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Sobre el Sol. Sobre el Lumen
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Libro electrónico365 páginas3 horas

Sobre el Sol. Sobre el Lumen

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Los textos "Sobre el Sol"y "Sobre el Lumen" se sitúan como una invitación del filósofo italiano a que observamos detenidamente y con una mirada nueva algo tan cotidiano como la imagen del Sol y la naturaleza de la luz, para que, de esta manera, nos asombraremos de lo que pueden decirnos acerca del universo, de su procedencia divina y de nuestra propia vida en el universo. En efecto, el texto intenta ejercitarnos en la suspensión momentánea de esa mirada cotidiana que juzga y encuentra el mundo siempre igual y que, por ello mismo, no encuentra nada nuevo en un horizonte perdido en la monotonía de un universo predecible y ordinario, para que, a través del juego de analogías, alegorías y metáforas, descubramos lo que la imagen del Sol y el fenómeno de la luz encierran en sí para aquellos que deseen renovar su visión de las mismas.

En la precedente edición hemos invertido el orden de los tratados para ayudar a la comprensión de los mismos. Ambos opúsculos tienen como misión una elevación de la mirada interior hacia realidades superiores que se hallan ocultas o simbolizadas en las imágenes sensibles del Sol y de la luz y que una visión interpretativa más profunda puede revelarlas y esclarecerlas.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento11 jul 2016
ISBN9786077588931
Sobre el Sol. Sobre el Lumen
Autor

Marsilio Ficino

Marsilio Ficino wird 1433 in der Toskana als Sohn des Leibarztes von Cosimo de Medici geboren, der lebenslang sein Gönner und Förderer bleibt. Nach dem Studium der Philosophie und Medizin in Pisa und Florenz beginnt er das Studium des Griechischen und übersetzt neben platonischen Texten auch einige neuplatonische.Um 1469 entsteht Über die Liebe oder Platons Gastmahl, in dem gelehrte Florentiner während eines Gastmahls am Leitfaden von Platons Symposion sieben Reden über die Liebe im platonischen Sinne halten. Den Gegenstand dieser Erörterungen in literarischer Form bilden unterschiedliche Bereiche der Liebe: die Herkunft des Eros, die Empfindungen der Liebenden, die Formen und Erscheinungen der Schönheit, die Art und Weise des Verliebens und viele andere. Ficinos movens dabei ist die Ausarbeitung einer „philosophischen Religion“, die in der Versöhnung platonischen Denkens mit der Christentum ihre Aufgabe sieht, da letztlich die platonische Liebe eine Liebe zu Gott sei. Dem Werk ist bis in 17. Jahrhundert hinein große Aufmerksamkeit zuteil geworden.Die platonische Theologie über die Unsterblichkeit der Seele wird 1474 vollendet, und ist der weiteren Ausführung der „philosophischen Religion“ gewidmet. Die Wirkung des Werks auf die Renaissancephilosophie war erheblich und bestimmt die Rezeption des Neu-Platonismus bis hin zu Hegel.Ficino stirbt 1499 in Florenz.

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    Sobre el Sol. Sobre el Lumen - Marsilio Ficino

    Esta colección bifronte ofrece, en una de sus caras, una serie de textos fundadores del pensamiento renacentista (correspondientes a la Antigüedad Tardía, el Medioevo y al propio Renacimiento) en su traducción al castellano.

    Su segundo rostro se conforma por estudios especializados sobre los textos, temas y problemas del pensamiento renacentista que abarcan la historia de la filosofía, el humanismo, la dignidad del hombre, la unidad del bien y la belleza, el pensamiento mágico-astrológico y el pensamiento poético, entre otros muchos.

    Jano se propone, con ello, poner a disposición del lector las fuentes y las herramientas para adentrarse, desde un enfoque plural, en el conocimiento y el estudio de las tradiciones que se cultivan en el Renacimiento.

    Comité editorial Colección Jano

    Massimo Riva. Brown University

    Marie-Elisabeth Boutroue. Centre National de la Recherche Cientifique

    Laura Benitez Grobet. Instituto de Investigaciones Filosóficas,

    UNAM

    Ernesto Priani Saisó. Facultad de Filosofía y Letras,

    UNAM

    María Teresa Rodriguez. Facultad de Filosofía y Letras,

    UNAM

    Dino Buzzetti. Universidad de Bologna

    Próximos títulos

    Maria Teresa Rodríguez

    Ficino y Pico: Controversias sobre el amor

    Ernesto Priani Saisó, coordinador

    Sobre la eternidad del mundo

    Marsilio Ficino, Pico della Mirandola

    Epistolario

    Pico della Mirandola

    Comentario a una canción de amor de Bieniviene

    Sobre el Sol

    y

    Sobre el Lumen

    Por Marsilio Ficino

    Traducción de Alejandro Flores Jiménez

    Presentación de Ernesto Priani Saisó

    Los derechos exclusivos de la edición quedan reservados para todos los países de habla hispana. Prohibida la reproducción parcial o total, por cualquier medio conocido o por conocerse, sin el consentimiento por escrito de los legítimos titulares de los derechos.

