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El algoritmo del buen gobierno.
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Libro electrónico316 páginas4 horas

El algoritmo del buen gobierno.

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Enrique García Guasco, presenta una propuesta para el buen gobierno en Tlalnepantla de Baz, un programa de gobierno basado en los esquemas ganar-ganar, así como una visión panorámica histórica sobre el porqué Tlalnepantla de Baz, está destinada a ser una ciudad de primer mundo. Así mismo, hace un listado de las necesidades que el gobierno a nivel local puede y debe atender.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento26 oct 2023
ISBN9798223277613
El algoritmo del buen gobierno.

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    El algoritmo del buen gobierno. - Enrique García Guasco

    El mundo se fundamenta en los Estados; los Estados, en las familias; y las familias, en las personas.

    Mencio (Mengke (孟軻) filósofo chino.

    ––––––––

    INTRODUCCIÓN: TLALNEPANTLA DE BAZ, UNA VISIÓN PANORÁMICA.

    Mi nombre es Enrique García Guasco, tengo 35 años, nací en Ciudad Satelite, Naucalpan de Juárez; durante más de la mitad de la vida he participado activamente en los procesos políticos de la ciudad en la que, también, he vivido y he tomado diversas responsabilidades ciudadanas desde hace poco más de una década; es en este contexto que he trabajado como consultor político, jurídico e, inherentemente, esto me ha llevado al estudio de la sociología, la economía, la política y el desarrollo de la sociedad de Tlalnepantla de Baz desde una visión integral.

    Probablemente, deba advertir que, personalmente, conciba el trabajo de una forma un tanto alternativa a la que la mayoría de los políticos profesionales lo hacen; infortunadamente, en pleno siglo XXI, existen muchos políticos que conciben cómo trabajo a la realización repetitiva de tareas físicas, incluso, al grado de caer en el sinsentido. Mi enfoque tiene que ver más con el desarrollo de la técnica en sentido de Heidegger y esté altamente influenciada por las ideas de la apertura a la idea de que un cambio en la plataforma energética, desembocará en una mejor división del trabajo, una más especializada y técnicamente más compleja, sin embargo, lejos de significar esto una menor empleabilidad de los seres humanos en actividades productivas, en mi opinión, lo anterior habilitaría la posibilidad de una mayor empleabilidad, partiendo de la reducción de la jornada laboral y la creación de nuevos turnos de trabajo.

    Por lo que a mí toca, soy un creyente de la educación formal estandarizada, la ciencia, la tecnología y la innovación que es la medida con la que podemos notar cómo se desencadena la especialización de los escenarios laborales y de la división del trabajo; estoy convencido de que, es en la ciencia en donde encontramos las respuesta del bienestar y estoy convencido de que ésta fue, al mismo tiempo, desarrollada a partir del conocimiento que configuró la técnica para poder desarrollarla y convertirla en un instrumento viable que, ha configurado las tendencias políticas , sociales y culturales no solo desde el siglo XVIII, sino durante el largo curso de la evolución y el desarrollo del bienestar en las sociedades complejas.

    Incluso, me atrevería a afirmar que, desde que la especie humana fue capaz de articular palabras con sentido para transmitir sus ideas a terceros, encontramos que se inició la cimentación humana para el escenario de la creación de la tecnología, misma que ha permitido a la humanidad colocarse en la parte superior de la cadena alimenticia; la tecnología se desarrolla en razón a otro factor determinante en el comportamiento humano, la innovación; si bien, los estudios más recientes en etología, se ha encontrado que el ingenio, en estricto sentido, no es un comportamiento y una colección de actitudes exclusivas de los seres humanos, el enfoque de innovación y la capacidad de planificación y estructuración en el pensamiento complejo para alcanzar una meta concreta que nuestra especie tiene frente a cualquier otro homínido,  no es equiparable con ninguno otro de nuestros primos.

