigos.

Imagina a un hombre que envía muchos mensajes a su amigo a lo largo del día, sólo para asegurarse de que siguen siendo amigos. O piensa en una mujer que no puede disfrutar de sus salidas con amigos porque está ocupada preocupándose de si su pareja es feliz sin ella. Estos comportamientos son habituales en las personas con apego ansioso.

Esta forma de ser no consiste en no confiar en los demás o querer demasiada atención. En realidad se trata de buscar seguridad y amor. Piensa en ello como una señal que parpadea intensamente, no para molestar, sino para asegurarse de que todo va bien. Las personas con apego ansioso están atentas a sus relaciones, casi como alguien que vigila la calle por la noche por si un ser querido vuelve a casa, asomándose a la ventana a cada ruido, esperando que sea él.

Una cosa clave que hay que saber es que el apego ansioso suele empezar en los primeros años de vida. Los niños dependen de sus padres o cuidadores para satisfacer sus necesidades. Cuando estos cuidadores son cariñosos y constantes, los niños suelen crecer sintiéndose seguros en sus relaciones. Pero si los cuidadores son impredecibles -a veces cariñosos, a veces no-, los niños pueden crecer sintiéndose inseguros sobre el amor y sobre cómo encontrarlo.

El psiquiatra británico John Bowlby llamó a esto Teoría del Apego. Creía que esos primeros vínculos de nuestras vidas eran como planos que guiaban nuestra forma de conectar con los demás a medida que crecíamos. Un niño que no estaba seguro de si sus padres le mostrarían afecto podría convertirse en un adulto que siempre está buscando señales de que su pareja podría abandonarle.

Para las personas con apego ansioso, el miedo a ser abandonado es una fuerza poderosa. Es como si tuvieran una pequeña alarma en su interior que se dispara cada vez que piensan que pueden quedarse solos o que no les cuidan. Esto puede hacerles reaccionar con mucha fuerza ante cosas que a los demás no les parecen gran cosa. Si su pareja no responde enseguida a un mensaje de texto o cancela un plan, puede sentir como si sus peores temores se hicieran realidad.

LOS ORÍGENES INFANTILES DEL APEGO ANSIOSO

La infancia es como la primera página de nuestro gran libro de la vida. Los sentimientos y momentos cuando somos pequeños pueden guiar cómo crecemos y actuamos cuando somos grandes. Piénsalo de este modo: cuando eras pequeño, si tu madre o tu padre te abrazaban fuerte y te hacían sentir querido un día, pero luego parecían demasiado ocupados para ti otro día, podía resultar confuso. Podías no saber cuándo llegaría el siguiente abrazo cálido o la siguiente palabra amable. Como plantar una semilla en un jardín, esto puede empezar a crecer en un cierto tipo de sentimiento interior sobre el amor y los amigos y la familia.

Veamos más de cerca a Annie, una niña con el pelo rizado y una gran sonrisa. Su madre era como el sol, brillante y cálida a veces. Pero los días en que las nubes cubrían el sol, su madre estaba distante, como si estuviera en otra parte, sin ver a Annie ni sus dibujos ni oír sus historias. Cuando Annie se acercaba para abrazarla, era como si no estuviera allí. Este vaivén, como un interruptor de la luz que se enciende y se apaga, podía hacer que Annie se sintiera como si caminara sobre un balancín, inestable y siempre inclinado.

Ahora imagina que Annie crece con esa misma sensación de tambaleo. Se convierte en mujer, quizá con un trabajo en un gran edificio alto, o quizá ayuda a enseñar a niños pequeños. Pero en el fondo, Annie suele estar nerviosa. Sin saberlo siquiera, la forma de ser de su madre cuando Annie era pequeña, como esa luz parpadeante, deja una profunda huella. Cuando Annie hace amigos o tiene a alguien especial, se aferra con fuerza. No quiere sentir esa sensación aterradora de estar posiblemente sola, de no saber cuándo llegará la próxima palabra cálida o el próximo gran abrazo. Está pescando amor y no quiere sentirse devuelta al agua.

Eso es porque esos días de juventud son poderosos. Pintan una imagen en nuestra mente de lo que podemos esperar de la gente que nos rodea. Si la pequeña Annie espera y se pregunta por las sonrisas y mimos de su madre, podría crecer para estar siempre esperando y preguntándose también. Estos sentimientos pueden ser tan pegajosos como mascar chicle debajo de un pupitre. No es algo que Annie haga a propósito; es algo que se le pega.

Y no se trata sólo de Annie. Muchos de nosotros podemos tener este tipo de sentimientos desde que éramos jóvenes, moldeando la forma en que pensamos que nuestros amigos o amantes deberían actuar con nosotros. Como cuando tocamos una canción una y otra vez hasta que nos sabemos toda la letra de memoria, nuestros jóvenes corazones aprenden formas de amar y de esperar amor a cambio. Así que en el caso de Annie, o de cualquiera, no es de extrañar que nos quedemos al lado del teléfono esperando una llamada, o que nos sintamos un poco dolidos si un mensaje no llega enseguida.

