Necropolítica

Por Therion

“The root of all evil is the heart of a black soul” Slayer, South of Heaven Aquí resuena la vibración de mi odio mas puro y profundo por toda la especie humana, estúpida, miope, ingrata, peligrosa. En estas lineas he sigilado la más poderosa de todas las maldiciones, tal en cuanto absoluta, total y ciega. Aquí encarcelé el monstruo que vive adentro de mi, la raíz de todo el mal, el corazón de un alma negra.

• Idioma: Español
• Editorial: Publisher s19974
• Fecha de lanzamiento: 26 feb 2015
• ISBN: 9786050360608

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Note

A la memoria de John Jeffrey Hanneman

Caratula: Autorretrato Día de los Muertos de Nelson Eduardo Martín La Rotta

Logo Necropolítica: Concepto Therion; realización gráfica Patrizio Politi

Autorretrato, Necropolítica y Logo Necropolítica

Son distribuidos con licencia Creative Commons Atribución - Obras No Derivadas 4.0

PREFACIO

LA VIBRACIÓN DEL ODIO

"The root of all evil is the heart of a black soul"

Slayer, South of Heaven [1]

A pesar de su brevedad este trabajo ha tenido un largo periodo de gestación, casi tres años para un tiempo de redacción relativamente limitado. No lo escribí, mas bien lo vomité, expulsando todo lo peor que he seguido acumulando después de volver a vivir en mi tierra natal. Vengo desde un lugar maravilloso y constantemente vilipendiado y atropellado por la ignorancia, mezquindad y avidez de mis similares.

Después de un periodo de inactividad, dolor y reflexión, tomé la decisión de dedicarme una vez más a la actividad política para constatar la imposibilidad de actuar activamente en la reconstrucción del futuro que muchos de mi generación y de las siguientes parecían haber perdido.

Sentí crecer dentro de mi un odio profundo, terrible, absoluto, al punto que me pregunté si yo era capaz de contenerlo sin explotar. Fue así, en el momento más difícil que decidí empezar a escribir todo lo que agitaba mi espíritu, intentando sistematizar las visiones más tremendas y construyendo una teoría, acompañado por la única energía que nunca me abandonó: la música.

No me se siento orgulloso de lo que escribí, pero es cierto que cada letra me pertenece integralmente y no quiero abjurar mi carácter. Quiero añadir que intenté escribir de forma directa y comprensible, pero al mismo tiempo me reservo el derecho de no explicar todo lo que otros no entienden de cuanto quiero expresar.

No tengo ninguna pretensión de aparecer en la legión de los buenos, castos justos, así que sigo enfrentando mi lado obscuro para controlar los impulsos más destructivos y emplearlos de forma constructiva; cuando no pude hacer nada mejor, los reduje hasta donde me fue posible.

Aquí resuena la vibración de mi odio más puro y profundo por toda la especie humana, estúpida, miope, ingrata, peligrosa. En estas líneas he sigilado la más poderosa de todas las maldiciones, tal en cuanto absoluta, total y ciega. Aquí encarcelé el monstruo que vive adentro de mí, la raíz de todo el mal, el corazón de un alma negra.

THERION

INTRODUCIÓN

EL SONIDO DEL SUFRIMIENTO

"I deny, defy and spread a little hate worldwide"

Slayer, Hate Worldwide[2]

Según los pitagóricos existe una armonía escondida que cruza todo, que no se puede oír, cuya ausencia se volvería inmediatamente evidente en el momento en el que cesara. Una relación matemática entre la vida, el sonido que la alimenta y la reproduce, que garantiza la continuidad del ser y arregla íntimamente el ciclo eterno en una relación constante, necesaria, imprescindible.

Concepciones similares están presentes en todas la culturas ancestrales, desde la Hindú, donde la vibración del AUM define el sonido de la vida y la armonía de la perfección, a las de los pueblos indígenas de América Latina que creen que el canto, la música y el baile deben acompañar los ciclos de la naturaleza para alimentar su fuerza, garantizando el equilibrio entre sus componentes y la reproducción de la existencia.

Para la química y la biología molecular, todos los cuerpos están compuestos por partículas subatómicas, donde los electrones gravitan atrayéndose y rechazándose alrededor de un núcleo según múltiples e ilimitadas combinaciones que constituyen las formas de la existencia; este movimiento produce una vibración, un sonido.

¿Qué es ese sonido? ¿cómo se compone? ¿cómo se declina en la existencia la armonía de la perfección? ¿cuál es el significado más íntimo del equilibrio de la naturaleza?

Si la vida implica necesariamente el proprio límite y su antítesis para su propia autoreproducción bajo nuevas formas que garantizan el mantenimiento de los ciclos intrínsecos de la naturaleza, el sentido del sonido que regula ese ritmo, expresa la coincidencia de los opuestos en una unidad que aunque en el movimiento permanente de su vibración, sigue estático en su esencia más profunda.

El sonido de la vida es el conjunto del júbilo y del sufrimiento, la armonía de la perfección implica la desarmonía del caos y el significado último del equilibrio de la naturaleza es la continuidad que se reproduce perennemente.

Todo eso para expresar un simple concepto: ese texto es totalmente inútil: no aporta nada de nuevo, no formula teorías revolucionarias, no tiene pretensiones explicativas ni filosóficas de ningún tipo y tampoco va servir a su autor para tener éxito y fama. No existe nada de nuevo, pero es posible intentar observar y sobre todo escuchar lo que ya hay acogiendo el mismo mensaje de forma diferente y después de haber asimilado el significado, guiar la acción.

El sonido del sufrimiento no es nada mas que el sonido de la vida, o mejor, una de las formas de percibirlo. Probablemente por algunos suena dulce, mientras para otros, quizás la mayoría de la población planetaria, se presenta como una nota aguda, terrible, desgarradora, prolongada mas allá de todo límite aceptable.

La condición de desequilibrio exponencial introducida por el humano actuar, ya está alcanzando proporciones hasta hoy desconocidas en la historia documentada, acentuando las notas más tremendas e insostenibles de la armonía escondida. La música de la vida se está peligrosamente y necesariamente transformando en una banda sonora de la muerte, que aparece como la única perspectiva practicable para garantizar la continuidad y restablecer el equilibrio perdido