Lorena

Por S. R. Perepereye

Cuando vi a Lorena en el periódico como entrenadora de un equipo de baloncesto, no me lo pensé. Había ido con ella al colegio y siempre me había gustado, aunque nunca se lo había dicho. Ahora una nueva oportunidad surgía ante mí, por lo que decidí no desperdiciarla. Nos reencontramos, sí, pero lo que ninguno de los dos sabíamos era que nos veríamos envueltos en una investigación para intentar esclarecer el atropello sufrido por una de sus jugadoras.

 

• Idioma: Español
• Editorial: S. R. Perepereye
• Fecha de lanzamiento: 7 mar 2024
• ISBN: 9798224689934

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LORENA

Lorena

Mis días como inspector de policía solían transcurrir entre una rutina que se volvía monótona y en la que ningún caso se diferenciaba gran cosa del anterior. Sí, al principio todo aquello me había parecido muy emocionante, pero, con el paso del tiempo, mi trabajo se había convertido en algo tan aburrido y repetitivo que me asfixiaba.

Vivía solo en un pequeño apartamento que, a menudo, estaba hecho un auténtico desastre. No cocinaba, no limpiaba todo lo que sería deseable... Mi vida era un caos dominado por la desesperanza y la apatía de un trabajo que había perdido todo su interés para mí... hasta que un día todo cambió al ojear un periódico.

Una noticia captó mi interés. Se podrá pensar que fue un asesinato o algo relacionado con la política. Quizá alguna noticia de estas que enseguida está en boca de todos. Nada más lejos de la realidad. Lo que a mí me había llamado la atención, casi con toda seguridad, no se la habría llamado a nadie más. Era Lorena. Protagonista de una página entera. Lorena Tena.

¿Que quién era Lorena? Está claro que alguien lo suficientemente importante para mí como para recordar su nombre y apellidos, si bien, en realidad, era algo que podía hacer sin esfuerzo con cualquier persona a la que hubiera conocido en el pasado. Bueno, quizá no con todo el mundo, pero sí con una inmensa mayoría.

Con todo, Lorena había sido especial. Lorena había sido aquella persona a la que no prestas especial atención porque estás enamorado de otra y esta otra llega a atraparte tanto que es como si el resto de la humanidad no existiera. Sí, es lo que me había pasado en el colegio. Vanesa era la chica que me gustaba en los últimos cursos, un ángel rubio que me tenía absolutamente encandilado.

Entonces no me daba cuenta, pero el ángel, alguien a quien yo nunca gusté, eclipsó a otras personas... bueno, quizá no tanto a otras personas, sino más bien a Lorena. Un día me enteré de que yo le gustaba y que ese era «su secreto», tal y como le oí decir a Pilar, una compañera común de clase.

¡Tonto de mí! ¿Por qué seguí encandilado por Vanesa? ¡Si hasta se reía de mí! ¿Por qué no le hice caso a Lorena si, en el fondo y aunque necesité tiempo para darme cuenta de ello, ella a mí también me gustaba?

Recuerdo cuando Pilar dijo que le gustaba a Lorena y ella, que se marchaba para casa y que debió de sentir vergüenza al oír lo que su amiga había pregonado a gritos, aceleró el paso cruzando un puente que había sobre una vía de tren que pasaba al lado del colegio al que íbamos. La recuerdo perfectamente alejándose y no podría concretar la de veces que llegué a arrepentirme de no haber ido detrás de ella para cogerla de la mano y darle un beso. Sí, Vanesa lo eclipsó todo, pero ojalá no hubiera desperdiciado, como lo hice, la oportunidad de estar con Lorena.

Todos esos recuerdos vinieron súbitamente a mi mente cuando la vi en el periódico. Lorena, la chica de mirada y sonrisa radiante, aparecía como la entrenadora del equipo femenino de baloncesto del Barrio Oliver, que fue donde nos criamos. ¿Que dónde está ese lugar? ¿Qué más da? Puede estar donde tú quieras que esté.

Lo cierto es que yo nunca tuve ningún interés por el baloncesto, pero desde que cerré el periódico y lo tiré en una esquina del sofá no pude quitarme de la cabeza la idea de acudir como espectador al partido que el equipo disputaría el fin de semana. ¿Para qué? ¿Para verlo? No, no era ese el verdadero motivo. Necesitaba