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Mis zozobras completas
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Libro electrónico68 páginas35 minutos

Mis zozobras completas

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Llegué a estás tierras en el '99. Harto del "que sopor y que bochorno" y el ajetreo del monstruo de acero que me engulló a los 13 y me regurgitó a los 27. Esa bestia sangrada que me arrancó del corazón la cándida niñez y puso en su lugar un mapa del metro y tres pesos para viajar por su panza maloliente e impregnarme de su podrida sabiduría.
En el '99 no se alinearon los astros, no fue año capicúa, su febrero no fue bisiesto, el horóscopo chino no auguró bonanza, el brujo mayor no pronosticó superávit en la economía; el '99 nació muerto. Y cuando me disponía a devolverle los golpes bajos a la odiosa fortuna, fui testigo presencial del nacimiento de mi segundo pionero de guerra. Olvidé todos los agravios, cargué con mi prole y un amarillo martes de agosto me aposonté en esta esquina del mundo, desde donde ahora escribo y me recreo.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento15 jun 2023
ISBN9798223839293
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    Mis zozobras completas - El Moro Judío

    AGRADECIMIENTOS

    A Leslie, El Brazo Fuerte de esta historia.

    A Tico, mi Alter Ego.

    A Chiqui, el joven que seré cuando sea viejo.

    A Mi Mostita, el lado femenino que me domina.

    PRÓLOGO

    Si ya vamos a hacer las cosas mal, vamos a hacerlo bien, es lo que se me pasó por la cabeza cuando terminé de leer las Zozobras. ¿Habrá que tener miedo de unos cuantos errores ortográficos y de redacción?, ¿por unas cuantas invenciones algo bizarras y deformaciones chilango-costeñas? Sin temor a estar en lo cierto, pues yo tampoco tengo la menor idea, creo que no.

    Listo, ya hemos dejado atrás las posibles confusiones que la forma de la obra pudiera causarle a alguien. Ahora podemos acercarnos tranquilamente, sin parecer críticos, al contenido. Contrario a lo que se esperaría de un autor emergente, que quiere hacer su carrera en los círculos literarios, aquí no hay pudor intelectual, así que no hay que solicitarlo. Es el estilo cínico y crudo propio de la década de los 90’s en el DF, cuando se encontraba en el pico de su agonía la modernidad, lo que se saborea en la mayoría de las páginas.

    La época de los profetas de aquella modernidad se ha acabado, aunque algunos de aquellos mesías la hayan sobrevivido en carne, y todavía uno que otro en espíritu. Su máximo exponente, el Profeta del Nopal, quizá haya sido el que puso la última piedra sobre la tumba. A alguien le convino reconocer pronto la muerte de la época y rendir homenaje al cuerpo fresco y pulpitante de Rockdrigo en la estación del metro Balderas.

    El precipitado nacimiento y la estrepitosa caída de lo moderno estuvo marcada, cómo no, por el ‘Sex, Drugs and Rock n’ Roll" del famoso mecer y rodar. Sin embargo, tomando en cuenta el contexto histórico (el nopal sobre el que se posó el águila norteamericana), hubo quienes reconocieron mejor que nadie el espíritu del rocanrolero: los campesinos de provincia en la gran ciudad. ¿Qué le puede enseñar el más jodido de los gringos a los hijos y nietos de la Revolución? Si el rock es música de jodidos y miserables, pues pa’ jodidos nosotros; no llevamos más rock que mezcal en las venas. Ahora sí, caímos en blandito.

    Fue un gran tiempo de híbridos, quimeras, monstruos panzones y tísicos. De voces malévolas que crepitaban: este es un asalto chido..., desde la oscuridad para espantar a los nobles capitalinos; y si corres y te alcanzo te va peor jijoelachingada, así que afloja, cabrón. Era, verdaderamente, la revancha de la Revolución, que fue conformada por legiones de pinches indios prietos. Estos eslabones perdidos vinieron a ponerle orden a la Historia de México. A decir lo que nadie había dicho: todo está de la chingada y estamos que queremos reventar; y, ya que estamos, cáiganse con la feria, putitos.

    Los profetas vinieron y dijeron: ahí viene el tsunami; vivimos la euforia total y sanseacabó. Ahora llegamos

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