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Educar en tiempos sintéticos: Pasión por enseñar. Deseo de aprender
Educar en tiempos sintéticos: Pasión por enseñar. Deseo de aprender
Educar en tiempos sintéticos: Pasión por enseñar. Deseo de aprender
Libro electrónico215 páginas2 horas

Educar en tiempos sintéticos: Pasión por enseñar. Deseo de aprender

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Información de este libro electrónico

¿Hay algo más humano que educar? ¿Educamos para trascender? ¿Trascendemos educando?
Cada vez que hablamos de educación sentimos que nos hablan, que tenemos que poder decir algo, contar alguna anécdota, vaticinar algún pronóstico, atribuirle algún mal. Desde hace más de quince años, cuando la tecnología irrumpía de manera más masiva en las aulas y los espacios de formación laboral, comenzó a surgir una nueva Torre de Babel: quienes diseñan las tecnologías, quienes enseñan con ellas, quienes aprenden, quienes evalúan y quienes acompañan no tienen un lenguaje común. 
Hoy la inteligencia artificial (IA) tensiona la capacidad de traducir y darles un norte a la enseñanza y el aprendizaje. De hecho, los gurúes en tecnología marcan el inicio de la era donde lo sintético excederá a sus creadores tanto que, a fines de esta década, la IA funcionará a nivel medio en la creatividad, la resolución de problemas, la generación de patrones novedosos, la percepción sensorial y el razonamiento emocional. Sin embargo, si algo no cambió con la tecnología es que los privilegios siguen estando a la orden del día: la falta de alfabetización y la desescolarización aumentan y más de la mitad de las niñeces de nuestra región no entiende lo que lee.  
Melina Masnatta traza en este libro crucial un recorrido por la tríada que compone el sistema educativo para proponer, consultar a personas expertas e innovadoras e invitar a una transformación consciente. El resultado es un texto vivo, dinámico, actual, revelador y necesario que se pregunta: ¿quién despertará tu deseo de aprender o tu pasión por enseñar?
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 mar 2024
ISBN9789505569779
Educar en tiempos sintéticos: Pasión por enseñar. Deseo de aprender

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    Educar en tiempos sintéticos - Melina Masnatta

    Imagen de portada

    Educar en tiempos sintéticos

    Educar en tiempos sintéticos

    Pasión por enseñar

    Deseo de aprender

    Melina Masnatta

    Índice de contenido

    Portadilla

    Legales

    INTRODUCCIÓN

    Parte I: EL SISTEMA ¿HAY EDUCACIÓN SIN SISTEMA EDUCATIVO?

    A. ¿Quién da más? ¿Cuántas fallas tiene el sistema educativo?

    ¿Cuándo empieza a fallar el sistema?

    ¿Rompemos el contrato?

    ¿Qué es el éxito en educación? ¿Existe?

    Y ahora, ¿quién podrá salvarnos?

    ¿Todos somos opinators?

    B. ¿De qué hablamos cuando hablamos de sistema educativo?

    ¿Qué es el sistema educativo?

    ¿La cigüeña trajo al sistema o vino de París?

    ¿Sirve la estandarización?

    ¿Por qué es tan importante empezar por el principio?

    ¿Cuál es el propósito del sistema educativo?

    ¿Se reinicia el sistema?

    ¿Hay vida sin sistema?

    C. ¿Tiene futuro el sistema?

    ¿Cerramos la puerta para que nadie se vaya?

    ¿CORTAR Y PEGAR PARA REDUCIR LAS DIFERENCIAS ENTRE SISTEMAS?

    ¿Cómo nos preparamos para el mañana?

    ¿A emprender y liderar también se enseña en el sistema educativo?

    ¿Responsabilidades compartidas en el aprendizaje?

    Parte II: LOS PROTAGONISTAS ¿CUÁL ES LA SANTÍSIMA TRINIDAD DE LA EDUCACIÓN?

    A. ¿Quién enseña?

    ¿La docencia es una profesión en vías de extinción?

    ¿De la erudición al hagan lo que puedan? ¿De ser la estrella a estrellarte?

    ¿Qué elige quien enseña?

    ¿Qué hacen los mejores educadores?

    ¿Pantallas y el deseo por innovar?

    ¿Diversidad en el plantel docente?

    ¿Enseñar es insalubre?

