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Trotsky y la Cuestión Judía
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Libro electrónico411 páginas5 horas

Trotsky y la Cuestión Judía

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Los textos de León Trotski —mayormente desconocidos en español
hasta la fecha— fueron tomados de la versión en italiano de una recopilación
que hiciera Arlene Clemesha, investigadora brasilera que especialista en
estudios sobre la cuestión judía y el marxismo
Por gentileza de Arlene y merced a que nos los hiciera llegar Osvaldo Coggiola, el lector de nuestro país
tiene posibilidad de acceder ahora a ellos. Salvo el primero de los textos que no
es autoría de Trotsky, toda la edición de los mismos corresponde a la
traducción del italiano de esos textos cuyo orden y notas se han respetado al
pie de la letra. Valen sólo las siguientes aclaraciones.
Con excepción de unos pocos textos icónicos de la literatura de León
Trotski que esta edición no puede excluir — relativamente conocidos— la
inmensa mayoría de los textos que se reproducen (más de cuarenta) se editan
por primera vez en nuestra lengua. Se trata de cartas poco conocidas, de
textos que muchos ni siquiera están recopilados, de intercambios de Trotsky
con seguidores o periódicos de fuentes ajenas incluso al marxismo. Todos los
textos revelan una extraordinaria frescura y exhiben al gran revolucionario en la
plenitud de sus facultades en el largo período de casi 40 años.
Toda vez que citas y/o textos que formaban parte de la versión original
en italiano pudieron cotejarse con ediciones en español, inglés o francés esto
fue realizado. En estos casos, se eligió la fuente que mejor expresa las ideas
del autor. Por ejemplo, el extracto de las Memorias de Vladimir Medem, con el
que se inicia la edición del capítulo que contiene los textos de Trotski, lo
hallamos en la edición en español de esa obra —cuya difusión fue muy limitada
en Argentina realizada mucho tiempo atrás por los seguidores del Bund —
organización de la que Medem fue dirigente. De modo que en este caso
concreto hemos incorporado la versión traducida desde el idish al castellano y
editada en el país; evitando la incorporación de otra traducción en un texto que
ya había sido llevado de la primera lengua a la segunda. Del mismo modo se
procede en otros casos. Cuando no hay indicación en contrario y se cita
expresamente otra fuente, tomamos siempre entonces la traducción realizada
del italiano por Graciela Molle. La búsqueda de las mejores ediciones de los
textos incluidos, que no se tradujeron del italiano, fue realizado también por
Graciela a la que no queda sino agradecerle por todo su trabajo.
Como ocurre en el caso de Vladimir Medem que acabamos de citar, se
han dejado igualmente las notas del traductor del texto original en italiano
(aunque la traducción no fue incorporada) porque se consideran útiles para la
comprensión actual de los textos.

Se ha respetado siempre la forma de los textos tal como fueron

publicados y sólo en casos donde ciertas frases figuraban en negritas o
subrayado, el texto se presenta ahora en cursivas.
Las fechas originales que figuran en los textos anteriores a la Revolución
de Octubre son las del viejo calendario juliano ruso (entre corchetes —o
paréntesis— figuran luego las del calendario gregoriano, vigente hoy en forma
universal).
 

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento14 feb 2024
ISBN9798224898527
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    Vista previa del libro

    Trotsky y la Cuestión Judía - NORBERTO MALAJ

    Malaj, Norberto

    Trotsky y la cuestión judía : textos inéditos sobre la cuestión judía y el sionismo 1903-1940 / Norberto Malaj. - 1a ed adaptada. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : La Bisagra Editorial, 2023.

    460 p. ; 21 x 15 cm.

