Frenesí de cuentos

Por Juan Carlos Osorio Gómez

En estos 25 cuentos encontrarás historias que van desde lo sórdido y grotesco de nuestra realidad hasta lo fantástico y sublime. Se encuentran aquí historias cotidianas que recogen desde la mirada de un caminante nocturno y lo que encuentra en una fría ciudad capital, hasta la ansiedad y la angustia de aquel que espera ser liberado de sus prisiones físicas y mentales. También podrás encontrar algunos relatos de ciencia ficción sobre estrellas enamoradas o te toparás con los ángeles y los demonios compitiendo por corromper nuestras almas. Algunos de estos relatos retoman la violencia vivida en los últimos años del siglo 20 y otras recogen la visión del autor sobre cómo sentimientos profundos como el amor pueden degenerar en el instinto homicida y las pasiones más bajas del ser humano. Utilizando un lenguaje a veces irreverente y provocativo el autor ha buscado que el lector logre conectar no solo con los personajes de las historias sino con lo más profundo de sus sentimientos y pensamientos, que en ocasiones podrán mezclarse con los suyos. Este compendio muestra historias creadas por la mente de un hombre que ama la literatura y busca conectar con el lector a través de sus cuentos. Son historias cortas que calan en lo más hondo y que siguen acompañándote aún después de finalizada su lectura.

• Idioma: Español
• Editorial: Letrame Grupo Editorial
• Fecha de lanzamiento: 19 jul 2023
• ISBN: 9788411811552

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Diseño de edición: Letrame Editorial.

Maquetación: Brian Fernández Rodríguez

Diseño de portada: Rubén García

Supervisión de corrección: Ana Castañeda

ISBN: 978-84-1181-155-2

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Prólogo: Bienvenidos a una parte de mi mundo

Desde mi infancia he sido un enamorado de los libros y la literatura. Escribir ha sido para mí una parte muy importante de mi existencia y aunque por motivos que no vale la pena explicar dejé de hacerlo en un intervalo muy amplio de mi vida, hoy, nuevamente quiero retomar este camino y continuar recorriéndolo hasta el final de mi destino.

Nunca ha sido una tarea fácil escribir, no es un proceso de iluminación o de fantástica inspiración que llega en medio de un sueño frenético o a través de una frase mágica mediante la cual se desata un sortilegio en el que caes presa de una fiebre voraz, y las palabras y las historias emergen de la nada. ¡No! Escribir es un proceso que consume tiempo, esfuerzo y energía, un proceso al que le das tus sentimientos y que se mezcla con tu alma. Entregas tu vida y tu esfuerzo a una historia, a unos personajes que se vuelven parte de ti, y que te inundan con sus pensamientos y sus sentimientos. Te dejas atrapar y no quedas libre hasta que la historia está terminada.

Sin embargo, esa es solo la mitad de la ecuación, pues ¿de qué sirve un cuento, una historia si no es leída? Viene entonces la angustia de saber que aquello a lo que le has dedicado cuerpo y alma sea de agrado del lector. Que una vez finalizada la lectura, levante la mirada y puedas descubrir en ella que algo cambió después de la historia. Que se quede en el recuerdo y que traiga preguntas e ideas para conversar.

Empecé a escribir estos cuentos en mi juventud, pero solamente ahora me he animado a compartirlos, impulsado en gran medida por mis seres más queridos. En estos veinticinco cuentos hay historias de todo tipo: historias sórdidas que revelan los sentimientos más bajos y viles del ser humano, algunas historias de fantasía en la que un árbol nos narra sus vivencias o vemos a una estrella enamorada y desobediente enfrentando al consejo supremo del Universo. Recordamos las quemas de caña de azúcar de algunas zonas en Colombia y deambulamos por una fría ciudad vigilando a las gentes que transitan y viven su cotidianidad. Son historias cortas, pero en cada una de ellas subyace alguna reflexión sobre la vida, sobre lo que vemos diariamente, sobre lo que pensamos, sobre lo que amamos y también sobre lo que odiamos.

Así como las historias son cortas, este prólogo también, así que solo me resta decir que espero que estas historias sean de tu agrado, mi estimado lector. Deseo con todo mi corazón que logres encontrar en ellos un momento de descanso y distracción para el agitado día a día. Espero que nos conectemos en alguna de estas historias y que juntos compartamos un momento más allá del tiempo y la materia. Amé escribir estos cuentos y amaré saber que disfrutarás con su lectura.

BEZIEL Y LAURA: HISTORIA DE TERROR PARA PEQUEÑOS DEMONIOS

De acuerdo con las antiguas escrituras es parte de nuestra historia y nuestra vida que al nacer a cada uno se le asigna un ángel y un demonio, quienes han de acompañarnos toda nuestra existencia y buscarán influenciar cada una de nuestras más trascendentales decisiones en una lucha infinita y eterna por las almas, cada uno de ellos buscando llevarnos hacía su lugar de origen. Así ha sido desde el principio cuando se hizo la luz y seguirá hasta que las tinieblas se ciernen sobre la superficie terrestre.

Entre tantas historias sobre esta eterna, bíblica lucha, les contaré una que no se comenta en ningún libro sagrado pero que es bien conocida en lo más profundo del infierno y que ha llegado a mí de una manera que no puedo revelar si quiero conservar mi vida y mi alma. He aquí la historia de Laura: la hermosa que es temida en las profundidades del averno.

Cuando Laura nació, Beziel, un príncipe demonio fue asignado para ella. Beziel era cautivador y poderoso, había sido asignado a miles de seres humanos desde el principio de la creación y siempre había logrado influirlos de manera que aquellas almas terminaban irremediablemente en el infierno.

Beziel, pacientemente, esperó que Laura fuera creciendo. Durante su más tierna infancia ni se preocupó por influir en ella, permitió que aquel ángel del que ni siquiera se preocupó por conocer su nombre la guiara los primeros años de vida, le guardara sus primeros pasos y acudiese siempre que la tierna niña se sentía triste y sola.

Sin embargo, cuando Laura estaba por cumplir dieciséis años, Beziel consideró que era hora de hacer presencia en su vida y apareció una mañana cualquiera de un mes que no es importante mencionar, en el centro mismo de la habitación.

Ella dormía profundamente en su acolchada cama con el cabello rubio suelto y desenredado, cubierta hasta el cuello con su cobija y la cara levemente oculta entre las almohadas mullidas que le brindaban un plácido descansar. En un leve movimiento volteó justo hacia donde Beziel estaba mirando alrededor, en ese breve lapso, aquel príncipe de los demonios tuvo ante sí la más hermosa visión de su eterna existencia. El cabello dócil y grácil descendía casi flotando desde su perfecta corona, la piel blanca, suave y tersa, pura y delicada como la de los recién llegados a la vida. La nariz recta, perfecta dividía en dos hemisferios hermosos e hipnóticos aquel rostro angelical. Sus labios rojos y frescos poseían toda la pasión y el irresistible encanto de las ninfas y las diosas.

Beziel no daba crédito a lo que estaba viendo. En sus incontables milenios nunca había estado en presencia de un ser tan hermoso y perfecto. Sin embargo, todo un príncipe de los demonios como él, podría resistir aquellos encantos. Pero aquella visión encantadora tuvo a bien abrir sus ojos, y cuando aquellos portales fueron revelados, todas las fibras del príncipe demoníaco