Mi bebé estrella
5/5
()
Información de este libro electrónico
Relacionado con Mi bebé estrella
Libros electrónicos relacionados
Cuando la muerte me enseñó a vivir Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl niño de preescolar en duelo: Guía para el adulto Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAprendiendo a Vivir Libre: O Aprendiendo a No Depender Calificación: 1 de 5 estrellas1/5Encontrando la salida Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesRenaSer Mamá Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDel amor propio al amor al otro: Habilidades para transitar la vida Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMaternar nos hará libres: Un camino de Amor y Poder para cambiar el mundo a través de la Maternidad e Infancia Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El despertar de la maternidad: Un recorrido íntimo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Sin latido: Entender y acompañar el duelo gestacional Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesBendita pena: Sanar a través del dolor y la pérdida Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El retorno de las mariposas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesRenacer sin ti Calificación: 1 de 5 estrellas1/5Salí a buscarme Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos Duelos Desautorizados Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Prometo No Morir Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHijos adultos de padres emocionalmente inmaduros: Como recuperarse del distanciamiento, del rechazo o de los padres autoinvolucrados Calificación: 5 de 5 estrellas5/5A pesar de ti, vencí Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl cristal roto Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cuando tu boca calla, EL CUERPO HABLA: Las huellas que nadie vio detrás del abus Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Elige Con Éxito “Soltero, Viudo O Divorciado” Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAl otro lado del amor Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cuento de dos cafés descafeinados Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Guía S.O.S para Lidiar con Padres Tóxicos o Inmaduros: Cómo Tratar con Padres Tóxicos, Narcisistas o Inmaduros Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones#Metoo: Nunca es tarde para superar un abuso sexual Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLo que tantas veces te dije Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesQuiéreme Rota Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAmor infinito: Cuando la vida y la muerte se dan la mano Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Guía de Supervivencia para Madres Solteras: Cómo Navegar la Vida y Triunfar sin Complejos como Madre Soltera Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCómo afrontar una pérdida Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Biografías y autobiografías para jóvenes para usted
África, tierra de milagros Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Así hice 5 cortometrajes Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMalala Yousafzai: La chica que alzó la voz a favor de los derechos de los niños Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesJ.K Rowling: La escritora que ha conquistado el mundo con la fantasía Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMessi: La Leyenda de Oro Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCárceles sin rejas: La historia real de Mónica O. Calificación: 3 de 5 estrellas3/5El inspector Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLas hazañas del brigadier Gerard Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Julio César Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa dama de Panamá Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMás allá de Libido Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPensamiento Pedagógico Musical Latinoamericano: César Tort, México. Cuadernos de reflexión Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa mano de Dios al timón Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Amadeus Mozart: El gran genio de la música clásica Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLolita contra el lobo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Afilador Vol. 5: Artículos y crónicas ciclistas de gran fondo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Por el camino de Swann Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El mejor alcalde, el Rey Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl filósofo autodidacta Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCadenas en China Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Tú Puedes llegar a ser un nobel. 7 claves que marcan la diferencia en la literatura: Tú puedes llegar a ser un nobel, #1 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Armónico: Mi Historia de una Forma Viviente Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones101 preguntas acerca de Elena G. de White y sus escritos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Sobre la relación entre Hegel y Marx Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHistorias de mi abuela: Recuerdos felices acerca de Elena G. de White Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Me llaman heroe (They Call Me a Hero): Recuerdos de mi juventud Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Notas biográficas de Elena G. de White: La trayectoria de una mujer de visión Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPrometo No Morir Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMonarquía Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAire encantado (Enchanted Air): Dos culturas, dos alas: una memoria Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Comentarios para Mi bebé estrella
2 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Mi bebé estrella - Luisa López Gutiérrez
Prólogo
El mundo cambió
Mi embarazo feliz
Parir a oscuras
El protocolo en la muerte perinatal
Preparada para dar a luz a mi bebé sin vida
Adiós bebé
10 frases que no querría haber escuchado sobre mi duelo
La habitación del príncipe
La pareja: mucho más que un equipo
Todo lo que aprendí de ti
Lo que le pasó a mi niño en un sobre
Volver a la vida
Los hombres de negro
La nueva vida
Primerizos
Papi, ¿me cuentas un cuento?