    ISBN 978-987-1719-73-0

    1. Judaísmo. 2. Marxismo. 3. Trotskismo. I. Título.

    CDD 323.1192

    Maquetación y Diseño de Portada: Rodrigo Sánchez Mariño

    a Ema Norma, mi amor

    a Victoria y Catalina, mis hijas a Nousi, el sol del abuelo

    a la memoria de dos grandes amigos y revolucionarios:

    el profesor y dirigente de Política Obrera/Partido Obrero,

    Pablo Rieznik

    el poeta y simpatizante de Política Obrera/Partido Obrero, Alberto a. Arias

    EN DEFENSA DEL SUFRIDO Y HEROICO

    PUEBLO PALESTINO

    Agradecimientos (por orden alfabético)

    ALTAMIRA, Jorge

    CLEMESHA, Arlenne

    COGGIOLA, Osvaldo

    FAU, Mauricio

    MOLLE, Graciela

    NEGRO, María

    RAMAL, Marcelo

    Prefacio general

    El libro que tiene el lector en sus manos trata de la cuestión judía desde el surgimiento del movimiento sionista, por un lado, y del marxismo por el otro. La cuestión judía ha sido discutida hasta el cansancio en los últimos 240 años desde la gran Revolución Francesa, por lo menos; pero muy especialmente a partir del holocausto y la puesta en pie del Estado de Israel —un supuesto ´estado judío´.

    Desde que ´la grande revolution´ de 1789-93 emancipó a los judíos de las ataduras medievales, estos parecían encontrar en la civilización de la burguesía un horizonte de integración y asimilación sin precedentes. 

    1

    La figura del judío del ghetto, reducido a su shtetl , parecía condenada a desaparecer. En la década del 70 del siglo XIX, en Inglaterra, un judío —si bien no confeso (Benjamín Disraeli) — alcanzaba por primera vez el cargo de primer ministro en una Corte (más tarde se le concederá un título de nobleza como nunca los judíos habían conocido). En rigor, el imperio austro-húngaro ya se lo había dado poco antes a los Rothschild, quienes se habían transformado en ricos banqueros, igual que los Hirsch. Mucho

    ¹ Shtetl era la típica villa o pueblo con una numerosa población de judíos, en Europa Oriental y Europa Central, antes del Holocausto. Los shtetls se concentraban principalmente en las áreas que conformaban la Zona de Asentamiento en el Imperio ruso, Polonia, Galizia y Rumanía.

    más importante, los judíos en proporción considerable comienzan a destacarse en las profesiones liberales que antes les estaban vedadas. Como se ve, la asimilación judía parecía abrir un futuro promisorio. Los prejuicios medievales parecían superados.

    A fines de 1843 un joven de origen judío llamado Carlos

    Marx advierte, en uno de sus textos más tempranos y donde revela

    2 ya la agudeza de su pensamiento, que se trata de una ilusión . Con el método que Marx va a fundar poniendo sobre bases materialistas la dialéctica hegeliana, va a demostrar que no habrá emancipación política para los judíos en la sociedad dividida en clases. Mucho antes de que el reino del capital exhiba sus rasgos seniles, Marx llamará la atención que lo que parece una tendencia irrevocable hacia la asimilación judía no tendrá lugar en las condiciones de la sociedad capitalista. Igual que con todo lo que ´revoluciona´, el capital es incapaz de llevar cualquiera de sus tendencias progresivas a fondo y, al contrario, se trastocarán en su contrario.

    Es lo que ocurrirá tempranamente con la llamada cuestión judía. En Europa oriental, principal asiento de los judíos europeos, su liberación no se alcanzará bajo el creciente dominio de la sociedad capitalista en el Imperio zarista. Antes bien, en los intersticios de ésta alumbra un antisemitismo ultra reaccionario (los famosos pogromos de las centurias negras). El

    Se trata de un texto polémico con Bruno Bauer del que existen infinidad de ediciones en español. Véase también Marx ¿antisemita? de Arlene Clemesha, En Defensa del Marxismo Nro. 12, 05/1996.

    mundo ´liberal´ burgués es no sólo impotente frente a éste, sino que incluso lo alimenta. La liberación del mundo judío sólo tendrá lugar plenamente —como no había ocurrido en ninguna nación capitalista— bajo la revolución proletaria en la URSS, tras el ascenso al poder de los bolcheviques. Bajo el reino de la revolución de Lenin y Trotski la libertad de creación del pueblo judío jamás

    alcanzó realizaciones equivalentes hasta el presente en ningún

    otro lugar, como reconocen especialistas, incluso sionistas . 

