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Hacia un nuevo proyecto de nación
Hacia un nuevo proyecto de nación
Hacia un nuevo proyecto de nación
Libro electrónico318 páginas4 horas

Hacia un nuevo proyecto de nación

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Información de este libro electrónico

Este libro recoge los trabajos presentados por un grupo de especialistas estudiosos y analistas de la nueva circunstancia que enfrenta la nación de cara a los acontecimientos que protagonizará la sociedad en el arranque del milenio.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento7 dic 2021
Hacia un nuevo proyecto de nación
Autor

Fundación Heberto Castillo Martínez A.C.

Fundada en 1997, la Fundación se creó para salvaguardar, fomentar y difundir el trabajo científico, político y social de ingeniero Heberto Castillo, encaminadas a coadyuvar con el progreso social, político, tecnológico y cultural de México.

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    Hacia un nuevo proyecto de nación - Fundación Heberto Castillo Martínez A.C.

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    Hacia un nuevo proyecto de nación

    Fundación Heberto Castillo Martínez A.C. Viena No. 34 Col. Del Carmen Coyoacán, Ciudad de México

    Presidenta

    Profa. María Teresa Juárez de Castillo

    Título original: Hacia un nuevo proyecto de nación

    © MM Teresa Juárez de Castillo/Fundación Heberto Castillo Martínez A.C.

    ISBN 968-5326-00-2

    Primera edición: Junio de 2000

    La transformación a libro electrónico del presente título fue realizada por

    Sextil Online, S.A. de C.V./ Editorial Ink ® 2016.

    +52 (55) 52 54 38 52

    contacto@editorial-ink.com

    www.editorial-ink.com

    Ninguna parte de este libro puede ser reproducida, almacenada o transmitida, de ningún medio, sea electrónico, químico, mecánico, óptico, magnético, de grabación o fotocopia, sin la autorización previa por escrito de los propietarios de los derechos de autor.

    Índice

    Hacia un nuevo proyecto de nación

    Ciclo de mesas redondas

    Presentación

    Gilberto Borja

    Mesa 1

    Alternativas de proyectos nacionales

    Pablo González Casanova

    Federico Reyes Heroles

    Luis Villoro

    Mesa 2

    Soberanía y globalización

    Víctor Flores Olea

    Luis González Souza

    Mauricio de María y Campos

    Fernando Solana

    Mesa 3

    Proyecto económico

    Alberto Arroyo Picard 86

    Julio Boltvinik 103

    Mesa 4

    Derechos humanos

    Mariclaire Acosta

    Miguel Concha

    Oscar González

    Mesa 5

    Derechos de los pueblos indios

    Magdalena Gómez Rivera

    Adelfo Regino

    Rodolfo Stavenhagen

    Mesa 6

    Educación y cultura

    María de Ibarrola

    Alfredo López Austin

    Anexo

    Organizaciones civiles y partidos políticos

    Rafael Reygadas Robles Gil

    Enrique Semo

    Reflexión de Luis Villoro

    Notas bibliográficas de los autores

    orn

    La Fundación Heberto Castillo Martínez, A.C. (FHCMAC), es una institución que surge con el objeto de salvaguardar la obra científica, social y política del ingeniero que le da el nombre.

    Desde su constitución, en junio de 1997, la fundación ha sido encabezada por la viuda del político veracruzano, la profesora María Teresa Juárez Carranza, quien se ha dado a la tarea de organizar diversos encuentros con destacados intelectuales estudiosos de la realidad nacional, cuyo resultado es la compilación de 26 títulos diversos que componen la colección digital de la cual forma parte el presente libro.

    La FHCMAC cuenta con el acervo histórico del ingeniero Castillo, que desde el año 2005 forma parte del Archivo General de la Nación (AGN).

    La Fundación Heberto Castillo Martínez, A.C., es una institución sin fines de lucro que se sostiene de aportaciones y donativos. Los recursos recabados por la venta de los libros digitales serán utilizados para continuar con la importante labor de investigación, docencia y publicación de documentos y libros necesarios para promover la reflexión y el conocimiento sobre temas de actualidad que forman parte del debate público nacional.

    Agradecemos tu apoyo al adquirir alguno de los títulos de la colección.

