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El libro de los experimentos amables: Porque cada persona encierra un superhéroe
El libro de los experimentos amables: Porque cada persona encierra un superhéroe
El libro de los experimentos amables: Porque cada persona encierra un superhéroe
Libro electrónico200 páginas1 hora

El libro de los experimentos amables: Porque cada persona encierra un superhéroe

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El libro de los experimentos amables, una agradable colección de narraciones reales, no busca ser un documento científico, pero sí una serie de experiencias muy cercanas a una investigación empírica, porque demuestra ampliamente cómo la amabilidad se contagia cuando se muestra, por ende, invita a romper creencias que quizá nos impidan crecer como sociedad. Pero la principal invitación es a leer las anécdotas para aprender de ellas y, ante todo, repetirlas, contarlas para contagiarlas y disfrutarlas. Además, te brindará la oportunidad de escribir tus propios experimentos amables ¡Anímate y compártelos en mis redes para crecer
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 jun 2021
ISBN9786287642584
El libro de los experimentos amables: Porque cada persona encierra un superhéroe

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    El libro de los experimentos amables - César Alejandro Mejía Acosta

    Antes de que inicien la lectura, es bueno que sepan que hubo un mundo antes, previo a este surgió otro libro, se llamó El Contagio de la Amabilidad , y sería bastante útil que lo leyeran para entender muchos aspectos de lo que van a encontrar en las siguientes páginas y emprender un camino distinto al que quizá hayan recorrido hasta ahora.

    ¿Dónde radica su importancia? En que con la amabilidad deben romperse muchos mitos, creencias y prácticas que tal vez sean difíciles de enfrentar, pues el cambio no siempre cuenta con aceptación y romper formas de ver el mundo es un camino con muuuuchos obstáculos.

    Entonces los invito a conocer ese primer riesgo, ya encuentran la segunda edición en librerías, un recorrido por lo que dicen investigadores y científicos sobre la amabilidad y sus hermanitas: la bondad, la solidaridad, el altruismo, entre muchas otras, con las cuales las barreras son difusas y las definiciones se entrecruzan.

    Y dicho eso, es bueno que se preparen, pero porque este segundo, el que leen, no tendrá tanta ciencia, las explicaciones ya pasaron, aquí encontrarán historias a las que yo llamo experimentos, que finalmente lo son en parte, pues se apuntalan en esa ciencia anterior y la confirman, aunque no esperen grupos de control ni laboratorios.

    Aquí sí hallarán situaciones del día a día que posiblemente harán decir a los lectores: ¡Esto podemos hacerlo!, y eso es lo que se busca, que sean un germen para que muchos los tomen como punto de partida y así realizar sus propios experimentos, pues de lo que se trata es de CONTAGIAR y no solo leer para disfrutar o dejar salir una que otra emoción, si bien eso también seguramente les sucederá y se vale. En últimas, reitero, espero algo más allá, deseo hechos y agentes de cambio social.

    Estas páginas que podrían sacar a algunos esa emotividad ya han sido leídas en redes sociales, pero aquí verán la luz con pequeñas adaptaciones, quizá para hacerlas más atemporales o para que se expliquen de mejor manera, a pesar de que alguien podría pensar que únicamente el presente las sostiene, y me disculpo si eso llega a suceder.

    Y al haber sido construidas para redes, no cumplen muchas normas que digamos, aunque yo no suelo ser ejemplo ni muestra de cómo se debe escribir un libro, pues es común que rompa los estándares que definen los manuales, también mis excusas por eso si esperaban algo más cumplidor de la norma.

    De mi primer libro pude escuchar opiniones como escribe como habla y a pesar de que venían en tono de crítica, las tomé como un cumplido, dado que iban en total sintonía de mi búsqueda. Además, también llegaron: Fue como si me hablaras al oído, Te escuchas como si charláramos en un café o Pareces hablando a tu madre, que aparecieron para confirmar mi hipótesis: la clave es la cercanía con quien lee. Quería que mi escrito fuera algo próximo y lo logré. Aquí encontrarán más de eso.

    Partiendo de lo anterior, las siguientes tal vez no sean las narraciones más puristas, pues apuestan por lo que hoy vivimos y el mundo en que habitamos, en el que muchos modelos han sido cambiados, incluidos los de narrar los acontecimientos y, en este caso, los experimentos.

    De pronto al escribir para redes seamos un poco más libres, dado que en ellas el panorama aún no está tan claro. Espero que en su proceso de adaptación al físico su emoción y quizá drama no sucumban, que el papel no sacrifique la fuerza, eso serán ustedes quienes lo juzguen.

    ¡Pero atención! No solo serán mis experimentos, cada capítulo contendrá las experiencias de otros que se arriesgaron, rompieron esquemas, hicieron sus propias historias y tuvieron el valor de contarlas en sus propias redes sociales. Es decir, las narraciones no son escritas únicamente por mí, existen otros dementes que se atrevieron a lo mismo y a más.

    ¿A qué me refiero con valor? A que, para hacerlo, mis amigos debieron romper muchos esquemas mentales, arriesgarse un poco al qué dirán y hasta saber que actuar distinto iba un poco en contra de la educación recibida en el hogar, que a veces puede no ser la más indicada. Ahí también radica una bella irreverencia.