    Antes, el zarismo había dado lugar a esos pogromos, una recreación ´moderna´ de la persecución sufrida por los judíos en el pasado, que no se limitó sólo a Europa oriental. En la Francia posterior a la Comuna de París aflora un antisemitismo feroz que no tiene nada que envidiarle al del zarismo. En Argelia los colonos franceses desvían el odio a la opresión imperialista hacia el judío. En todas las naciones al capital le resulta fácil desviar las ´culpas´ de los problemas derivados del desarrollo capitalista al odio hacia el judío. Un fenómeno que afecta no solo a las naciones imperialistas sino también a las oprimidas, como ocurre en particular allí donde se desenvuelven importantes minorías judías —se expresó tempranamente en la Argentina en los pogromos que acompañaron a la Semana Trágica porteña (1919/20), de la

    Vale por supuesto incluso respecto a las que se les reconoció a los propios judíos en el estado sionista, donde la desigualdad entre estos es absolutamente manifiesta entre judíos de origen askenazí y sefaradí —ni hablar de la ejercida nacional y socialmente por el sionismo sobre la población árabe palestina.

    Véase capítulo II de este libro.

    mano de la Liga patriótica oligárquica contra el bolche-judaísmo. Suena tempranamente la hora de la putrefacción del capital y de la decadencia imperialista, como lo describieron antes que nadie Rosa de Luxemburgo, Mehring, Lenin y Trotski. La era del capital financiero llevará al paroxismo el odio al judío. La ´usura´ judía, una vez más, sería la responsable de todos los males. 

    Antes aún, cuando Teodoro Herzl y el movimiento sionista apenas se insinuaban, el socialismo de la II Internacional —bajo la dirección de Federico Engels— ya emprendía la primera campaña contra el antisemitismo moderno. Es el momento del

    famoso caso Dreyfus . August Bebel denunciaba, por primera vez, el socialismo de los imbéciles. Ninguna fuerza de la sociedad burguesa atrajo al obrero y a la intelectualidad judía de fines del siglo XIX y principios del XX como lo hizo el socialismo moderno. El lugar que encontró el obrero judío para combatir al antisemitismo fue el mismo en que luchaba contra el capital: los partidos obreros marxistas recepcionaban así a lo mejor del judaísmo, sus masas obreras y a la intelligentsia levantiscas. 

    Es completamente falso que el sionismo haya sido asiento primario o ´natural´ del combate contra el antisemitismo. Al contrario, como lo revelan una cantidad enorme de ejemplos históricos —desarrollados en este libro— el sionismo no fue valla alguna ante el hitlerismo y el fascismo; menos lo es en el presente cuando el movimiento sionista y el estado que se identifica con él proceden con métodos abiertamente fascistizantes y de barbarie

    Véase 125 años: el caso Dreyfus ayer y hoy, en este libro.

    frente al pueblo palestino —y aún contra los propios judíos que, en las más diversas latitudes, se levantan contra la opresión sionista en Medio Oriente. 

    El fenómeno de la International Holocaust Remembrance Alliance —IHRA, por sus siglas en inglés— que bajo la batuta del estado sionista, Trump, el antisemita Orbán de Hungría y la cohorte de colonos mesiánicos sionistas de Israel, promueve la persecución de cualquier manifestación antisionista en nombre de

    la lucha contra el antisemitismo es el colmo del cinismo .

