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La salida es hacia adentro
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Libro electrónico290 páginas4 horas

La salida es hacia adentro

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Información de este libro electrónico

Un libro divertido, interactivo y valiente.
¿Qué hacemos con las cosas que nos pasan?


Todos tenemos un inicio en el planeta, el mío empieza así:
Mi viaje interior empezó nada más salir del horno cuando mi mamá biológica decidió romper con las reglas establecidas y liándose la manta a la cabeza en un acto de valentía con intuición coraje y amor, tomó riesgos sabiendo que si no interfería con sus viejas creencias, miedos y mandatos, su sexta hija podía tener un futuro diferente y se atrevió a hacer un gran cambio en su vida saliendo ella sola del hospital y dejando a su recién nacida sola en el baño para no volver a verla nunca más.
Este comienzo marcó mi vida y fui pasando por muchos estados y creencias, desde el dolor hasta anularme completamente, siendo rehén de mis propios patrones de víctima.
Esta es mi historia de superación, te cuento qué fue lo que me pasó cuando diagnostiqué y le bajé el volumen a la voz interior de «mi jueza crítica implacable» y cómo mi vida cambió.

He utilizado lo que descubrí a mi favor y te ofrezco herramientas para conectar con tu «yo interior».
Cómo pasé de no saber quién era ni cuáles eran mis fortalezas a ser mi propio caso de éxito y ofrecer acompañamiento a clientes a través de un método propio.

Si la gran mayoría creímos en los Reyes Magos durante al menos seis años…¿por qué no dar ese salto de fe y recorrer la senda de creer en nosotras?
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento8 sept 2023
ISBN9788411813266
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    La salida es hacia adentro - Lia Segal

    1500.jpg

    © Derechos de edición reservados.

    Letrame Editorial.

    www.Letrame.com

    info@Letrame.com

    © Lía Segal

    Diseño de edición: Letrame Editorial.

    Maquetación: Juan Muñoz Céspedes

    Diseño de portada: Rubén García

    Supervisión de corrección: Ana Castañeda

    ISBN: 978-84-1181-326-6

    Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación, en Internet o de fotocopia, sin permiso previo del editor o del autor.

    «Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47)».

    .

    Antes de ser consciente de que soy mi propia base segura, los primeros ladrillos vinieron en forma de familia, Ester, Marcos, Mauri y mi tercer padre, mi tío Mariete que vivió de forma concentrada cuarenta y pocos años y que tan profundo llegó a mí. Gracias.

    PRÓLOGO

    Lía nos sumerge a través de un texto muy personal, muy íntimo, que nos acerca muchísimo a ella, a lo largo de su viaje, a través de su propia experiencia, a nuestro propio yo interno. 

    Es un libro que nos ofrece herramientas para conectar con nuestro yo interior y de esa forma atrevernos a salir de la incomodidad aceptada en la que solemos vivir la mayoría. 

    En el libro podemos ver a una mujer que se ha atrevido a conocerse, a conocerse en profundidad y a aceptarse, y utilizar todo lo que ha ido descubriendo sobre sí misma a su favor.

    Es un libro que nos habla de confianza, de fe, de saber que al final todo se alineará.

    Lía a través de múltiples anécdotas e historias cercanas, nos narra la historia de un logro maravilloso: conocerse y quererse a uno mismo. Y ese logro nos acaba trayendo regalos fabulosos, a veces incluso inesperados.

    Si buscas inspiración, herramientas, alguien que ponga voz a algunas de las cosas que pasean por tu subconsciente, pero no logras verbalizar y ayuda práctica, de alguien que sí ha pasado el proceso de conexión real con su yo interior, este libro es para ti.

    Azucena Caballero Bernal.

    Escritora - Mentora Mujeres Emprendedoras.

    Experta en productividad.

    Pedagogía Blanca.

    Disclaimer de la autora:

    Este libro es solo para personas con disposición de mente abierta sino el sufrimiento y la incomodidad aparecerán en el lector.

    Una de las incomodidades que pueden aparecer es lo siguiente: después de varias semanas de contactar con 2 profesionales a la hora de que este relato tuviera coherencia sintáctica me di cuenta de que las correcciones que me hacían en efecto eran correctas, pero se perdía la esencia de esa voz que me fue dictando estas páginas, al principio dudé de si era mi ego el que se quejaba y esperé ocho semanas para tomar la decision correcta. Antes de que este libro entrara en maquetación y ya no pudiera hacer más correcciones, decidí mantenerlo original, tal cual emergió de mis profundidades.

