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K'amnikte': Velada floral
K'amnikte': Velada floral
K'amnikte': Velada floral
Libro electrónico2309 páginas3 horas

K'amnikte': Velada floral

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Información de este libro electrónico

K'amnikte' es la búsqueda constante de una identidad a partir del viaje por la memoria, por nuestra historia, por nuestra alegría. La manera de aproximarnos a nuestra raíz que, más allá de un simple concepto, es la fuerza máxima proveniente de los colores, de las flores, de los vientos, del canto, de la música, de la comida y del abrazo de la madre luna.
Las historias que aquí se cuentan, cargadas de pasión y de energía ancestral nos invitan a vivir el hoy, la vida, con todo el espíritu de la celebración.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento20 dic 2023
ISBN9786075810201
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    Vista previa del libro

    K'amnikte' - Pedro Uc

    Uc

    Be,

    Pedro,

    autor

    K’amnikte’

    =

    Velada

    floral

    /

    Pedro

    Uc;

    prólogo

    José

    Luis

    Iturrioz

    Leza.

    --

    1a.

    ed.

    Guadalajara,

    Jalisco:

    Editorial

    Universidad

    de

    Guadalajara,

    2023.

    192

    páginas;

    20.5

    cm.

    (colección

    Literaturas

    en

    Lenguas

    Originarias

    de

    América

    Miguel

    León-Portilla)

    Textos

    en

    maya

    y

    español

    Glosario:

    pp.

    182-189.

    ISBN

    978-607-581-020-1

    1.

    Literatura

    maya

    2.

    Literatura

    indígena

    mexicana

    I.

    Iturrioz

    Leza,

    José

    Luis,

    prólogo

    II.

    t.

    III.

    t.:

    Velada

    floral

    IV.

    Serie

    897.41

    .U16

    .K1

    DD23

    PM3082

    .U16

    .K1

    LC

    DCC

    Thema

    Primera

    edición

    electrónica,

    2023

    ©

    Prólogo

    José

    Luis

    Iturrioz

    Leza

    ©

    Textos

    Pedro

    Uc

    Coordinación

    de

    la

    colección

    José

    Luis

    Iturrioz

    Leza

    Dulce

    María

    Zúñiga

    Chávez

    Coordinación

    editorial

    Iliana

    Ávalos

    González

    Jefatura

    de

    diseño

    Paola

    Vázquez

    Murillo

    Cuidado

    de

    la

    edición

    Mario

    Díaz

    Ruelas

    Diagramación

    Javier

    Salazar

    Acosta

    Se

    prohíbe

    la

    reproducción,

    el

    registro

    o

    la

    transmisión

    parcial

    o

    total

    de

    esta

    obra

    por

    cualquier

    sistema

    de

    recuperación

    de

    información,

    existente

    o

    por

    existir,

    sin

    el

    permiso

    previo

    por

    escrito

    del

    titular

    de

    los

    derechos

    correspondientes.

    D.R.

    ©

    2023,

    Universidad

    de

    Guadalajara

    José

    Bonifacio

    Andrada

    2679

    Colonia

    Lomas

    de

    Guevara

    44657

    Guadalajara,

    Jalisco

    www.editorial.udg.mx

    800

    UDG

    LIBRO

    ISBN

    978-607-581-020-1

    Octubre

    de

    2023

    Hecho

    en

    México

    Made

    in

    Mexico

    Ricardo

    Villanueva

    Lomelí

    Rectoría

    General

    Héctor

    Raúl

    Solís

    Gadea

    Vicerrectoría

    Ejecutiva

    Guillermo

    Arturo

    Gómez

    Mata

    Secretaría

    General

    Luis

    Gustavo

    Padilla

    Montes

    Rectoría

    del

    Centro

    Universitario

    de

    Ciencias

    Económico

    Administrativas

    Missael

    Robles

    Robles

    Coordinación

    de

    Entidades

    Productivas

    para

    la

    Generación

    de

    Recursos

    Complementarios

    Sayri

    Karp

    Mitastein

    Dirección

    de

    la

    Editorial

    Juan

    Manuel

    Durán

    Juárez

    R

    ectoría

    del

    Centro

    Universitario

    de

    Ciencias

    Sociales

    y

    Humanidades

    Dulce

    María

    Zúñiga

    Chávez

    Dirección

    de

    la

    División

    de

    Estudios

    de

    la

    Cultura

    José

    Luis

    Iturrioz

    Leza

    Jefatura

    del

    Departamento

    de

    Estudios

    en

    Lenguas

    Indígenas

    Índice

    Prólogo

    7

    José

    Luis

    Iturrioz

    Leza

    Glosario

    182

    13

    K’amnikte’