    Fundación Heberto Castillo Martínez, A.C.

    orn

    Presentación

    Bajo los auspicios de la Fundación Heberto Castillo Martínez A.C., se llevó a cabo entre agosto y septiembre del año pasado un ciclo de mesas redondas bajo el título Hacia un nuevo proyecto de nación. El libro que ahora tienen los lectores en sus manos, recoge los trabajos presentados por un grupo de especialistas, todos estudiosos y analistas de la nueva circunstancia que enfrenta la nación de cara a los acontecimientos que habrá de protagonizar la sociedad toda en el arranque del próximo milenio. Ésta es en esencia la importancia de esta publicación.

    La mayoría de los trabajos son una versión revisada de las ponencias presentadas anteriormente en un seminario de la asociación Paz con Democracia, que reúne a un conjunto de intelectuales independientes, preocupados por la crisis actual del proyecto de nación heredado de la Revolución y por la urgencia de reflexionar sobre las vías que conducirían a un nuevo proyecto nacional.

    Sin embargo, desmenuzar el pensamiento de tos actores de cada uno de los trabajos que figuran en este volumen resulta un formidable ejercicio de reflexión que al fin de la jornada nos enseña dos facetas de nuestra realidad: por una parte, nos permite reafirmar muchos de los aspectos de nuestra propia identidad, de la que afloran las virtudes de un pueblo que ha sabido construir una historia de sorprendente riqueza, y por otra, la que nos revela muchas veces con cifras, el tamaño de nuestras debilidades las que en última instancia definen los grandes desafíos que habrá de enfrentar la sociedad nacional.

    Así, resulta oportuno un comentario sobre el efecto aleccionador del repaso de estos trabajos, que, entre otros méritos, vale la pena enfatizar la prevalencia del ejercicio pleno del pensamiento independiente de sus autores.

    No obstante su diversidad temática, el hilo conductor de esta recopilación es la historia, nuestra historia que ahora este grupo de intelectuales adopta como supuesto vital para construir un proyecto de nación, irremisiblemente implicado en la visión global propia de nuestro tiempo, que ya incluye al siglo XXI. Esta conclusión, que a de la lectura de estos textos, es posiblemente el aspecto más fascinante, más atractivo de esta publicación que de alguna manera nos da la oportunidad de situarnos frente a nuestra propia conciencia.

    Gilberto Borja

    Mesa 1

    Alternativas de proyectos nacionales

    Pablo González Casanova

    Federico Reyes Heroles

    Luis Villoro

    orn

    Pablo González Casanova

    Sobre el proyecto de nación¹

    Agradezco mucho esta invitación que me honra y me hace recordar a uno de los hombres más ilustres y más firmes en la lucha por México.

    Pensé cómo abordar el problema de esta mesa y me pareció que lo mejor era leerles la parte final de un trabajo que estoy haciendo, que se llama A dónde va México.

    Antes, explicaré en qué consiste el trabajo y cuáles son las bases de estas conclusiones:

    Me planteé el problema de un texto en el que cada proposición, cada frase, fuera muy exacta y tuviera un respaldo muy fuerte, de tal modo que no quedara lugar a interpretaciones o ambigüedades para sacar conclusiones sobre el futuro.

    El futuro está combinado con tendencias y proyectos. En el nivel de su organización intelectual, moral, política y social, los proyectos pueden alcanzar un peso considerable en momentos críticos (mucho mayor del que uno se imagina), con efectos sorprendentes de tipo no lineal, donde pequeños cambios producen grandes consecuencias.

    El trabajo corresponde a un texto que se convertirá en hipertexto fundamentado en estadísticas de las instituciones nacionales e internacionales y de investigaciones y documentos originales. Este esfuerzo es importante porque vivimos hoy una crisis muy grave, tanto a nivel nacional como mundial, y el uso de la mentira adquiere características muy ricas que aumentan la falta de validez y confiabilidad de los textos y de los razonamientos. Las formas de mentir tradicionales han sido considerablemente enriquecidas y no sólo se dan en las proposiciones aisladas, sino en razonamientos que se hacen con ellas.