    Es mi don natural el escribir desde un lugar que a veces puede ser mental, pero otras son desde otra profundidad y sabiduría y si tenés ojo e intelecto crítico disfuncional encontrarás tal vez varios errores, he aquí mi manifestación escrita tal cual fue dictada, la original.

    Si el lector no aborda este relato de no ficción desde otro propósito expansivo, la incomodidad aparecerá tarde o temprano ya lo dijo el filósofo francés ese señor tan pesimista.

    Un libro tiene que hurgar en las heridas, incluso provocarlas. Un libro ha de ser un peligro. Emil Cioran.

    Los libros de autoayuda de los que en algún momento fui tan fan me di cuenta de que no me sirvieron más que para pasar un rato, encontré que solo trabajan a nivel superficial y con aquello que tenemos aceptado y vemos como un buen valor y reforzaban solo una parte de mi identidad. No era íntegra y sentía que me faltaba algo, mi otra mitad, mi propia media naranja y no otra.

    El autoconocimiento que me brindaron se basaba siempre en los mismos derroteros y me di cuenta de que estaba en bucle repitiendo siempre lo mismo y solo cambiando algunas cosas superficiales. No era por ahí, me cansé, me rendí y sin darme cuenta la gran muralla de autoprotección se abrió y algo nuevo entró.

    Mucho se ha hablado de teoría idealizada y sobre todo de positividad extrema y de ver solo un lado de una polaridad en lugar de abordar la complementariedad. En tus manos tenés un relato de verdad sin teorías y sí con muchas experiencias. Por momentos parecerá un libro de autoayuda, de autoconocimiento, de desguace de manera delicada. La mente humana necesita clasificar y etiquetar para entender. 

    La salida es hacia adentro, yendo a mi mayor profundidad, atravesando mis abismos fue que gané claridad. Estas son mis claves.

    Este libro es solo para personas con disposición de mente abierta.

    Uno de los grandes desafíos para mí es ponerme en modo poro para absorber aquello que desconozco, sin juicios. Lía

    INTRO

    Si miro mi vida a distancia, con perspectiva, puedo observar que está llena de puntitos… esos momentos especiales que son un punto de anclaje de algo importante… que son la semilla de algo que nos cambia la vida, los puntos de inflexión que todos tenemos.

    Un día especial pero común como cualquier otro día, después de años de observación y de ser víctima de mí misma, de mi propio patrón de disfuncionamiento de «la voz interior de mi jueza implacable» que devastaba cualquier brote de algo nuevo y que tuviera un toque, un ingrediente diferente, esa voz invisible y sin continente que me censuraba todo el tiempo… tenía un poder inmenso… esa voz que podía conmigo pese a saberme yo dueña de una gran fuerza, esa voz que dominaba mi vida criticándome porque no era lo suficientemente perfecta y porque nada de lo que hiciera iba a ser perfecto, que vivía adentro de mí pero que no era yo, igual que en los antiguos circos que tenían elefantes en sus shows que veía cuando era más chica no podía entender cómo un animal de ese tamaño podía estar «trabajando» en un circo con esa mirada vacía, triste y pudiera hacer esas piruetas… la respuesta estaba en la cadena y en el momento que apareció esa cadena en su vida… cuando el elefante era chiquito lo ataron a una cadena más o menos grande… a saber cuántas veces intentó liberarse sin éxito y dependiendo del grosor que tuvieran esos eslabones y de la fuerza del animal las cadenas estaban ahí para detenerlo, no se dio cuenta de que fue creciendo en tamaño y creciendo en fuerza y un día aceptó o se rindió que la cadena estaba ahí y no se rompería jamás… triste, agotado, frustrado, amargado vivió toda su vida atado a una cadena en un lugar que no era para él. La diferencia entre el éxito y el fracaso es intentarlo una vez más, no fue consciente de que de adulto y con un poco de actitud ganadora y otro poco de suerte seguramente rompería la cadena que tiempo atrás no pudo ni hacerle cosquillas.