    La humanidad, sigue una fuerte tendencia en el desarrollo de la técnica, la ciencia y la tecnología en busca de medios, estrategias, protocolos y costumbres que le permitan una mejor gestión de los recursos limitados, ahora mismo, nuestra especie se encuentra librando una batalla en contra de su propia huella de desarrollo que ha cambiado la configuración del planeta Tierra; si bien, es cierto decir que los cambios climáticos no son fenómenos que le resulten desconocidos ni a nuestro planeta, ni a la especie humana, no obstante, nunca antes, como ahora, hemos dispuesto de tanta información y de tan fácil acceso para hacer frente a las consecuencias de un proceso que puede tornarse indescriptiblemente violento y destruir la forma de vida que durante siglos ha sido el modelo al que aspiramos como conjunto humano.

    No es difícil pronosticar que esta tendencia se fortalecerá en un periodo muy intenso y, muy seguramente, reconfigurará nuestra visión de la productividad como especie pensante en el planeta Tierra; no me parece infructuoso postular a la ciencia y al conocimiento como el mayor tesoro al que la humanidad puede acceder y estoy convencido de que solo fundados en el pilar de la solidez de estos dos conceptos es que, la humanidad en su conjunto puede seguir avanzando; debo advertir a su vez que, lo anterior, me coloca por principio, en una postura diferente y probablemente radical a la que, la tradición política mexicana, ha forjado en los líderes políticos, probablemente, más carismáticos que técnicos que ha tenido Tlalnepantla de Baz.

    La concepción de la definición del trabajo, resulta crucial para hacer frente a la enorme batalla en contra del calentamiento global que la humanidad está en estos momentos librando y que determinará el destino a corto y mediano plazo en la calidad de vida de los grandes sectores de la población, puesto que partiendo de la definición de la teoría del trabajo; los líderes de las regiones del planeta tierra podrán concebir políticas públicas que salvaguarden el bienestar de las mayorías y, también, tendrán una fortaleza mayor al poder concebir los conceptos inherentes a la disponibilidad y aprovechamiento de los energéticos; lo anterior resulta de una importancia vital porque, la energía es el factor determinante para la calidad de vida de los seres humanos, dado que impacta directamente en la calidad educativa, el acceso a la salud y la calidad de ésta, además de hacerlo en el precio de la alimentación, la movilidad y será determinante, esencialmente, ante los cambios que hemos de asumir como costo a la contaminación que durante siglos hemos causado de forma indiscriminada.

    Concebir el trabajo como una actividad que sea productiva y que se aleje de la perspectiva esclavizante, indefectiblemente, deberá ser el sesgo que tengan las ideas con las que se plantee salvar a una sociedad cuya ansiedad creciente por factores como el económico, ambiental y en la que la descomposición del tejido social daña directamente a las legítimas aspiraciones de las mayorías, son solo algunos de los muchos retos que la política de la posmodernidad debe asumir; es bien cierto que, ningún proyecto político por más que éste cuente con una revisión constante y un perfeccionamiento democrático será perfecto o utópico; no obstante, se deben afrontar los problemas y los escenarios de conflicto a nivel social con una visión clara y transversal en la búsqueda de la implementación de las soluciones, en el menor tiempo posible y para beneficiar a las mayorías.

    La concepción de esta teoría del trabajo y la determinación del uso de energías sustentables son lo que ya ha configurado en otras latitudes la generación de bienestar en las grandes capas de los conjuntos sociales y respecto a esto tendrá una repercusión directa con las políticas que los gobiernos. En mi opinión, es necesario buscar las formas de construir una sociedad con la educación más especializada posible, integrar certificaciones internacionales a nuestro devenir cotidiano y procurar la formación de individuos capaces de solventar soluciones a problemas complejos.