    El problema que trato de resolver en el análisis del futuro emergente consiste en validar las proposiciones y, una vez validadas, ver las implicaciones que tiene y que desbaratan a menudo ilusiones engañosas o propuestas sin base. Alguna vez le conté al obispo Samuel Ruiz sobre mi interés en la mentira y mi deseo de investigarla, y él me dijo que estaba equivocado, que en realidad lo que habría que plantearse era el problema de la verdad y la moral. Y creo que tiene razón, que el problema más profundo se plantea en relación con la verdad, con la moral y con el poder de los pobres o de las víctimas, como afirman los grandes filósofos de la opción de los pobres o de la ética de la liberación. Pero eso no le quita importancia a las nuevas formas de mentir y de mentirnos.

    Existen, actualmente, distintas formas de mentir que equivalen a una capacidad tremenda para lograr efectos colaterales o secundarios a partir de ciertas medidas macropolíticas o macroeconómicas que se toman. Hoy es más posible que nunca tomar medidas con propósitos inmediatos y públicos que tienen efectos secundarios o laterales como: el empobrecimiento de la mayoría de la humanidad o de la mayoría del país en beneficio de unos cuantos. Y esos efectos secundarios o laterales se ocultan por los intereses a que responden y que precisamente buscan quienes están en el poder. Descubrir con sus propias palabras las implicaciones que tienen sus políticas nos ayudan a no engañarnos en materia de proyectos y programas.

    Al terminar el análisis de tendencias en el trabajo que preparo, me planteo el problema de las alternativas posibles del México actual, y de ellas escojo hoy algunas de las que me parecen más profundas. Me limitaré a esbozarlas en sus rasgos más generales.

    Las dos alternativas de proyectos nacionales en México

    Es malo adelantar vísperas y que éstas se vuelvan vísperas de nada; pero más malo aún es pensar que no es posible un futuro mejor, o anunciar que los jóvenes no tienen futuro; que el país no tiene futuro, ni el mundo tiene futuro; y que todo será igualito que ahora o incluso peor.

    Las bases científicas del optimismo se comprueban a lo largo de toda la historia humana. Hasta en los periodos más siniestros, ha vuelto a arrancar la lucha por un mundo o por un México mejor. Hoy, las ciencias sociales más avanzadas confirman, con creces, que la historia no es sólo una extrapolación de tendencias pasadas. Si se basa uno exclusivamente en las tendencias pasadas, no puede sacar ninguna conclusión sobre el futuro de la historia.

    El optimismo y el pesimismo dependen de la voluntad o falta de voluntad. El optimismo se materializa en el pensamiento organizado para conocer, para actuar, para experimentar y corregir con lo experimentado: y para readaptarse a las condiciones en función de los valores y objetivos estratégicos, a fin de crear nuevas condiciones, nuevas circunstancias que permitan construir efectivamente mundos y caminos nuevos.

    Esta es la conclusión a la que llegan los estudios más profundos sobre el determinismo y la libertad en la historia.

    En el México de 1999, tenemos dos proyectos de alcance universal, y esto es absolutamente cierto: son de alcance universal. Por lo demás, no es la primera vez en la historia del país; México ha emprendido, en otras ocasiones también, proyectos de alcance universal: cuando el cura Hidalgo decidió hacer la guerra con el pueblo, y no con los militares; cuando Juárez se enfrentó a la potencia militar más poderosa de su tiempo, apoyado en el pueblo; cuando durante el proceso complicadísimo de la Revolución Mexicana, con grandes masas en movimiento.se planteó la teoría de un estado del Tercer Mundo, que luchara por la independencia no sólo en el terreno político, sino en el económico y social, y se planteó una Constitución que llegó a ser la más avanzada en su tiempo; o cuando el general Lázaro Cárdenas, apoyado por todas las fuerzas nacionales organizadas, expropió a la compañía monopólica más poderosa de la tierra y mostró que era posible una expropiación en ese tiempo.

    Son aportaciones a la historia universal muy importantes, algunas seguidas por los pueblos de África, Asia y Medio Oriente, y recibidas con gran admiración, mezclada de recelo, en los países europeos y Estados Unidos.

    El primero de los proyectos actuales de alcance universal es el de los zapatistas y, el otro, el de los partidarios de la revolución democrática. Ambos recogen y recrean la historia universal y la nacional; pienso en ellos como los proyectos más radicales, en el sentido marquiano de la palabra; son los más radicales porque uno y otro recogen la experiencia de lucha por los excluidos, de los oprimidos o de quienes han organizado su conocimiento y acción para luchar contra los regímenes de opresión y exclusión. Son los proyectos más radicales porque, las raíces políticas de una moral que iguale con la vida el pensamiento.se encuentran en los prolijos sujetos que se beneficiarían de una política más libre y más justa, y de quienes se han comprometido con ellos.

