Zodíaco: Una historia milenaria
Por Franz Cumont
()
Información de este libro electrónico
Franz Cumont
Franz Cumont (Aalst, 1868 - Bruselas, 1947) fue un destacado arqueólogo, historiador, filólogo y estudioso de la epigrafía. Revolucionó la Historia de las religiones al integrar en ella otras especialidades, poniéndolas al servicio del análisis de las prácticas mistéricas de la Antigüedad tardía.
Relacionado con Zodíaco
Títulos en esta serie (31)
El elogio de la sombra Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El elogio de la sombra Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Sobre la mejora de la Buena Nueva: El quinto Evangelio según Nietzsche Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl elogio de la sombra Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El elogio de la sombra Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesChuang-tzu Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Cómo ser europeos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Caminar en un mundo de espejos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Sobre la mentira, el disimulo y la sinceridad Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El alma de Hegel y las vacas de Wisconsin: Una reflexión sobre música culta y modernidad Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Leer contra la nada Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El amor es la felicidad del mundo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El arte de callar Calificación: 4 de 5 estrellas4/5De profundis Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Amor fati. Siete ensayos sobre Bergen-Belsen Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos Alpes en invierno: Ensayos sobre el arte de caminar Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesContra el fin de siglo Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Breve historia del mito Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Un cambio de rumbo: Rosa Luxemburgo y Hannah Arendt Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesTacet: un ensayo sobre el silencio Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La orilla celeste del agua: Un ensayo sobre la realidad que está fuera de los mapas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La plata y el Pacífico: China, Hispanoamérica y el nacimiento de la globalización, 1565-1815 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesVacío y plenitud: El lenguaje de la pintura china Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesZodíaco: Una historia milenaria Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesBreviario del viejo corredor Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHijos de Ápate: Breve filosofía de la verdad, la posverdad y la mentira Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa piel bajo el mármol: Diosas y dioses del mundo clásico Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa resquebrajadura Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Ensayo sobre el gusto: En las cosas de la naturaleza y el arte Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSomos un cuerpo herido: Hipatia y Catalina de Alejandría Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Libros electrónicos relacionados
Cosmologías de India: Védica, samkhya y budista Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMitología griega Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUn cielo pluscuamperfecto: Copérnico y la revolución del cosmos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La simbología de la Luna y el hombre mesoamericano Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Mitología e historia del arte: Tomo I: De Caos y su herencia. Los Uránidas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Firmamentos perdidos: Arqueoastronomía: las estrellas de los pueblos antiguos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAstronomía para astrólogos: Un paseo científico por el sistema solar para poner a prueba el zodíaco Calificación: 2 de 5 estrellas2/5Historia del dónde: En busca de los confines del mundo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesBreve historia de la astronomía N.E. color Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEgipto a la luz de una teoría pluralista de la cultura Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Las mil caras de la luna Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Arte de Leer el Cielo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La mente diáfana: Historia del pensamiento indio Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl Egipto de los magos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa actualidad del hermetismo: El mensaje de Louis Cattiaux Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPeregrinos de la belleza: Viajeros por Italia y Grecia Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Astrología de los Futuros Reyes de España Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSuite romántica Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSobre la eternidad del mundo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSobre el Sol. Sobre el Lumen Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El sueño de la Luna Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl símbolo renovado: A propósito de la obra de Louis Cattiaux Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El final de la Elegía: Lectura de Rilke Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPoíesis y cosmopolítica de los oráculos griegos: Otra historia de la adivinación antigua y su recepción moderna Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLas bodas de Cadmo y Harmonía Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La piel bajo el mármol: Diosas y dioses del mundo clásico Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAdivina, o te devoro: El enigma de los símbolos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesViaje a un planeta Wu-Wei Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa luna: Influjo, arte y pensamiento Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Romaníes Egipcios: La Esencia de Hispania Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Arte para usted
La simiente de la serpiente Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Historia sencilla de la música Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Todo sobre la caligrafía Calificación: 2 de 5 estrellas2/5Gran curso de dibujo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Egipto Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Batman, el héroe: La trilogía de Christopher Nolan Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Anatomía artística: Método para aprender, dominar y disfrutar los secretos del dibujo y la pintura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Manual Del Estilista Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHistoria sencilla del arte Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El affaire Arnolfini: Investigación sobre un cuadro de Van Eyck Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Cabeza y retrato: Método para aprender, dominar y disfrutar los secretos del dibujo y la pintura Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Esquemas de Iluminación: 15 diagramas que te ayudarán a tomar una gran fotografía Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Mermeladas y otras conservas: Las mejores recetas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Todo sobre la anatomía artística Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Dibujar Animales Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La vida cotidiana en Roma Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Despierta al Artista: Quítate el miedo a empezar y encuentra tu voz artística. Libro para creativos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Dibujar Gatos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Guía completa de materiales y técnicas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Aprende a promocionar tu trabajo: 10 recursos para artistas, diseñadores y creativos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Vincent Van Gogh y obras de arte Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La hija del rey del País de los Elfos Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Guía para principiantes. Pintura de figura humana Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Leonardo da Vinci y obras de arte Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Diario de Frida Kahlo: Nueva Mirada Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El arte de vender tu arte Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Mujeres en el arte: 50 Intrépidas creadoras que inspiraron al mundo Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Nagori: La nostalgia por la estación que termina Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Comentarios para Zodíaco
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Zodíaco - Franz Cumont
Edición en formato digital: enero de 2023
Título original: Zodiacus
© De la traducción, Lorenzo Luengo
Diseño gráfico: Gloria Gauger
© Ediciones Siruela, S. A., 2023
Todos los derechos reservados. Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.