    Primera edición: noviembre de 2013

    De la presente edición:

    © Bonilla Artigas Editores, S.A. de C.V., 2013

    Cerro Tres Marías número 354

    Col. Campestre Churubusco, C.P. 04200

    México, D. F.

    editorial@libreriabonilla.com.mx

    www.libreriabonilla.com.mx

    ISBN 978-607-7588-93-1 (libro electrónico)(Bonilla Artigas Editores)

    Responsables en los procesos editoriales en Bonilla Artigas Editores:

    Cuidado de la edición: Andrea López

    Coordinación editorial: Felipe Campos Gutiérrez

    Diseño de portada: Teresita Love

    Hecho en México

    Presentación

    Estudio introductorio

    Marsilio Ficino

    a) Génesis del tratado dentro del marco del desarrollo intelectual de Ficino

    b) Las fuentes de inspiración

    c) De lux y de lumen

    d) El círculo divino de la luz

    e) La luz y el gozo del cielo y el espíritu

    f) Manuscritos y Ediciones

    Bibliografía

    a) Obras de Ficino y filósofos que aparecen en el texto

    b) Estudios en libros y revistas especializados y bibliografía complementaria

    c) Diccionarios y léxicos utilizados

    Sobre el Sol

    Proemio de Marsilio Ficino al Libro sobre el Sol para el magnánimo Piero de Medici

    Capítulo I

    Palabras de Marsilio Ficino al lector, que este libro es alegórico y anagógico más bien que dogmático

    Capítulo II

    De qué modo la luz del Sol es semejante al Bien mismo, es decir, a Dios

    Capítulo III

    El Sol es el iluminador, el Soberano y el moderador de los cielos

    Capítulo IV

    Condiciones de los planetas respecto al Sol

    Capítulo V

    La virtud del Sol en las generaciones y los tiempos, en el nacimiento y en todas las cosas

    Capítulo VI

    Alabanzas de los Antiguos al Sol y de qué modo todas las fuerzas de las cosas celestes están en el Sol y provienen del Sol

    Capítulo VII

    Disposiciones de los signos y los planetas respecto al Sol y la Luna

    Capítulo VIII

    Los Planetas concordes al Sol y la Luna son felices, los discordes al contrario. De igual forma, saludan en cierto modo al Sol y a la Luna

    Capítulo IX

    El Sol es estatua de Dios. Comparación del Sol con Dios

    Capítulo X

    El Sol fue creado primero y en medio del cielo

    Capítulo XI

    Los dos lúmenees del Sol. El oficio de Apolo. Los grados de los lúmenes. El Sol representa todas las cosas divinas

    Capítulo XII

    La similitud del Sol con la divina trinidad y con los nueve ordenes de los ángeles. Y también sobre las nueve majestades divinas en el Sol y las nueve Musas alrededor del Sol

    Capítulo XIII

    Que el Sol no debe ser adorado como autor de todas las cosas

    Sobre el Lumen

    Proemio del florentino Marsilio Ficino al libro Sobre el Lumen para el magnánimo Piero de Medici

    Capítulo I

    Qué es el lumen en el cuerpo del mundo, en el Alma y en Dios: examen en todos sentidos del florentino Marsilio Ficino

    Capítulo II

    Descripción del lumen visible

    Capítulo III

    Nada es tan claro que el lumen y Dios, nada más obscuro

    Capítulo IV

    El lumen inteligible es causa de las cosas inteligibles, el visible de las visibles

    Capítulo V

    Lumen visible, racional, inteligible y divino

    Capítulo VI

    Por cuáles razones ascendemos de la luz visible a la invisible

    Capítulo VII

    Los ojos celestes de las divinidades sonríen al gozo de las mismas y se regocijan en su resplandor y movimiento

    Capítulo VIII

    La risa de cielo que emana del gozo de las divinidades, esto es, el lumen que fomenta y deleita todas las cosas