    Son los más radicales porque al replantear los movimientos liberales y socialistas del pasado, han encontrado que los fracasos anteriores se deben o no haber organizado gobiernos democráticos de los pueblos, para los pueblos y con los pueblos. De ahí que hayan concluido que para no fracasar la próxima vez necesitamos organizar exactamente un tipo de gobierno democrático del pueblo hecho de muchos pueblos, pero como un proyecto, a la vez, moral, político y práctico.

    La definición del proyecto democrático tiene muchas contradicciones teóricas y también prácticas; los actores une lo plantean más concretamente y que hacen de él parte de su vida cotidiana y de sus formas de lucha, son los indios de México y los revolucionarios que surgieron de ellos o que se unieron a ellos. Son también los que en el campo político dieron una creciente prioridad a la revolución democrática (tema que, por cierto, se planteó antes la izquierda en el mundo, pero de una manera muy superficial, y es algo en lo que estamos profundizando mucho, como fenómeno, en México).

    A la redefinición de los objetivos y medios de lucha han contribuido, también, las fuerzas populares patriotas y socialistas, que advirtiendo los límites y contradicciones del populismo, del nacionalismo, de la socialdemocracia y del comunismo, desde la sociedad civil —urbana y rural, laica y religiosa—, acuerdan, primordial importancia a una revolución democrática que no se ha hecho, que a veces se intentó pero de manera descuidada e imprecisa; que fue coptada, traicionada o destruida cuando daba sus primeros pasos y que es necesario hacer bien ahora.

    En los dos grandes proyectos prevalece, primero, la idea de una revolución pacífica (una idea muy firme, muy arraigada en México) y, segundo, la conciencia de la necesidad de hacer todo lo posible por lograr la paz con democracia y justicia.

    Ambos proyectos son muy ricos; es imposible caracterizarlos en unas cuantas palabras, sin embargo, pueden destacarse algunas de sus contribuciones.

    1. El proyecto zapatista

    El proyecto de los indios de México, y en especial el de los zapatistas, propone y procura una democracia plural, participativa y representativa, étnica, local, nacional y universal. Propone la construcción del poder y la ética a partir de la sociedad civil y la construcción de las autonomías en la sociedad civil y en el Estado. Lucha contra la discriminación; la exclusión racial, económica, cultural y de género o inclinaciones sexuales; y por la justicia social e individual. El proyecto zapatista supera varios problemas que debilitaron e hicieron fracasar a proyectos anteriores.

    El pluralismo ideológico, entendido como el derecho que tienen los demás a expresarse y a manifestar lo que sienten, es un objetivo que no sólo obedece a la tolerancia y la libertad de expresión como valores respetables, sino como valores necesarios a fin de construir actores sociales que teniendo distintas creencias, filosofías e ideologías, se integren en organizaciones y redes para acciones comunes, victoriosas.

    Pensar en un protagonista plural al que se articule la clase obrera industrial, sin reclamar para ésta un papel ontológico de vanguardia, no menospreciad papel que los trabajadores manuales e intelectuales cumplen en las luchas de la evolución democrática, pero no les asigna un papel privilegiado que se les asignó al margen de la historia real.

    Combinar la democracia participativa con la representativa y a éstas con las ideas de justicia individual y social, y de justicia a las etnias, establece puentes entre las luchas necesarias y las posibles. Todas esas luchas incluyen a quienes piensan, desde ahora, en una democracia socialista o en una democracia que con la liberación nacional defina al socialismo.

    La construcción del poder y la ética en la sociedad civil va más allá de los planteamientos estatistas que predominaron en el corto siglo XX. Supera a los planteamientos anarquistas que no se plantearon a fondo los problemas de la resistencia y la rebelión y que quisieron construir repúblicas justas y libres, sitiadas por el Estado , y deja atrás a los etnisistas que desprestigian a la moral con la moralina.

    En la práctica, el proyecto zapatista se plantea los necesarios vínculos de la moral y la lucha en una guerra de baja intensidad que combina el conflicto y el consenso, el enfrentamiento y la negociación transada represión y la captación de individuos, y colectividades como opciones de eliminación física o moral de líderes y grupos, cuando, unos y otros, defiendan sus derechos y deseen construir, con sus pueblos, un mundo mejo. Con la represión o captación, los separan de sus pueblos, los eliminan y los sacan de la lucha.