    Un día cualquiera mientras que transitaba la certificación para ser guía del Sistema de Diseño Humano brotó algo diferente en mí, en lugar de ser una formación más con un montón de información intelectual apasionante que es una de las cosas que puede pasar decidí «liarme la manta a la cabeza» y en un acto de valentía y honestidad interno pasé a experimentar conmigo misma y esta es mi historia…

    El día que bajé el volumen a esa voz interior de mi jueza implacable y al mismo tiempo abrí la puerta a una posibilidad, no sabía a qué exactamente pero me puse en disposición o en una actitud abierta al aprendizaje, al cambio, a la vida y esperé… sin darme cuenta de que estaba abonando el terreno de la zona de mis preguntas y pensamientos existenciales, cuando tomamos cualquier decisión, internamente se activan un montón de mecanismos invisibles que si somos muy observadores podemos detectar alguno y esto es lo que me pasó a mí.

    De repente algo diferente fue emergiendo sin ser devastado por el volumen de la voz inquisidora. Al ser algo desconocido se le coló a la voz crítica, censuradora, el «ojo de Mordor» que todo lo veía hasta ese mismo instante… y se fue gestando, madurando, tomando fuerza y ahora ese brote ya es como el bambú… un bosque imparable porque su base fundante es fuerte y por más que cortes los tallos, vuelven a crecer.

    Igual que en una huerta donde hay que cuidarla, hacer movimientos de tierra ocasionales, abonar, sembrar, etc. en mi terreno de la zona interior de mis preguntas y pensamientos existenciales se sembraron y crecieron preguntas y dudas nuevas. ¿Por qué valido la opinión de alguien desconocido y que no me importa realmente? cuando por ejemplo me decían en el instituto siendo adolescente «sos inconstante y mala estudiante o tiene buena conducta pero no destaca especialmente en clase, está ausente y no se involucra, etc., etc., etc.». 

    ¿Y por qué no valido la opinión de las personas que me quieren y que ven mis cualidades y dones? «Tenés un don para escribir, o qué capacidad de responder a los conflictos que nos pasan a todos de manera creativa y diferente etc., etc., etc.».

    ¿Por qué valido la opinión de alguien que no conozco ni me conoce apenas, porque valido un estímulo negativo y cuando alguien que me quiere y me conoce no tomo en valor ese estímulo positivo? ¿Realmente puede estar equivocada tanta gente opinando casi las mismas cosas positivas de mí? 

    Y esas dudas y preguntas nuevas que empezaron a caer en forma de lluvia finita sobre la huerta de mis creencias que eran cultivadas y cuidadas bajo la intensidad de esa voz crítica de repente empezaron a desvanecerse, a diluirse.

    Cada vez que algún amigo, familiar me obsequiaba con un estímulo positivo sobre algo que se me daba bien hacer de forma natural yo pensaba que estaba loco… que eran unos exagerados y que me decían eso simplemente porque les caía bien… porque era muy simpática… no me consideraba alguien que hiciera cosas extraordinarias… a veces sí pero muchas otras no… si yo podía hacer tal o cual cosa, todos podíamos hacerlo… era incapaz de ver mis dones, era incapaz de ver mi valía… desconocía las fortalezas que tenía de manera natural ni siquiera era consciente de que tengo cualidades para desarrollar mi propósito de vida que están desde siempre y no sabía verlas y si otros las veían, no les creía, estaba ciega y perdida dando palos en mi vida pero de a poco el filtro que me tapaba los ojos se empezó a resquebrajar y fue mirándome y experimentando conmigo misma que encontré la salida, la salida es hacia adentro y fue así mirándome con otros ojos que descubrí mi maravilloso mundo interior y el poner mi referencia en el exterior fue mutando y mi vida fue acompañando ese proceso, el universo conspiró para que en mi vida aparecieran cambios propicios a ese volver a mirar adentro de mí, un viaje fascinante que no fácil a veces pero que ahora cuando lo miro en retro, un viaje indispensable de personas que como yo nos llamamos buscadoras… o encontradoras de nuestra propia verdad, de volver a recuperar nuestro poder y clamar al viento que soy la protagonista de mi propia vida, fiel a mí misma.