Comprender por qué nos sentimos como nos sentimos puede ser la clave para abrir un baile más feliz con las personas de nuestra vida. Como encender una luz en una habitación oscura, nos ayuda a ver con claridad. Esta comprensión puede ayudarnos a cambiar la música a una melodía que nos parezca adecuada, tanto para el niño pequeño que fuimos como para el adulto en el que nos hemos convertido.

RECONOCER LOS PATRONES DEL APEGO ANSIOSO

Cuando alguien tiene lo que los expertos denominan estilo de apego ansioso, suele sentir una profunda preocupación por el amor y la atención de su pareja. Pueden sentir que no están lo bastante unidos o que su pareja puede abandonarlos. Estos sentimientos conducen a menudo a ciertas formas de actuar que pueden dificultar la relación.

Alguien con apego ansioso puede necesitar oír siempre que todo va bien en la relación. Puede aferrarse a su pareja de formas que pueden parecer pesadas o excesivas. Las pequeñas cosas, como que la pareja tarde en contestar a un mensaje de texto, pueden causar mucho estrés a una persona con apego ansioso. Pueden empezar a pensar: ¿Todavía les gusto? o ¿Qué he hecho mal?, incluso cuando no hay ningún problema real.

Pensemos en una mujer que siempre se siente ansiosa en las relaciones. Un día, envía a su pareja un mensaje de texto por la mañana. Pasan las horas y no hay respuesta. Empieza a preocuparse. Puede que compruebe su teléfono cada pocos minutos, y su corazón se hunde un poco más cada vez que ve que sigue sin haber respuesta. Su mente empieza a agitarse con pensamientos como: Deben de estar enfadados conmigo o Están perdiendo interés por mí. Esta preocupación se acumula en su interior hasta que parece un gran problema, pero en realidad su pareja puede estar ocupada en el trabajo o con otra cosa.

Este tipo de comportamiento es como una señal que indica que hay algo en su interior que necesita atención y cuidado. Al ver estas señales y comprenderlas, una persona puede empezar a curarse. Es como si tuvieras una gotera en el tejado. Primero tienes que averiguar de dónde viene el agua. Una vez que lo sepas, podrás arreglar el agujero para que no haya más goteras. Del mismo modo, si te das cuenta de cuándo te sientes más preocupado o necesitas que te tranquilicen, puedes empezar a preguntarte por qué y aprender nuevas formas de sentirte más seguro y menos temeroso.

Hay una idea importante de un sabio llamado Carl Jung, que comprendía muy bien el corazón y la mente humanos. Dijo: Hasta que no hagas consciente lo inconsciente, dirigirá tu vida y lo llamarás destino. Lo que esto significa es que a veces tenemos sentimientos o miedos en nuestro interior que nos controlan, pero si no los vemos por lo que son, podríamos pensar que así es como se supone que debe ser la vida. Pero una vez que somos conscientes de esos sentimientos y miedos, podemos cambiarlos y tomar las riendas de nuestra vida.

Cuando las personas empiezan a comprender que sus preocupaciones y su necesidad de reafirmación continua forman parte de su apego ansioso, pueden empezar a trabajar en ello. Pueden intentar hablar consigo mismas con más amabilidad cuando se sientan preocupadas o acudir a amigos, familiares o profesionales en busca de apoyo. Con tiempo y esfuerzo, pueden construir una nueva forma de relacionarse y conectar con los demás. Cuando lo hacen, preparan el terreno para formas más sanas y felices de estar con su pareja. Las pequeñas cosas ya no parecerán grandes problemas, y su amor podrá crecer sobre una base más sólida.

EL IMPACTO DEL APEGO ANSIOSO EN LA SALUD EMOCIONAL Y LAS RELACIONES

Vivir con un apego ansioso puede ser como llevar una pesada carga todo el tiempo. Este tipo de apego puede hacer que un corazón se sienta muy preocupado e inseguro, como si estuviera sobre una fina capa de hielo que pudiera resquebrajarse en cualquier momento. Esta preocupación proviene de no sentirse seguro del amor de la pareja y puede hacer que alguien piense en las peores cosas todo el tiempo.

Cuando las mujeres viven con este tipo de apego, es como estar en una montaña rusa de emociones. En un momento pueden sentirse queridas y seguras, pero al siguiente pueden sentirse solas y asustadas. Esto puede cansarlas mucho, no sólo en su mente, sino también en su corazón. Puede que les cueste encontrar la alegría en la vida cotidiana. Y lo que es peor, puede hacer que se sientan tan tristes que ya nada les haga felices.