    ¿Cuánta autonomía tiene quien enseña?

    ¿Transgredir para innovar?

    B. ¿Quién aprende?

    ¿Para qué tengo que aprender? ¿Me sirve para la vida? ¿Entra en el examen?

    ¿Quién no repitió como un loro? ¿Memorización y otras habilidades para desaprender?

    ¿Cómo es el universo del aprendizaje?

    ¿Qué nos hace mejores estudiantes?

    ¿Qué quiero ser cuando sea grande?

    C. ¿Las familias, ONGs, empresas e IAs son protagonistas del sistema?

    ¿Las IA aprenden, enseñan y van a la escuela?

    Parte III: EL DIÁLOGO ¿CÓMO ES EL ENTRECRUZAMIENTO SINTÉTICO ENTRE EL SISTEMA Y LOS PROTAGONISTAS?

    ¿Es posible dominar algo que no se hizo nunca?

    ¿Expectativa vs. realidad en la formación?

    ¿Qué se entiende hoy por saber?

    ¿Quién define los saberes? ¿El mercado? ¿Los gobiernos?

    ¿El saber en formato TikTok?

    ¿Más allá de las palabras con IA?

    ¿Conversamos en modo prompt?

    ¿El saber es humano? ¿Cuál va a ser el diferencial?

    ¿Hay trabajos seguros?

    ¿Será el engagement la nueva estrella?

    ¿Se aprende y enseña mejor con tecnología?

    ¿Necesitamos más tecnología o usar mejor la que tenemos?

    ¿Es más importante aprender rápido o bien?

    ¿La frustración se entrena?

    ¿Nuevas patologías, viejos desafíos?

    ¿Nace una nueva alianza docente y IA?

    ¿Transformar el sentido educativo con tecnología es nuevo?

    ¿Cambian las consignas educativas con tecnología?

    ¿La revancha de la imaginación?

    ¿La mediación será siempre necesaria?

    ¿La IA será tutora, mentora, familiar, compañera, colega, coach, simulador, estudiante, herramienta o docente?

    ¿Problemas o retos educativos con IA?

    ¿Gamificar la educación?

    ¿Qué hay de nuevo en traer tecnología al aula?

    ¿Se corre la frontera educativa?

    ¿Conclusiones?

    Agradecimientos

    © 2024, Melina Masnatta

    ©2024, RCP S.A.

    Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna, ni por ningún medio, ya sea eléctrico, químico, mecánico, óptico, de grabación o de fotocopias, sin permiso previo del editor y/o autor.

    Diseño de interior: Cerúleo

    Diseño de tapa: Ariel Hache Merpert (@hachemerpert) utilizando y modificando imágenes generadas con IA.

    Foto de contratapa: Catalina Bartolomé (@retratos.profesionales)

    Digitalización: Proyecto451

    Por su propia naturaleza, un comienzo implica el inicio de algo nuevo que no puede ser previsto a partir de nada que haya ocurrido antes:

    Ese carácter de improviso súbito es inherente a todo comienzo.

    Hannah Arendt, Entre el pasado y el futuro: ocho ejercicios

    de reflexión política (Península, Barcelona, 1996).

    INTRODUCCIÓN

    Cada vez que hablamos de educación sentimos que nos hablan, que tenemos que poder decir algo, contar alguna anécdota, vaticinar algún pronóstico, atribuirle algún mal. Desde hace más de quince años, cuando la tecnología irrumpía de manera más masiva en las aulas y espacios de formación laboral, comencé a detectar una nueva Torre de Babel: quienes diseñan las tecnologías, quienes enseñan con ellas, quienes aprenden, quienes evalúan y quienes acompañan no tienen un lenguaje común.

    Hoy la inteligencia artificial (IA) nos acerca un ritmo acelerado y una ubicuidad (1) que tensiona esa capacidad de traducir y darle un norte a la enseñanza y el aprendizaje. Si calibramos la mirada y hacemos un zoom out, nos encontramos frente a una revolución de los significados: ¿qué es humano?, ¿qué es inteligencia?, ¿qué nos hace diferentes?, ¿la divergencia?, ¿el cuerpo?, ¿la capacidad de inventiva?