    14

    U

    baak

    wakax

    46

    T’eel

    72

    Púuts’ul

    98

    Xa’aypajal

    122

    Tóok

    150

    Yuum

    Cháak

    Velada

    floral

    Los

    cuernos

    El

    gallo

    La

    fuga

    La

    encrucijada

    La

    quema

    La

    lluvia

    13

    15

    47

    73

    99

    123

    151

    Velada

    floral

    7

    PR

    Ó

    LOGO

    José

    Luis

    Iturrioz

    Leza

    Pedro

    Uc

    nos

    cuenta

    la

    historia

    de

    una

    aldea

    maya

    convertida

    en

    una

    factoría

    agraria

    dedicada

    al

    cultivo

    del

    henequén

    y

    sometida

    al

    régimen

    de

    las

    haciendas

    que

    transformó

    la

    estructura

    social

    y

    las

    costumbres

    milenarias

    del

    pueblo

    desde

    la

    forma

    de

    culti-

    var

    la

    tierra

    hasta

    las

    relaciones

    amorosas.

    La

    autonomía

    de

    un

    pueblo

    que

    tomaba

    las

    decisiones

    en

    la

    asamblea

    fue

    sustitui-

    da

    por

    una

    forma

    de

    heteronomía

    colonial

    donde

    las

    reglas

    son

    impuestas

    por

    un

    extraño

    que

    se

    hace

    dueño

    de

    la

    tierra

    y

    de

    las

    personas,

    incluyendo

    el

    derecho

    de

    pernada.

    La

    historia

    conclu-

    ye

    cuando

    un

    grupo

    de

    jóvenes

    que

    han

    llegado

    a

    conocer

    las

    raíces

    históricas

    de

    su

    situación

    organizan

    una

    rebelión

    que

    les

    devuelve

    la

    autonomía.

    No

    se

    trata

    de

    una

    novela

    histórica

    con

    personajes

    y

    even-

    tos

    reales,

    sino

    de

    una

    novela

    alegórica

    cuyo

    discurso

    se

    orga-

    niza

    completamente

    en

    dos

    planos:

    el

    de

    los

    hechos

    narrados

    que

    aluden

    a

    una

    etapa

    histórica

    y

    el

    de

    la

    referencia

    a

    una

    si-

    tuación

    actual

    simbolizada

    en

    ellos

    mediante

    una

    cadena

    de

    metáforas

    entretejidas.

    Habla

    de

    la

    vida

    en

    una

    hacienda

    del

    si-

    glo 

    XIX

    y

    al

    mismo

    tiempo

    se

    refiere

    a

    la

    actualidad,

    apuntan-

    do

    hacia

    el

    futuro.

    El

    autor

    nos

    describe

    una

    situación

    inestable

    que

    resulta

    del

    choque

    de

    dos

    mundos.

    La

    naturaleza

    idílica

    de

    una

    arcadia

    en

    la

    que

    se

    conserva

    la

    inocencia

    contrasta

    con

    la

    maldad

    de

    los

    patrones

    y

    la

    cultura

    de

    la

    imposición

    y

    la

    destrucción.

    La

    vida

    humana

    tradicional

    transcurre

    en

    armonía

    con

    la

    naturaleza.

    Se

    respetan

    las

    leyes

    de

    la

    naturaleza

    y

    los

    consejos

    de

    los

    mayo-

    res,

    mientras

    que

    las

    normas

    impuestas

    por

    los

    patrones

    rompen

    ese

    equilibrio.

    8

    K’amnikte’

    Sus

    primeros

    pobladores

    vivían

    de

    la

    milpa,

    solo

    del

    maíz

    como

    corazón

    de

    la

    milpa

    se

    podían

    alimentar,

    por

    eso

    no

    se

    olvidaban

    de

    sus

    dioses,

    son

    hijos

    de

    la

    lluvia,

    del

    viento

    y

    de

    otras

    deida-

    des.