    Capítulo IX

    El lumen es incorpóreo y es forma, o bien acto de la naturaleza celeste. Puede existir sin un cuerpo sujeto y está por doquiera; incluso bajo la tierra al mismo tiempo que con lo diáfano

    Capítulo X

    Una cosa es el lumen, otra el calor y, además, el lumen antecede al calor

    Capítulo XI

    El lumen no es cualidad de lo iluminado, sino que es acto de lo que ilumina. Ni tampoco se mezclan los lúmenes. El lumen es vínculo del universo

    Capítulo XII

    El lumen imita a Dios; los grados del lumen, de los colores de las ciencias. El número siete y el nueve

    Capítulo XIII

    El lumen es algo casi espiritual. Los espíritus son ciertos lúmenes. La similitud del lumen con el alma y con los ángeles

    Capítulo XIV

    El lumen en Dios, en el ángel, en la razón, en el espíritu, en el cuerpo

    Capítulo XV

    Las almas, aunque sean llamadas lúmenes, no pueden disolverse en una sola, cual si fueran un lumen común

    Capítulo XVI

    El lumen es casi una divinidad visible, que refiere a Dios y que nos conduce gradualmente hacia las costumbres y cosas divinas

    Capítulo XVII

    Sobre el estado de los beatos, bajo el lumen divino y también de los miserables

    De sole

    Marsilii Ficini In librum de Sole ad magnanimum Petrum Medicem, Prooemium

    Cap. I

    Marsilii FiciniVerba ad lectorem, librum hunc allegoricum et anagogicum esse potius quam dogmaticum

    Cap. II

    Quomodo Solis lumen sit ipsi bono scilicet Deo, simile

    Cap. III

    Sol coelestium illuminator et Dominus atque moderator

    Cap. IIII

    Conditiones Planetarum ad Solem.

    Cap. V

    Virtus Solis in generationibus atque temporibus, in genesi et in omnibus

    Cap. VI

    Antiquorum laudes in Solem, et quomodo coelestium vires in Sole, et a Sole sunt omnes

    Cap. VII

    Dispositiones signorum et planetarum circa Solem atque Lunam

    Cap. VIII

    Planetae concordes cum Sole et Luna sunt felices, discordes contra. Item quomodo salutant Solem atque Lunam

    Cap. IX

    Sol statua Dei. Comparatio Solis ad Deum

    Cap. X

    Sol primo creatus, et in medio coelo

    Cap. XI

    Duo Solis lumina. Apollinis munus. Gradus luminum. Sol divina omnia refert

    Cap. XII

    Similitudo Solis ad trinitatem divinam, et novem ordines angelorum. Item de novem numinibus in Sole, et novem Musis circa Solem

    Cap. XIII

    Solem non esse adorandum tanquam rerum omnium authorem

    De lumine

    Marsilii Ficini Florentini in librum de Lumine Ad magnanimun Petrum Medicem prooemium

    Cap. I.

    Marsilii Ficini Florentini, quid sit lumen in corpore mundi, in anima, in Deo, discursio per omnes sensus

    Cap. II.

    Descriptio luminis visibilis

    Cap. III.

    Nihil clarius quam lumen ac Deus, nihil obscurius

    Cap. IIII.

    Lux intelligibilis est intelligibilium causa, visibilis visibilium

    Cap. V.

    Lumen visibile, rationale, intelligibile, divinum

    Cap. VI.

    Quibus rationibus a luce visibili ad invisibilem ascendamus

    Cap. VII.

    Ad numinum gaudium coelestes ipsorum oculi rident, splendore motuque gestiunt

    Cap. VIII.

    Risus coeli ex numinum gaudio proficiscens, id est, lumen omnia fovet atque delectat

    Cap. IX.

    Lumen est incorporeum, est forma imo actus naturae coelestis. Esse potest sine corpore subdito, est ubique; etiam sub terris una cum diaphano

    Cap. X.

    Aliud lumen est, aliud calor, atque lumen antecedit calorem

    Cap. XI.

    Lumen non sit illuminati qualitas, sed est actus illuminantis. Neque lumina confunduntur. Lumen est vinculum universi

    Cap. XII.

    Lumen imitatur Deum, gradus luminum, colorum scientiarum. Numerus septenarius atque novenarius

    Cap. XIII.

    Lumen est quasi spiritale quoddam. Et spiritus sunt lumina quaedam. Similitudo luminis ad animam atque angelos

    Cap. XIIII.