    Mientras termino de escribir este libro, nuevos dispositivos sin pantallas surgen para promover la lectura con IA, las tecnologías wearables (o vestibles) prometen acompañarnos para que tengamos una experiencia inmersiva en entornos virtuales y las nuevas aplicaciones de IA se especializan en ser multimodales; es decir, en registrar y crear no sólo textos, sino también imágenes y videos. Y vaticinan que los modelos de lenguaje, (2) como ChatGPT, Bard o Gemini, van a ser los nuevos sistemas operativos.

    Quienes referenciamos como gurúes en tecnología nos marcan el inicio de la era donde lo sintético –aquello creado de manera artificial, que se relaciona con la creación de sistemas, datos, contenidos o capacidades que imitan aspectos de la inteligencia humana utilizando enfoques artificiales o algorítmicos– excederá a las personas que lo crearon. El recorrido que tiene que hacer una IA para desempeñarse de un modo similar al humano se está acortando: a fines de esta década, la IA funcionará a nivel medio en aspectos como la creatividad, la resolución de problemas, la generación de patrones novedosos, la percepción sensorial y el razonamiento emocional. ¿Es tiempo de considerar a la IA como un nuevo protagonista? ¿Va a tener derechos y deberes? ¿Va a aprender y enseñar? ¿O ya lo está haciendo?

    Por otro lado, los enfoques hiperagresivos para hacer crecer los negocios, la superproductividad y la hipereficiencia basadas en esta tecnología están cambiando las reglas de lo que conocemos como mundo. Y nadie quiere detenerse ni perder tiempo. Pero convendría hacer un alto y pensar: ¿estamos yendo a donde queremos ir? Estamos en una época en la que ocurren fenómenos tales como una Gran Renuncia, donde el burnout (3) y el poco engagement (4) tensionan el propósito del mundo laboral, donde cada día se publica una nueva profesión que será amenazada por la IA y donde empresas ya cuentan con CEOs que son avatares creados con IA. Definitivamente, el sentido del trabajo –o de las ocupaciones– está en reconfiguración. E, inevitablemente, el de la educación también.

    Mientras escribo este libro, también, hay activas cerca de 60 guerras, los ataques terroristas vuelven a ocupar las pantallas y, en contraposición, las respuestas son la abulia, el desinterés –a veces fruto de la infointoxicación–, la falta de participación ciudadana, la desconfianza en los modelos y en los ideales democráticos. A su vez, otros fenómenos como las deepfakes (5) con IA retoman el binario de verdad vs. posverdad. ¿Cada quién vive su realidad?

    ¿Vivir en un mundo sintético tiene beneficios?

    Una vez más, quizás debamos dejar de lado los binarismos. Por un lado, las redes sociales nos acercan nuevas patologías y nuevas categorías de ansiedad y adicción. Y, por el otro, IA for good (6) brinda nuevos desarrollos que permiten la detección temprana de cáncer o la optimización de desarrollos como Open AI y Be my Eyes, que acompaña a personas con necesidades educativas específicas. La tecnología opera como un espejo aumentado: nos muestra amplificado lo que está mal y lo que está bien.

    Si algo no cambió con la tecnología o, al menos, no cambió todavía, es que los privilegios siguen estando a la orden del día: si estás leyendo este libro, es porque podés leer y acceder a un dispositivo –incluso en formato papel–. Pero eso no es así para la mayoría de las personas en este tiempo: la falta de alfabetización y la desescolarización también están de moda e impactan en las minorías, como los 130 millones de niñas que no cuentan con ninguno de estos accesos o como más de la mitad de las niñeces de nuestra región que no entienden lo que lee. (7) Y a esto se suma que el idioma inglés es el lenguaje de la tecnología, por eso en este libro vas a encontrar muchas palabras en ese idioma y, cada vez que aparezcan, voy a tratar de hacer la mejor adecuación posible. Aunque también esto implica el dominio de una nueva jerga.

    A modo de forzar una síntesis, somos protagonistas de tiempos en los que vivimos en dos escenarios posibles y antagónicos entre sí: uno de vida artificial, digital, sintética, donde la IA generativa, esa que hace y produce, es una protagonista importante; y otro en el que la crisis climática nos presenta la posibilidad de un apagón mundial y nos acerca datos como que ChatGPT utiliza alrededor de medio litro de agua cada 5 prompts –o indicaciones– que recibe. (8)

    Y en el medio –una vez más– la educación.