    No

    es

    así

    a

    día

    de

    hoy,

    apenas

    llegó

    el

    ts’uul

    lo

    convirtió

    en

    una

    hacienda

    para

    cultivar

    henequén,

    por

    eso

    todo

    ha

    cambiado,

    ahí

    empezó

    el

    sufrimiento

    como

    lo

    narra

    el

    Chilam

    Balam

    ;

    sufri-

    mientos

    muy

    dolorosos

    que

    el

    ts’uul

    deja

    caer

    con

    todo

    su

    peso

    sobre

    la

    familia

    del

    hombre

    maya

    (p.

    21

    ).

    Hace

    algunos

    años,

    en

    el

    pueblo

    de

    ChakMaay

    no

    había

    una

    gran

    casa

    de

    ts’uul

    ,

    a

    nadie

    se

    le

    avergonzaba

    sentando

    un

    cuerno

    de

    toro

    sobre

    su

    casa.

    A

    día

    de

    hoy,

    las

    hojas

    de

    hene-

    quén

    florean

    como

    la

    inmensidad

    del

    mar

    en

    los

    cuatro

    rumbos

    del

    mundo

    enfundado

    en

    el

    miedo,

    en

    la

    vergüenza

    y

    en

    la

    es-

    clavitud;

    así

    está

    nuestra

    vida

    desde

    que

    llegó

    a

    este

    pueblo

    el

    verdadero

    dios

    que

    nos

    trajeron

    (p.

    23

    ).

    El

    discurso

    poético

    utilizado

    en

    la

    descripción

    del

    paisaje

    o

    de

    las

    personas

    y

    costumbres

    tradicionales

    Empiezan

    los

    días

    de

    la

    copiosa

    lluvia,

    por

    eso

    la

    apacible

    tie-

    rra

    se

    maquilla

    el

    rostro

    de

    verde

    (p.

    15

    ).

    se

    vuelve

    áspero

    y

    hasta

    obsceno

    cuando

    se

    enfocan

    las

    prác-

    ticas

    coloniales

    impuestas

    en

    la

    hacienda.

    La

    pegó

    contra

    su

    pecho

    y

    metió

    su

    mano

    debajo

    de

    su

    vesti-

    do

    para

    tocarle

    las

    nalgas,

    luego

    le

    puso

    los

    dedos

    en

    el

    sexo,

    hasta

    que

    se

    lo

    introdujo,

    apenas

    le

    pareció

    como

    dilatándose

    y

    humedeciéndose

    la

    puerta

    de

    la

    vaina,

    la

    acostó

    de

    frente

    sobre

    aquella

    gran

    piedra

    plana,

    con

    lujo

    de

    urgencia

    desenvainó

    su

    desecado

    macho

    y

    lo

    encajó

    entre

    las

    piernas

    de

    la

    muchacha,

    en

    la

    primera

    impulsiva

    hundida,

    vertió

    la

    líquida

    violencia;

    se

    levantó

    con

    apuro

    y

    con

    hojas

    de

    xchuul

    se

    intentó

    secar

    la

    san-

    gre

    que

    le

    corría

    entre

    los

    testículos,

    así

    abordó

    su

    caballo

    des-

    pareciendo

    entre

    el

    polvo

    como

    un

    torbellino

    (p.

    59

    ).

    Velada

    floral

    9

    Otras

    voces

    dicen

    que

    los

    mayas

    incondicionales

    del

    patrón

    son

    hipócritas

    y

    lamenalgas

    porque

    les

    gusta

    mover

    cariñosa-

    mente

    la

    cola

    como

    perro,

    en

    señal

    de

    cariño

    al

    ts’uul

    (p.

    49

    ).

    ¿

    Cómo

    salir

    de

    esta

    situación

    derivada

    del

    choque

    de

    dos

    mundos?

    El

    padre

    de

    los

    protagonistas

    menciona:

    Hijos,

    hay

    dos

    caminos

    delante

    del

    pueblo

    maya,

    el

    primero

    es

    muy

    antiguo,

    el

    segundo

    es

    nuevo;

    ese

    antiguo

    es

    el

    que

    abrie-

    ron

    los

    grandes

    hombres

    de

    esta

    tierra,

    esos

    que

    nos

    nacieron,

    para

    que

    caminaran

    ellos

    y

    caminaran

    también

    sus

    hijos,

    ahí

    aprendimos

    esta

    palabra

    que

    hablamos,

    así

    aprendimos

    a

    vivir

    bien…

    El

    camino

    antiguo

    es

    de

    los

    nukuch

    wíiniko’ob

    ,

    nuestros

    abuelos,

    k’amnikte’

    es

    su

    nombre

    (p.

    33

    ).