    El camino de darme cuenta y aprender a mirarme siempre estuvo ahí… tuve un montón de distracciones que iban apareciendo al costado de ese camino, hice muchísimos planes de cómo vivir una vida perfecta según lo establecido que me hacía infeliz mientras me iba pasando la vida misma, no era consciente y sin saber mucho lo que hacía… lo hice… al igual que cuando apagué la televisión para siempre… que a los días aparece ese vacío que no sabía mucho cómo ocupar y pasar por el aburrimiento que me generaba ese tiempo que antes le dedicaba a estar pasiva y absorbiendo como una esponja emergen cosas nuevas o volví a sacar de los cajones aquellos libros, juegos, lápices o pasatiempos que fueron sustituidos por cosas más fáciles si lo miro desde un punto de vista pero muy de empastarme el cerebro y hasta atrofiar mi singularidad si lo miro de otro y volví a ocuparme de mí misma… así me pasó cuando le bajé el volumen a esa voz de mi jueza implacable interior.

    Esa voz sigue existiendo, no era una voz malvada como creía al principio que sospechaba que dentro de mí vivía mi mejor amiga y mi peor enemiga. ¡No era ella la responsable de mis desgracias, era yo la inmadura! Esa voz estaba extenuada, sobregirada, sobre dimensionada, desenfocada, desentonada, distorsionada tras años de un funcionamiento que no le correspondía… ahora es una voz crítica pero no es personal y tampoco tiene un sensor tan delicado que salta al primer pensamiento germinativo… mi voz interior se está modulando y vamos creciendo juntas, no hay que matar a nadie, ni programar una voz opuesta que invalide a la voz anterior… cada cosa tiene que ocupar su propio lugar y emitir en la frecuencia adecuada para que la sinfonía singular de mi Ser se exprese de manera equilibrada, fue así de fácil y así de complejo darme cuenta, asumirlo y finalmente vibrarlo. La serendipia se dio en el momento preciso.

    ¿Cuántas veces intentaste algo para obtener un resultado deseado y no funcionó? No era el momento, tampoco era la manera… yo además no estaba en el estado de maduración óptimo, pero hoy sí… Me agradezco profundamente haberlo intentado una vez más.

    Una vez fui consciente, igual que una reina en el día de su coronación… ya no hay marcha atrás… no puedo volver atrás, ni sé cómo hacerlo, ni me planteo volver… se despliega ante mí un camino como cualquier otro camino… la diferencia es que yo hoy camino entera, sabiendo que tengo mi propio ritmo, diferente a otras personas y siendo la protagonista de mi propia vida.

    Este es el camino de la maestría de ser yo misma. Una mujer de rompe y rasga perfectamente imperfecta con fuerza radiante que a veces ilumina y otras fulmina. Me reventé y me reinventé muchas veces en este… mi recorrido hacia mi propia maestría. No hay un brillante sin pasar por un tonto, todo tiene un proceso de sembrado, germinación y floración y gracias a bajarle el volumen a esa voz para poder escucharla bien hoy te muestro uno de mis dones, el de escribir. Mi hambre voraz de experiencias me llevó a todo tipo de aprendizajes. Tengo una voz interior que me va dictando lo que estás leyendo, me siento respaldada por mi familia de luz que también se expresa a través de mí, soy un canal aprendiendo a mantenerme ecualizado en la vibración de la alegría coherente y cohesivo con todos los elementos del universo. El afán de los humanos por etiquetar y encasillar todo para comprenderlo, hizo que me pudiera descubrir como Escritora Álmica, no hice cursos de escritura ni sé escribir, es mi Don natural conectar con esa parte que es mucho más sabia, más amorosa y abrirme, ecualizar con mi emisora FM para que me cuente y lo pueda compartir

    AMOR. FUERZA. SABIDURÍA.

    El bambú japonés es un gran ejemplo: al ojo inexperto e impaciente que solo mira la superficie cuando lo siembra no ve nada… pueden pasar cinco años sin que pase nada encima de la tierra… pero por debajo se está gestando un complejo sistema de raíces que avanza y avanza y cuando está maduro y completo ¡en apenas cuatro semanas crece más de cuatro o cinco metros! Se vuelve imparable y lo llaman invasivo ya que si cortas sus tallos como sus raíces son tan potentes y maduras que crece con más fuerza aún.

    Algunas personas somos bambú y esta historia es para todos los seres del planeta que tienen esas cadenas invisibles o visibles, esas voces interiores o exteriores, por los que están agotados y no ven la luz por mí y por todos mis compañeros y especialmente a los elefantes.

    Capítulo 0: HIJA DE LA NADA

    Desde que tengo dos o tres años me percibo como diferente. Mi mamá no se cansó de decírmelo y lo tomé como que siempre fui alguien especial, diferente. Ya vendría años después asumir lo de ser un bicho raro, pero estos fueron los inicios.