    Por supuesto que, la visión de muchos de los conceptos que resultan cruciales para el desarrollo integral de la sociedad y el alcance de las aspiraciones ciudadanas que, los líderes políticos a nivel local tienen esencialmente sobre la concepción del trabajo, ciertamente, tiene una justificación histórica; el ideal del hombre laborioso y culto que, aunque viene inserto del paradigma que Justo Sierra, reforzado por José Vasconcelos y que se forjó durante la gestión de ambos titanes de la educación al frente de la creación conceptual de los fines educativos en México, desapareció y ha venido siendo sustituido por una indecisión sobre la importancia en la ciencia y tecnología.

    Probablemente, y esto lo digo a título personal, el movimiento estudiantil de 1968 haya convencido a buena parte de la clase política de que, la educación de alta calidad en México, resultaba contraria a la política de control y presidencialismo absoluto que, durante mucho tiempo reinó en el panorama político nacional; México, sin lugar a dudas, ha tenido diversos escenarios y que, según se puede comprobar, revive periódicamente. Podríamos concluir que el Estado disminuyó la inversión en la educación, impactando negativamente en la calidad y no en el volumen de educandos que, fácticamente, han obtenido un grado académico.

    Por otro lado, los conceptos energéticos que nuestros gobernantes locales, digamos reconocen como los óptimos, devienen directamente de la idea posrevolucionaria de ver a México como una potencia petrolera. No obstante, la realidad es otra y las dificultades financieras que hoy la empresa Petróleos Mexicanos S.A., enfrenta cotidianamente, nos demuestra que la realidad está muy lejos de ser la de esa superpotencia productora de petróleo y capaz de refinar sus energéticos al cien por cien, mentira vio que ha servido de parapeto para políticos sin escrúpulo e ignorantes de la realidad energética de la posmodernidad global.

    Dicho lo anterior y entendiendo con esto que; en primer lugar, me abstraigo de esta tradición de pensamiento posrevolucionaria, con la intención de consolidar una corriente que funcione con los paradigmas globales, en la que la búsqueda del desarrollo científico, tecnológico; así como de una teoría del trabajo y de aprovechamiento, generación y distribución de la energía, así como del buen gobierno, sean el centro absoluto de la actividad y, aunque, reconozco como una virtud innegable la laboriosidad de las mujeres y hombres que conforman la sociedad tlalnepantlense ésta virtud debe ser acompañada por el acumulamiento y la capacidad de poner en acción el conocimiento para encontrar las soluciones a los escenarios de conflicto, al mismo tiempo, debe establecerse como el bien sobre el que se tomen decisiones democráticas y, desde ya expongo que mi visión obedece a una en la que la meritocracia, el esfuerzo del estudio, la disciplina del conocimiento y el resultado de la política obedezcan a la búsqueda del bien común, a través de la cienci, la tecnología y la innovación.

    Y, quizás, a ello obedezca que prefiera identificarme como un político ciudadano, además, porque mis sesgos ideológicos están más cercanos a conceptos como la Desnacionalización del dinero, la Tercera Revolución Industrial, la Economía basada en  Hidrógeno, una Sociedad Decente y el uso de tecnologías para reducir en la medida de lo posible las consecuencias del calentamiento global y el cambio climático que este produce. Partiendo de estos conceptos es que edifico una visión de las aristas políticas que nos mantienen actualmente en un estado de caos y violencia, si bien, el trabajo de las mujeres y hombres que han construido el gobierno de Tlalnepantla, sobresale muy por encima del promedio del resto de los municipios del Estado de México, me parece que hay una gran tarea que asumir y una responsabilidad que desde el lado del ciudadanismo puede ser impulsada.

