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Tom Sawyer detective
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Libro electrónico98 páginas1 hora

Tom Sawyer detective

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CUANDO SE HA ELIMINADO LO IMPOSIBLE...

Aunque menos conocida que su hermana mayor Las aventuras de Tom Sawyer, esta novela corta es una muestra perfecta del relampagueante talento narrativo de Mark Twain. De ritmo vivaz, peripecia fácil, personajes rápidamemente delineados y trama adornada por el habitual humor socarrón de Twain, Tom Sawyer detective es un policiaco clásico de factura impecable.
Influida sin duda por la obra de Conan Doyle, en ella Tom se muestra como un detective deductivo de primer orden, acompañado de su fiel Huk Finn, que ejercerá con entusiasmo el papel de doctor Watson, narrando la historia y asistiendo asombrado, como corresponde, a las portentosas capacidades deductivas de su amigo.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento2 dic 2022
ISBN9788418878688
Autor

Mark Twain

Mark Twain (1835-1910) was an American humorist, novelist, and lecturer. Born Samuel Langhorne Clemens, he was raised in Hannibal, Missouri, a setting which would serve as inspiration for some of his most famous works. After an apprenticeship at a local printer’s shop, he worked as a typesetter and contributor for a newspaper run by his brother Orion. Before embarking on a career as a professional writer, Twain spent time as a riverboat pilot on the Mississippi and as a miner in Nevada. In 1865, inspired by a story he heard at Angels Camp, California, he published “The Celebrated Jumping Frog of Calaveras County,” earning him international acclaim for his abundant wit and mastery of American English. He spent the next decade publishing works of travel literature, satirical stories and essays, and his first novel, The Gilded Age: A Tale of Today (1873). In 1876, he published The Adventures of Tom Sawyer, a novel about a mischievous young boy growing up on the banks of the Mississippi River. In 1884 he released a direct sequel, The Adventures of Huckleberry Finn, which follows one of Tom’s friends on an epic adventure through the heart of the American South. Addressing themes of race, class, history, and politics, Twain captures the joys and sorrows of boyhood while exposing and condemning American racism. Despite his immense success as a writer and popular lecturer, Twain struggled with debt and bankruptcy toward the end of his life, but managed to repay his creditors in full by the time of his passing at age 74. Curiously, Twain’s birth and death coincided with the appearance of Halley’s Comet, a fitting tribute to a visionary writer whose steady sense of morality survived some of the darkest periods of American history.

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    Tom Sawyer detective - Mark Twain

    9788418878688.jpg

    MARK TWAIN

    tom sawyer detective

    traducción de rodolfo martínez

    nuevo_logo_ebook

    Primera edición en ebook: Mayo, 2014

    Segunda edición: Diciembre, 2022

    Primera edición en rústica: Diciembre, 2022

    Primera edición en tapa dura: Diciembre, 2022

    © 2022, Sportula por la presente edición

    © 2014, 2022, Rodolfo Martínez por la traducción

    Diseño de cubierta: Sportula

    ISBN (tapa dura): 978-84-18878-66-4

    ISBN (rústica): 978-84-18878-67-1

    ISBN (ePub): 978-84-18878-68-8

    SPORTULA

    www.sportula.es

    sportula@sportula.es

    SPORTULA y sus logos asociados son marca registrada de Rodolfo Martínez

    Prohibida la reproducción sin permiso previo de los titulares de los derechos de autor. Para obtener más información al respecto, diríjase al editor en sportula@sportula.es

    prólogo

    Es el cine, y no la literatura, el responsable de mi primer encuentro con Tom Sawyer; sospecho que gracias a la versión de 1938 dirigida por Norman Taurog (y George Cukor de tapadillo, dicen) y que debía de ser la que pasaban por la tele cuando yo era crío, allá por los años setenta. Es cierto que hay una versión de 1973, más cercana a ese momento, pero a tenor de las imágenes que hay en mi memoria, diría que no, que se trata de la otra. En cualquier caso, como digo, fue el cine (tamizado por la televisión) quien me dio a conocer el universo en el que Mark Twain recreó el escenario de su infancia y rindió culto a la nostalgia.

    Creo que no tardé mucho en acercarme al original literario y, si la memoria no me juega una mala pasada, fue a través de una de esas versiones de clásicos resumidos para niños, la misma cuya portada podéis ver tras este prólogo. Durante mi infancia (que transcurrió alegre y desenfadada por los últimos días del Pleistoceno, millón de años arriba, o abajo) era algo que estaba a la orden del día y que se hacía, sospecho, con total desparpajo y sin cortarse un pelo por ello. Ni lo sabía entonces ni me importó; armado con mis recuerdos de la película, me sumergí en el texto casi sin darme cuenta y no tardé en quedar atrapado y fascinado por la historia.