    Cabe aclarar que así los llame experimentos, están lejos de los grupos de control, del rigor del laboratorio y menos que hay batas blancas en ellos, sin quitar valor a ellas. De hecho, mi punto de partida radica en lo que esos investigadores y eruditos han logrado, como dijo el gran sabio, Me apoyo en hombros de gigantes.

    No obstante, lo que quiero aclarar es que no cumplen regla alguna de la academia y nunca podrían ser parte de una revista indexada, son experimentos hechos con las personas y para las personas, aunque, como dice un gran amigo, quizá la labor del experimentador social aquí sí se vea.

    Cada experimento, eso sí, mejoró mi vida un poco, la hizo más feliz. Esa no es mi teoría, sino de la Universidad de Oxford, que dice que cada acto de amabilidad o bondad entrega breves momentos de felicidad¹.

    Esto es importante porque cada acto de amabilidad que realizamos mejora los días, algo que he presenciado entre quienes me comparten sus experimentos y en mi labor diaria con empresas, comunidades e individuos.

    La amabilidad hace más vibrante la vida, le da color, ya lo dije muchas veces antes y de mil formas en mi anterior libro, y lo que a continuación leerán no es otra cosa que una prueba de todas y cada una de esas afirmaciones.

    No lo afirmo desde el ego o la vanidad, que es algo que se podría creer con facilidad, pues juzgamos con rapidez a quien hace gala pública de su capacidad de solidaridad, cuando quizá esa persona solo lo comunica para multiplicar, lo cual espero me crean es mi caso.

    Menos aún me veo moralmente superior, pero sí es claro que las personas que mejoran el día a día de otros hacen más llevadera la vida en comunidad, son más valiosos socialmente, crean para sí un ambiente de confianza y animan a la cooperación, algo que podría escasear en un futuro que defiende y fomenta el individualismo.

    Tampoco quiero, con estas historias, mostrar una imagen de ser de luz, además de que no creo en tales seres. El humano promedio (gremio al cual pertenezco) es un amasijo de defectos, los cuales también dan su sabor a la vida, de no ser así no buscaría crear una #RevolucióndelaAmabilidad.

    En cuanto a esos seres que exageran su luz, en realidad tengo una visión bastante opuesta, y es que cuando se acercan con su exceso de dulzura, con tanta miel que empalagan, como decían las abuelas, siento que algo me van a robar, como quien dice, cuando aparezca ese ser de luz, ¡corran que los van es a tumbar! Je, je, je.

    Les ruego que no me malentiendan, no critico a quienes actúan bien, ¡todo lo contrario! Pero sí a quienes crean una fachada de buen actuar para aprovecharse de ello y quizá manipular o hasta estafar a muchos. Ahí radica el riesgo, en aquellos que usan la amabilidad para afectar a otros, y este libro y su autor quieren alejarse de ello.

    Lo que sí busco es mostrar para generar contagio. Quienes leyeron mi primer libro saben que lo bueno se cuenta, pues se pega, como los virus, que están tan de moda por estos días, y que para ello debemos romper muy antiguas creencias que nos dictaban que mostrar lo bueno solo obedece a vanidad, y nada más lejos de la realidad.

    No es mi interés extenderme en este punto, ya antes dediqué más de 150 páginas a explicarlo, pero sí recordarlo e invitarlos a que no mantengan antiguos esquemas únicamente porque así me dijeron que era. Hagan sus propios análisis, lleven su propia manera de vivir la vida, si esta no daña a otros ni a ustedes mismos, y sí beneficia la existencia de muchos, ¡hay que actuar distinto!

    Algo que sí voy a extender son los experimentos. Quienes me siguen en redes sociales, principalmente en Facebook, saben que estos casos quedaron documentados en mi muro, y quizá generaron uno que otro contagio. Sin embargo, no fueron más allá de la historia misma. Aquí añadí claves, puntos neurálgicos y momentos representativos para que el experimento diera frutos.

    ¿Qué busco con esa extensión? Simple: explicar para que muchos puedan ponerlo en práctica, pues no basta con contar, hay que ir más allá, conocer lo que obró el milagro, saber la magia tras un ayudar al que muchos quisieron unirse.

    Debo advertir que ese alargue tampoco contará con rigor alguno, todo partirá de una reflexión personal ante cada historia, de ahí que les haga una invitación: realicen sus propias conclusiones sobre las lecturas, las que yo no haya visto, y me las cuentan en Instagram (@cesar_mejiaacosta), ¡bienvenidos a mis redes para crear más amabilidad!

    De regreso a las aventuras que encontrarán en estos capítulos, y al no contar con rigor, algunas les parecerán básicas, otras, lugares comunes, y algunas quizá serán sumamente evidentes, aunque no soy de dejar la vida a la suerte; por eso, porque pienso que pueden aportar, las publico. ¡Eso sí, espero que para ustedes que leen, todo sea un descubrimiento!

    Y, como parte o consecuencia de esa falta de seriedad, tampoco habrá una regla para su estilo. Algunas serán moralejas, al mejor estilo de una fábula; otras, simples recomendaciones de viejo (nací viejito); y no faltarán las claves, quizá las más útiles; todo esto frente a las más simples reflexiones de un hombre que vio en la amabilidad su vida y solo busca compartir todo lo bello que ella trajo.

    Espero que valoren mi ñapa, en un acto de honestidad, también es una forma de dar un extra para quienes ya han leído las historias en mi muro de Facebook o en alguna historia de Instagram, es un plus para que se unan a esta #RevolucióndelaAmabilidad, aunque supongo que

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