Imagina a alguien que siempre se hace preguntas que no tienen respuestas fáciles. ¿Me quiere de verdad? ¿Se quedará conmigo? Preguntas como éstas pueden hacer que alguien se sienta como si siempre estuviera esperando que ocurra algo malo. Esta preocupación no es poca cosa; es grande y pesada y puede hacer que a una persona le cueste respirar y sentirse sana. Es como hacer trabajar al cerebro sin parar, sin descanso, y ese nivel de estrés puede dañar tu paz interior y tu felicidad.

La tensión de este tipo de apego no afecta sólo a la persona que lo siente, sino que se extiende, tocando a todos los que la rodean, sobre todo en las relaciones íntimas. Cuando siempre hay peleas y tensión, es como vivir en una tormenta, con truenos y relámpagos y sin días soleados a la vista. Digamos que hay una mujer que no puede librarse de sus preocupaciones. Puede que siga preguntando a su pareja si la quiere o si se quedará. Esto puede ocurrir no sólo una vez, sino una y otra vez.

Al cabo de un tiempo, esta necesidad de reafirmación puede hacer que el aire se vuelva pesado, como si a todos les costara respirar. Su pareja puede empezar a sentirse muy cansada de intentar demostrar siempre su amor y compromiso. Con el tiempo, estas exigencias de comodidad constante podrían alejarles, y eso es lo contrario de lo que quiere la mujer. Podrían empezar a pelearse más a menudo, cada palabra como una piedra lanzada con rabia. Esto puede levantar un muro entre ellos, haciendo que se sientan más separados en lugar de cercanos y cariñosos.

Un ejemplo sencillo podría ser el siguiente: una mujer envía un mensaje de texto a su pareja y no recibe respuesta de inmediato. Su corazón empieza a latir con fuerza y su mente se acelera por el miedo. Puede pensar: Me ignora o Está con otra. Cuando por fin contesta diciendo que estaba ocupado en el trabajo, puede que ella no le crea y acaben peleándose. Esta duda constante y las peleas que provoca pueden hacer que el amor sea mucho más difícil para ambos.

Así que, como ves, el apego ansioso puede sentirse como estar atrapado en un laberinto sin salida. Es esta profunda preocupación por el amor lo que puede hacer que la vida sea tan dura, como una sombra que siempre está ahí, por mucho que brille el sol.

EL APEGO ANSIOSO NO ES UNA CADENA PERPETUA

Bajo la danza de la vida cotidiana, nuestros corazones laten a un ritmo ancestral que nos atrae hacia los demás. Es el ritmo de la conexión, el tira y afloja de las relaciones que salpican de color el lienzo de nuestras vidas. Sin embargo, a veces nuestros pasos flaquean, sobre todo cuando el eco del apego ansioso se entreteje en nuestros patrones de vinculación con los seres queridos.

El apego ansioso puede parecer una niebla espesa que nos nubla la vista, dificultándonos ver el camino hacia unas relaciones estables y pacíficas. Pero he aquí un susurro de verdad al que vale la pena aferrarse: No es una cadena perpetua. Como una niebla que se disipa con el sol de la mañana, la comprensión, la amabilidad con nosotros mismos y el verdadero esfuerzo pueden despejar el camino del apego ansioso al apego seguro, transformando nuestras relaciones en unas más sanas y profundamente satisfactorias.

Ahora, imagina a una experta de renombre mundial, la Dra. Sue Johnson, de pie a tu lado, ofreciéndote una brújula para ayudarte a navegar en este viaje. Ella te diría: Reconocer y admitir nuestras necesidades de apego y tender la mano a los demás es nuestra mayor fortaleza. Sus palabras arrojan luz sobre una verdad importante: estamos hechos para la conexión, no para el aislamiento.

Este capítulo es tu primer paso en un camino de descubrimiento, tan apasionante como vital. Comprender el apego ansioso es como aprender por qué se marchita una planta: Sólo cuando te das cuenta de que necesita más luz solar, puedes trasladarla a un lugar más luminoso. El apego ansioso suele arraigar pronto en la vida. Quizá de niño aprendiste a aferrarte con demasiada fuerza, temeroso de que tus seres queridos no estuvieran siempre ahí. Esto podría manifestarse hoy como un hilo invisible de miedo que tira de ti cuando alguien a quien quieres parece distante o distraído.

Los efectos del apego ansioso son como las ondas de un guijarro arrojado a un estanque, que afectan a muchas partes de nuestra vida: nos apresuramos demasiado, nos preocupamos demasiado, sentimos que siempre estamos a un paso de perder el amor. Pero una vez que vemos estas pautas, tenemos el poder en nuestras manos: el poder de avanzar hacia el cambio.

Quizá te preguntes: ¿Cómo ayuda comprender mis miedos?. Piénsalo