    El territorio educativo es ese que se debate entre la potencialidad de futuro y las limitaciones del presente, donde muchas veces los accesos a la tecnología resultan imposibles y se terminan utilizando licencias gratuitas. Y, en relación con los datos que entregamos en las versiones gratuitas, ¿quiénes deberían velar por ellos? ¿Es posible hacerlo? De todas formas, la tecnología no es nueva en las aulas y, si aún no tenemos estas respuestas, es porque nos falta volver a revisar las experiencias.

    En algunos casos, surgen propuestas novedosas; y este libro fue en busca de quienes las están protagonizando, seguramente con sesgos por valorar la valentía de buscar respuestas, pero seguramente muchos menos de los que una IA puede llegar a tener.

    El sistema educativo, ese que tiene su propia cultura y jerga –así como el tecnológico–, a veces permite la innovación como respuesta a los cambios y necesidades de época. Pero innovar implica salir de la norma y del estándar; implica transformar, por ejemplo, las evaluaciones, eso con lo que el sistema rinde cuentas. ¿Cómo podremos saber el desempeño educativo? ¿Estamos dispuestos a abandonar las pruebas estandarizadas? ¿De qué hablarán las noticias para comparar gestiones de gobierno en temas de educación? ¿Cómo elegiremos dónde ir a estudiar?

    Según una encuesta realizada a más de 23.000 personas de 29 países diferentes, (9) existe un reconocimiento global de la importancia de la formación de docentes en el uso de la inteligencia artificial. ¿Qué y cómo se debería enseñar? ¿Quiénes van a hacerlo?

    El sistema educativo suele componerse por una tríada: alguien que enseña, alguien que aprende y el saber. En este proceso hay una mediación que implica que la información pueda devenir en conocimiento. Para esto, hay acuerdos más o menos efectivos: este tipo de sistema resulta ser un gran ordenador y estructurador del propósito y responsabilidad (en general, se enseña eso que se conoce y de lo que se comprende el efecto), del tiempo (el saber se desagrega y propone en dosis iterativas e incrementales en un periodo), de la infraestructura y el espacio (físico y virtual), del saber (qué se acuerda como tal) y su formato (texto, audiovisual, etc.). ¿Qué pasa cuando cambia alguno de estos factores? La IA nos trae esta pregunta y, como no hay certezas, traigo también algunas preguntas de sus protagonistas:

    > ¿Se puede enseñar algo que no se aprendió? ¿Es posible dominar eso que no se hizo nunca? ¿Todo lo que se enseña se puede automatizar? Esto es lo que se preguntan quienes enseñan.

    > ¿Para qué enseñan algo que va a ser reemplazado por IA? ¿Qué de todo esto nos sirve para la vida? ¿Para qué tengo que ir a la escuela, si ya pude crear un negocio digital y ganar plata? ¿Ya hay una Naciones Unidas de la IA, que nos cuide en los derechos de ciudadanía y cómo puede ser parte alguien joven? Estas son preguntas que hacen quienes estudian.

    > ¿Se aprende mejor con tecnología? ¿Qué hacemos con las adicciones que traen estos algoritmos, como, por ejemplo, las apuestas online? ¿Qué hacemos con el bullying (10) que usa imágenes intervenidas con IA? ¿Quién será responsable de proteger y prevenir estas patologías que reviven viejos problemas de maneras nuevas? Se preguntan las familias.

    > Si nos monitorean las IA y tienen nuestros registros desde que ingresamos al aula, ¿las entrevistas de trabajo no existirán más? ¿Podemos hacer una historia clínica del desempeño escolar o un pasaporte del aprendizaje? Si no tenemos la mirada humana que tanto nos juzga, ¿las IA podrán resolver mejor los desafíos socioemocionales en el trabajo? ¿Necesitamos más tecnología o usar mejor la que tenemos? Se preguntan quienes emplean.

    > Y yo, cuando las escucho, me y te pregunto: ¿puede haber sistema educativo sin sus protagonistas? ¿Qué pasa con estos protagonistas si no hay sistema educativo? ¿Seguiremos subutilizando y sobrevalorando a la tecnología? ¿Y a la educación? ¿Hay algo más humano que educar? ¿Educamos para trascender? ¿Trascendemos educando? Y lo más importante… ¿Quién definirá estas respuestas? ¿Quién definirá y despertará tu deseo por aprender o

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