    Hacemos nuestra la denuncia del gran pacifista israelí, Gedeón Levy, quien ha denunciado a la IHRA y a Yad Vashem, supuesta institución conmemorativa más prestigiosa del mundo de la Shoá. Yad Vashem erigió años atrás una monumental obra en Israel para ese fin. Fue el lugar elegido en su momento por Donald Trump para anunciar el último plan de paz imperialista para la región; esto es, la mayor afrenta al pueblo palestino. El primer ministro Netanyahu designó a su cabeza al "legislador y general retirado Efraim ´Effi´ Eitam, un racista autoproclamadoque es sospechoso de cometer crímenes de guerra. Eitam —denuncia Levy— le dirá al mundo lo que realmente piensa Israel después del Holocausto, los judíos pueden hacer cualquier cosa; que después del Holocausto, nadie en el mundo tiene derecho a predicarle a Israel, diciéndole qué debe hacer; que el derecho internacional, establecido después de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, se aplica a todos los países excepto a Israel; que aquí tenemos un pueblo elegido, una luz para las naciones, y que aquí vive la única víctima de crímenes de guerra en la historia" (Haaretz, 18/11/20). Eitam comandó la Brigada Givati en la primera intifada, que dio lugar a dos juicios relacionados con esa brigada. Eitam "fue reprendido por el Jefe de Estado mayor del Ejército por violencia excesiva, alguien que ha dicho que ´la mayoría´ de los palestinos deberían ser deportados, que los legisladores árabes deberían ser destituidos, que el código de ética del Ejército debería cambiarse. Después de todo, estas son las lecciones del Holocausto. Bajo su égida se puede estar a favor del traslado involuntario, la limpieza étnica y el

    Argentina, bajo el gobierno ´nacional y popular´ K, se sumó a esa ´cruzada´, como lo revela el raid de aprobaciones en diferentes legislaturas, entre ellas la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, de la adhesión a ese principio reaccionario que transforma

    el derecho al disenso y la crítica en un delito de opinión .

    Una corriente de nacionalismo judío, el Bund, nacido

    desde las entrañas del movimiento obrero judío , antes del surgimiento del sionismo —que no hizo pie entre las grandes poblaciones judías hasta la Segunda Guerra Mundial—, disputó la organización del obrero judío a los partidos marxistas, reclamando el derecho a la ´autonomía judía´. El bolchevismo discutió con el Bund y este libro alumbra por primera vez algunas de esas polémicas. Destacamos dos intervenciones públicas de León

    Trotski— que este libro reproduce en nuestra lengua— en el II

    apartheid, siempre que exista un peligro, real o imaginario, que enfrentan los judíos" (ídem).

    Como es de dominio público la izquierda argentina, a través de sus legisladores Myriam Bregman y Gabriel Solano del FIT-U, suscribió tamaño atropello. Sólo diez días después de votar a pie juntillas con la derecha se delimitaron en un acto vergonzoso.

    El Bund se reclamaba marxista y fue parte de la socialdemocracia internacional. El Bund, sobre el que trataremos en este libro, se opuso siempre al sionismo. El movimiento sionista, como se demostró históricamente, surgió como una reacción de la burguesía judía para contrarrestar el ascendiente del socialismo sobre las filas del obrero judío. Si bien el sionismo va a desarrollar corrientes de izquierda —como se verá luego también—, el movimiento sionista no alcanzó hasta después de la Segunda Guerra Mundial ningún predicamento de importancia entre la clase obrera y la intelectualidad judías, que afluyó en masa a las organizaciones marxistas y dieron la espalda mayormente al sionismo.

    Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso, en julio de 1903, cuando el promisorio joven tenía escasos 23 años. 

    La literatura socialista y el combate del marxismo contra el antisemitismo han sido concluyentes, fueron y siguen siendo la única escuela que ha dado pruebas de efectividad contra esta destilación pura de la putrefacción del orden del capital —así describió el fenómeno tempranamente la Oposición de Izquierda bajo la dirección de León Trotski que, antes que nadie, previó el holocausto contra el pueblo judío; mucho antes de que los crematorios de Auschwitz y Treblinka contabilizaran 6 millones de víctimas. Un fenómeno que bien lejos está de ser un recuerdo cuando en decenas de países, desde los propios EE.UU. a la Rusia de Putin, hay un revivir de odio antisemita.

    Advertimos desde este prefacio, sin embargo, que de modo general a ninguna de las manifestaciones actuales de solidaridad con el pueblo palestino por la barbarie sionista que tiene lugar contra la franja de Gaza (y también en la Cisjordania) en el momento que se escriben estas líneas, movilizaciones gigantescas en desarrollo en todo el mundo, puede adjudicársele un carácter antisemita. Se trata de cabo a rabo de movilizaciones anti-imperialistas (y anti-sionistas) que por su magnitud e importancia recuerdan las movilizaciones por Vietnam y/o por Irak. Son los Orban, Netanyahu, Biden & Cia, quienes esgrimen eso para descalificar esas manifestaciones de solidaridad y engañar incautos.