Agradecimientos
PRÓLOGO
Soy consciente de que el honor de escribir este prólogo se debe principalmente a mi actividad profesional. Sin embargo, tras varios infructuosos intentos de escribir un texto como médico, he terminado por asumir que es una tarea imposible y las siguientes líneas no son más que el punto de vista de un padre que también trabaja como médico de recién nacidos.
A menudo se dice que la medicina es la más científica de las humanidades y la más humana de las ciencias. Esta frase es interpretada en ocasiones como una advertencia sobre el factor humano que necesariamente está presente en muchas de nuestras decisiones. Sin embargo, yo prefiero verla como una llamada a las virtudes de empatía, comprensión, acompañamiento, respeto… humanidad, en definitiva, que son necesarias en el ejercicio de la medicina. Siendo esto cierto en todos y cada uno de los actos médicos, desde el más simple al más complejo, si tuviese que elegir uno en el que esa humanidad cobra especial importancia, sin duda sería la muerte de un hijo.
La muerte perinatal engloba el final de la gestación y los primeros días de vida. Por tanto, la atención a este período en el ambiente hospitalario se lleva a cabo por distintos profesionales, entre los que destacan los obstetras, las enfermeras, los pediatras y los especialistas en salud mental. Como neonatólogo, forma parte de mi día a día tratar con la muerte perinatal. En concreto, con esa primera semana de vida, o incluso esos primeros 28 días que incluyen algunas definiciones del período perinatal. Desde mis inicios en la pediatría, hace ya unos 15 años, fui consciente de una de las limitaciones que tenía mi formación académica como médico y que, probablemente, sea extensible a muchos de mis compañeros: los médicos nos formamos para curar, nuestro objetivo principal es la vida, y es solo cuando nos incorporamos a la realidad de la vida profesional cuando empezamos a ser conscientes de que tratar la muerte forma también parte de nuestro trabajo. Durante los años de formación MIR, el contacto con la muerte es constante pero relativo, dado que habitualmente hay compañeros adjuntos, con mayor experiencia y responsabilidad, que adquieren el papel protagonista en la gestión de la información. Probablemente por mi propia culpa, dado que mi formación en el Servicio de Pediatría del CHUAC fue en lo demás excelente, acabé la residencia con unas habilidades adquiridas que, de nuevo, obviaban la realidad que en los años siguientes me encontraría. Muy pronto en mi carrera como médico adjunto, fui consciente de mis carencias en la información médico-paciente y todavía retumban en mi cabeza frases que escuché de boca de algunas madres. Como aquella madre a cuyo bebé se le había diagnosticado un Síndrome de Down quejándose de que nunca nadie le había dado la enhorabuena por tener un hijo. O aquella madre con un gran prematuro haciéndonos ver la incongruencia de referirnos a su hija como el feto
tan solo unos días antes de que naciese y empezásemos a llamarla por su nombre de pila. Sin embargo, nada me hizo recapacitar más en mis carencias como pediatra que aquella llamada de mi compañero ginecólogo una madrugada por un mal registro fetal, que terminó con un bebé en la cuna de reanimación en la que todos los intentos por recuperar sus signos vitales resultaron infructuosos. Informé a ese padre en un lugar inadecuado, un pequeño despacho abierto con tan solo una silla. No preparé las palabras que le quería decir, no le ofrecí ni las mínimas condiciones que uno necesita en una situación como esa. Pasados los minutos, rehuí mi obligación de informar a la madre una vez recuperada de la anestesia y dejé esa labor en manos de mi colega obstetra, en teoría más experimentado que yo. Nunca volví a ver a esos padres. Mil y una veces me he echado en cara haber actuado tan mal en ese momento y esta es la primera vez que expreso este sentimiento de una forma tan clara. Siento que nunca podré devolverle a esa familia lo que le quité hace más de diez años, pero me gustaría que supiesen que su hijo, en su corta vida, consiguió enseñarme mucho y que su simple existencia ha ayudado a muchas otras familias. En los siguientes años mi gran empeño fue mejorar la manera en la que afrontaba la información a las familias, en especial en lo relacionado con la muerte. Como médico, uno nunca deja de aprender, pero no temo equivocarme cuando digo que hoy soy mejor médico porque he aprendido a afrontar mejor la