    El

    camino

    nuevo

    no

    es

    tan

    nuevo,

    solo

    su

    llegada

    a

    nosotros

    es

    nueva,

    muerte

    y

    aniquilamiento

    es

    su

    signo,

    es

    el

    camino

    del

    ts’uul

    que

    nos

    esclaviza;

    donde

    hay

    cosas

    así

    no

    hay

    nada

    nuevo.

    Al

    camino

    del

    ts’uul

    le

    vamos

    a

    llamar

    ts’o’okolbeel

    ,

    aunque

    parece

    contradictorio,

    la

    verdad

    es

    que

    así

    sucede,

    es

    un

    camino

    que

    acaba

    con

    nuestro

    camino,

    el

    camino

    de

    nuestra

    lengua,

    el

    camino

    de

    nuestra

    milpa,

    el

    camino

    de

    nuestros

    co-

    nocimientos

    y

    el

    camino

    de

    nuestro

    cariño

    (p.

    33

    ).

    La

    ruptura

    del

    orden

    tradicional

    está

    simbolizada

    por

    el

    de-

    recho

    de

    pernada

    que

    practica

    el

    ts’uul

    ,

    la

    restauración

    del

    ca-

    mino

    antiguo

    está

    simbolizada

    en

    la

    reinstauración

    k’amnikte’

    descrito

    en

    los

    cantos

    de

    Dzitbalche’

    .

    Alégrense

    porque

    vamos

    al

    k’amnikte’

    ,

    todas

    las

    señoritas

    lle-

    van

    rostros

    sonrientes,

    su

    corazón

    brinca

    de

    emoción

    en

    el

    ca-

    minar

    de

    sus

    pechos

    porque

    le

    ofrecerá

    su

    virginidad

    a

    quien

    es

    su

    amado.

    El

    k’amnikte’

    es

    recibir

    flores.

    Ambos,

    el

    joven

    y

    la

    se-

    ñorita,

    reciben

    flores,

    hay

    un

    intercambio

    de

    flores

    toda

    vez

    que

    para

    nuestros

    abuelos,

    las

    flores

    son

    muy

    significativas

    en

    10

    K’amnikte’

    virtud

    de

    sus

    colores,

    que

    representan

    el

    óol

    del

    mundo

    o

    los

    cuatro

    rincones

    del

    yóok’olkaab

    .

    El

    k’amnikte’

    es

    la

    celebración

    guiada

    por

    un

    aj

    K’iin

    ,

    que

    convoca

    a

    los

    Yuumo’ob

    para

    fortalecer

    esa

    unión,

    motivo

    de

    alegría,

    de

    invocaciones.

    Los

    participantes

    visten

    ropas

    nuevas,

    zapatos

    nuevos,

    peinados

    nuevos,

    se

    utilizan

    instrumentos

    mu-

    sicales

    nuevos,

    cantos

    nuevos.

    Todo

    lo

    que

    sirve

    para

    la

    cele-

    bración

    es

    nuevo

    y

    la

    luna

    llena

    y

    el

    sol

    son

    los

    testigos

    de

    ese

    encuentro

    significativo

    (p.

    39

    ).

    El

    equilibrio

    de

    la

    naturaleza

    y

    el

    orden

    social

    está

    dado

    por

    la

    acción

    combinada

    de

    dos

    principios

    contrapuestos

    que

    cons-

    tituyen

    una

    dualidad

    fundamental:

    ...dicen

    los

    abuelos

    principales

    que

    existen

    dos

    vidas

    o

    dos

    se-

    res

    unificados

    por

    el

    anochecer

    o

    el

    amanecer,

    es

    el

    que

    provee

    la

    luz

    y

    el

    que

    provee

    la

    oscuridad,

    los

    dos

    tienen

    aliados,

    exis-

    ten

    animales

    propios

    del

    día,

    pero

    también

    existen

    los

    de

    la

    no-

    che,

    existen

    flores

    propias

    del

    día,

    pero

    existen

    también

    las

    de

    la

    noche,

    existen

    sonidos

    propios

    del

    día,

    pero

    existen

    también

    los

    de

    la

    noche;

    por

    eso,

    estas

    dos

    vidas

    van

    juntas,

    el

    gran

    Se-

    ñor

    es

    un

    par,

    ni

    es

    solo

    varón,

    ni

    es

    s

    o

    lo

    mujer,

    él

    es

    el

    tronco

    de

    todo

    lo

    que

    existe;

    por

    eso

    el

    mundo,

    cuando

    anochece,

    pa-

    rece

    que

    apenas

    despierta

    y

    cuando

    empieza

    el

    amanecer

    pare-

    ce

    que

    empieza

    a

    dormitar

    (p.