    Pretendo acceder a la construcción de una visión panorámica de lo que es y de lo que significa, el municipio de Tlalnepantla de Baz, para sus habitantes, para inversionistas y para los grandes sectores de la población. Quiero hacer un pequeño paréntesis y exponer que, desde hace mucho tiempo he pensado que la Ley, no debe ser enemiga del desarrollo de los individuos y de las aspiraciones colectivas, por el contrario, creo que la Ley debe ser aplicada por sobre todas las cosas, con la intención de construir una sociedad con oportunidades para todos y para el bienestar de las mayorías. Tlalnepantla tiene un significado simbólico en la consciencia colectiva de la mayoría ciudadana, probablemente, en muy poco coincidan los parámetros conceptuales de dicho significado y, parece oportuno que, al analizar esta disparidad, podemos notar que, una grave y peligrosa, falta de identidad ha alcanzado estos conceptos; he de advertir que, he sido altamente influenciado por los conceptos de Representación y Voluntad de Schopenhauer y que basándonos en la importancia que el filósofo alemán le da a estos parámetros para construir un sistema para concebir la realidad, podemos analizar el significado simbólico de un espacio físico, como el de nuestra ciudad.

    Tlalnepantla es un sitio que ha quedado devaluado en la consciencia colectiva de sus propios habitantes; inicialmente, tenemos que tener en cuenta que, tradicionalmente, el Estado de México; evolucionó de una entidad rural a una industrializada y esto reconfiguró no solo su demografía y la interacción económica, también, el sentimiento de la regionalización estatal; se suele decir que mexiquenses son los habitantes del Valle de Toluca y aquellos que habitan en el cinturón rural de la entidad que se encuentra en el exterior tomando como referencia a la Ciudad de México, no obstante, esta visión relega a los habitantes de municipios conurbados con la capital del país, caso concreto lo que sucede en nuestra ciudad.

    Los desarrolladores inmobiliarios, suelen referirse a estos municipios como las ciudades dormitorio, espacios que solo tienen esa función porque la mayoría de su población económicamente activa consigue empleos en la capital del país, lo anterior genera un grave desajuste que compromete los servicios y los empleos de la capital; desde hace más de diez años hemos hablado constantemente de la construcción de un nodo que genere empleo en Tlanepantla de Baz y ayude a reducir las graves afectaciones vehiculares que congestionan la Carretera México Querétaro que es parte de la columna vertebral de transportación terrestre en el país, no solo de mujeres y hombres que la usan para acceder a sus actividades diarias, cómo llegar al trabajo, ir a la escuela, arribar a servicios médicos, sino también, es el eje de transporte de mercancías más relevante de México y parte fundamental del comercio de América del Norte.

    Sin embargo, la atracción de inversión ha sido limitada y, desafortunadamente, parte de esa inversión que se ha logrado consolidar fincando edificaciones ha demostrado que ha sido parcialmente un fracaso;, será en parte por el desconocimiento de su historia y, quizás, por la negativa de construir un espacio para la identidad que nos permita valorar la importancia del espacio físico en el que vivimos; por otro lado, podría ser por la configuración demográfica de sus habitantes, buena parte de ellos es apenas la segunda generación de quienes viven en nuestro territorio y un volumen considerable de ellos han venido de otros estados, mismos a los que añoran regresar después de una aventura agridulce en la gran capital.

    Salvaguardar las inversiones en materia inmobiliaria es una tarea que los gobiernos locales han abandonado, en contra de todo sentido común y, sobre todo, en contra de la evolución del bienestar de las mayorías. Probablemente, esto obedezca al mal entendimiento ideológico del estigma que se ha construido entorno a las empresas de construcción, calificándolas de forma falsa y maliciosa de emporios económicos, sin que esto sea cierto y generando un halo de misticismo combinado con corrupción en su entorno; a su vez, salvaguardar la inversión, gestionando proyectos y programas intensivos de atracción de inversión, es decir, trabajando para que los espacios vacíos de las inversiones inmobiliarias se llenen y tengan la oportunidad de establecerse, es una tarea que es urgente en Tlalnepantla de Baz, esto implicaría un mejoramiento inherente en la generación de empleos, la estructuración de una sociedad decente y en un impacto altamente positivo en la distribución económica de nuestra comunidad.