    Lumen in Deo, in angelo, in ratione, in spiritu, in corpore

    Cap. XV.

    Animae et si nominantur lumina, tamen in unum quasi commune lumen resolvi non possunt

    Cap. XVI.

    Lumen est quasi visibile numen, et Deum referens, et nos gradatim ad mores, et divina perducens

    Cap. XVII.

    De statu beatorum, sub divino lumine, atque miserorum

    Ernesto Priani Saisó

    ¿Alguna vez te has maravillado de la naturaleza de la luz solar, de su capacidad para iluminar y calentar todo? ¿Te has preguntado que pasaría si no existiera? La luz, que diariamente nos envuelve durante el día, es causa de que exista un mundo visible ante nuestros ojos, de que veamos sus colores y sus formas, así como de que el mundo reciba el calor y la energía que son indispensables para la generación de la vida y su conservación, pues, de lo contrario, todo lo cubriría la obscuridad y, lo que es más grave aún, no habría vida en nuestro planeta. Sin embargo, nosotros estamos tan acostumbrados a la luz y a la vida que no solemos preguntarnos por la naturaleza de estas realidades tan cercanas y comunes que nos acompañan a donde quiera que vayamos, pues la vida nos es algo muy íntimo y propio en tanto seres vivos, mientras que la luz parece algo de lo que nuestra propia vida jamás carecerá en tanto que, día tras día, el Sol colma nuestro mundo de luz, a tal grado que su actividad no sólo nos parece constante, sino que su ausencia nos parece imposible.

    Así pues, dada esta cotidianidad de la actividad del Sol y de la familiaridad que tenemos con la luz, los humanos perdemos de vista su trascendencia y absoluta necesidad en la conformación de la vida del universo, ya que no sólo hallamos el fenómeno luminoso en la actividad del gran astro solar, sino también en las estrellas, en las reacciones químicas, en la luz eléctrica o, incluso, si cerramos los ojos, nos daremos cuenta de que los recuerdos, las fantasías y las imágenes que pasan ante nuestra mirada interior o los sueños nocturnos y fantasías diurnas aparecen coloreadas por una cierta luz que, si bien no es la solar, ilumina y hace perceptibles tales imágenes a nuestra percepción interior. También está el hecho de que cuando entendemos una idea o conocemos algo solemos decir que nos iluminamos, o que lo entendemos con claridad, nitidez, transparencia, lucidez, etc., expresando con ello que hay una cierta luz intelectual que es propia de los conocimientos y las ideas que comprendemos. En consecuencia, el texto presente tratará de dar cuenta de la excepcionalidad de algo tan familiar como la luz e, incluso, nos enseñará la diferencia que para los latinos había entre la luz y su lumen, la cual es análoga a la que hay, por ejemplo, entre el agua y el río (en latín flumen), pues tal como el río es el medio o vehículo mediante el cual se desplaza el agua, del mismo modo el lumen es el medio o vehículo por el que se expande la luz. Tal distinción nos permitirá abrir aún más los cerrojos de los misterios que encierra la luz que todos experimentamos a diario y que Ficino declara en estos opúsculos.

    ¿Y qué resta decir de la principal fuente de luz de nuestro mundo, el propio Sol, centro del sistema planetario tal y como lo concebimos hoy y principal planeta en el universo cerrado que concebía Ficino? En efecto, el Sol, recorriendo la eclíptica conformada por el zodiaco, lleva luz y calor a todas partes, rige las estaciones del año, las noches y los días, y vivifica todo a su paso, razones por las que Ficino, siguiendo en esto a Platón (República, 508c), no dudó en llamarlo imagen del propio Dios o de la Bondad divina en tanto que, para Ficino, tal como Dios ha distribuido todos los bienes y la existencia a todos los seres del universo o, más particularmente, la verdad de las ciencias a los hombres, del mismo modo el Sol distribuye en nuestro mundo la luz y el calor y todos los bienes que estos conllevan. Fue esto lo que llevo a Ficino a escribir el opúsculo Sobre el Sol y a reafirmar en varios lugares de lo que Platón ya había dicho sobre el Sol y su luz: Contemplando estas cosas muy diligentemente nuestro divino Platón, llamó al Sol hijo visible del Bien mismo. Igualmente, juzgó que el Sol es la estatua manifiesta de Dios en este templo mundano, colocada por el propio Dios, que debe ser admirada por los que la contemplan por todas partes más que las restantes cosas (Ficino, Sobre el Sol,

    IX

    ).