    Mi viaje interior empezó nada más salir del horno cuando mi mamá biológica decidió romper con las reglas establecidas y en un acto de valentía tomó riesgos, se lió la manta a la cabeza con intuición, coraje y amor sabiendo que si no interfería con sus viejas creencias, miedos y mandatos su sexta hija podía tener un futuro diferente… brillante tal vez… y se atrevió a hacer un gran cambio en su vida saliendo ella sola del hospital y dejando a su recién nacida sola en el baño para no volver a verla nunca más.

    Imagino que se te puede arrugar el estómago como poco leyendo esto. Este pequeño relato que marcó mi vida fue modificándose infinitas veces a lo largo de mi vida y que lo leas ahora de esta manera expresado no significa que sea una creencia estática e inamovible. Lo fui observando desde diferentes filtros, fui carne de psicoanálisis desde muy temprana edad, sobre los seis años y como uruguaya que soy el decir al viento abiertamente «voy al terapeuta» es algo habitual, me moví en círculos donde me ocupé sobre mis dieciséis años más o menos de algo diferente a lo que hacía el resto de adolescentes y fui encontrando respuestas a mi existencia, los porqués de los conflictos y las preguntas sobre los misterios incognoscibles de la vida así que hice muchísimas terapias y formaciones, cursos, talleres y pasé por experiencias intensas de autoconocimiento.

    En mi búsqueda de inspiración existencial y respuestas del viaje de mi vida, mi recorrido, mi camino hubo veces que fue rígido y estructurado y otras muchas fue más salvaje y se va descubriendo ante mis ojos y voy respondiendo a las señales a veces forzando y las cosas cuando son forzadas las experiencias son de un crecimiento a base de palos y otras veces el camino se abre como si fuera un bosque encantado como los de las pelis donde muros verdes de repente se abren ante mi paso, despejan el camino y parece que todo es liviano y la vida me sonríe.

    Cuando tenía cuatro o cinco años me encantaba los fines de semana ir a la cama de mis padres (aprovechando que mi papá no estaba porque se iba temprano a pasar visita al hospital a ver a sus otros «hijos», los pacientes que había operado días antes y que les hacía un riguroso seguimiento incluso los fines de semana antes de irnos de paseo… esa era su rutina- ritual) y le pedía a mamá que me contara cuentos, es una fuente inagotable de contar cuentos leídos o de historias pasadas hasta la actualidad que se los cuenta a sus nietos.

    Además de que me leyera cuentos le pedía que me contara «el día en que nací»… porque de la noche a la mañana pasó a ser mamá a pesar de haberlo deseado durante más de diez años y finalmente le llegó la nena deseada y luego del barullo inicial de tener las primeras ropas, pañales, un lugar donde dormir que hasta que consiguieron una cuna fue un cajón de manzanas y alimentos básicos para que la cría se mantuviera calentita y con vida y acostumbrarse a tener una hija en casa luego de tantos años de buscarla tocaba presentarla y compartir la alegría máxima a la familia que nada sabía de mi existencia porque todo se dio de manera sorpresiva y había muchos papeles que ordenar y trámites que realizar… (eran los setenta). 

    Todo el relato era especial, como yo… lo que más gracia me hacía era la parte en que mi mamá llama a su mamá para invitarla a casa porque quería mostrarle una sorpresa. 

    Mis abuelos llegaron y cuenta mamá que mi abuela venía con las expectativas de ver qué mueble de salón se habría comprado su hija finalmente después de tanto tiempo usando tablas como mesa de comer… y se encontró con una nieta… cuenta la leyenda que mi abuela Ester pasó tres días y tres noches sin habla de la sorpresa…

    Cada persona tiene su propia versión de un hecho… durante muchos años me pregunté qué tenía yo mal que mi mamá biológica se había ido con sus otros hijos y me había abandonado…

    Me hice muchas preguntas… fui mirando ese hecho a medida que crecía desde diferentes perspectivas… fui cambiando de opinión… de sentimientos… hasta llegar al relato de acá arriba que acabas de leer… me llevó años verlo y escribir esto… hice todo tipo de trabajos interiores con ayuda, constelaciones familiares, terapias de todo tipo, biodanza, lógica global convergente, nueva

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