Ediciones Siruela, S. A.
c/ Almagro 25, ppal. dcha.
www.siruela.com
ISBN: 978-84-19553-34-8
Conversión a formato digital: María Belloso
Índice
Orígenes
I Difusión del zodíaco
Egipto
La esfera bárbara
Transmisión a los pueblos asiáticos
Grecia
Roma
II Las representaciones del zodíaco
Monumentos astronómicos
Monumentos astrológicos
Los calendarios, los doce meses y los doce dioses
Monumentos religiosos
El zodíaco y la magia
Los zodíacos decorativos
El zodíaco en la época cristiana
III Tipo, características e influencia de los doce signos
Bibliografía
El zodíaco es la zona de la esfera celeste donde parecen moverse los planetas que conocían los ancestros y que se extendía por seis grados¹ —en realidad más de siete— de cada lado de la eclíptica, la trayectoria del Sol. Esta banda oblicua (λόξος, κύκλος), es decir, inclinada respecto al ecuador, se divide en doce partes iguales o dodecatemorias (δωδεκατημόρια), cada una de las cuales corresponde aproximadamente a una constelación, y es a esos doce signos, signa o ξώδια, a que debe su nombre el zodíaco (ξωδιακός κύκλος, signifer orbis, zodiacus)². Dado que los astrónomos situaban el comienzo del año en el equinoccio de primavera, en Aries, este fue universalmente considerado el primero de los doce signos, que son:
Aries (Κριός, Aries), Tauro (Ταΰρος, Taurus), Géminis (Δίδυμοι, Gemini), Cáncer (Καρκίυος, Cancer), Leo (Λέων, Leo), Virgo (Παρθένος, Virgo), Libra (Ζυγός, Libra), Escorpio (Σκόρπιος, Scorpio), Sagitario (Τοξότης, Sagittarius), Capricornio (Αίγόκερως, Capricornus), Acuario (Ύδροχόος, Aquarius), Piscis (Ίχθύες, Pisces).³ Sus nombres han sido reunidos en dos versos mnemónicos⁴:
Sunt Aries, Taurus, Gemini, Cancer, Leo, Virgo,
Libra, Scorpius, Arcitenens, Caper, Amphora, Piscis.
¹ Manilio, Astronomica, I, 680: «Se extiende trescientos sesenta grados en longitud y doce en anchura, en la que encierra los planetas de variadas órbitas». [trad. Francisco Calero y María José Echarte, Barcelona, Gredos, 2002].
² Lucrecio, De rerum natura, V, 690; Cicerón, De divinatione, II, 42, 89: signifero in orbe qui graece ζωδιακός dicitur; Cicerón, Carmina Aratea, 317. Véase también circulus zodiacus o signifer (Gelio, Noctes Atticae, XIII, 9, 6; Apuleyo, Metamorphoseon, XI, 26), signorum circulus (Manilio, Astronomica, III, 225, etc., cf. Thesaurus linguae latinae, s. v. «Circulus», col. 1109, 55); Balteus stellatus, cf. supra, p. 17 e infra, n. 174. El griego también dice ζωδίων κύκλος (Arato, Phaenomena, 544: «a este círculo le dan el sobrenombre de zodíaco» [trad. Esteban Calderón Dorda, Barcelona, Gredos, 1993] así como ζωοφόρος κύκλος a resultas de una falsa etimología estoica, que veía en ello el círculo de la vida, ζωή (Bouché-Leclercq, L’Astrologie grecque, p. 125, n. 2; 408, n. 3; Maass, Die Tagesgötter, 1902, p. 122-ss). Ζώδιον, al igual que στοιχέίον, designa toda constelación, independientemente de que pueda formar parte del zodíaco (Maass, loc. cit.); parece tratarse de una traducción del caldeo y sirio dmû, dmûthâ: «forma, figura, asterismo.»
