Proyecto Chapultepec: En lugar de despojo, un gran debate
Así como el proyecto Tren Maya, la creación del Complejo Cultural del Bosque de Chapultepec va porque va.
Se trata de una “orden presidencial”, un proyecto depredador por su impacto ecológico, ilegal y violatorio de la Ley Ambiental y de Protección a la Tierra del Distrito Federal (hoy Ciudad de México) y de los derechos ciudadanos, que contraviene el principio de la planeación participativa.
Así lo describen el sociólogo Pablo Gaytán, profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco (UAM-X), y el abogado Víctor Juárez, cofundadores del Frente Ciudadano por la Defensa y Mejora del Bosque de Chapultepec, con el escritor y ecologista Eduardo V. Farah y Sergio González, miembros de Plataforma Vecinal y Observatorio de la colonia Juárez, entre otros activistas y vecinos del bosque.
Los integrantes se unieron también para cuestionar, en su momento, la construcción de la Línea 7 del Metrobús en Paseo de la Reforma, y de los Cetram (Centro de Transferencia Modal) en las afueras del Metro Chapultepec, que contemplaba una megatorre, así como del parque Líbano, ubicado en Polanco, frente al Auditorio Nacional.
Videasta y colaborador en diversas publicaciones, Gaytán explica vía telefónica a Proceso que el proyecto no se ha abierto a la planeación participativa pues es una iniciativa presidencial, “una orden” de Andrés Manuel López Obrador y una “iniciativa unipersonal” de su director ejecutivo, el artista Gabriel Orozco.
La primera etapa del plan global consiste en la
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