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¿Te has parado a pensar alguna vez de quién te rodeas?

El otro día salí con una familia de amigos, la niña, que tiene 3 años pidió un regalo a Nicole, otra persona que estaba con nosotros. Y su madre le preguntó algo que me pareció brillante: “Dame una buena razón por la cual Nicole tiene que darte un regalo”. Los niños piensan que lo merecen todo por el mero hecho de existir.
La semana pasada hablaba de si merecemos estar donde estamos.
Hemos crecido en una sociedad repleta de oportunidades, sin problemas reales de supervivencia. En la que todos nos hemos sentido “especiales” y nos sentimos con derecho a todo por el mero hecho de ser.
Y sí, digo esto siendo consciente de que hay casos extremos en los que no aplica.
Pero para la inmensa mayoría, donde estamos, es consecuencia de lo que hemos hecho y las decisiones que hemos tomado, así de simple.
¿Y qué tiene que ver todo esto con de quién te rodeas?
Porque las personas con las que te juntas inciden mucho en cómo te sientes.
Yo quiero rodearme de personas que no se sientan especiales ni quieran todo por el mero hecho de quererlo. Que tengan la predisposición de conseguirlo, que no tengan miedo a vivir, que no tengan miedo a emprender ni a crear. Que tengan los cojones de encarar la vida como yo la veo.
Yo quiero rodearme de emprendedores, de aquellos que no se rinden ni se lamentan a la primera, personas capaces.
En el podcast te cuento hacia donde quiero enfocar la comunidad.