    El marxismo y la revolución socialista se verificaron hace tiempo como el único antídoto efectivo contra el cáncer del antisemitismo y de toda forma de odio racial. La afirmación vale no sólo por lo ocurrido en la URSS de Lenin y Trotski sino especialmente por la lucha que libraron los trotskistas contra el fascismo y el hitlerismo en Europa, en las condiciones más difíciles, cuando hasta el movimiento sionista pactaba con Hitler y todo el mundo democrático cerraba sus fronteras a los judíos, como ocurriría con el propio judío Trotski, a quien Churchill, Roosevelt y Stalin —especialmente este último— odiaban más que a Hitler.

    El libro que el lector tiene entre manos es una contribución a la comprensión de la cuestión judía desde un ángulo marxista, en particular de la fuerza política, el trotskismo, que ha resumido los principales combates del movimiento socialista revolucionario hasta nuestros días, desde la formación del movimiento sionista a fines del siglo XIX, del fenómeno del nacionalismo judío del Bund y del devenir de la posguerra, cuando el sionismo se vistió de ´colonialismo socialista´ —la sociedad de los kibutz— hasta su cruda realidad del presente: la ciudadela del gendarme del apartheid del Medio Oriente, único Estado con poder nuclear regional que niega el derecho nacional al pueblo árabe palestino. 

    Nos reconocemos herederos de la tradición y los análisis del pueblo-clase de Abraham León en la Cuestión Judía, el

    9 texto que nos legó este joven belga tras haber hecho aliá cuando niño, llevado por sus padres. León retorna a Bruselas a fines de la década del 30 del siglo XX, siendo aún miembro del sionista

    Expresión que en hebreo significa emigrar a la tierra prometida, Palestina.

    10

    Hashomer Hatzair , rompe con esa organización abrazando la causa de la IV Internacional. En condición de dirigente de ésta escribe su famoso opúsculo, poco tiempo antes de ser apresado por el hitlerismo. León es uno de los tantos trotskistas que encuentra su muerte en las cámaras de gas de Auschwitz.

    En las ‘gárgaras’ que el capital practica sobre la tragedia del Holocausto hay una fechoría —una de las más perversas de posguerra: el imperialismo mundial y el stalinismo, los mismos que permitieron la Shoá (y fueron sus cómplices), fingieron una reparación. Aquello del supuesto hogar nacional judío o la autodeterminación judía se hizo a expensas de otro pueblo. El negacionismo sionista al derecho a la autodeterminación nacional palestina es la prueba más elocuente de que el sionismo no sólo no es un ´movimiento nacional´ sino su contrario: un movimiento negador del derecho a la existencia de otro pueblo no puede

    11 arrogarse tal cosa . 

    Nuestro libro se compone de tres partes. En el inicio, por primera vez en nuestra lengua, se editan un conjunto de textos de León Trotski sobre la cuestión judía. No se trata de una

    ´exhumación´ de piezas de museo. Al contrario, como suele

    Hashomer Hatzair (HH) fue por mucho tiempo la principal organización del llamado sionismo de izquierda. HH tiene su origen en los principios de Ber Borojov, líder del sionismo socialista de la vieja Rusia zarista, cuya primera organización fue Poalei Sion —como tal apoyó la revolución de Octubre. En uno de los textos del libro se aborda esta cuestión.

    Léase el opúsculo de Lenin Sobre el derecho de las naciones a la autodeterminación

    ocurrir con los textos de los clásicos del marxismo, se trata de artículos, cartas y documentos llenos de frescura que abordan cuestiones que importan hasta nuestros días. Para acompañar la lectura, están precedidos por un texto de presentación de nuestra autoría.

    El resto del libro se compone de un conjunto de escritos, ordenados en torno a dos temáticas centrales. El capítulo dos versa sobre Marxismo, sionismo, antisemitismo; el tercero desde la Nakba de 1948 a la Nakba de 2023, 75 años de catástrofe.