    De este modo, el texto Sobre el Sol y sobre el Lumen se sitúa como una invitación del filósofo italiano a que observamos detenidamente y con una mirada nueva algo tan cotidiano como la imagen del Sol y la naturaleza de la luz, para que, de esta manera, nos asombraremos de lo que pueden decirnos acerca del universo, de su procedencia divina y de nuestra propia vida en el universo. En efecto, el texto intenta ejercitarnos en la suspensión momentánea de esa mirada cotidiana que juzga y encuentra el mundo siempre igual y que, por ello mismo, no encuentra nada nuevo en un horizonte perdido en la monotonía de un universo predecible y ordinario, para que, a través del juego de analogías, alegorías y metáforas, descubramos lo que la imagen del Sol y el fenómeno de la luz encierran en sí para aquellos que deseen renovar su visión de las mismas, pues, tal como nos increpa el propio Ficino:

    Ineptos admiramos demasiado toda aquella cosa de menor importancia con tal que sea rarísima, pero ciegos, al tiempo que ingratos, desde hace tiempo dejamos de admirar las cosas habituales, pero que son de suma importancia. […] Nadie admira cuán justo es el Sol, cuán incomparablemente supera todas las cosas, que es genitor y moderador de todo; que el Sol alegra las cosas tristes, vivifica las que aún no viven, resucita las ya muertas. (Ficino, Sobre el Sol,

    XII

    ).

    En la precedente edición hemos invertido el orden de los tratados para ayudar a la comprensión de los mismos. Ambos opúsculos tienen como misión una elevación de la mirada interior hacia realidades superiores que se hallan ocultas o simbolizadas en las imágenes sensibles del Sol y de la luz y que una visión interpretativa más profunda puede revelarlas y esclarecerlas. Para tal propósito, hemos decidido invertir el orden de los textos y colocar el opúsculo Sobre el lumen antes del opúsculo Sobre el Sol, que se haya primero en el texto original, esto siguiendo en cierta medida al propio Ficino, ya que, tal como el propio filósofo florentino señala, desde un punto de vista intelectual o celeste, la consideración del Sol está primero que la de la luz, pues aquél es fuente de ésta; pero si lo consideramos desde un punto de vista más cotidiano o terreno, la luz es un fenómeno más habitual e, incluso, primero en cuanto a la experiencia, ya que antes tenemos noticias de la luz y sólo después nos remontamos hacia la contemplación de su fuente. De ahí que poner por delante las reflexiones de Ficino en torno a la luz sea de mucha más ayuda para el lector moderno, en orden a realizar la lectura de aquellas otras sobre el Sol. De hecho, el propio Ficino confiesa en el texto que él mismo comenzó su consideración sobre estas cosas a partir de aquello que se presentó primeramente como más manifiesto a la mirada sensible y terrena, es decir, la luz o, mejor aún, su lumen, esto es, el flujo luminoso que transporta la luz del Sol, para luego remontarse hacia su fuente, el Sol:

    Ciertamente el primer fulgor de la reluciente aurora en la tierra precede al Sol que ha de alzarse inmediatamente. Pero, inversamente, el Sol mismo, cual padre, antecede en el cielo al resplandor que mana de él mismo. Por mi parte, no sé de qué modo, siguiendo hace algún tiempo el orden terreno, contemplé la luz (lumen) antes que el Sol. Mas ahora, por el contrario, imitando el orden celeste, antepuse el Sol a la luz (lumen), nacida del padre, como habría sido justo (Ficino, Sobre la luz, Proemio).

    Así pues, nosotros hemos querido conservar el orden terreno en vez del orden celeste para facilitar la lectura de los opúsculos Sobre el Sol y sobre el lumen.

    Alejandro Flores

    Marsilio Ficino

    Marsilio Ficino nació el 19 de octubre de 1433 en Figline Valdarno, localidad de la provincia de Florencia en la región de la Toscana. Diotifece, su padre, fue médico personal de Cósimo de Medici, el Viejo, lo que le permitió a Ficino, desde muy temprano, establecer una relación cercana con la poderosa familia Medici, dirigente en ese momento del destino de Florencia. De hecho, Cósimo reconoció el talento del joven Marsilio a tal punto que, a sus 19 años de edad, es decir, hacia 1452, el propio Cósimo le encargó la tarea de traducir al divino Platón de la lengua griega a la latina, tarea que no comenzó sino hasta 1462, cuando Cósimo puso a disposición de Ficino su villa de Careggi para establecer allí la Academia Florentina, que durante el insigne gobierno de

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