    15).

    Parte

    de

    la

    restauración

    del

    orden

    antiguo

    consiste

    es

    resta-

    blecer

    los

    nombres

    de

    las

    personas

    y

    de

    las

    cosas.

    A

    los

    patrones

    les

    gusta

    cambiar

    el

    nombre

    a

    los

    que

    somos

    ma-

    yas,

    para

    ellos

    te

    llamas

    María,

    les

    gusta

    mucho

    ese

    nombre,

    no-

    sotros

    no

    sabemos

    qué

    significa,

    pero

    ustedes

    deben

    saber

    que

    a

    la

    llegada

    de

    los

    españoles,

    nuestra

    palabra

    perdió

    su

    fuerza,

    a

    día

    de

    hoy,

    en

    nuestros

    pueblos

    ellos

    mandan,

    su

    palabra

    es

    lo

    último

    que

    se

    oye.

    Tu

    nombre

    se

    lo

    prestamos

    a

    una

    mariposa

    Velada

    floral

    11

    nocturna

    que

    empieza

    a

    rondar

    las

    flores

    del

    xchiwox

    xíiw

    cuan-

    do

    alcanza

    a

    oscurecer,

    te

    lo

    pusimos

    por

    nombre

    porque

    estás

    destinada

    a

    tener

    alas

    como

    el

    colibrí

    y

    a

    unirte

    a

    la

    flor

    noctur-

    na.

    Hay

    otras

    cosas

    muy

    malas

    que

    hacen

    los

    patrones

    y

    nos

    ha

    estado

    doliendo

    mucho,

    ya

    que

    te

    estás

    volviendo

    mujer,

    ¡mu-

    chachita!

    no

    pasará

    mucho

    tiempo

    cuando

    te

    lo

    cuente,

    segura-

    mente

    en

    estos

    días

    que

    vienen.

    Pero

    aquí

    en

    casa

    hablaremos

    nuestra

    lengua,

    nos

    llamaremos

    en

    nuestro

    nombre,

    comeremos

    nuestros

    guisos

    y

    soñaremos

    nuestros

    sueños

    (p.

    17

    ).

    En

    la

    traducción,

    el

    autor

    ha

    conservado

    muchas

    palabras

    que

    designan

    instituciones,

    peronajes

    o

    rituales

    constitutivos

    de

    la

    cultura

    tradicional,

    las

    cuales

    se

    reúnen

    en

    un

    glosario

    para

    ayudar

    al

    lector

    no

    maya

    a

    entender

    plenamente

    el

    texto.

    Tam-

    bién

    ha

    intentado

    que

    el

    genio

    de

    su

    lengua

    madre

    se

    conserve

    en

    la

    traducción.

    K’amnikte’

    Velada

    floral

    14

    K’amnikte’

    U

    baak

    wakax

    Yáalal

    ku

    beetik

    le

    ek’same’enil

    tu

    x

    t’úut’ul

    bejil

    u

    chan

    úu-

    chben

    maya

    kaajil

    ChakMaay,

    bejla’e’

    suta’an

    haciendail

    liik’il

    ka’aj

    anchaj

    u

    ts’uulil,

    te’el

    ets’ekbal

    tu

    laak’in

    xaaman

    u

    noj

    kaajil

    Jo’,

    ch’aba’an

    tumen

    le

    j

    ts’uuts’ul

    máako’;

    káajal

    ku

    bee-

    tik

    u

    k’iinilo’ob

    ja’aja’alil,

    le

    beetik

    ya’axt’ube’en

    u

    bin

    u

    chíi-

    kpajal

    u

    túumbenil

    u

    táan

    u

    yich

    xki’ichpan

    lu’um;

    ts’o’ok

    u

    káajal

    u

    t’a’anal

    mejen

    paalal

    tumen

    taatatsil

    ka’aj

    máanako’ob

    ich

    naj,

    beey

    u

    kalaanta’alo’ob

    ti

    u

    chi’ibal

    síina’an,

    ch’ojkaan

    wa

    le

    náaysaj

    óol

    jpiko’.