³ Los signos gráficos , etcétera, que todavía hoy usamos para las constelaciones del zodíaco, ya se empleaban en los papiros y se remontan al menos a la época helena.
⁴ Estos versos tan frecuentemente citados no son, sin embargo, antiguos; cf. Ausonii Opuscula, p. 413 en la edición (7ª) de Rudolph Peiper (Leipzig, 1886).
Orígenes
Cuando la expedición de Bonaparte en Egipto brinda el descubrimiento, en los templos del Valle del Nilo, concretamente en Esna y Dendera, de varias representaciones zodiacales acompañadas de unas figuras enigmáticas, en un principio se atribuyó a estos bajorrelieves una antigüedad fabulosa, que los situaba a 15.000 o 17.000 años antes de nuestra era⁵. En 1821, el zodíaco de Dendera, considerado el monumento más venerable de la astronomía de los ancestros, fue trasladado a París. Pero, tras una célebre controversia, la crítica de Letronne despojó a estos zodíacos egipcios del falso prestigio del que habían sido revestidos y demostró, al mismo tiempo que su carácter astrológico, su fecha tardía, que en ninguno de los casos es anterior a la época romana⁶. «Lejos de albergar», concluía Letronne, «como así se había prometido, el secreto de una ciencia perfeccionada mucho antes del diluvio, lo cierto es que dichas representaciones no son más que la expresión de absurdas ensoñaciones y la prueba viviente de una de las debilidades que más han deshonrado el espíritu humano.»
Hoy está demostrado que el origen del zodíaco no debe buscarse en Egipto sino en Babilonia. Entre las figuras que este país grabó sobre las estelas (kudurru), cuya fecha se remonta al siglo XIV antes de nuestra era, se han identificado con total certeza las de Escorpio, Sagitario (fig. 14, p. 82), Piscis, Capricornio, Virgo, mientras que algunos otros signos —Aries, Leo, Acuario, Géminis—, han sido reconocidos en estas estelas o en las joyas procedentes de Mesopotamia con suficiente verosimilitud⁷. Los monstruos dimórficos que todavía aparecen en nuestros mapas celestes, como Capricornio, mitad cabra mitad pez, o Sagitario, un centauro que tira al arco, son, pues, productos de la imaginación oriental, que creyó verlos, junto con las imágenes de los dioses o de los animales sagrados, en los intrincados dibujos que forman las estrellas en la cúpula del firmamento. Otros asterismos, como Ophiuchus, el hombre que agarra una serpiente, se encuentran en los kudurru al lado de los del zodíaco, pero la astrología dio a estos últimos una importancia especial debido a que los planetas transitaban por ellos. En efecto, entre los numerosos presagios que se desprendían del aspecto o de la posición de los astros, los proporcionados por el curso de los planetas en el seno de las constelaciones que atraviesan la eclíptica ya eran considerados especialmente significativos. Esto es lo que se desprende de numerosas observaciones anotadas sobra las tablillas de la biblioteca de Asurbanipal (siglo VII a. C.)⁸
Podemos, pues, dar por cierto que al menos la mayor parte de nuestros signos del zodíaco se corresponde con la que ya habían trazado en el cielo, en un período antiquísimo, los sacerdotes astrónomos de Babilonia. Menos sencillo resulta establecer la época en la que estos signos fueron relacionados con una división de la eclíptica en doce partes iguales de treinta grados, cada una de las cuales recorría el Sol en un mes⁹. Porque, como ya señalan los ancestros¹⁰, las doce casillas regulares así determinadas no coinciden más que de manera harto aproximada con los signos, de muy desiguales dimensiones, de los que toman sus nombres; pero —y esto es lo único que aquí nos importa— los caldeos (Χαλδαίοι),