    No obstante, para colocar las cosas en términos mundanos, una de las dificultades tácitas a las que se enfrenta Tlalnepantla es su nombre en sí mismo, para cualquier hispanoparlante que no esté familiarizado con el náhuatl, le resulta tan complicado como un trabalenguas decir el nombre de la ciudad; he sido testigo de ello con gallegos nativos de Ourense, quienes siempre terminan diciendo Tlalneplanta y hay que tener en cuenta que la mayoría de estos visitantes eran poetas, es decir, tenían un conocimiento por encima del promedio de la lengua española, no querrá imaginarse, lector y lectora, lo que implica poder pronunciar este nombre a angloparlantes, francófonos o bien a quienes naturalmente hablan lenguas como el árabe, el chino o el alemán.

    Claro está que cambiar el nombre a un municipio, puede compararse a dispararse una bala en un pie; resulta imposible siquiera concebir tal idea, no obstante, crear un espacio sintético que obedezca a una ficción funcional como la creación de un Distrito Financiero que honre la memoria de los fundadores franciscanos de nuestra ciudad y le otorgue el nombre de Corpus Christi a este espacio que funcionaría como una ficción funcional a nivel jurídico y psicológico en lo individual como en lo colectivo, permitiría relanzar a Tlalnepantla como un centro de inversión, uno con una visión de atracción para un mercado de la economía cuaternaria. Más adelante explicaré el razonamiento y los resultados de esta idea que ha llevado mucho tiempo perfeccionar y que pueden traer muchos beneficios, especialmente, a los más jóvenes de nuestra comunidad.

    Tlalnepantla, infortunadamente, carga con estigmas muy profundos y arraigados; la enorme mayoría de los habitantes del Valle de México la conciben, al escuchar su nombre, como la zona de San Juanico tras la trágica BLEVE de las esferas de almacenamiento de Pemex, ciertamente, San Juan Ixhuatepec es parte del territorio de Tlalnepantla, no obstante, el esfuerzo comunitario y el ejercicio del buen gobierno, han logrado importantes avances en la composición social de la zona de la tragedia de Pemex; más adelante, puede encontrar una síntesis histórica de los hechos acaecidos en una de las peores tragedias en torno a una explosión de hidrocarburos en América Latina.

    Es posible que, la carga ideológica que el nombre Tlalnepantla le ha transmitido históricamente al Valle de México, haya sido uno de los principales factores de freno para el desarrollo de un Distrito Financiero enfocado al desarrollo de un espacio centrado en el las actividades que tienen que ver con la simulación; en general como las que he descrito antes, es decir, la edición de libros, revistas, diarios y diferentes productos editoriales; así mismo, aumentar la participación de casas productoras multimedia, ya existe un caso exitosos como Argos;  no obstante, sería prudente pensar en invitar a regresar a ESPN, ofrecer facilidades a empresas como Univisión, Telemundo, NBC para que aterricen en Tlalnepantla de Baz; así también, con la llegada de media docena anual de empresas automotrices chinas, no es una idea descabellada, al menos no en el escenario actual, invitarlas a que reconstruyan la bonanza de la industria automotriz en nuestro municipio.

    Es cierto que, la industria automotriz no tiene nada que ver con la simulación, hago esta aclaración semántica y también debo referirme cuidadosamente a, este término: simulación, dado que soy muy consciente de que su uso de forma coloquial despierta en muchas personas alguna clase de preocupación, misma que pueda suscitar algunas especulaciones entorno a cómo quiero manejar este proyecto, sin embargo, debo referirme que lo uso en el sentido que lo expone Jean Baudrillard, quien fue un filósofo y sociólogo francés, en mi opinión es el más grande y excepcional crítico de la cultura y autor de un interesante ensayo llamado en español Cultura y Simulacro, en ese documento, el pensador francés, expone la importancia de la simulación en la economía de la posmodernidad; nos dice que, las principales industrias están enfocadas en la creación (término que es obvia su relación con la creatividad humana) de simulaciones que van dirigidas a despertar en los seres humanos experiencias mismas que tienen un rango muy amplio de aplicaciones; es decir, no solo sirven para el entretenimiento, sino también, nos permiten visualizar fenómenos vinculados con las ciencias y a su vez, son creaciones que tienen un valor añadido en el mercado.