    Jats’uts

    u

    yilko’ob

    lo’obal

    bix

    u

    sakche’ej

    u

    wóowolal

    u

    mejen

    sak

    lool

    le

    xchiwoj

    xíiw

    ku

    bin

    u

    xíitil

    tu

    táan

    u

    k’ab

    le

    ek’same’enilo’,

    saknike’en

    u

    yila’al;

    ma’

    tu

    na’atiko’ob

    ba’ax-

    ten

    liik’il

    u

    yáak’abtale’

    ku

    xíitil

    le

    xmejen

    sak

    loolo’ob

    kenik

    u

    mejen

    xt’úult’ul

    bejilo’ob

    le

    kaajo’,

    tak

    u

    mejen

    ch’íich’ilo’ob

    ku

    yantal,

    leti’e’

    ma’tech

    u

    yila’al

    le

    ken

    sáaschajako’.

    Yaan

    máax

    a’alike’

    yo’olal

    bin

    u

    ts’a’abal

    tumen

    Yuum

    Áak’ab

    u

    ki’imakil

    u

    yóol

    yéetel

    u

    yajsa’al

    u

    jats’utsil

    u

    paakat

    tuláakal

    le

    jtáankelen

    máako’ob

    ku

    jóok’olo’ob

    u

    xíinxinbal-

    to’ob

    u

    wíinklil

    le

    áak’abo’,

    tumen

    bin

    u

    táankelemil

    máake’

    ku

    beetik

    u

    t’a’ajtal

    u

    yóol

    tia’al

    u

    kaxant

    ba’alo’ob

    ma’

    suuka’an

    u

    beeta’ali’

    mix

    suuk

    u

    yila’ali’.

    Yaan

    xan

    máax

    a’alik,

    je’el

    bix

    le

    nukuch

    wíiniko’obo’,

    ka’p’éel

    kuxtalil

    yaan

    ku

    nu’upulo’ob

    tumen

    le

    ek’same’eni-

    lo’

    yéetel

    le

    píik’ilo’,

    le

    ku

    ts’a’abal

    tumen

    le

    sáasilo’

    yée-

    tel

    le

    ku

    ts’a’abal

    tumen

    le

    ek’joch’e’nilo’,

    tu

    ka’p’éelal

    yaan

    u

    j

    méek’táano’ob,

    yaan

    u

    ba’alche’ilo’ob

    k’iin

    ba’ale’

    yaan

    xan

    tia’al

    áak’abi’,

    yaan

    u

    loolilo’ob

    k’iin

    ba’ale’

    yaan

    xan

    tia’al

    áak’abi’,

    yaan

    u

    juumilo’ob

    k’iin

    ba’ale’

    yaan

    xan

    tia’al

    áak’abi’;

    le

    beetike’

    le

    ka’p’éel

    kuxtalila’

    múul

    u

    máano’ob,

    Yumtsile’

    ka’ajmat,

    mix

    chéen

    xiibi’,

    mix

    chéen

    ko’oleli’,

    leti’

    u

    chuun

    tuláakal

    ba’ax

    yaan,

    le

    beetike’

    le

    yóok’olkaaba’

    le

    ken

    Velada

    floral

    15

    Los

    cuernos

    Se

    desliza

    con

    ternura

    la

    oscuridad

    en

    las

    veredas

    de

    Chak-

    Maay,

    como

    suele

    suceder

    en

    verano;

    es

    una

    aldea

    maya,

    con-

    vertida

    en

    hacienda

    desde

    el

    día

    que

    tuvo

    dueño,

    está

    sentada

    al

    noroeste

    de

    Mérida,

    esa

    ciudad

    levantada

    sobre

    Jo’

    por

    el

    ts’uul

    ;

    empiezan

    los

    días

    de

    la

    copiosa

    lluvia,

    por

    eso

    la

    apa-

    cible

    tierra

    se

    maquilla

    el

    rostro

    de

    verde;

    los

    padres

    han

    co-

    menzado

    a

    llamar

    a

    los

    niños

    para

    que

    se

    cobijen

    en

    la

    casa,

    y

    así

    evitar

    que

    sean

    atacados

    por

    algún

    alacrán,

    víbora

    o

    el

    si-

    giloso

    y

    abundante

    jpik

    .

