La Pequeña Ali
()
Información de este libro electrónico
La incertidumbre se apodera de una familia ante el desconocimiento del quebranto de su hija menor y ciertos sucesos inesperados forman parte de una extraña situación
Relacionado con La Pequeña Ali
Libros electrónicos relacionados
Némesis Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCanasta De Cuentos Michoacanos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCompañías silenciosas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTodo lo que sabes Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa mejor ocasión Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMortem Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCaprichos del clima Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesOcurrió: Vera Lúcia Marinzeck de Carvalho Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesOcurrió Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesRealmente era lo que ella deseaba...: It What Was Truly What She had Wished For... Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Cielo Puede Esperar: Vera Lúcia Marinzeck de Carvalho Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Cielo Puede Esperar Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAnna. El Infierno en una botella Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUna vida por delante Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDiferente Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLas trampas de Dios Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl hotel encantado Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl destino no detiene Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos niños terribles Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMientras Recuerdo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5No me abandones Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPara volver a dar un consejo de amor, lo único es aprender a escuchar Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMorir con dignidad Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa otra vida de Rebecca Smirnov Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesBajo el signo de la noche Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Sonámbulo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUna Promesa: Como Entender El Valor De "Una Promesa" Y Encontrar El Amor Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesRecuerda Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHistorias del más acá Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa danza de la vida Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Artes escénicas para usted
Batman, el héroe: La trilogía de Christopher Nolan Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Storytelling: Cómo contar tu historia para que el mundo quiera escucharla Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Fausto: Clásicos de la literatura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Guía Práctica de Ejercicios de Técnica para Guitarra Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Teoría de la Música: Niveles 1 - 3 Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Oratoria Métodos y ejercicios para aprender el arte de la oratoria Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El miedo escénico: Orígenes, causas y recursos para afrontarlo con éxito Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Biblioteca Studio Ghibli: El viaje de Chihiro Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Las 50 leyes del poder en El Padrino Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La historia de la Gaviota y el Gato que le enseñó a volar Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Los 100 clasicos de la moda: Una guia de articulos que toda mujer con estilo debe poseer Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La muerte de Ivan Ilich Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Gran Cuaderno de Podcasting: Cómo crear, difundir y monetizar tu podcast Calificación: 4 de 5 estrellas4/5¿Quieres escribir un cuento? Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El diálogo: El arte de hablar en la página, la escena y la pantalla Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cómo escribir un microrrelato Calificación: 5 de 5 estrellas5/550 Clásicos que debes leer antes de morir Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNapoleón Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesFinanzas para no financieros: El caso colombiano Calificación: 3 de 5 estrellas3/5La Mandrágora Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDon Quijote Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La Celestina Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cada Cosa en Su Lugar Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Kit del escritor: 50 herramientas imprescindibles Calificación: 3 de 5 estrellas3/550 Cuentos Navideños Clásicos Que Deberías Leer (Golden Deer Classics) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El guión. Story Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El secreto del mejor cine: El subtexto en el guion y en la novela Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Un actor se prepara Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Anatomía del guión: El arte de narrar en 22 pasos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Categorías relacionadas
Comentarios para La Pequeña Ali
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
La Pequeña Ali - José Alexander Sirí
La Pequena Ali
Jose Alexander Siri
Derechos de autor © 2024 José Alexander Sirí
Todos los derechos reservados
Primera Edición
PAGE PUBLISHING
Conneaut Lake, PA
Primera publicación original de Page Publishing 2024
ISBN 978-1-6624-9696-7 (Versión Impresa)
ISBN 978-1-6624-9709-4 (Versión Electrónica)
Libro impreso en Los Estados Unidos de América
Tabla de contenido
Sobre el Autor
A Josefina Ureña, por supuesto.
Nadie resulta ileso del tribunal de su conciencia.
José Alexander Sirí.
—¿Hace cuánto que está así? —preguntó el doctor mirándola detenidamente.
—Aproximadamente dos semanas —contestó Rosa, la hermana mayor.
Como todos los miércoles, la habitación que más que habitación era solo un cuarto con trastes viejos, se encontraba llena de estudiantes de medicina y psicología que, en esta ocasión; observaban a la criatura, pausada hasta lo indecible y ensimismada en su mundo.
Tenía casi quince años, pero parecía de doce. De tez clara, pelo castaño, menuda y delgada. Era la menor de una hilera de seis hermanos, de los cuales vivía con tres de ellos. Su madre, Mamá Santa, un alma de Dios, era una mujer mayor a temprana edad, que se dedicaba a los quehaceres de la casa. Su padre, Míster Chencho, un señor regordete y parlanchín, quien tenía un pequeño negocio de venta de chucherías en su propia casa. La habían visto sin gestos en la cara y sin emitir ninguna palabra en los últimos días.
Últimamente se le había visto extraña, con los ojos acuosos y las pocas palabras entrecortadas y ambivalentes. Su cambio de humor y aislamiento fue el motivo para la preocupación de su familia.
Después de leer el historial clínico y conversar algunos asuntos generales con la familia, el doctor vio aquel rostro tan cerca y lejano, y le dijo:
—Estamos aquí para ayudarte, queremos que estés bien. ¿Qué te pasa que estás así? ¿Qué está pasando por tu cabeza?
Luego de una tardanza, que parecía interminable; solo alcanzó a decir sufriblemente: nada
. Era solo un pequeño bulto con un corazón que latía. Pasó el tiempo y no se progresó en lo absoluto. El doctor terminó la consulta indicándole unos medicamentos antidepresivos y citándola para el miércoles próximo a la misma hora de la mañana.
En principio, creyendo que le habían echado un mal, antes de llevarla al médico, la había visto una curandera del pueblo para hacerle un trabajo. Y, al ver los resultados estériles, optaron por ponerla en manos de la ciencia.
El día de la consulta, las dos hermanas, Kenia y Rosa, llegaron bien anticipadas con la pequeña Ali. Debieron madrugar para trasladarse desde su lugar de origen y llegar temprano al hospital. Al alcanzar su turno, ambas entraron con Ali. Con la misma inquietud de la semana anterior se dirigieron hacia el doctor.
El mismo, después de saber cómo seguía la paciente bajo el mismo escenario, decidió prescindir de los estudiantes y familiares.
Ya solos en el cuarto, el doctor la cuestionó pasiblemente, sin obtener resultado aparente. La abordó sobre su núcleo familiar; padres, hermanos, tíos, sus vecinos, amigos y otros. Él le hablaba, pausaba y observaba aquel rostro sin expresión alguna. Ella lo veía, sin mirarlo, y volvía las manos un andullo en la parte inferior de la blusa de tirantes que llevaba puesta.
Esperando alguna reacción de la niña, entró el director del departamento, e interrumpió el monólogo, para informarle que quería que le dieran un (TEC) a un paciente ambulatorio que se encontraba en estado de agitación. Dicho esto, el doctor salió a hablar con las hermanas de