    Aparentemente, los seres humanos, como conjunto hemos estado invirtiendo mucho tiempo en la creación de un modelo de simulación integral; desde las universidades que son laboratorios en los que, se enseña a los más jóvenes, cómo desenvolverse en escenarios controlados que presentan situaciones, similares, a las que podrían enfrentarse en el mundo laboral real; pasando por videojuegos que, integran un número elevado de factores que, podrían resultar determinantes para atletas en diversas disciplinas en el mundo real, lo anterior, podría incluir a futbolistas de soccer, pilotos de automovilismo e incluso a entusiastas del vuelo de aviones privados.

    A partir de la simulación, la humanidad puede desarrollar nuevos talentos, ampliar sus conocimientos, predecir escenarios y generar modelos de ciertos fenómenos que van desde la meteorología, pasando por la economía o las redes neuronales; también, le es posible ganar conocimientos en ciencias y disciplinas que van desde la medicina hasta la música, incluso, la tecnología en la posmodernidad permite a los médicos operar a personas a cientos de miles de kilómetros, no obstante, como hemos dicho, el modelo económico del mundo está cambiando y la simulación se ha convertido en una de las principales fuentes de riqueza, su desarrollo depende de la suficiencia energética y de la disponibilidad de energía renovable, ambos construyen las fuentes de riqueza más importantes de las que la humanidad de nuestra era puede echar mano.

    Ciertamente, con el paso de las décadas hemos experimentado como durante el siglo XX, la economía fue fuertemente impulsadas por aspectos de simulación como el séptimo arte que, se puede considerar como una evolución de la literatura que incluye en sus géneros al de la ficción y, en general, de la industria editorial que requiere de la creatividad; no obstante, la industria del videojuego que sería la siguiente evolución del cine y por ende de la literatura, hoy por hoy, es una de las industrias que mayores dividendos han producido en la economía global de la actualidad, en un meteórico ascenso durante las últimas cinco décadas.

    Al mismo tiempo, en la última década hemos visto cómo la configuración económica a nivel global y la expansión financiera de las sociedades complejas, se han visto determinadas por el fenómeno de la desnacionalización del dinero, una evolución que, si bien la teorizaba a mediados de la década de 1970, el ilustre economista Friedrich August von Hayek, alcanzó una realidad constante apenas hace unos años con la puesta en práctica de las criptomonedas, esencialmente, el bitcoin. Y, si bien, las criptomonedas constituyen una de las plataformas de intercambio basadas en la confianza más importantes, la estructura de los mercados financieros no se limitan en estricto sentido a estos instrumentos, en realidad, vivimos en la era del comercio constante, ciertamente, existen algunos rasgos que podrían considerarse como reminiscencias o un regreso cíclico a otros puntos históricos, en ocasiones cuando hago compras por internet, me da la impresión de que la era de los catálogos regresó.

    Los conceptos entorno a la simulación dentro de la sociología, en absoluto son nuevos y tienen una profunda tradición arraigada con el comportamiento humano y la concepción de la constante de realidad, en general, tienen que ver con la configuración de las instituciones más importantes dentro del conjunto de la humanidad, ejemplos de ello son conceptos como: El Estado, la Religión, la Familia y la estructura de la Economía, centralmente, en el concepto y desarrollo del Dinero.

    Coincido con la opinión de Baudrillard; la simulación será el factor determinante como motor económico para la especie humana durante los siguientes siglos. Aunque su estudio, igual que el que hago ahora es muy somero, concluye que, la razón principal de la evolución económica del Estado de California en Estados Unidos; a saber, la economía local más grande del mundo, ha sido exitosa al usar la simulación como su motor de desarrollo, cita el establecimiento de los estudios de cine en Hollywood, la construcción del parque de diversiones

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