    Cualquiera de los textos del libro se puede leer en forma autónoma.

    Los textos del capítulo dos versan sobre la cuestión judía durante un largo período. Desde el ´caso Dreyfus´, la primera posguerra mundial y la Declaración Balfour, la degeneración stalinista y el derrotero del movimiento sionista desde su época en que vestía ropaje ´izquierdista´ —lo que llevó a tanto ´progresismo´ a marchar detrás del sionismo, por lo menos hasta la guerra de los Seis días (1967) — hasta su presente bajo el dominio de corrientes teocráticas y filo-fascistas. Sintomáticamente estas últimas actúan de la mano de corrientes evangélicas, supremacistas blancas y abiertamente antisemitas de EE.UU.

    En el último capítulo, el más extenso, se incluyen seis textos que hemos tomado prestados de otros autores. Cuatro se tomaron de Haaretz, de Israel; y otro de Al-Jazeera, la red qatarí — fuentes insustituibles que se encuentran entre las mejores para conocer los fenómenos de Palestina y todo el Medio Oriente. El texto de cierre del capítulo le pertenece a Marcelo Ramal, dirigente de Política Obrera.

    Algunos de los textos que componen los capítulos dos y tres del libro fueron publicados en la prensa de Política Obrera o en Signos del Topo —publicación ya extinta que dirigiera Alberto Arias. Sólo uno fue publicado en Prensa Obrera Auschwitz ayer... y hoy, a inicios de 2019; los demás corresponden al período 2020 a 2023. Los textos de Haaretz y Al Jazeera son verdaderas primicias, procedentes de personalidades o instituciones académicas inobjetables del propio estado sionista: uno de ellos refiere a la opresión sufrida por los palestinos que quedaron confinados dentro de ese estado, tras la Nakba (la expulsión en masa de los palestinos de su tierra en 1948/9). Es una descripción descarnada del sometimiento al que fueron sometidos bajo el Imperio de la ´edad de oro´ del sionismo jalutsiano, el de los pioneros que emigraron a Israel en nombre de una presunta liberación nacional y social de los judíos; esto es, de la época en que Israel era un supuesto oasis de democracia y hasta de ´socialismo´, como entonces se decía, urbi et orbi. Otro es una radiografía del Israel actual que sorprenderá desde su título: ¿Cómo se dice Ku Klux Klan en hebreo?.

    El tercer capítulo apunta enteramente a comprender el presente conflicto iniciado con el arrasamiento de la franja de Gaza por las FFAA sionistas, tras la acción de Hamas del pasado 7 de octubre de 2023. Incluye un debate fundamental respecto a esta acción de Hamas y sus consecuencias, que mantuvimos con aquellos que ponen un signo igual o equivalente entre la violencia palestina, ejercicio de un pueblo oprimido; y la infinitamente mayor, la del Estado opresor. El artículo principal de esa polémica le pertenece a Marcelo Ramal. 

    Bienvenidos entonces al desafío de una lectura que, esperamos, sea fecunda.

    ––––––––

    CAPÍTULO 1

    INTRODUCCIÓN A LOS

    TEXTOS DE TROTSKI

    SOBRE LA CUESTIÓN JUDÍA

    Arlene Clemesha, investigadora brasilera especializada hace años en el estudio de temas vinculados a la Cuestión Judía, Palestina y el marxismo, realizó recientemente una recopilación de textos de León Trotski que reunió casi 45 textos. Los mismos abarcan, aproximadamente, 40 años de vida del gran revolucionario ruso. A excepción de unos pocos que ya eran de dominio público, en su mayoría se trata de textos que salen a la luz en nuestra lengua por primera vez.

    El interés por estos documentos es indudable. El trabajo de Arlene lejos está de ser un objeto de museología con destino a llenar anaqueles y/o alimentar bichos, o en el mejor de los casos interesar sólo a un investigador especializado. Al contrario: se trata de textos que revelan la vitalidad del genio de León Trotsky, desde el primero al último; y, sobre todo, guardan una enorme actualidad ante cuestiones del presente. 