    La

    sonrisa

    de

    los

    manchones

    de

    florecitas

    blancas

    del

    xchi-

    wojxíiw

    ,

    que

    van

    abriéndose

    en

    la

    palma

    de

    las

    manos

    del

    ano-

    checer

    hasta

    blanquearlo,

    atrapa

    las

    miradas;

    no

    saben

    estos

    niños

    por

    qué

    estas

    flores

    esperan

    a

    la

    noche

    para

    brotar

    con

    singular

    ternura,

    atraen

    hasta

    pajaritos

    que

    nunca

    se

    ven

    a

    la

    luz

    del

    día,

    colorean

    —durante

    la

    noche—

    las

    veredas

    del

    pueblo.

    Hay

    quienes

    dicen

    que

    es

    para

    alegrar

    y

    despertar

    los

    ojos

    de

    los

    jóvenes

    que

    salen

    a

    caminar

    el

    misterio

    de

    la

    noche

    sobre

    la

    piel

    de

    la

    oscuridad;

    es

    que

    la

    juventud

    está

    muy

    cargada

    de

    energías

    osadas

    para

    correr

    riesgos

    atípicos,

    nunca

    antes

    vistos

    ni

    oídos,

    buscando

    —sin

    esperanza—

    el

    encuentro.

    Hay

    otros

    que

    dicen,

    como

    los

    abuelos

    principales,

    que

    existen

    dos

    vidas

    o

    dos

    seres

    unificados

    por

    el

    anochecer

    o

    el

    amanecer,

    uno

    es

    el

    que

    provee

    la

    luz

    y

    otro

    el

    que

    provee

    la

    oscuridad,

    los

    dos

    tienen

    aliados.

    Existen

    animales

    propios

    del

    día,

    pero

    también

    existen

    los

    de

    la

    noche,

    existen

    flores

    pro-

    pias

    del

    día,

    pero

    existen

    también

    los

    de

    la

    noche,

    existen

    soni-

    dos

    propios

    del

    día,

    pero

    existen

    también

    los

    de

    la

    noche;

    por

    eso,

    estas

    dos

    vidas

    van

    juntas,

    el

    gran

    Señor

    es

    un

    par,

    ni

    es

    so-

    lo

    varón,

    ni

    es

    solo

    mujer,

    él

    es

    el

    tronco

    de

    todo

    lo

    que

    existe;

    por

    eso

    el

    mundo,

    cuando

    anochece,

    parece

    que

    apenas

    despierta

    y

    cuando

    empieza

    el

    amanecer

    parece

    que

    empieza

    a

    dormitar.

    16

    K’amnikte’

    áak’abchajake’

    beey

    ajal

    ku

    beetike’,

    le

    xan

    ken

    káajak

    u

    sáasa-

    tale’

    beey

    táan

    u

    káajal

    u

    wenele’.

    Le

    ken

    laj

    okok

    paalal

    ich

    naje’,

    u

    na’

    chan

    x Áak’abTs’unu’une’

    ts’o’ok

    u

    póokik

    xka’aka’taak’,

    piim,

    yéetel

    u

    jaayil

    pak’achbil

    waaj

    tia’al

    u

    jaanta’al

    u

    yalab

    le

    u

    xche’echaakil

    kéejo’;

    beey

    túun

    u

    much’talo’ob

    janal

    yéetel

    ka’túul

    u

    yíits’ino’obo’,

    beey

    u

    wóololo’ob

    beech’

    tu

    yóok’ol

    le

    chan

    wóolis

    mayakche’

    ba-

    baykil

    póola’anil

    jach

    chéen

    utia’al

    le

    janalo’.

    Yaan

    máax

    a’alik

    le

    ken

    ila’ak

    bix

    much’liko’ob

    tu

    súutukil

    le

    janalo’,

    beey

    bin

    xnuk

    chi’ik

    yéetel

    mejen

    x

    aalpisooto’obe’.

    U

    jaajile’

    ma’

    bin

    ki’

    le

    janalo’

    wa

    ma’

    tu

    multiko’ob

    je’el

    bix

    suukilo’

    kex

    buka’aj

    ma’alob

    beeta’anil

    u

    ki’waajil’.

    Beey

    túun

    u

    káajal

    le

    tsikbalo’

    yéetel

    le

    ka’ansaj

    u

    p’atmaj

    le

    nukuch

    wíiniko’obo’;

    le

    k’iinyak

    túun

    tu

    jaanto’ob

    le

    u

    yalab

    u

    xche’echakil

    kéejo’,

    boj

    tu

    pool

    chan

    x Áak’abTs’unu’un

    u

    k’áa-

    tik

    ti’

    u

    na’

    yéetel

    ti’

    u

    yuum

    ba’axten

    beey

    ts’a’abik

    u

    k’aba’o’.