    El proyecto zapatista concede a la moral y al poder un papel principal, para enfrentar sin miedo al enemigo y para dialogar con él sin hacer transas, es decir, sin hacer negociaciones y concesiones que beneficien a los líderes o clientelas contra los intereses de las colectividades. Piste proyecto también convoca a cuestionar a la comunidad y a los que al mandar deben obedecer los valores de la comunidad y de la humanidad a dar una especial importancia al control de los representantes y a la representación controlada, para que las prácticas de mandar obedeciendo se regularicen. En todos sentidos, el proyecto plantea un mundo que se organice en torno de los derechos humanos, individuales y colectivos, para hacer de ellos una realidad generalizada.

    2. El Proyecto de la revolución democrática

    En cuanto a los partidarios de la revolución democrática —entre los que destaca el partido de ese nombre—, desde la memoria e imaginación colectiva de las izquierdas, priorizan y profundizan en un fenómeno particularmente descuidado por los teóricos e ideólogos de la democracia y el socialismo, en el que no profundizaron nunca o al que no priorizaron nunca como movimiento (aunque de los liberales haya surgido aquello del gobierno del pueblo, con el pueblo y para el pueblo) de los socialistas el concepto de social democracia, y de los comunistas, en el de dos supuestas etapas de la revolución mundial: la democrática y la socialista en que aquella se veía como mero tránsito.

    El caso es que hoy mismo se requiere mucho más elaboración, teórico-práctica, sobre la revolución democrática, pero en el caso de México ya se han dado importantes contribuciones, entre las cuales, tal vez, destacan: primero, profundizar en los conceptos y los hechos en los sistemas electorales en el equilibrio de poderes, en las autonomías municipales, institucionales y empresariales, así como en la soberanía nacional, todos vinculados en la democratización del Estado y de sus apoyos en la sociedad civil.

    Segundo, resolver los problemas en que aparecen los intereses de las clases dominantes mediante plebiscitos, donde lejos de plantear una lucha de clase contra clase, informe y metafísica, se plantee una lucha de la ciudadanía contra quienes pretenden preservar y aumentar sus privilegios a costa de la soberanía nacional, la propiedad pública y las políticas de subsidio y exención o de tolerancia consuetudinaria de la evasión de impuestos (ese otro privilegio convertido en derecho de los pudientes).

    A las corrientes señaladas, se añaden varios movimientos más donde aparece el proyecto alternativo profundo, como el de los electricistas, el de los pobladores urbanos marginados, el de los deudores del barzón y, más recientemente, el de los universitarios y el Consejo General de Huelga de la UNAM. Todos ellos viven problemas de una gran intensidad, que en el legado teórico de las luchas nacionales y mundiales son importantísimos, pero también insuficientes para profundizar y precisar el proyecto de una democracia con paz y justicia y de una soberanía del pueblo ciudadano que defienda y decida en la República y la nación los grandes problemas de la emancipación y la liberación de las víctimas marginadas, discriminadas y explotadas, contribuyendo así a un proyecto alternativo de globalización o mundialización, en el que la democracia universal tienda a prevalecer como democracia plural y no excluyente.

    Entre los aciertos estratégicos de todos esos movimientos se encuentra el romper el conformismo y el cinismo que impone el proyecto neoliberal.

    Destaca en los zapatistas el acierto de haber aceptado el camino de la paz, que les demandó insistentemente la sociedad civil y que en medio de todas sus contradicciones es el único que permitirá construir el mundo alternativo, acumular fuerzas y hacer posible lo imposible.

    En el PRl, la decisión de priorizar la lucha democrática en el interior del partido y de construir con otros partidos la transición democrática a un Estado que se base en el sufragio efectivo, que ponga en marcha un sistema electoral controlado por la ciudadanía y un régimen en el que sea real el equilibrio de poderes, una federación con gobiernos estatales democráticamente elegidos y, por eso, soberanos, un sistema de autonomías municipales que incluya a las autonomías indígenas en un Estado pluriétnico.

    El PRD y otros partidos de la izquierda asumen como propio el proyecto democracia clásica, que hasta hace unas décadas se consideró como un proyecto de democracia

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