    Los mismos ilustran varias cuestiones. Por un lado, la actuación concreta del marxismo en un largo período de más de 40 años, primero en el escenario de los sitios donde residían y sufrían persecución la mayoría de los judíos de la época, en la Rusia zarista —unos corresponden a los escritos previos a la Revolución de Octubre—; los otros pertenecen a debates que hacen a la cuestión

    judía en todo el período de las dos largas décadas previas al holocausto judío —incluido un intercambio con seguidores de Trotski en la propia Palestina. Destaca así la potencialidad del marxismo en dar respuestas a los problemas más diversos de las masas judías explotadas. No se puede dejar de señalar que entre los obreros judíos del viejo Imperio zarista se encontraba una porción destacada de la vanguardia obrera y de la intelligentsia de la

    12

    época . 

    Nos exhiben desde su temprana juventud a un Trotski filoso y punzante, como sólo se advierte entre los grandes clásicos del marxismo. La plasticidad del autor en sus intervenciones, la calidad literaria de algunos de sus escritos, nos revelan a un Trotski brillante, con rasgos exquisitos. 

    Resulta difícil hacer la afirmación de que Trotski fue el marxista   más interesado en   analizar el fenómeno del antisemitismo. Pero no cabe duda que ninguno entre los grandes (Marx, Engels, Lenin, Rosa de Luxemburgo) fue tan agudo y

    ¹² Arlene documenta en uno de sus textos que en los orígenes de la socialdemocracia rusa, el Bund judío que integraba esa formación reunía a la mayoría de los delegados a los Congresos del Partido Socialdemócrata de Rusia (POSDR). Esto no computa a tantos otros socialdemócratas de origen judío que, como el propio Trotsky, Martov, Kamenev y Zinoviev, nunca actuaron como miembros del Bund y cuestionaban su autonomía. Estos formaban parte directamente de alguna de las fracciones del POSDR. Véase Trotsky y la Cuestión Judía, 14/8/20, en https://politicaobrera.com/leon-trotsky-80anos/2348-trotsky-y-la-cuestion-judia.

    previsor sobre la tragedia que sufrirían las comunidades judías de Europa. 

    Trotski transitó en carne propia dos momentos sustancialmente diferentes de su vida en los que el antisemitismo afloró con mucha fuerza. El primero en su juventud, bajo el Imperio zarista. Sus observaciones en esta etapa sorprenden por la forma en que analiza ciertos fenómenos. Parece actuar con el bisturí de un cirujano en una sala de operaciones; cada caso que analiza es un ´paciente´ o asunto especial. 

    El otro período es el de sus años finales, el período del ascenso del fascismo y del ´apaciguamiento´ y la complicidad de las democracias ante el auge del antisemitismo. Por supuesto, también aquí destaca la calidad de su análisis. Con decir que Trotski y la IV Internacional fueron la única fuerza política que pronóstico muy tempranamente la eventualidad de un holocausto, como reconocen historiadores de diversas orientaciones. En el mismo período en que la Organización Sionista Mundial negociaba con Hitler —como denunció, entre otros, Hannah Arendt—, fenómeno que el sionismo siempre se ocupó de ocultar.

    Como han descrito los biógrafos de Trotski, y hasta enemigos suyos, jamás fue ´concesivo´ en un debate o descripción. Sólo en Marx se percibe, en ciertos textos, una finura equivalente que sorprende al lector y fascina. Véase por ejemplo la descripción de un pogrom en "Los esbirros del zar en acción o el contraste que hace Trotsky, en 1913, entre la miseria del barrio judío de Juč-Bunar" y la opulencia de la ciudad búlgara de Sofía. Permítasenos citarlo brevemente: 

    El centro de Sofía —desde la estación ferroviaria hasta el palacio del parlamento— es una ciudad completamente europea. Hermosas calles limpias, altos edificios, iluminación eléctrica, tranvía, una avenida, vestidos elegantes, sombreros para señora más grandes que los de París. Pero esta Sofía completamente ´europea´, limpia y de hermoso aspecto, tiene su horrible y superasiático Juč-Bunar. A los países del Cercano Oriente, como a los del Extremo Oriente y, en gran medida a nuestra misma Rusia, la historia concedió muy poco tiempo para efectuar una transición gradual de la barbarie a la civilización capitalista. Los obligó a construir ferrocarriles y a adquirir aviones para sus ejércitos antes de pavimentar las calles; puso galeras sobre las cabezas de las clases poseedoras antes que en sus cráneos penetrasen las ideas europeas; finalmente, iluminó el centro de sus ciudades con magnificas lámparas incandescentes antes de que fuesen secados los asquerosos charcos de las periferias, focos de hedores y pestilencias.  