    Le

    chan

    x

    ch’úupala’

    ts’o’ok

    u

    xlóobayental,

    min

    le

    bee-

    tik

    ts’o’ok

    u

    káajal

    u

    beetik

    noj

    k’áat

    chi’,

    u

    mejen

    iime’

    betak

    pak’áal

    táan

    u

    káajal

    u

    yantal

    u

    k’aabe’,

    u

    tso’otsel

    u

    poole’

    beey

    u

    nalil

    kool

    ku

    ek’jute’entale’,

    u

    jaajai

    bóoxel

    u

    chi’e’

    t’uubul

    ich

    sakche’ej

    le

    ken

    ju’uluk

    tumen

    jump’éel

    satal

    paakat,

    u

    tsoololil

    u

    mejen

    koje’

    sakjats’e’entak,

    u

    p’u’uke’

    táan

    u

    bin

    u

    samalchak-

    tal;

    chéen

    kulukbaal

    u

    pa’at

    u

    chan

    síistal

    u

    yo’och

    xche’echaak

    ku

    look

    ka’aj

    jáalab

    ti’

    tumen

    u

    na’il,

    ma’

    tu

    jáan

    síistal

    tumen

    ma’

    tu

    t’o’ot’o’ojaj

    táanili’,

    ba’ale’

    tu

    xe’exe’et’aj

    u

    yo’och

    piim

    ichil

    beey

    u

    ka’aj

    u

    jaant

    u

    chook’obil

    ch’a’acháake’.

    ―Paal―

    ku

    ya’alik

    taatasil

    ka

    jóok’

    u

    t’aan

    le

    nojoch

    máak

    k’ajóolta’an

    tumen

    tuláakal

    u

    kaajil

    ChakMaay

    beey

    juntúul

    jach

    utsil

    j

    tsolxikine’;

    tumen

    mix

    tu

    ch’óoytal

    u

    yich

    tumen

    nak

    óolili’,

    mix

    tu

    jojopaankil

    u

    k’áak’il

    u

    yich

    tumen

    nich’ba-

    lil,

    mix

    tu

    tíip’il

    u

    baak

    beey

    wakax

    pulik

    u

    k’iinil

    ti’

    máax

    u

    yi-

    chtmaje’,

    leti’e’

    mix

    juntéen

    ku

    sa’atsik

    u

    tatil

    u

    t’a’ajil

    u

    yóol

    le

    ken

    tsikbanak,

    kex

    tumen

    yaayaj

    tsikbal,

    wa

    jak’

    óol

    tsikbal,

    wa

    ts’íits’ik

    tsikbal,

    wa

    xan

    chachak

    tsikbal.

    Velada

    floral

    17

    Cuando

    hayan

    entrado

    todos

    los

    niños

    en

    la

    casa,

    la

    mamá

    de

    x Áak’abTs’unu’un

    que

    ha

    calentado

    las

    tortillas

    gruesas,

    las

    gorditas

    y

    las

    muy

    sencillas

    que

    están

    todas

    hechas

    a

    mano,

    será

    hora

    de

    cenar

    el

    recalentado

    del

    che’echaak

    de

    venado;

    entonces

    la

    niña

    se

    sentará

    a

    comer

    junto

    a

    sus

    dos

    hermanitos

    en

    torno

    a

    la

    banqueta,

    vistos

    así

    parecen

    una

    camada

    de

    codornices

    alrede-

    dor

    de

    la

    redonda

    banqueta

    tallada

    especialmente

    para

    la

    comi-

    da.

    Hay

    quienes

    comentan,

    cuando

    los

    ven,

    que

    son

    como

    tejo-

    nes

    encabezados

    por

    su

    madre

    cuando

    comen

    el

    alimento.

    Ellos

    dicen

    que

    la

    comida

    no

    sabe

    rica

    si

    no

    se

    hace

    en

    comunidad.

    Así

    es

    como

    empieza

    la

    conversación

    educativa

    que

    han

    dejado

    los

    abuelos

    principales;

    ese

    día

    del

    recalentado

    del

    che’echaak

    ,

    se

    le

    antojó

    a

    x Áak’abTs’unu’un

    hacer

    una

    pre-

    gunta

    a

    su

    madre

    y

    a

    su

    padre

    por

    la

    razón

    de

    su

    nombre.

    Esta

    niña

    ya

    es

    una

    doncella,

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