    Algunos años después, aunque no muchos, cayó en mis manos una nueva historia de Tom Sawyer. La publicaba Bruguera, el todopoderoso gigante editorial de entonces, y la característica que la diferenciaba de otras «ediciones resumen» era que cada cuatro páginas, más o menos, se intercalaba una de cómic en la que se iba contando la misma historia. De este modo, uno podía elegir entre leer solo el texto, solo el cómic, o ambos.

    Así fue como me acerqué a Tom Sawyer detective. Lo que yo ignoraba entonces, y descubrí en la edad adulta, es que no se trataba de una versión abreviada. El texto de Twain estaba íntegro entre las tapas del libro porque el original era lo bastante breve para no necesitar resumirlo.

    Como digo, eso lo descubrí cuando, siendo adulto, me hice con un tomo en el que se incluía, por así decir, el «Tom Sawyer completo»; o lo que es lo mismo: Las aventuras de Tom Sawyer, Tom Sawyer detective y Tom Sawyer en el extranjero. La primera es una novela completa con todas las de la ley, mientras que las otras dos son sendas novelas cortas. Sí, ya lo sé, Tom Sawyer aparece también en la que se califica generalmente como obra maestra de Twain, Las aventuras de Huckleberry Finn, pero ahí su presencia no pasa de secundaria y, de hecho, está ausente casi toda la novela, más allá de una fugaz aparición al principio y otra igualmente breve, pero determinante, hacia el final.

    En todo caso, podríamos decir que esta novelita corta fue mi primer encuentro real con la prosa de Twain y su humor socarrón, su fascinante retrato de la infancia y su nostalgia por un Misisipi que supo evocar como nadie. No fue un mal encuentro, creo yo.

    Tom Sawyer fue uno de los iconos de mi niñez, junto con Guillermo Brown, Harbert Pencroft, Jim Hawkins o Peter Parker. Lo era, principalmente, por la novela que lo lanzó a la fama, aunque se hubiera tratado de un contacto de segunda mano: primero a través del cine y luego con aquel resumen para niños.

    No es para menos, porque la historia tenía todo lo que un niño imaginativo podía desear: aventuras, misterio, peligros, fantasmas (o no), cementerios en medio de la noche, un asesinato, muertes fingidas, valor y amistad, lealtad, un malvado mestizo indio, una inmensa cueva llena de belleza y peligro, un tesoro oculto y, finalmente, la posibilidad de mostrarse como un héroe a los ojos del objeto de nuestros afectos; y no una, sino al menos dos veces. La primera, cuando Tom acepta el castigo en la escuela por lo que Becky ha hecho; y la segunda, por supuesto, cuando consigue salir de la cueva pese a que todo está en contra suya.

    Pero Tom Sawyer detective no es menos responsable que su hermana mayor de mi fascinación por Tom. Y lo es por el desparpajo que muestrsa en ella muestra, por sus deseos de popularidad, por su inteligencia simpática y con un punto de arrogancia, por su curiosidad y por la adoración que despierta en Huck una y otra vez.

    Y porque, no lo olvidemos, se trata de una historia policiaca, un relato de misterio. Ver a uno de mis héroes de la infancia (un poco más crecido que la vez anterior que me lo había encontrado, es cierto) metido a detective y, por tanto, adentrándose en uno de mis géneros favoritos, no era moco de pavo.

    Tom ejerce el papel de investigador del crimen y Huck, además de ser narrador, oficia de fiel ayudante, admirado por la inteligencia de su compañero. Tom Sawyer detective se publicó en 1896 y para entonces la figura de Sherlock Holmes ya era ampliamente conocida en todo el mundo anglosajón, y no cabe duda de que Twain está aquí realizando su particular homenaje a la creación de Conan Doyle.

    De hecho, el mismo Tom lo llega a decir de un modo casi explícito cuando, hacia el final de la historia, le preguntan cómo lo ha desentrañado todo y afirma: «Me he limitado a observar los hechos y las pruebas, y a disponerlos de forma que encajasen, señoría. Una labor detectivesca sin importancia. Cualquier otro podría haberla hecho.»

    Es algo que el propio Sherlock Holmes podría haber dicho (con su característico tono socarrón y un brillo pícaro en la mirada) ante el desconcierto de la policía oficial o de su buen amigo y biógrafo el doctor Watson. De hecho, en alguna ocasión afirma algo parecido cuando reconoce haber resuelto el misterio mediante unas «Deducciones totalmente elementales» que cualquiera podría haber realizado.

    La resolución del caso que Tom y Huck investigan se adapta, además, a la máxima holmesiana de que «Cuando se ha eliminado lo

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