    Trotski, sin embargo, no solo observa esto: también llama la atención de sus lectores: 

    en este remolino de miseria y degradación (en el barrio judío) se desarrolla una batalla de ideas. Se puede ver incluso en los carteles. Está la Karčmanica i Kafène Cijon (Taberna y Cafetería

    Sión) justo al lado de la Kafène Internacional" de Chaim S. Varsano. Estos son los dos principios fundamentales que dividen rígidamente el machl’ judío: Sion y la Internacional. Algunos, sumergidos en una charca pútrida, se consuelan con la leyenda del advenimiento del reino de Sion, mientras otros se han sustraído al encanto de las letanías religiosas y de las supersticiones nacionales y han transferido sus esperanzas a la Internacional socialista de los trabajadores. Trotski acude a la vivienda del compañero Solomon Isakov, alistado en el ejército búlgaro en ese momento, una de las tantas del barrio de una sola habitación, como ya conocemos, pero muy limpia y decorada con imágenes en las paredes. En un ángulo está colgado un gran retrato enmarcado de Karl Marx. Isakov era un pečatar (tipógrafo) y publicaba el periódico del sindicato profesional. Ganaba 80 francos (30 rublos) al mes y estaba sin trabajo por lo menos dos o tres meses al año. Acá está su anciana madre y esa mujer joven de rostro agradable y vivaz es su mujer y su pequeño hijito de nueve meses, en una cuna acomodada en el piso. Al pequeño le dieron el nombre de Karl, en honor al hombre de la melena leonina cuyo retrato está colgado en un ángulo".

    Por supuesto no son solo estos detalles los que vamos a resaltar de estos textos. Pero transitamos una época donde en Argentina, como en el mundo, parece que el verso del tango de Discepolín —Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio o chorro— está más vigente que nunca. Nos referimos a lo que ocurre en las filas de la izquierda y en la falta de rigor que la caracteriza. En todo caso sentimos orgullo de formar parte de esa escuela del rigor analítico e incisivo y publicar esta serie de textos en la seguridad de hacer un trabajo socialista consecuente, en la senda del último de los grandes revolucionarios contemporáneos.

    Judaísmo obrero - Bund - Sionismo temprano

    Una de las primeras observaciones necesarias  a partir de los seis primeros textos de Trotski que se reproducen, y ocupan el período que va desde 1903 a 1917, es un llamado de atención sobre el origen del judaísmo contemporáneo. Sobre esto, los escritos de Trotski dicen mucho más (y con mayor profundidad) que tantas sandeces que se difunden en la actualidad desde organizaciones judías dominadas por el sionismo.

    La inmensa mayoría del judaísmo de fines del siglo XIX y principios del XX estaba conformado por obreros y semicampesinos judíos súper explotados sobre los cuales el sionismo no tuvo ninguna influencia. Si la alta proporción de judíos que caracterizó históricamente su presencia en la izquierda (entonces socialdemocracia) dice algo, precisamente es: 

    Sobre su procedencia social; 

    Sobre su permeabilidad a las ideas socialistas y revolucionarias. No iba a ser de ninguna manera la idea del ´mesías´ la que cautivaría a los obreros judíos perseguidos, en lugar de las de Carlos Marx.

    Hay una tendencia en el presente, incluso en sectores de izquierda, a una lectura lineal del clásico texto sobre La Cuestión Judía del joven trotskista belga Abraham León. Se suele creer que la idea de pueblo-clase funcionó en forma universal en todas las épocas desde la antigüedad y que esto hizo posible la permanencia de los judíos en los intersticios de las más diversas sociedades. Se trata de una lectura equivocada. Algunos

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